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𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗼𝗻𝗲. 𝘁𝗵𝗲 𝗯𝗶𝘁𝗲 𝗼𝗳 𝟴𝟳

🐻FIVE NIGHTS AT FREDDY'S.. 𓆪﹏ᘏ
▀▄▀▄ 𝘤𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘶𝘯𝘰: 𝘭𝘢 𝘮𝘰𝘳𝘥𝘪𝘥𝘢 𝘥𝘦𝘭 '87☠︎︎☏⚰︎๛ꆜ๑▄▀▄▀▄
©2024 ⚊⚊⚊ loui_hmwtf28| Diana

FREDDY FAZBEAR'S PIZZA ERA EL LUGAR FAVORITO DE LOUIS en la ciudad de los Ángeles. Iba cada sábado con sus padres y hermanas pequeñas, su padre Steve era quien manejaba el lugar entero del sitio, era un lugar de entretenimiento familiar que alguna vez fue exitoso en el año 1980 , pero debido a un inexplicable accidente, la famosísima pizzería cerró las puertas al público y fue abandonada.

Louis fue un niño bastante bueno con todo el mundo, era el hermano mayor de sus hermanas Felicite, Lottie, Phoebe y Daisy. Ha sido más destacado como el payaso de la familia ya que él se pasaba las tardes haciendo reír a las pequeñas de la casa, le encantaba hacerlas feliz que incluso a él mismo aunque lo estuviera. Con forme iba pasando los años, con 8 años se iba con sus amigos de clase a los recreativos por las tardes después de acabar los deberes que le mandaban.

Llegaba Sábado y él sabía lo que tocaba: Irse con sus padres y hermanas a FREDDY FAZBEAR'S PIZZERÍA. Era su fin de semana favorito, los sábados. Tenía mucha emoción por los espectáculos que tenían preparado Spring Bonnie y Freddbear, hay una canción lo cual es su favorita que lo cantan al final del espectáculo llamada Talkin In Your Sleep de The romantics. Louis amaba ese grupo de música con toda su alma , su padre Steve fue quien configuró a los dos animatrónicos para que pudieran cantar las canciones favoritas de su hijo y pudieran tener movimiento pero quedándose en el escenario.

 Los años seguían volando y ya tenemos a un Louis adolescente de 16 años ya en cuarto de la ESO con su grupo de amigos desde infantil que estaban apunto de casi graduarse en el instituto de Nueva Orleans pero días antes , la hermana mediana Felicité cumplía los nueve años y su padre iba ser quien se iba encargar junto con su mujer en preparar la fiesta de la mediana en aquella pizzería. Esa fiesta iba ser inolvidable...Y claro que lo iba ser e incluso para Louis. 

Noches antes del cumple de la segunda hija de la familia Reglan Tomlinson ,  su hermana mediana le contó una cosa que iba cambiar en la familia por completo: 

- Oye Louis. - le llamó Felicité desde su habitación.

- Que pasa. - entra a la habitación.

- Me prometes que no te vas a reír. - la mediana alza su dedo meñique.

-Sabes que no me voy a reír salvo que sea una tontería. - bromea pero su hermana estaba seria.

-Louis es serio. - Nunca había visto a su querida hermana tan seria cuando su madre tenía que decirles una cosa importante.

- Lo prometo. -entrelazó su dedo meñique junto con la de ella formando una promesa.

-Tengo miedo de Freddbear. - traga grueso - Desde que lo vi por primera vez actuando en la pizzería, no he parado de tener pesadillas con él. Nunca me he despertado de la madrugada hasta ahora que cada noche desde la puerta veo unos ojos rojos iluminando mi habitación.

Louis escuchaba en cada momento con forme le iba contando  Felicite, sinceramente no sabía como reaccionar ante esta situación por la que estaba pasando. Nunca ha tenido pesadillas con los animatrónicos y en específico a freddbear, no dijo nada y simplemente le abraza para que ella sepa que no le va pasar nada malo estando él, ella corresponde poniendo su cabeza por encima de su hombro mientras solloza. 

