143|Ascenso (18+)
Alejandro llegó feliz del trabajo. Se le notaba en el rostro lo risueño que estaba y eso que no era difícil de notar.
"¡Llegué!" Nada más llegó hizo lo mismo de siempre, se quitó su arma y la puso en un lugar seguro luego de asegurarse de que tenía el seguro puesto, luego hizo lo mismo con su chaleco.
"Hola." Saludó Alexis bajando las escaleras con calma, recién volvía de dejar a Nancy durmiendo, tardó demasiado en lograrlo. "¿Y esa sonrisa?" Preguntó siendo contagiado por esa alegría.
"Adivina qué." Dijo con una sonrisa enorme.
"¿Qué?"
"Ascendieron..." Dijo señalándose con sus propios pulgares. "...A este nene."
"¿Neta? Qué bien." Dijo acercándose para abrazarlo.
Alejandro le abrazó de regreso y le dió miles de besos haciéndole reír. Al separarse le miró y habló. "Ahora que ya lo sabes, deberíamos celebrar." Dijo con diversión.
[...]
Todo pasó muy rápido y no exactamente como Alejandro pensó que sería. Ambos chicos estaban en la habitación, en la cama y Alexis se encontraba sentado en el regazo de su esposo, mismo que estaba esposado a la cama.
"Esto no era lo que tenía en mente cuando dije que podríamos usar las esposas." Dijo Alex con las mejillas coloradas.
"¿Y? Así me gusta más." Sonreía el mayor. "De esta forma eres mi perra y no podrás moverte aunque quisieras." Se le notaba la malicia.
"Eres un puto desgraciado, Alexis." Se quejó pero más que queja era solamente un insulto, no le molestaba estar esposado, pero le hubiera gustado hacer más.
El de greñas le guiñó y se levantó para estar frente a la cama. Alexis y Alejandro estaban completamente vestidos, más el menor que el mayor pues usaba su uniforme con todo y zapatos. Eso sí, la camisa de Alex estaba abierta mostrando su perfecto torso pálido.
Alexis tuvo la idea y sabiendo el poder que tenía sobre su esposo comenzó a quitarse la camisa lentamente. El chico en la cama abrió sus ojos y hasta se le olvidó que tenía las manos esposadas pues quiso moverse pero no pudo. El ruido del metal con la madera de la cama se hizo sonar haciendo que se sintiera fastidiado, fue peor cuando escuchó a su esposo reír suavemente.
"Eres un perro desgraciado, te lo juro." Insistía Alejandro pero con el ceño fruncido haciendo reír al otro chico.
Al bajar sus pantalones pudo ver a la perfección la erección en los pantalones de su esposo, sabía que era suficiente verle en ropa interior para que estuviera así.
Sin quitarse sus boxers se subió a la cama y le bajó el cierre. Se sabía lo que iba a hacer y le estaba matando por dentro.
[...]
"¡Mierda, Alexis!" Gemía el menor estremeciéndose.
En ese momento, el de greñas sacó el miembro de su esposo de su boca para mirarlo y colocar su dedo índice sobre sus labios. "Shhh... Nancy está durmiendo."
"El que no va a dormir eres tú tan pronto me logre quitar de aquí." Amenazó con el ceño fruncido y tirando de las esposas.
Alexis sonrió contento por las sensaciones que le estaba haciendo sentir. Era la segunda vez que lo hacía venirse solo con su boca y lo estaba dejando loco perdido. Hasta sus manos y su falo estaban con aquel espeso líquido blanco de lo mucho que lo hizo terminar.
"Casi y me das pena." Dijo el de greñas para reincorporarse y bajarse los bóxers.
Al deshacerse de su ropa interior el miembro de Alejandro que, ya estaba durmiendo, se fue levantando lentamente. Una vez más, estaba duro.
Alexis se subió al regazo de Alejandro y se acomodó dandole la espalda, lentamente fue alineando el pene ajeno con su entrada y se sentó dejando que invadiera su interior por completo. "Ah.." hace ya un tiempo no sentía esa sensación en su interior y la extrañaba.
No tardó en comenzar a brincar con lentitud para acostumbrarse una vez más. Por otro lado, Alejandro estaba casi vomitando espuma. El chico estaba tan deseoso de su esposo y el no poder tocarlo lo estaba matando. Ver sus caderas moverse contra él era una tentación demasiado grande, peor aún cuando comenzó a moverse con más rapidez haciendo que sus glúteos vibraran.
La habitación se llenó de gemidos y jadeos masculinos, también de el ruido metálico de las esposas. Con más tiempo que pasaba más le necesitaba. "Cariño, por favor, por favor, bebé... Déjame tocarte..." no dudó en rogarle una y otra vez entre gemidos masculinos.
Alexis le miró por encima de su hombro y no lo pensó dos veces. Estaba tan caliente que no dudó en levantarse para tomar las llaves y soltarlo.
Grave error.
Alejandro no desperdició ni un segundo. Con todas sus fuerzas puso a su esposo agarrándose contra el sofá de la habitación y tomando sus caderas le empezó a embestir como si fuera una bestia. El de greñas estaba desnudo y totalmente a su disposición, al contrario de el pálido, que estaba completamente vestido con su camisa abierta y su bragueta abierta.
Qué tan fuertes eran las embestidas que movieron levemente el sofá de lugar. Al notarlo Alex se reincorporó, tomó a Alexis y agarrándolo lo cargó para embestirlo en el aire. El mayor se agarró con fuerza abrazándose a sus hombros y recostando su cabeza de estos. Se sentía al limite y llegó a este poco después, todo gracias a los embestidas fuertes y rápidas de Alejandro.
Un gemido salió de su garganta cuando terminó corriéndose contra el uniforme azul. Estaba tan cansado que no supo más, lo ultimo que recordaba era la sensación de como el pene de Alejandro salía de su interior con lentitud.
.
.
.
Si hay faltas de ortografía o un error, por favor déjenme saber.
.
.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro