El pausado pero continuo ruido de un chasquido se escuchaba, pero Alejandro no parecía reaccionar ante este. Podía jurar que la noche estaba más oscura que nunca y eso le deprimía el doble, sólo quería dejar de existir.

El pálido estaba sentado en los escalones de uno de los lugares donde se pasaba, no era un lugar lujoso ni nada, era una construcción abandonada de una casa. Ponía una lampara y se quedaba sentado en la entrada por horas mientras comía y bebía algo, en este caso, solo tenía unas botellas de alcohol, una lampara y un arma en su mano dominante.

Le daba vueltas a la rueda y la cerraba una y otra vez luego de tirar del gatillo. Sólo había una bala y la probabilidad de que algo sucediera era baja, pero nunca era cero. No podía creer que estaba haciendo tal cosa, pero tampoco lo veía como algo enorme.

Una vez más, tiró del gatillo escuchando del chasquido característico, pero nada sucedió.

Bajó el arma y bebió de su botella acabándosela, al ver que no le quedaba nada decidió levantarse para dejarla unos metros lejos sobre una gran piedra. Volvía a donde estuvo sentado y miró la botella de Vodka vacía preguntándose cuánto había bebido, no lo sabía.

Alzó la mano y cerrando un ojo apuntó a la botella. Estando a punto de tirar del gatillo apuntó el arma a si mismo y no dudó antes de volver a repetir la acción que seguía haciendo una y otra vez.

Pero nada.

Con un suspiro se frotó la cabeza bajando el arma. "¿Qué estoy haciendo?" Se susurró a si mismo frotando su rostro.

Se quedó en silencio con su mano en su rostro por unos segundos largos, en un movimiento rápido apuntó a la botella, esta vez, la botella se rompió y los pedazos de cristales volaron por todos lados hasta descansar en el suelo.

Alejandro se sentó nuevamente pero con sus piernas estiradas. En los últimos días había usado pantalones largos, camisetas de mangas largas y bueno, todo para ocultar lo que ahora veía: marcas frescas en sus muslos y brazos. No eran las que se escondían bajo sus tatuajes, estas eran notables y rojizas, hasta profundas.

Con un nuevo suspiro dejó el arma y tomó otra botella para seguir bebiendo.

.
.
.
Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
.
.
.