-Quédate esta noche por favor.- suplica la mediana entre susurros.

-Me quedaré las noches que hagan falta.- aparta su rostro para poder verla, le quita un mechón de pelo y le besa la frente a lo que ella suelta una pequeña risa.

Felicité quedó rendida en los brazos de Louis, pasan las horas y Louis no puede conseguir el sueño cuando  mañana se tiene que levantar a las siete. De pronto, escucha como el armario de su hermana se cierra rápidamente haciendo ruido entre la ropa que tiene colgada en la percha. Se gira para comprobar si estaba la ventana cerrada y efectivamente la tenía cerrada. Se quedó extraño por unos segundos pero luego se volvió a tumbar y seguir durmiendo.

Al día siguiente : El
Cumpleaños de Felicité.

Louis bajaba de las escaleras adormilado dirigiéndose a la cocina quien se encontraba a su madre preparándole el desayuno. Se acerca dándole un beso en la mejilla y luego se sienta en la silla esperando a que la madre le dejara su plato, luego ve a su hermana Felicite ya vestida yendo a la silla sentándose al lado de su padre quien estaba sentado con un periódico abierto leyendo las noticias de la mañana.

-Rápido antes de que se te enfríe. - dijo su madre dejando el plato de Louis sobre la mesa mientras que se alejaba para luego coger su plato y sentarse en la mesa con todos sus hijos y su marido.

-Gracias, mamá. - sonríe Louis comenzando ya a comer.

- ¿Qué es mamá?. - pregunta su hija Lottie mirando su plato.

-Tocino con huevo frito cariño. - respondió la madre cortando el cuchillo un trozo de tocino para luego llevárselo a la boca.

-Johanna, te recuerdo que esta tarde nos tenemos que ir a Freddy's Fazbear's pizzería para preparar la fiesta de nuestra princesa segunda de la casa. - dijo su padre Steve mientras que tocaba con su dedo la nariz de la niña.

-¿Tienes ganas de hoy cariño?.- le preguntó su madre con una sonrisa.

Felicite asiente sonriendo.- Mucho, mamá.

Louis esperaba en la puerta de la casa a sus hermanas Lottie y Felicité quienes estaban poniendo ya su mochila para luego acercarse hasta él e irse.

-Nos vemos luego, mamá.- avisó Louis antes de cerrar la puerta.

-Adiós niños ¡que tengáis un buen día!.- Oyó a su madre desde la cocina por última vez y cerró la puerta.

Durante el camino hasta el colegio de sus hermanas, bromeaban entre ellos o en algún momento echaban carreras desde la acera hasta el semáforo de la izquierda que tenían. La primera parada fue el colegio de sus hermanas, les acompañó cómo siempre hasta la puerta de la entrada no sin despedirse de las niñas.

-Pequeñas ratonas, acercaros un momento.- dijo Louis poniéndose de rodillas para estar de la misma altura.- Darme un abrazo.- extiende sus brazos arrastrando a las cuatro para que le abrazaran.

-No aprietes fuerte que nos dejas sin aire.- dijo Phoebe quejándose.

-Os lo juro que no será fuerte.- Los cinco hermanos se abrazaron sin que el mayor les apretara tanto como pidió la mediana. Se puso de pie y vio irse a sus hermanas agarradas de la mano mientras que entraban cada una a sus respectivas clases, Louis se giró para continuar con su ruta hasta el instituto. Se para en el camino y saca de su mochila sus cascos y su walkman con la cinta de The romantics, reproduce la cinta y se pone los cascos mientras que vuelve a caminar con su ruta de 5 minutos que le quedaba.

