Los dos chicos estaban sentados en la mesa mirándose uno al otro. Habían acordado hablar toda la situación, no querían quedarse peleados.

"Oye, yo... lo siento." Soltó Alexis apenado y genuinamente arrepentido. "No— No quise decir lo que dije, estaba muy molesto. Sí es cierto que no me quería casar y que tampoco quería un bebé, pero fui queriendo con el paso del tiempo." Dijo suavemente para tomarle la mano. "Te amo y amo a nuestra hija."

"Está bien, lo entiendo, tampoco tuve que empujar tus límites..." dijo mirándole algo avergonzado. "También te amo."

"Igualmente." Añadía. "No estás feliz, no podemos dejarlo así..." dijo. "Pero tampoco puedo permitir que hagas algo tan extremo como lo es ser policía." Alejandro mantuvo silencio mirándole. "Aceptaré que quieres trabajar, pero no en algo peligroso." Le dijo.

"Pero.. Es lo que más quiero." Dijo de regreso suplicándole con su mirada.

"Debe haber otra cosa que quieras más que eso, Alejandro." Insistía. No quería para nada que fuera policía.

"Bueno... Hay una cosa." Los ojos de Alexis se iluminaron. "Pero, no te gustará."

"¿Qué es?"

"Siempre, desde pequeño, he querido ser corredor profesional de motos." Dijo con una sonrisa e ilusión.

"Tuve que haberlo imaginado..." suspiraba el mayor.

"¿Y bien?"

"Yo..." suspiró profundamente. Alejandro estaba perdiendo su esperanza en cumplir sus sueños, pero luego le escuchó hablar. "Creo que Baghera debe saber sobre algún contacto. La llamaré y veré." El corazón del menor latió de alegría. "Pero, me debes prometer que estarás en la casa más seguido y que vas a compartir con tu hija más seguido."

"Lo juro." Dijo con una sonrisa enorme.

Alexis sabía que no podía encerrar a Alejandro para siempre. No era un ave en una jaula. No podía permitirle ser infeliz cuando podía cambiarlo.

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Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
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