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133|Dos más Uno (+18)


Alexis bajó al escuchar que tocaban a la puerta. Recién salía de ducharse y no esperaba visitas, por ende, le pareció raro. Al abrir la puerta sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando vió a aquel chico moreno de cejas anchas.

"Roier, hola." Dijo extrañado mirándole raro.

"Hola..." se veía nervioso y hasta sus manos temblaban levemente.

Nadie dijo nada. El de greñas esperaba a que le dijera algo pero el menor no se animaba a decir nada.

"Entonces..." alentó Alexis sin intenciones de decir más.

"Estuve pensando en— Ya sabes— en lo que hablamos la otra vez." Soltó haciendo que una pequeña pero divertida sonrisa ladina saliera de los labios de Alexis a la vez que alzaba levemente las cejas. "No cambiará nuestra amistad, ¿no?"

"En lo absoluto." Dijo tranquilo. "Lo veo hasta como una forma de reforzar la amistad."

"Hm..." miraba a todos lados menos a su rostro, se le notaba muy nervioso y avergonzado. "En ese caso... Me gustaría intentarlo."

El mayor se hizo a un lado y extendió el brazo invitándolo a pasar. Una vez Roier entró, la puerta cerró.

"¿Tu hija no será un problema?" Preguntó suavemente para mirarle.

"Está quedándose con mis suegras." Le dijo con tranquilidad yendo a las escaleras. "Alejandro se está duchando. Debe haber acabado ya."

"Ya..." El tan solo pensar en aquella foto de Twitter hacía que Ro temiera. Alejandro estaba muy cargado, eso era un hecho.

"Antes de subir, quiero que sepas que te permitiré coger con mi esposo solo una vez. No se va a repetir. Él es mío." Le advirtió con algo de seriedad.

El moreno asintió sin pensarlo sintiendo calor en sus mejillas, nunca hubiera imaginado escuchar esas palabras. "Sí, no te preocupes por eso."

"¿Te duchaste?" Preguntó el mayor de la nada mirándole de arriba hacia abajo y viceversa.

"Antes de venir." Asintió rápidamente mientras frotaba la palma de sus manos en sus pantalones.

"Bien."

Subieron a la habitación y nada más entrar vieron como la puerta del baño se abría. De este salió Alejandro con una toalla en la cintura y diciendo alguna cosa que rápidamente calló al ver a Roier. Hasta cubrió inútilmente su cuerpo.

"Ya te vió en Twitter, no sirve de nada que te tapes." Le dijo Alexis mientras se acercaba a él para atraerlo tomándole de la nuca.

Alejandro estaba confundido pero no dudó en corresponder aquel perverso beso que hasta traía lengua incluida. Alexis sabía que eso bastaba para prender a su esposo. Roier miraba todo con los ojos abiertos y el rostro rojo, no sabía cómo actuar.

El mayor de los tres se separó de su esposo y lo llevó para sentarlo en aquel sofá frente al armario con puerta de espejo. A pesar de estar confundido, Alex fue entendiendo la situación poco a poco. Alexis le ofreció la mano a Ro y este la aceptó siendo atraído hasta el sofá.

"Siéntate." Le pidió el de greñas. Roier no dudó y se sentó en el suelo frente a Alejandro.

"Cariño..." llamó el mencionado mirando a su esposo y captando su atención. "Él no sabe cómo hacerlo." Le dijo con suavidad.

Era cierto. Roier había estado con mujeres, no con hombres. Pequeña detalle que el de greñas había olvidado.

Con un pequeño suspiro Alexis se arrodilló frente a Alex y al lado de el moreno. No dudó en quitar la toalla revelando el miembro de el de ojos claros. Roier estaba sorprendido, una cosa era en foto, otra era en persona. El mayor comenzó a hacerlo sexo oral a su esposo de vez en cuando mirando a su amigo asegurándose de hacer contacto visual. No quería que se perdiera la pequeña clase que le estaba dando.

Alejandro suspiraba suavemente del placer mientras se relamía de vez en cuando. Alexis no se detuvo en ningún sintiendo como lentamente se iba poniendo duro en su boca. No podía evitarlo, también se estaba prendiendo.