Louis seguía un poco extrañado por lo de anoche que le dijo Felicite. ¿No me estaría tomándole el pelo? Seguramente su compañero de clase Peter le habrá metido miedo para que ahora ella se crea todo lo que él diga.- pensó. Su vista fue girada a la puerta de su instituto, fijó su mirada a la esquina que había al lado de la segunda puerta quienes estaban sus amigos Oliver, Lucas y Liam. Poco a poco se fue acercando hasta ellos dando pasos cortos hasta que llegó.

-Hola Loui.- saludó Oliver acercándose a él dando un choque de mano.

-Hey, Oliver.- dice louis sonriendo.

-Soy yo o tienes ojeras en los ojos.- Se levanta Lucas acercándose a Louis.

-Esta noche apenas he dormido si te soy sincero, Lucas.- Louis brotó los ojos.

-¿Y eso? ¿Mala noche?.- le preguntó su amigo Liam quien de los tres era el único que estaba sentado en el banco.

-Es que si os lo cuento os conozco perfectamente que os vais a reír de mí.- dijo Louis rodando los ojos.

-Te lo juro por la profesora de historia que nadie de nosotros tres se va a reír de ti.- dijo Lucas alzando su mano mientras lo ponía en su pecho como forma de promesa.

-¿Acabas de jurar por la profesora de historia? .- preguntó Oliver incrédulo

-Seamos sinceros tíos, nos cae mal esa mujer.- suspiró Lucas - Bueno a lo que íbamos Louis ¿Nos lo vas a contar o cómo va la cosa?

-Esta bien.- Dijo Louis frotándose las manos- Bueno, ¿vosotros sabéis que mi padre es el jefe de la pizzería Freddy's no?- asienten sus amigos.- Bien, ayer mi hermana Felicite me contó que por las noches sueña con el animatrónico Freddbear , dijo que se levantaba en la madrugar sujetando con su mano la linterna para ver que no había nada y que simplemente es una pesadilla. Y por eso estoy un poco pensativo porque yo nunca he soñado con estas cosas y eso que siempre hemos ido por las tardes a freddy's a cenar, pero es la primera vez que escucho a mi hermana bastante asustada contándome estás cosas.

Louis estaba esperando a que alguien de sus amigos dijeran algo para romper el hielo pero sus caras eran perfectamente un cuadro, estuvieron así un rato hasta que Lucas decide romper ya el hielo.

-Sinceramente esto es raro lo que le está pasando a Felicite.- dijo Lucas chasqueando la Lengua.- Louis, lo que te ha dicho tu hermana es una tontería más grande.- dijo sin rodeos para evitar esta conversación.

-No te pongas así, Lucas.- dijo Oliver muy serio. Odiaba mucho que Lucas tuviera un comportamiento de niñato cada vez que Louis se desahogaba con estos temas familiares pero siempre lo terminaba arruinando él con su típico comentario de niñato.

-Oliver enserio no me estés jodiendo. Su hermana Felicite seguramente habrá visto películas de miedo para que ahora sueñe con el dichoso animatrónico de los cojones.- Louis le estaba hirviendo la sangre con cada palabra que estaba soltando Lucas.

-Lucas te estás pasando.- Liam se levanta de la escalera y se acerca hasta él.- Te lo hemos dicho muchas veces que dejaras estos comportamientos de niñato porque  a todos nos estás cansando que te comportes así. Otra palabra o otro comentario que sueltes te lo advierto que a nosotros ni te vas a acercar.- Louis se quedó alucinando con lo que acababa de decir Liam a Lucas. A veces se replantea en que ojalá pudiera ser él y decir todo eso a Lucas.

- Voy a entrar ya,antes de que acabemos mal-. Lucas se giró y se fue a la puerta del instituto dando un leve portazo.

-Tranquilo Louis. Sabes que cuando tu te expresas él ya se pone como un idiota-. Y Oliver tenía razón, siempre que él se expresaba ya Lucas cambiaba de actitud y eso le entristece un poco a Louis porque él ayudaba a Lucas cuando tenía problemas en casa.

