𝒀𝑶𝑼
𝘌𝘬𝘬𝘰 𝘎𝘭𝘪𝘮𝘸𝘰𝘳𝘮
Él... uhh, ¿Cómo podría empezar? No soy muy buena para esto.
Supongo que un buen inicio sería explicarte quién es.
Antes de conocerlo, Mylo solamente lo veía como "la mascota del profesor"; Claggor no tenía una opinión clara, pero sabía algunas cosas de él como que es miembro del taller de pintura y eso; Vi ni siquiera va en mi escuela, así que no sabía para nada de su existencia, y no me atreví a comentar algo de esto frente a Vander o Silco en su momento.
Ekko, el chico perfecto que saca buenas calificaciones y es totalmente normal, opuesto en todo sentido a la alocada Jinx. Te preguntarás cómo es que dos personas tan diferentes terminaron involucrándose, bueno, no fue de la mejor manera que digamos.
Al principio ni le prestaba atención. Para mí, Ekko era como un estudiante más, aunque me encantaba su estilo y su aire. Sólo lo veía cuando pasaba por los pasillos y luego desaparecía de mi vista así como de mi mente. Otras veces lo encontraba reunido con su numeroso grupo de amigos -que daban la impresión de ser todos marginados- en algún rincón del instituto. Incluso a veces lo descubría hablando con el sumiso profesor Talis, o con la "señorita perfecta" Medarda. Entendí entonces a lo que Mylo se refería después de eso.
Como sea, la cosa no paso de ahí por algún tiempo. Y si me preguntas cuando empezó... estoy casi segura que fue el día en que me lo encontré en detención. Tal vez no recuerde ni lo que me paso el día de ayer, pero te prometo que jamás olvidaré ese lunes.
Fue, en primer lugar, por culpa del idiota de Deckard. Se puso a molestarme durante el receso y yo intenté ignorarlo para no perder mi tiempo con él. Entonces me empujó y caí al suelo. Vi me había enseñado a no dejarme intimidar ni humillar por nadie, pero es muy fácil para ella decirlo ¡tiene demasiada fuerza! yo apenas puedo cargar mi mochila.
Da igual, me molesté tanto por el empujón que, por primera vez, tomé el consejo de mi hermana. Lo pateé en el estomago apenas y me levanté, él entonces me golpeó en la cara, dejándome un moretón en el ojo. Quizás me habría hecho algo más si no hubiera llegado Mylo a interferir. Literalmente se lanzo hacia él y comenzó a golpearlo, mientras que Claggor se acercó a mí tratando de alejarme de ellos. Luego llegaron algunos profesores y fue Grayson quien los separó al final.
Claro que el rubiecito atestiguó en mi contra, aunque tampoco le fue tan bien. Mylo lo había dejado bastante herido, así que se lo llevaron a la enfermería mientras que a nosotros dos nos dieron un castigo. Que justo.
Aún recuerdo que durante el trayecto hacia el aula Mylo me amenazó con no decir nada, "no quiero que sepan que entré en la pelea para defenderte", me dijo. Yo me limité a contestar un "gracias hermanito" burlonamente, sabía cuanto odiaba que lo llamara así.
Entramos al salón, como era costumbre. Marcus nos saludó y nos preguntó un par de cosas, seguro nos extrañaba por ahí. Entonces Mylo me hizo una seña, apuntando hacia el fondo del salón, donde había un chico sentado. No me lo podía creer.
Era... Ekko.
Vaya, supongo que verlo ahí fue lo que de cierta forma me llamó la atención. Era como el "niño bueno" con notas de 10 y varios amigos, nunca molestaba a nadie ni se metía en problemas justo como Mylo y yo acostumbramos hacerlo. Me puse a pensar en qué podría haber hecho para terminar castigado. ¿Acaso no era tan aburrido como aparentaba ser? Sería un caso bastante curioso.
Pensé "¿Acaso peleó con alguien? ¿Se burló de un profesor? ¿Puso una bomba de pintura en la oficina de Sevika? Ah, no. Esa fui yo".
Me intrigaba saber, por lo que me senté a su lado. Tal vez podríamos conversar y entonces me diría la verdad.
