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107|Bienvenida (+18)


Alexis cerró la puerta de su casa y con un gran suspiro se sintió en casa. Extrañaba su hogar y a su esposo, esperaba verlo lo más pronto posible. Dejando sus cosas en la sala subió rápidamente con una sonrisa.

"¡Llegué!" Avisaba para abrir la puerta de la habitación.

Lo que encontró fue a Alejandro acostarse en ropa interior y durmiendo plácidamente. Tal vez había regresado de la construcción y luego de ducharse quedó profundamente dormido. Con ternura Alexis se acercó para dejarle un beso en la cabeza, luego se fue a duchar.

Una vez duchado y listo fue a la cama para acostarse a su lado en sus pantalones exageradamente cortos y su camisa gris de tirantes.

Estuvo casi una semana sin verlo, lo extrañaba mucho. Quería dormir pegado a él por horas.

Se abrazó a la espalda de su esposo y cerró los ojos para disfrutar de su calidez. Fue cuestión de segundos para que Alex despertara lentamente se diera la vuelta y se colocara sobre él tan pronto captó que era su esposo que recién volvía.

"Oh.." el mayor lo miró y sonrió. "Hola." Le saludó con dulzura y alegría.

El menor bajó su mirada. Esos pantalones... el de greñas los usaba exclusivamente para dormir por lo corto que eran y Alejandro los amaba. Se debía recordar que el menor de los dos estaba tan caliente por no poder ver a su esposo en casi una semana y esos pantalones lo empeoraban todo.

"Te estuve esperando..." susurró con una voz ronca por la somnolencia que sentía. La respuesta de su esposo fue sonreírle. "Voy a reventarte el culo de lo tan fuerte que te voy a coger." Más que palabras, parecía advertencia.

"¿Qué?" Alexis se quedó sorprendido. "Acabo de llegar, quiero dormir, Alex." Se quejaba.

"Por favor.." rogó Alejado en un hilo de voz.

[...]

La cámara estaba perfectamente colocada para grabar todo lo que Alejandro le hacía y decía a su esposo. Alexis estaba acostado boca abajo abrazando su almohada con sus ojos cerrados y su ceño fruncido levemente hacia arriba por el placer. Alejandro se encontraba sobre él frotando su miembro contra los glúteos de su esposo sin detenerse ni un segundo.

Recordemos que ellos no tenían ningún tipo de coraje o malestar por que el contrario usara al otro como objeto sexual siempre y cuando fuera consentido, como ahora. El de greñas estaba cansado por el viaje pero no le molestaba que Alex hiciera de las suyas, sólo le pidió poder mantenerse acostado para no estar de pie o algo parecido.

"No sabes lo mucho que extrañaba cogerte." Le susurraba el menor al oído mientras iba entrando al interior ajeno robándole gemidos suaves al chico. "Se siente tan~ bien.." dijo en un profundo gemido.

Jadeos suaves salían de la garganta de Alexis, era lo único que salía de allí. No hablaba pues trataba de dormir. Énfasis en "trataba".

"Me toqué tanto pensando en ti." Gemía el menor comenzó a mover sus caderas firmemente. "Me corrí tan deliciosamente pensando en tu rico cuerpo." Logró sacarle un gemido fuerte al mayor, quien estaba todo sonrojado. "Vi todos los videos donde te cogía tan rico una y otra vez. No pude dejar de ponerme tan duro como roca cada que recordaba lo bien que era estar dentro de ti..." le decía ladeando su cabeza jadeando y siseando, hasta hablaba bajo su aliento.

"¡Alejandro!" Chilló Alexis cuando sintió como le embistió con fuerza. Tanta fuerza que lo removió levemente de su lugar.

"Quiero correrme dentro de ti y llenarte tanto y demasiado." el ruido de sus caderas golpeando los glúteos de su esposo le ponía aún más caliente.

"Fuck!" Exclamó fuertemente el mayor sintiendo las mordidas y besos en su cuello. No ayudaba tampoco el sentir como le agarraba y azotaba de vez en cuando dejando marcas rojizas.

"Vamos, mi amor." Le decía con el ceño fruncido mientras le embestía cada vez más fuerte y rápido. "Grita, gime, patalea.." le pidió con una risa y sonrisa divertida y hasta burlona. "Muéstrale a la cámara lo desastroso que puedes ser." Dijo con su mano bajo el mentón y la garganta de Alexis alzando su cabeza para mostrar su rostro enrojecido.

El rostro de el mayor fue cubierto por su cabello que caía en este tapándole. Las embestidas eran tan seguidas y fuertes que su cabello saltaba constantemente moviéndose a todos lados. Llegó un punto donde se agarraba de la cama tratando de mantenerse en su sitio.

Llegó un punto donde parecía morbo. Parecía que quería probar un punto. No dejaba de usarlo como juguete o hasta como si le llegó a pagar para que tuvieran sexo.

Alexis se encontró todo enrojecido, asfixiado y con su rostro lleno de fluidos, lágrimas y saliva se mezclaban junto a alguna gota de pre semen que había perdido su camino. Alejandro le agarraba el cabello con fuerza y lo forzaba a mantenerse profundamente abajo mientras succionaba su pene. En algún momento lo soltó y Alexis solito continuó con ritmo haciendo un viscoso ruido que prendía a ambos.

El de greñas escuchó una profunda risa y luego unas palabras. "Muéstrale a la cámara lo puta que eres cuando me ruegas para que me coja tu linda boquita." Con su mano lo alejó agarrando su cabello para que le mirara. En todo momento tenía una sonrisa ladina y pícara, lo estaba disfrutando enormemente.

"Mhmg..." Alexis no podía dejar de jadear fuertemente con su boca abierta mirando el rostro de su esposo. "Alex—" murmuró sin aliento.

"¿Qué sucede?" Con su mano azotó suavemente su mejilla. "¿Te cansaste? Eso no es posible viniendo de ti." Se burlaba. "Debes estar hambriento, ¿no es así?"

Débilmente y tembloroso el mayor asintió para morder sus propios labios. De esto era lo que hablaba el menor cuando decía que su esposo era totalmente distinto en la cama a en su día a día.

"Ruégame." Le ordenó Alejandro.

"Por— por favor.." rogaba. "Quiero que.. que me cojas."

No necesitó más. Alejandro le dió todo a Alexis. Se aseguró de grabar cada ángulo, cada palabra, cada expresión. Porque sí, Alex grabó las exquisitas expresiones del de greñas. Su carita empapada de fluidos propios como ajenos mientras gemía era todo.

Las vibraciones que se creaban en los glúteos de Alexis por las embestidas de Alejandro eran todo. No pudo no grabar desde ese ángulo. Se veía a la perfección la forma en la que el pene de el menor salía y entraba con ritmo, hasta se veía como estaba empapada en fluidos blancos de las anteriores corridas.

Qué tan enfermo estaba Alejandro por el de greñas que incluso teniendo sus piernas abiertas sobre sus hombros ladeaba su cabeza girando su rostro para lamer parte de los pequeños pies de su esposo.

Pobre Alexis, no pudo dormir como quiso hacer y terminó sintiendo todo su interior lleno, su piel manchada, su cabello revuelto, su rostro rojo, sus glúteos heridos. Era humillante pero, así le gustaba. Amaba aún más que en todo momento su esposo estuvo con una firme erección, para él era un halagado, sabía que significaba que le encontraba sensual a más no poder.

En fin, terminó más exhausto que en un principio.

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Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
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