Para que no se sintiera dejado de lado, Alex extendió su brazo y metiendo su mano por el cuello de la camisa de Roier le acarició la espalda. El menor soltó un suave jadeo llamando la atención de Alexis, al este verlo no pudo evitar sonreír un poco mientras lamía, sabía cual era la sensación que estaba sintiendo. Alejandro tenía algo, él sabía exactamente dónde y cómo acariciar para hacer que una persona sintiera escalofríos, de esos que hacían que sonrojaras.

"Ven..." Murmuró Alexis haciendo que Roier se acercara.

El chico no quiso arriesgarse y tomarlo todo de una. Fue con cuidado, tomó la punta entre sus labios lamiéndola con lentitud. Aparte, tomó el atrevimiento de acariciar los muslos de Alex con ambas de sus manos. Pocas veces la gente lograba ver los tatuajes de Alejandro, menos el que tenía en su muslo, le parecía fascinante.

Mientras el chico le practicaba sexo oral al pálido, Alexis se alejó para comenzar a deshacerse de su ropa. Alejandro le miraba sin dejar de acariciar el cabello de Roier. Estiró su brazo y atrajo a su esposo de la cintura para besar su estómago pues estaba al alcance. Su mano bajó y comenzó a agarrar sus glúteos para frotarlos a su antojo, en el proceso dejó marcas en el estómago que hacían que jadeara suavemente.

Roier no se detuvo. Alejandro no tenía dudas al respecto, el menor sabía usar su lengua deliciosamente. Separándose de Alexis el de ojos azules atrajo a el chico moreno para besarlo.


[...]


No había mejor forma de cumplir la fantasía de el joven matrimonio que con un chico como lo era Roier. Un chico joven, moreno, muy guapo y con un cuerpo de ensueño. Estaba fornido pero no quitaba que tuviera una cintura fina y unos glúteos que... vaya, impresionantes.

Los tres chicos se encontraban desnudos en la habitación llena de jadeos. Roier nunca pensó encontrarse en esa situación pero lo estaba disfrutando enormemente. Estaba de pie agarrado de los hombros de Alexis, quien estaba agachado frente a él tomando su miembro profundo en su boca. Detrás de el moreno estaba Alejandro igualmente agachado y tomando sus glúteos con sus manos para separarlos. Ambas lenguas lo estaban haciendo perder la cabeza, tanto así que sus piernas temblaban.

"Puta madre—" gemía Ro mordiendo sus propios labios. Se podía ver en el espejo del armario y eso le prendía más.

Alejandro se detuvo y se colocó de pie para comenzar a frotarse contra la apretada y virgen entrada del menor. Al Alexis darse cuenta de esto se separó para buscar preservativos en el cajón más cercano.

"Alejandro." Le dió los preservativos y este supo qué hacer.

Roier temblaba de los nervios pero estaba tan caliente que ya no podía pensar con claridad, quería saber cómo se sentía y terminar.

El más alto de los tres ayudó al moreno a acostarse en el sofá. Se colocó entre sus piernas y miró el sobre dorado en su mano por unos segundos. Una sonrisa creció en su rostro a la vez que volteaba a su esposo.

"¿Harías los honores?" Preguntó divertido.

Roier no entendía de lo que hablaban pero le pareció super sexy ver como su amigo Alexis tomaba y rasgaba el sobre con sus dientes.

"Oye, pendejo." Exclamó haciendo que Alexis y Alejandro lo miraran. "No lo abras así, me vas a embarazar, wey." Bromeó haciendo que ambos chicos suavemente rieran.

"Aguas con eso." Añadió Alex mirando a su esposo con una sonrisa divertida.

Alexis negó con una sonrisa para continuar. El moreno no parpadeó. Vió a la perfección y en primera fila como el mayor le ponía el condón con la boca. Era extraño ver a su dulce amigo hacer todas estas cosas pero no iba a juzgarle.