Después del Instituto:

Louis salió una hora antes para recoger a sus hermanas del Colegio. La primera salió su hermana Felicite agarrada de la mano de su profesora, la niña rápidamente le vio y fue corriendo hasta él.

- ¡Louis!-. gritó abrazándole

- ¿Que tal el día pequeña ratona? -. Le preguntó revolcando el pelo

- Muy bien, te he hecho un dibujo-. Felicite saca de su mochila un pequeño dibujo en donde aparecía ella agarrada de la manos de su hermano mayor estando en un parque que abajo ponía " Eres el mejor hermano que pude tener"


Louis miró el dibujo de Felicite con una sonrisa melancólica. Aunque todo lo que había pasado esa mañana y la preocupación por las pesadillas de su hermana lo tenían intranquilo, ese pequeño gesto lo hizo sentirse especial. A veces, en medio del caos de la vida, los pequeños momentos de cariño eran los que más importaban.

-¡Qué bonito, Felicite! - exclamó Louis, abrazándola con fuerza. - Voy a ponerlo en mi habitación para que todos lo vean.

Felicite sonrió, satisfecha con el elogio. Louis la había acompañado siempre, y sabía que, aunque su hermano mayor era más tranquilo de lo que solía ser, seguía siendo su héroe.

-Vamos, que mamá y papá nos están esperando en Freddy's para la fiesta. ¡Hoy va a ser un día increíble!" - dijo Louis mientras agarraba la mochila de su hermana y agarrando la mano de su hermana Lottie, se fueron caminando al sitio.

Mientras caminaban, Louis no dejaba de pensar en lo que Felicite le había contado esa noche: los ojos rojos que veía en sus pesadillas, y cómo el terror que sentía parecía real, como si algo estuviera acechando en la oscuridad. A pesar de que intentaba no darle demasiada importancia, una pequeña chispa de duda se encendió en su mente. Tal vez había algo más detrás de los temores de su hermana.

Cuando llegaron a Freddy Fazbear's Pizza, el ambiente era diferente. El lugar estaba tranquilo, pero la sombra del misterio parecía envolver el aire. Las luces brillaban en la pista de baile, pero los animatrónicos, normalmente vibrantes y llenos de vida, estaban quietos, como si esperaran algo. Louis observó con algo de inquietud a Spring Bonnie y Freddbear, cuyos ojos parecía que lo seguían a medida que pasaba cerca de ellos. Un escalofrío recorrió su espina dorsal, pero intentó ignorarlo. "No hay nada raro aquí", pensó. "Es solo un espectáculo."

La fiesta estaba en marcha. Felicite, con su vestido de cumpleaños, sonreía de oreja a oreja mientras sus amigos y familiares disfrutaban de la comida, los juegos y las canciones. La noche parecía prometedora, pero algo en el aire hacía que Louis se sintiera extraño. Se sentó con su familia cerca del escenario, viendo a los animatrónicos que una vez tanto había amado, pero ahora les veía con una mezcla de nostalgia y suspicacia.

A lo lejos, vio a su padre, Steve, que estaba conversando con un empleado sobre algunos problemas con los sistemas de los animatrónicos. La conversación parecía técnica, pero Louis no pudo evitar fijarse en el tono serio de su padre. Algo no estaba bien.

-Louis, ven a bailar con nosotras. - Felicite lo llamó, sacudiendo su mano frente a su cara.

Louis sonrió, intentando dejar de lado la sensación de inquietud que lo embargaba.

-¡Voy, voy! - respondió, y se levantó para unirse a su hermana en la pista de baile.

Mientras se movía con la música, algo llamó su atención. Los animatrónicos, en el escenario, comenzaron a moverse, pero no como antes. No estaban sincronizados, no se sentían naturales. Los ojos de Fredbear brillaban con una intensidad extraña, y por un momento, Louis juró haber visto una sombra moverse en el fondo de la pizzería.