Se veía ocupado. Pensé en que tal ves había olvidado hacer su tarea, como suele pasarme a veces. Estaba a punto de hablarle cuando recordé que también tenía tarea que no había hecho en toda la semana "¡Cierto! el ensayo que nos pidió Young" Suspiré con pesadez. Ya hablaría con él en otro momento.
Saqué mis audífonos y escuché algo de música mientras leía unos apuntes de mi cuaderno, pero no pude concentrarme. Volteé a ver a Ekko quien levantaba una hoja de papel frente a él. Tenía un dibujo, más bien un plano de una... ¿patineta?
Me quedé viéndolo como una tonta hasta que se dio cuenta y volteó a verme. Desvié la mirada rápidamente esperando que no me hubiera descubierto. Después de unos segundos, simplemente clavé mis ojos en él otra vez, ahora tenía un libro entre las manos, uno que me era bastante familiar. Pude ver que era un tomo de "Máquinas y herramientas" y eso capturó totalmente mi atención. "¿En serio le interesan esos temas?" pensé, yo suelo realizar pequeños artefactos durante mi tiempo libre, así que para mí leer ese tipo de libros es cosa de rutina. Fue bastante impresionante encontrar a otra persona que tuviera los mismos hobbies.
Definitivamente tenía que conocerlo.
- ¿Por qué estás leyendo eso? - Pregunté, con curiosidad. Él se giro para verme y (quizás suene un poco dulzón) sentí una emoción muy fuerte con tan sólo verlo a los ojos. Casi como cuando me electrocuté tratando de crear una bomba casera, aunque fue más rápido y menos doloroso que eso. Y si ya fue lo bastante extraño, imagínate cómo me sentí cuando me habló, con esa voz tan patéticamente encantadora que tiene.
- Para mi proyecto - Respondió. Esas tres insípidas palabras me dejaron totalmente embelesada. Quería seguir oyéndolo, por lo que intenté continuar con la conversación pero en eso el tierno enano cara de hámster que tenemos por subdirector entró y se lo llevó del salón, lo que me dejó aún más confundida. ¿Habría hecho algo tan malo que por eso tuvieron que llamar a Hamsterdinger?
Quería averiguarlo, pero sabía que no podría mientras estuviera en detención. Me senté atrás de Mylo esperando que tuviera algo de dinero para sobornar a Marcus, pero lo había perdido en una apuesta con Taliyah. No tuve otra opción que resignarme a esperar.
━━━━━━━━━━━━━━━
Me pasé el resto de la tarde haciendo las tareas pendientes que tenía, y garabateando unas cuantas cosas mientras molestaba a Mylo. Pero incluso ocupada con todo esto, recordaba con frecuencia a Ekko.
- Es lindo - Admití en un murmullo.
Seguía preguntándome el porqué de su castigo. Además de pensar sobre qué tipo de cosas prefería inventar o si sus creaciones solían explotar como lo hacen las mías.
Al terminar la detención, Claggor nos esperaba afuera del aula para irnos a casa. Pero yo no fui con ellos. No tenia la intención de llegar y enfrentarme a los reproches de Vander, más bien tomé mis cosas y fui al aula de Viktor - el único profesor que me cae bien - para pedirle ayuda con un tema que no comprendía del todo y de paso platicar un poco con él.
En medio de la conversación, mencionó que la escuela había impulsado un proyecto para "promover las habilidades artísticas de los estudiantes". Algo así de pintar murales en las paredes de la escuela y que ya habían seleccionado algunos candidatos.
"El subdirector Heimerdinger y la profesora Medarda personalmente hablaron con los estudiantes que consideraron aptos para esa labor" Contó sin mucha emoción. Luego me preguntó si me habían llamado a mí también. ¡Ja! Actuaba como si no supiera de mi reputación con los otros profesores. Que ingenuo.
En fin, luego traté de averiguar sobre cuales eran los alumnos escogidos, pero no me dijo mucho. Entre ellos mencionó a Ekko, quien también era su estudiante. "¿Sabes? Ahora que lo menciono, él y tú son muy parecidos. Ambos son muy brillantes y tienen su lado creativo"
Esa frase se quedó en mi cabeza incluso al salir de la escuela. Tenía sentido, lo sucedido en detención sólo me hizo confirmar aún más ese hecho. Y me causaba cierto interés lo del mural.