Una vez cubrieron a Roier de lubricante fue que comenzaron a hacer las cosas como era debido. Alex comenzó a entrar en él con lentitud haciendo que gimiera suavemente de dolor e impresión. Alexis se agachó y besó a su amigo para no hacerlo pasar un momento incómodo con todo esto. Sabía cuan raro podía llegar a ser la sensación, no quería que pensara en ello.

Unos momentos después ya no se veía que pasara tanto dolor. Alejandro podía moverse mejor y más libremente haciéndole gemir del placer. Mismos gemidos eran callados por el de greñas. Alexis se mantuvo de rodillas a un lado de Roier haciendo que este abriera la boca y tomara su pene más profundo en su boca.

Hicieron miles de distintas poses y cosas. Alex disfrutó enormemente de poner compartir a alguien con Alexis, era raro, pero le prendía pensar que se estaba cogiendo a alguien con su esposo.

Ahora, Alejandro era raro, eso era un hecho. Y el chico se caracterizaba por ser... vaya, un calenturiento. Por ende, disfrutó enormemente estar acostado en la cama con su esposo sentado en su rostro mientras que su amigo lo cabalgaba. No lo pudo ver, pero escuchó a la perfección cómo los dos chicos sobre él se besaban ahogando los gemidos que soltaban.

Les dió como cajón que no cierra a los dos. No dejó a ninguno de lado, según Alejandro, era de caballeros satisfacer a quien tuviera que satisfacer. A pesar de esto, no quiso venirse con Roier, se aseguró de venirse mientras embestía a Alexis. En su mente hacía sentido. No quería correrse con alguien que no fuera su esposo sin importar que fuera consensuado por ambos.

Ahora Roier entendía el por qué Alexis le advirtió que solo sería una vez. Alejandro era una bestia en la cama y en el buen sentido. Él sabía qué hacer para hacer que su pareja en la cama terminara extasiado. No importaba cómo, pero lo lograba. Si no podía usar su pene, usaba sus manos, sus dedos y/o su lengua. Oh, tampoco podía ignorar que tenía tremendo amigo entre las piernas. Entendía a la perfección él por qué Alexis no soltaba al chico.

Los tres estaban cansados, pero Ro estaba exhausto. No podría aguantar una segunda ronda con el de ojos claros. Pero, sí con Alexis. El moreno se abrazaba a la almohada mientras suavemente gemía al ser embestido por el de greñas. Sus movimientos eran con ritmo pero suaves, lo disfrutaba igualmente aunque no fuera rudo.

Alejandro los miraba acostado en la cama mientras se masturbaba con firmeza gimiendo ronco. No perdió la oportunidad para besar los finos labios de Roier. Y la verdad, tampoco quiso desperdiciar esa cálida boca, así que la usó a su gusto y la embistió. Cuando sintió que iba a acabar la sacó, se acercó a su esposo para pararse en la cama y que él terminara la tarea.

No se iba a repetir, pero vaya que lo iban a recordar.



[...]


En la mañana, Roier se duchó y se vistió con su misma ropa, Alexis fue tan amable de limpiarla y secarla por él. Desayunaron juntos y no fue tan incómodo como pensaron que sería. Se le notaba más cómodo con ellos y habló de cosas de las cuáles incluían a su novia. Les contó todo lo que sucedió y demás.

Al final, llegaron a la conclusión de que no era gay. Eso no significaba que no disfrutara de ser empotrado contra la cama, muchas mujeres disfrutaban de ellos y no precisamente para si mismas. Le aconsejaron que hablara con Sabi y que arreglaran las cosas como más les beneficiara, después de todo, se amaban.

Roier se fue luego del desayuno y dejó a el joven matrimonio solos una vez más.

"No mames." Dijo Alejandro una vez estuvo seguro de que se había ido. "Perro culazo el que se carga."

Alexis rió y negó para ir con él. "¿Vemos una película? Se me antoja pasar tiempo con mi esposo." Dijo con cariño abrazándole por los hombros.

"Estaba esperando a que lo dijeras." Le respondió Alex con una sonrisa para cargarlo y llevarlo a la habitación. Encendería el aire acondicionado y se acurrucarían para ver películas hasta ma tarde, luego tendrían que salir a buscar a Nancy.

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Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
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