De los diez chicos que se habían integrado al equipo de Fútbol, solamente habían cinco, Jimin entre ellos.

Si a Jimin antes le caía mal Jungkook, hoy le caía el doble de mal. Verle el rostro era para que arruinara su día completo, y es que, Jungkook no necesitaba abrir la boca para caerle mal a Jimin, con su sola presencia bastaba.

Los había puesto a correr con la estúpida excusa de ver su rendimiento, diciéndoles qué en cancha debían correr mucho y no iba a tolerar que uno de ellos cayera en pleno partido.

Pero Jimin presentía qué detrás de todos esos entrenamientos absurdos, había algo más macabro de parte de Jungkook, no tenía pruebas pero estaba completamente seguro.

Y la intuición de Jimin no fallaba, Jungkook deseaba ver a Jimin fuera del equipo, Jungkook era un chico con una mente pobre y cerrada. Según el, Jimin no aguantaría los entrenamientos, y tarde o temprano saldría llorando como el marica que es, estaba tan arraigado en sus creencias que nada lo haría cambiar de opinión.

En sus planes solo estaba sacar a Jimin, se negaba a la presencia de este, y aunque decía que Jimin era una persona equis, un cero a la izquierda, Yoongi pensaba que para serlo le dedica demasiada atención al chico pelinegro.

Por qué incluso, Jungkook había olvidado sus salidas con Jina, todas las noches pleneaba algo para poder sacar a Jimin del equipo.

Mientras más lejos, era mejor.

Ademas, de que agradecía que su padre no le haya preguntado como iban las cosas en el equipo, su padre, Jeon SoJung, era quizás la persona más homofobica que había conocido.

Si se llegaba a enterar de que tenía a un chico gay en el equipo, pegaría el grito al cielo. Y Jungkook sabía de lo que era capaz su padre, ya que, era uno de los principales padres de familia en donar cierta cantidad de dinero a la Universidad y al equipo.

El rostro lleno de cansancio no movió ni un poco el corazón de Jungkook, lo único que quería era la rendición de Park, por que, para Jeon Jimin solo fingía ser fuerte. Y en algún momento debería rendirse.

—¿No crees que te estas excediendo?. —Pregunto Yoongi.

—No. Ya sabes como son los entrenamientos, por algo somos los mejores. —Dijo mirando el rostro completamente rojo de Jimin.

—Sí pero, nunca los has puesto a correr tanto. Solo miralos, en antes pueden levantar los pies para correr. —Dijo Yoongi mirando a los pobre cinco chicos.

Jungkook los miro de igual forma, quizás se estaba pasando solo un poco. Se levantó y se acercó para darles descanso, varios cayeron satisfechos al suelo.

Mientras que otros fueron a tomar agua, Jimin fue uno de esos.

—¿Cansado Park?. —Jimin se bebió la botella completa de agua, se giro para ver a la persona de tan molesta voz. —¿Que?. ¿Es demasiado para ti?. Por esas razones no tenemos a maricas en el equipo. —Le dijo Jungkook.

Jimin aventó a la botella vacía y miro a Jungkook.

—¿Por que pareces amenazado?. Siempre estas al pendiente de mi rendimiento. Si supiera que me odias, creería que estas preocupado por mi. —Le dijo Jimin con una sonrisa burlona.

—¿Por que mejor no te unes al equipo de animadoras?. ¿No crees que te equivocaste al unirte aquí?. —Jimin se acerco a él, mirandolo seriamente.

—Mira Jeon, al equipo que me una, es mi problema. No entiendo cual es tu problema conmigo. —Jungkook lo miro de igual forma, ambos con sus ojos clavados en el contrario.

—Eres homosexual, y los chicos como-

—Los chicos como yo podemos hacer lo que queramos Jeon. No es mi problema que tengas una mente tan cerrada y seas un maldito homofobico. Hay algo que se llama libertad, y yo con mi libertad hago lo que quiera.

—Veremos cuanto duras. —Le dijo Jungkook y dio por finalizada la conversación.

Se unió a su equipo y las palabras de Jimin hicieron eco en su mente. ¿Amenazado?.Claro que no, Park no era ninguna amenaza. Podía jugar si, pero el podía ganarle fácilmente, por algo era el capitán.