Mi curiosidad me llevó a buscarlo con la mirada cada vez que cruzaba por los pasillos llenos de gente. Después de unos días, lo vi por fin en el patio trasero de la escuela. Estaba con un grupo de chicos pintando el dichoso mural, parecían apenas estar comenzando.
Me senté en el pasto para ver que hacían, aunque no me acerqué demasiado por la estúpida timidez que de la nada empecé a sentir. Mi atención se centró totalmente en Ekko. Él se reía y conversaba alegremente con sus amigos, y me quedé como idiotizada al ver su sonrisa. Creo que me hubiera quedado ahí toda la tarde - cosa que, de todas formas, terminé haciendo los días posteriores - si Vi no me hubiera llamado en ese momento para decirme que estaba en casa. Yo, lógicamente, fui a verla, pues desde que se mudó son muy pocas las ocasiones en las que viene a visitarnos.
Ella me recibió con uno de esos abrazos asfixiantes que suele dar y fuimos a dar una vuelta a la plaza. Hablamos un poco de lo que habíamos hecho últimamente, sobre la escuela, y esas cosas, ¡Casi me ahogo con el jugo que bebía cuando me contó que la arrestaron por meterse en una pelea! Afortunadamente, tuvo con que pagar la fianza.
- Y dime ¿hay algo nuevo de lo que deba enterarme, Pow-Pow? - Me cuestionó mientras veíamos discos en una tienda - Algún invento reciente, nuevos amigos... ¿Un novio, quizás? - Inquirió con picardía.
Su pregunta tuvo un efecto inesperado en mí. Me quedé paralizada por un instante lo cual, al parecer, interpretó como un "sí". Sonrió y negó con la cabeza - Espera... ¿Qué estás pensando? - Fruncí el ceño.
- Ay, hermanita. Pudiste haberlo ocultado mejor, ahora tendrás que decirme todo, ¿Quién es?
Por alguna razón no le dije su nombre. Creí en ese momento que era una especie de "crush" pasajero, así que tampoco lo consideraba totalmente serio. Ahora que lo pienso, me alegro mucho de no haberle dicho de quién se trataba o de lo contrario Ekko aún estaría recuperándose en el hospital.
- Un chico de mi escuela. Es lindo, pero nada más. No vayas a pensar cosas raras.
- Demasiado tarde - Se encogió de hombros - Y... ¿Has hablado con él? - Pronunció después de un rato.
- Apenas. Por ahora, lo único que sé de él es su nombre y que también le gusta inventar cosas. Claro, además de que es un "cerebrito" que hace garabatos raros - Suspiré y Vi puso una mano en mi hombro.
- Hum... Podrías empezar por conocerlo mejor. Ya sabes, cuáles son sus pasatiempos, quiénes son sus amigos, su comida favorita, que música le gusta - Alzó un cd que tenía en la mano - eso es lo más primordial.
Recuerdo que me quedé pensando en sus palabras incluso hasta antes de dormir. No entendía por qué todo lo referente a Ekko me daba vueltas en la cabeza, jamás me había sucedido algo así por alguien.
Como sea. Puse en práctica el consejo de Vi... aunque quizás exageré un poco.
Intenté acercarme y conversar con él... bueno, para qué mentir. Esta claro que no lo hice y de nuevo no me explicaba mi propio comportamiento. No suelo ser de esas personas a las que les da pena o vergüenza hacer las cosas, pero tan sólo tenerlo a unos metros de mí era suficiente para apagar mi sistema.
No quería quedar en ridículo frente a él, así que preferí observarlo mientras buscaba el momento adecuado para hablarle. Empecé a quedarme después de la escuela cuando tenía menos pendientes y lo veía trabajar en su mural.
Hacer esto en parte me permitió conocerlo un poco mejor: supe que sus géneros favoritos son el Hip-Hop y el Rap e incluso se pone a rapear improvisadamente con sus amigos, también suele ir al arcade con ellos después de la escuela. Le gustan esas bebidas raras que toman los deportistas y detesta los postres - lo cual es una lástima - además de que parece gustarle mucho el color verde. "Me pregunto si también le gustará el azul" pensé.
Había ocasiones, muchas veces era en viernes, en las que se quedaba hasta muy tarde pintando. Ahora que mencioné lo de los colores, fue justamente uno de esos días en los que sus amigos no estaban rodeándolo en que decidí acercarme para intentar hablar con él. Traía sus audífonos y estaba muy ocupado trazando líneas en la esquina inferior del mural con pintura negra en aerosol, sentado sobre el césped.
Caminé hasta quedar a pocos metros de él. En eso, se puso de pie y se quitó los audífonos. Llevó sus manos a la cintura y suspiró mientras negaba con la cabeza.
- Creo que le falta más color - Habló y por un momento pensé que me lo estaba diciendo a mí. Me tensé en mi lugar mientras pensaba en cómo responderle, pero luego él se puso los audífonos y retomó su tarea. Claro, Ekko ni siquiera sabía que yo estaba ahí. Aunque estuvo a punto de saberlo.
- Por fin te encuentro. Supuse que estarías aquí - Oír la horrenda voz de esa ogra de Sevika detrás de mí casi me provocó un infarto, más que nada porque habló en un tono lo suficientemente alto como para que él también la escuchara. Tomé a Sevika del brazo y la arrastré lejos de ahí lo más rápido que pude, con la cara roja de vergüenza.
Había ido a buscarme porque Vander la llamó preguntando si es que yo seguía en la escuela. Estaba tan concentrada con Ekko que perdí la noción del tiempo. También olvidé que la batería de mi teléfono estaba muerta, así que no recibí ninguna de sus llamadas.
- Pero estabas muy ocupada, ¿no es así, Jinx? - Preguntó con burla.
- A ti que te importa - Le respondí con molestia. Ella se echó a reír.
- No seas tonta. La próxima vez trata de llamar su atención y no te quedes mirándolo como una psicópata. Aunque ya lo eres, claro - Murmuró esto último. Luego me dio la espalda y se fue.
"Psicópata" como odio que me llamen así. No es lindo que te tomen como una loca o un peligro a donde quiera que vayas. Y aunque me gané esa reputación, hay muchas cosas de mí que no saben. No todo es lo que parece.
Como sea, ese era el segundo consejo que recibía - sí, lo tomé como un consejo - aunque tampoco supe aplicarlo bien.
Eso de llamar su atención... Sólo pude procesarlo de la manera que conocía mejor. Como te dije antes, no tenía el valor de ir y hablarle. En su lugar hice algo diferente. Bastante diferente.
Claggor se hizo amigo de un chico del mismo año que Ekko, de hecho, siempre lo veía junto a él. Más tarde, me enteré que en realidad se trataba de su mejor amigo, Scar. Mi hermano le preguntó por su horario escolar y con ello tuve para saber a qué hora podría encontrarlo y dónde.
¿Qué si fue un poco exagerado e incluso algo tétrico? Quizás parecía una acosadora, pero debo decir que, en un principio, mi plan pareció funcionar a la perfección, al menos desde mi perspectiva.
Logré encontrarlo en los pasillos una buena cantidad de veces, y siempre iba con el plan de comenzar una charla, pero mi cerebro nunca reaccionaba cuando mis pasos se dirigían hacia donde estaba. En su lugar, solamente pasaba al lado de él casi empujándolo para ver si, de esa manera, me notaba y entonces quisiera hablar conmigo.
Lo que hacía era mirarme solamente, lo cual ya era una ganancia para mí. Aquello me impulsó a repetir esa misma acción cada vez que lo frecuentaba al pasar de una clase a otra. Fue hasta un día que lo escuché decirme "oye" y volteé, esperando oír otra palabra; sin embargo, él había seguido su camino. No entendí en ese momento que lo que estaba provocando en realidad era que Ekko se enojara conmigo, ¡lo único en lo que podía pensar era en que por fin estaba hablándome!
Y lo volvió a hacer. En otra ocasión exclamó: "Oye, ¿¡qué te pasa, Jinx!?"
"Que bien suena mi nombre cuando lo dice" ¡Se había fijado en mí! ¡Incluso sabía cómo me llamaba! Me limité a sonreírle como una tonta en cuanto lo dijo, pero creo que a Ekko eso no le cayó muy bien que digamos.
El tercer consejo, y el último, no fue una excepción a mi línea de errores; esta vez fue por la profesora Sky, a quien suelo llamar "la profesora simplona". Dio la casualidad de que me senté junto a la ventana en la clase de biología, justo cuando Ekko practicaba unos movimientos de pelea junto con Scar y otro de su grupo en el jardín de enfrente.
