"¡Ah!" El desgarrador grito que salió de la garganta de Alejandro hizo que su esposo a su lado se levantara, el pálido estaba sentado y temblando, no era la primera vez que sucedía en los últimos días.

"Ey, cariño." Alexis rápidamente se sentó al verlo tan mal. "Estás aquí, estás conmigo." Le dijo con suavidad y una voz somnolienta.

"¿Alexis?" Preguntó jadeando.

"Sí, soy yo." Asintió acariciando su cabello con lentitud y calma. "Ven, vamos a dormir un poco más, ¿sí?"

"Mh..Uh..."

La mirada perdida de Alejandro junto a esas ojeras le rompían el alma a Alexis, pero no había mucho que pudiera hacer. Con toda la calma del mundo logró que se volviera a recostar. Le cubrió con las cobijas y le abrazó contra su pecho mientras le acariciaba el cabello. Esperaba que todo esto pasara pronto.

Unos minutos después el menor estaba acostado durmiendo en el pecho de su esposo.

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