Así que, su pequeño disgusto y odio por Park era solo por el simple hecho de tener diferentes preferencias. No por que Jimin fuera buen jugador. No, claro que no.

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Jimin esperaba a Suhya, la chica le había escrito y le había dicho que la esperara. Están en su teléfono para matar la espera, cuando sintió la presencia de alguien levantó su rostro y se encontró con DongMin.

—Hola, ¿Jimin verdad?. —le dijo el chico acercándose más. Jimin asintió.

—¿Tus eres DongMin verdad?. —

—Sí, pero puedes decirme EunWoo, mis amigos me llaman por ese nombre. —Jimin asintió con una pequeña sonrisa.
—¿Que tal los entrenamientos de hoy?. Tuve una actividad y no pude estar. —le comento EunWoo.

—Pues, solo quedamos tres ahora.

Dos chicos se habían dado de baja  diciendo que los entrenamientos era exagerados.

—Me imagino que Jeon tuvo que ver. —Dijo dando un suspiro. Jimin asintió. —¿Esperas a alguien?. —le pregunto, y Jimin lo agradeció por que no le apetecia hablar de Jungkook.

—Espero a mi amiga Suhya. Iremos a beber un poco. —

—¿Enserio?. Yo igual espero a mi amigo, y como ustedes iremos a beber. ¿Que te parece si nos unimos?. —le pregunto mirando a Jimin.

El pelinegro titubeo en su respuesta, no sabía que responder, y estaba rezando por que su amiga apareciera. Y como si los ángeles hubieran escuchado sus plegarias, su amiga apareció corriendo y gritando su nombre.

Al final, Jimin le pregunto a Suhya y aunque esta no entendió sus referencias de negarse, termino aceptando en salir los cuatro juntos.

Jimin solo esperaba no cometer una locura.

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Jimin amaneció con un dolor de cabeza terrible, agradecía que el día de hoy no tenían entrenamientos, por que si no, entonces si se da de baja.

Cuando estuvo duchado y con ropa limpia salió de su habitación y bajo las escaleras. Llego a la cocina y allí estaba a la mujer que consideraba su madre.

—Hola, Nana.

—Hola, cariño. ¿Desayunaras conmigo?. —pregunto la anciana poniendo la mesa.

—Claro que si, sabes que jamás me pierdo un desayuno contigo. ¿Donde esta papá?. —Pregunto.

—Esta en el jardín. A salido temprano. Ya sabes como es. —Jimin asintió.

—Ire a saludarlo mientras terminas de poner la mesa.

Jimin salió de la cocina directo al jardín, y en efecto, allí estaba su padre, el jardín de su casa era enorme, con un césped hermoso para acostarse y disfrutar de un día asoleado.

—Hola, papá. —saludo acercándose a él, estaba parado junto al gran árbol que tenían.

—Oh, Jimin. —

—¿Por que no estás adentro. El doctor dijo que debes guardar reposo.

—Lo se. Pero ya sabes como es tu anciano padre.

—¿Renuente?. —Le dijo Jimin bromeando. Ambos rieron un poco.

—Quizás si. Pero ester todo el día postrado en una cama siento que muero más rápido.

—Papá, solo trata de cuidarte. Tu cuerpo está débil y puedes tener algún accidente. —le dijo Jimin preocupado. A su padre le habían diagnosticado Insuficiencia Renal.

—Siempre lo hago Jimin. Ahora ve a desayunar o llegaras tarde a la Universidad.

—Esta bien. —

—Al regreso me dices como vas en el equipo de Fútbol. No creas que se me ha olvidado.

Jimin asintio con una pequeña sonrisa.

Está vez fue a entrar por la puerta que daba a la sala, antes de entrar a la cocina miro la foto que estaba en una mesita.

Su padre, su madre, su hermano y él.

Con una nostalgia miró la fotografía, después de todo, su vida no era lo muchos imaginaban.

Siempre tuvo padres ausentes, aunque su padre fue quien se esforzó un poco más para pasar tiempo con él.

Su madre fue otro cuento, desde que nació le contrato una niñera, incluso, llegó a tener nodriza. Siempre fue así, y es por eso que al día de hoy, el solo mira a SonHye como su única madre.

Y su hermano tomó los mismos pasos de sus padres, salió de la casa una ves se independizó y era difícil saber de él.

Esa era su vida, esa era su familia.

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Agradecería si me marcarán los errores.