Miraba su celular con antelación, estaba pronto a tener una cita y todavía no sabía bien qué era lo que hacía.

La idea de conocer personas y probablemente mantener una relación había llegado. Entró por la puerta de vidrio al restaurante y lo miró, un tipo de cabello largo con algunos tatuajes en el cuello yacía en la mesa, podía verlo mirar su celular mientras bebía de, supuso, agua. Era igual a como se veía en sus fotos, no era nada feo y hasta llamaba la atención.

No supo por qué pero dió media vuelta apenas cruzó mirada con el mencionado. Corrió hasta su auto y al subir momentos después condujo por las calles, hasta encendió un cigarrillo y observó la oscuridad de la noche.

¿Sería buena idea ir a hablar con su ex esposo?

Es decir, desde que comenzó a buscar parejas o amigos más haya de amistad todos tenían cosas en común, cabello largo, blancos y no tan delgados, ojos cafés y leves rasgos delicados en su rostro. Sabía la razón, no solo tenían eso en común entre ellos, su ex esposo era todo eso.

Inconscientemente lo buscaba en otras personas, o probablemente no tan inconsciente.

Regó el humo por la ventanilla del auto y suspiró, le había dado vueltas a la idea de Alexis. Claro que pensó ir al siguiente día y decirle que sí, que lo extrañaba y que quería estar con él, pero no supo qué lo detuvo.

Ahora mismo estaba huyendo de una de sus citas y hasta apagó su celular por los miles de mensajes que le llegaron del chico, estaba fastidiado de que Alexis no saliera de su mente.

Con un suspiro echó a andar el auto, esperaba que su idea no fuera tan mala o no podría más con nada.

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