Fueron al lugar que se les dijo y Alejandro no dejaba de poner su cara de molesto, no le gustaba la idea de que fuera alguien a la que alguna vez su esposo quiso y viceversa, le daban celos. Al llegar al lugar y bajarse Alexis tuvo que pedirle por favor que dejara de hacer caras y aunque lo intentó, se notaba su molestar.

Entraron al elegante lugar y lo primero que escucharon fue una voz femenina desde el otro lado del restaurante. "Comme c'est bien qu'ils sont arrivés, bienvenue!" Exclamó caminando a ellos con sus brazos extendidos y una gran sonrisa.

"¡Hola, Mary!" Sonrió Alexis al verla. A pesar de que la bienvenida era para ambos Alex no respondió.

La chica castaña se les acercó a ambos y los saludó con un beso en la mejilla, se le notaba feliz de verlos. "Me alegro de que llegaran." Le dijo a ambos mientras los invitaba a pasar a la terraza. "Disculpen el desastre, estaba ocupada." Dijo con un acento curioso. No hablaba del lugar, este era elegante y precioso, ella hablaba de su ropa de chef manchada.

Una vez los tres sentados en una mesa en la terraza comenzaron a hablar sobre todo el tema y demás. Alejandro no aportaba mucho pero ahí estaba pendiente a cada detalle, literalmente, cada detalle. Hasta se fijaba en la manera en la que hablaban.

"¿Y... tienes pareja?" Preguntó el menor de la nada desconcertando a su esposo.

"Oh, no. No tengo tiempo para matrimonios ni nada." Dijo sin problema alguno. "Mi vida gira entorno a mi restaurante." Explicó con una sonrisa.

"Si estás tan ocupada y eso," Alexis supo que estaba a nada de decir alguna cosa grosera, quiso detenerlo pero no pudo. "¿Porqué aceptarías todo esto?" Preguntó con el ceño fruncido.

"Alejandro.." regañó el chico de greñas entre dientes.

"Necesitaba un cambio." Dijo ella sin problema. No quitaba esa sonrisa gentil y su voz dulce. "Vivir solo para una cosa sin un cambio drena bastante. Aparte, cuando Alexis me llamó y me explicó todo me sentí emocionada. De verdad me emociona poder ayudarles." Confesó suspirando un poco con esa sonrisa.

"Mm." Pero Alejandro no dejaba de mirarla mal.

No era que la odiara. Ella siempre fue una chica muy dulce y linda, nunca hirió una mosca y su corazón realmente era enorme. Pero el hecho de que fuera novia de su esposo le daban celos.

Continuaron hablando y hablando sobre el tema. Al final, la castaña les ofreció una cena pagado por la casa. No pudieron negarse, ella cocinaba delicioso y estaban en su restaurante.

Al parecer, era cierto de que Alexis era muy amigo de ella. Se llevaban muy bien y conectaban a la perfección. Si no estuviera tan enamorado de Alejandro desde un principio el chico de greñas se hubiera quedado con ella hasta viejo. Pero, la verdad, Alexis estaba suficientemente enamorado de su esposo como para pensar en eso. Era simplemente un hecho.

"Muchas gracias por todo, Marilyn." Agradeció el chico para abrazarla despidiéndose.

"A ustedes." Respondió ella sonriendo enormemente. Se le notaba muy feliz. "No duden en llamarme para cualquier cosa en la que necesiten ayuda." Al separarse miró a Alejandro. "A ti también, Alejandro."

"Mmm." Fue su respuesta.

De regreso a la casa Alexis no dejaba de decirle que fue grosero. La verdad, es que sí lo fue. Lo bueno era que ahora tenían asegurado el tener un bebé en un futuro.

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