De repente, las luces parpadearon, y la música se detuvo abruptamente. Un silencio pesado llenó la sala, y todos se quedaron congelados, mirando el escenario. Los animatrónicos, ahora completamente inmóviles, se veían casi... ¿muertos? El aire estaba denso, como si una presencia invisible los observase. Louis miró a su hermana Felicite, que tenía una expresión de miedo palpable, sus ojos abiertos como platos mientras miraba hacia el fondo.

-Louis... ¿Qué está pasando? - susurró Felicite, con voz temblorosa.

Louis no tenía una respuesta. El pánico que había sentido en su pecho esa mañana comenzó a intensificarse. No era solo su hermana quien sentía algo extraño... algo estaba sucediendo en Freddy Fazbear's, y no podía explicarlo. El ambiente estaba cambiando, y no podía escapar de la sensación de que algo estaba muy mal.

En ese momento, la figura de Spring Bonnie comenzó a moverse, caminando lentamente hacia ellos, con los ojos inyectados en rojo brillante. Louis sintió el peso de una mirada, una presencia que lo vigilaba desde la oscuridad. No podía moverse, no podía hablar. Un grito lejano resonó en sus oídos, y por un segundo, todo se volvió blanco y borroso.

Fue entonces cuando escuchó un susurro, bajo y tembloroso.

"Ayúdame..."

Louis giró la cabeza rápidamente, pero no vio a nadie. Solo la oscuridad. El miedo lo paralizó, y lo único que podía hacer era mirar a su alrededor, intentando comprender qué estaba sucediendo. Su hermana aún lo tomaba de la mano, con los ojos llorosos.

De repente, las luces se apagaron por completo.

La oscuridad lo envolvió todo.

La oscuridad envolvía a toda la pizzería, y Louis sintió un nudo en el estómago. El aire era espeso, denso, como si algo pesado estuviera por ocurrir. Escuchó el crujido de los pasos metálicos de los animatrónicos acercándose, pero no podía ver nada. Solo el sonido retumbaba en su pecho. La ansiedad le apretaba la garganta, y sus pensamientos estaban acelerados, intentando encontrar una salida de esta pesadilla.

"Es solo una broma, ¿verdad?" pensó Louis, aunque la voz de su hermana susurrando su nombre le taladraba la mente.

-Louis... ¿por qué no se mueven? - preguntó Felicite, asustada mirando alrededor.

Louis no tenía respuesta. Los animatrónicos ya no eran los mismos. Algo había cambiado. La forma en que se movían, la manera en que sus ojos brillaban con un resplandor rojo... no era normal. Algo mucho más oscuro había tomado el control de esos robots.

Entonces, un chillido desgarrador cortó el aire.

Louis giró rápidamente, su corazón golpeando con fuerza en su pecho. Allí, en el centro de la pista, Spring Bonnie estaba avanzando hacia ellos. Pero no era el animatrónico amistoso que conocía. Su sonrisa estaba torcida, y sus ojos rojos brillaban con una intensidad maligna. Louis vio como la figura de Spring Bonnie se acercaba a ellos, y sus pies pesados resonaban en el suelo.

Antes de que Louis pudiera reaccionar, algo inhumano sucedió. Spring Bonnie se lanzó hacia Felicite con una rapidez que no correspondía a su tamaño metálico. Louis intentó mover sus piernas, pero estaba paralizado por el miedo. Gritó el nombre de su hermana, pero la pizzería estaba llena de ecos, y su voz se perdió en la nada.

-¡Felicite! - gritó, desesperado, pero ella no pudo oírlo.

Felicite, aterrada, intentó retroceder, pero fue demasiado tarde. Spring Bonnie, con su mandíbula articulada y llena de afiladas piezas metálicas, la alcanzó con una rapidez que dejó sin aliento a Louis. La figura del animatrónico se inclinó hacia ella y, en un movimiento brutal, mordió su cabeza. El sonido de metal atravesando carne y hueso resonó en la sala, seguido por un grito ensordecedor de su hermana. Louis se paralizó, incapaz de hacer nada mientras veía cómo la vida de Felicite se desvanecía en un instante. La mandíbula de Spring Bonnie se cerró con un crujido espantoso, y la pequeña cabeza de su hermana fue aplastada en un acto macabro, los ojos de Felicite abiertos de terror, mirando fijamente a Louis en su último segundo.

El aire se llenó de una mezcla de sangre y metal.

Louis, completamente aterrorizado, dio un paso atrás, pero no podía dejar de mirar. No podía creer lo que acababa de suceder. Felicite... su pequeña hermana... ya no estaba. Su cuerpo caído al suelo era ahora una visión macabra. El animatrónico, cubierto en sangre, levantó la cabeza y lo miró directamente con esos ojos rojos brillantes, como si estuviera observando su alma.

El terror recorrió todo su cuerpo. Sus piernas no respondían. Un frío helado se apoderó de él mientras observaba el rostro inerte de su hermana, aún agarrada al pequeño dibujo que había hecho para él.

-¡No... no puede ser!- Louis murmuró, con la voz quebrada.

Spring Bonnie, con un chasquido metálico, se giró lentamente y comenzó a caminar hacia él, su rostro deformado por una sonrisa macabra. Louis retrocedió, sin saber qué hacer, pero su mente solo pensaba en una cosa: salir. Salir de allí, salir de esa pesadilla.

"Esos malditos animatrónicos... ¿Qué cojones ha pasado?", pensaba mientras su mente se desbordaba de preguntas y dolor.

Entonces, escuchó un sonido familiar: la voz de su padre, Steve, llamando desde algún lugar cercano.

-¡Louis, Felicite! ¡¿Estáis bien?! - la voz de su padre retumbó, pero Louis no podía responder. Sus piernas seguían temblando.

Los ojos de Spring Bonnie no se apartaban de él. A cada paso que daba hacia él, el aire se volvía más denso, como si el tiempo mismo se estuviera deteniendo. El miedo se apoderó completamente de Louis, pero en su interior, algo gritaba: "¡Corre! ¡Haz algo!

Louis reaccionó. Corrió, corrió lo más rápido que pudo, saltando sobre el cuerpo sin vida de Felicite. El sonido metálico de los animatrónicos lo perseguía. Sabía que no tenía mucho tiempo. Su corazón latía a mil por hora mientras corría en la oscuridad, guiándose por las luces parpadeantes de la pizzería.

En su mente, una sola palabra giraba sin parar: vengarse de esos hijos de perra.

Louis no podía respirar. Cada inhalación le dolía como si el aire estuviera impregnado de desesperación. Corrió por el pasillo oscuro de la pizzería, los pasos de Spring Bonnie resonando detrás de él, cada vez más cerca. El sonido metálico de los engranajes y las piezas de los animatrónicos seguía creciendo, llenando sus oídos y desgarrando su concentración.

El cuerpo sin vida de Felicite aún estaba grabado en su mente, sus ojos vacíos mirando hacia él, su pequeño dibujo de colores brillantes todavía aferrado en su mano. Louis no podía dejar de ver la horrible escena en su cabeza. No podía dejar de escuchar el crujido, el sonido de su hermana siendo destrozada, la carcajada siniestra de Spring Bonnie resonando en sus oídos.

Él había prometido protegerla. Él había fallado.

Las lágrimas caían por sus mejillas mientras corría, pero no había tiempo para detenerse. "No puedo... no puedo perderla, no puedo dejar que se quede ahí..." Pensaba, aunque sabía que no podía hacer nada para cambiar lo que ya había sucedido.

Finalmente, Louis alcanzó una de las puertas traseras de la pizzería, empujándola con fuerza. Pero no estaba fuera de peligro aún. Una figura apareció ante él. No era su padre, ni su madre. Era otra sombra metálica, otra máquina condenada. Freddbear.

El enorme animatrónico se interpuso en su camino. Sus ojos rojos brillaban con un brillo infernal, su boca torcida en una sonrisa macabra. Louis sintió como si el suelo se desmoronara bajo sus pies. Freddbear lo estaba mirando, observándolo con una calma ominosa. Como si ya estuviera esperando ese momento. Como si ya supiera lo que pasaba por su mente.

-No hay salida, Louis. La voz que salió de la máquina sonaba distorsionada, fría, y completamente aterradora.

Louis tragó saliva, temblando, aparte un poco sorprendido de que ese animatrónico podía hablarle, y entonces, de repente, la puerta detrás de él se cerró violentamente. El sonido de la cerradura bloqueando el camino hizo que su corazón se acelerara aún más. Estaba atrapado.

-Tu hermana ya está conmigo, Louis. No puedes salvarla. No puedes salvarte.- Freddbear dio un paso adelante, y Louis sintió su corazón latir con fuerza en su pecho. Quiso gritar, quiso huir, pero sus piernas no le respondían. La pesadilla se estaba haciendo realidad. ¿Dónde estaban sus padres? ¿Por qué no llegaban?

-¡NO! - Louis gritó, intentando apartar la mirada de los ojos rojos de Freddbear, pero no podía. Todo a su alrededor parecía desmoronarse, como si la pizzería misma estuviera viva, observándolos. Los gritos de su hermana, las risas mecánicas de los animatrónicos, los ecos de sus pesadillas, todo se fusionaba en su cabeza, apoderándose de él.

En ese momento, escuchó un ruido. Lejos, en la distancia. Un sonido metálico. Un estrépito.

De repente, la figura de Spring Bonnie apareció junto a Freddbear, como si estuvieran de acuerdo en algo. La sombra de Spring Bonnie se cernió sobre Louis, como un predador acechando a su presa. Louis dio un paso atrás, su mente llena de terror. ¿Por qué estaban jugando con él? ¿Por qué no lo mataban de una vez?

-Esto no tiene que terminar así, Louis.- La voz de Freddbear fue suave, casi como si intentara consolarlo, pero lo único que hizo fue aumentar su desesperación. -Tú mismo lo sabes, no eres más que una pieza más en este juego.

Louis tragó saliva, sus manos sudando, los pensamientos corriendo como un tren desbocado en su mente. No podía permitir que esto lo derrotara. No podía dejar que Felicite muriera en vano.

Apretó los puños, levantó la cabeza, y, en lugar de correr, se enfrentó a la sombra de Freddbear.

-¡Voy a hacerte pagar por esto! - gritó, su voz rasgada por la rabia y el dolor. Las lágrimas continuaban cayendo, pero esta vez eran de furia, no de miedo. Louis sabía que no podía seguir huyendo. Si no lo detenía ahora, más personas iban a morir.

Freddbear y Spring Bonnie se acercaron lentamente, casi disfrutando del sufrimiento que causaban. Pero Louis no iba a retroceder. No ahora. En un acto desesperado, metió la mano en su mochila y sacó un objeto que había encontrado entre los restos de la pizzería. Un trozo de metal, afilado y pesado. Algo con lo que podía defenderse.

-Esto no ha terminado, malditos cabrones.- Louis susurró, con la boca seca y los ojos fijos en las sombras que lo rodeaban.

La tensión en el aire era palpable. Louis sentía la furia corriendo por sus venas, su mente sumida en una tormenta de pensamientos oscuros mientras el sonido metálico de las máquinas se acercaba. El pedazo de metal que tenía en la mano se sentía frío, pesado, pero también era su única esperanza. Sus manos temblaban, pero no era solo miedo lo que sentía ahora. Era algo más fuerte, algo que lo impulsaba a mantenerse firme: la rabia.

-Voy a hacer que paguéis por todo.- pensó, mirando a Freddbear y Spring Bonnie. Esos ojos rojos, esas sonrisas distorsionadas, no eran nada más que una pesadilla hecha realidad, pero Louis ya no estaba dispuesto a dejarse llevar por el terror.

-¿Creéis que podéis hacer esto y saliros con la vuestra?- Louis apretó los dientes, la voz más firme de lo que jamás pensó que podría sonar. -Si queréis destruir mi vida, tendréis que acabar conmigo.

Freddbear se detuvo un momento, como si evaluara las palabras de Louis. La enorme figura del animatrónico se inclinó ligeramente hacia adelante, su boca metálica curvándose en una sonrisa cruel, mientras Spring Bonnie se movía a su alrededor, como un animal acechando a su presa.

-Lo intentaste, Louis. La voz de Freddbear resonó en la sala, fría y mecánica.-pero siempre estamos un paso adelante.

Con un rugido, Spring Bonnie se lanzó hacia él. Louis apenas tuvo tiempo de reaccionar, pero algo en su interior lo hizo moverse, esquivar el primer golpe que Spring Bonnie intentó darle con sus enormes manos. El metal de la pizzería crujió bajo el impacto de los pasos pesados de los animatrónicos, pero Louis no se detuvo. Siguió corriendo, buscando una salida, buscando un modo de poner fin a todo esto.

De repente, escuchó el sonido de una puerta abriéndose detrás de él, y sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella. Pero, al girar la esquina, algo le hizo frenar en seco: una figura estaba frente a él. Era ella.

Felicite.

Louis se quedó paralizado. ¿Cómo? ¿Por qué estaba ella ahí? Su hermana, que había muerto, que había sido... devorada. Estaba de pie frente a él, con la mirada vacía, los ojos rojos brillando como los de los animatrónicos, su cuerpo frío y rígido. Pero lo más aterrador era su expresión. Una sonrisa torcida, casi maliciosa, se formó en su rostro.

-Louis... La voz que salió de su hermana no era suya. Estaba distorsionada, como si fuera una grabación rota. -Te dije que no podrías salvarme.

Louis dio un paso atrás, el corazón golpeándole con fuerza en el pecho. No podía ser. Esto no era ella.

Felicite dio un paso hacia él, sus ojos vacíos observándolo, mientras Louis sentía el temor crecer en su interior. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaba pasando con su hermana?

-Esto es lo que pasa cuando juegas con cosas que no entiendes, Louis...-La voz distorsionada de Felicite siguió resonando, y en ese momento, Louis se dio cuenta de lo que estaba viendo. Ella ya no estaba viva. La pizzería había tomado todo lo que quedaba de ella, y ahora era una marioneta más en manos de los animatrónicos. Su hermana, la niña que amaba, ya no existía.

Louis cayó de rodillas, la desesperación recorriéndolo de arriba a abajo, como una ola imparable. La visión de Felicite se desvaneció, como si se desintegrara en el aire, y él se quedó allí, rodeado por la oscuridad, el frío metálico de la pizzería a su alrededor. En ese instante, Louis entendió lo peor: ya nada sería igual.

Pero en lo profundo de su corazón, algo más crecía. La venganza.

Se levantó lentamente, los ojos llenos de furia, su respiración entrecortada. No podía salvar a su hermana. Pero sí podía asegurarse de que ninguno de esos monstruos volviera a hacerle daño a alguien más. No iba a permitir que su familia, o cualquiera, sufriera como él.

Louis apretó con fuerza el pedazo de metal en su mano. Tenía una misión: acabar con Freddbear, acabar con Spring Bonnie, y destruir todo lo que representaban.

-Voy a acabar con todos vosotros.-Murmuró entre dientes, mientras una risa sádica comenzaba a burbujear en su garganta.

Los animatrónicos sabían que él estaba cerca, que el final se acercaba. Pero Louis también lo sabía. No importaba cuánto tiempo pasara, no importaba lo que tuvieran planeado. Él acabaría con ellos.




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