Lanzaba golpes a puño cerrado, pero su amigo Scar - quien, por cierto, está en mejor forma que él - los esquivaba con facilidad y le devolvía el ataque con mayor fuerza.
Mi atención se desvió totalmente del tema de taxonomía y observé atenta los movimientos de Ekko. Eran algo lentos y no los planeaba debidamente. Siendo yo hermana de Violet, sé muy bien cómo distinguir a un buen luchador.
- Es tan patético - Murmuré, sonriendo de lado. Vi el reclamo que le hizo a su amigo cuando éste lo tiró al suelo y luego, enojado como estaba, fue y golpeó el árbol que les daba sombra. Inmediatamente después agitó su mano y su rostro asumió una expresión muy graciosa, "¿en serio le dolió?, que tierno" pensé al tiempo que soltaba una tenue carcajada.
- ¿Le parece divertida la clase, señorita Fitchead? - Preguntó la profesora al tiempo que yo me giraba para verla, totalmente roja de la vergüenza.
- No, profesora - Contesté en el tono más rígido que pude. No quería que me hiciera preguntas incómodas en frente de toda la clase, eso me hubiera restado toda la dignidad que me quedaba.
Solamente me hizo preguntas sobre el tema y me obligó a explicar la clasificación de los seres vivos a todos mis compañeros. Suerte que Singed y sus experimentos posiblemente ilegales me hicieron aprender mucho el año pasado. Al final de la clase me llamó, diciendo que se había dado cuenta del motivo de mi distracción.
- Noté cómo mirabas a esos chicos, uno de ellos te gusta ¿verdad? - Inquirió ella. Me crucé de brazos y desvié la mirada mientras mis mejillas se calentaban en un torpe intento por disimular. Young prosiguió - Te entiendo. Yo también he estado en una situación parecida - Y vaya que no dudaba de eso. Verán, el profesor Viktor la trae totalmente enamorada, pero ella ni siquiera se lo ha confesado. Antes pensaba que sus sentimientos eran tontos, ahora estamos en las mismas.
- ¿Y qué hizo al respecto? - Pregunté, curiosa por saber su respuesta.
Ella suspiró - Simplemente le hice saber que yo estaba ahí para él: lo ayudaba, estaba atenta a lo que podría necesitar... en resumen, demostraba que le prestaba atención. A ellos también les gusta que los escuchen, no es sólo cosa de chicas - Concluyó. En ese momento, oportunamente entró el profesor Viktor al aula. Fue divertido ver a la profesora Sky incorporarse como un resorte de su asiento e intentado disimular lo nerviosa que estaba.
- Debería decírselo - Le susurré. Ella sonrió a medias y por fin abandoné el aula. "Wow. Si me veo igual de boba cada vez que me acerco a Ekko, entonces ya no me queda dignidad alguna que rescatar" pensé.
Examiné cada una de las palabras de Sky más tarde ese día, pero no hallaba manera de demostrarle a Ekko que lo escuchaba cuando apenas y me había dirigido la palabra. Eso de "mantenerme atenta a lo que podría necesitar" se me hizo más fácil, e hice un repaso mental sobre lo poco que hasta ese momento yo sabía sobre Ekko. Lo siguiente: logré que mi crush me odiara antes de siquiera conocerme. Un fracaso épico.
Al final de aquella semana me paseé, como de costumbre, por la misma zona donde Ekko pintaba su mural, llevándome con la sorpresa de que ya estaba terminado. Observé atenta la obra, que lucía en realidad extraordinaria y muy de su estilo. Me encantó, aunque sentí que algo le faltaba.
Entonces recordé su comentario sobre el color. "Yo soy muy buena con el color" pensé e inmediatamente comencé a formular un plan con el que podría ayudar a Ekko a resolver ese pequeño problema. Esa noche me colé al patio de la escuela e hice unas pequeñas modificaciones, totalmente a mi criterio, sobre el mural que Ekko y sus amigos recién habían terminado. Me sentí tan orgullosa de mí misma que incluso firmé con mi nombre al lado del seudónimo "Firelights". Imaginando todo tipo de escenarios medio cursis, regresé a casa totalmente convencida de que aquella buena acción iba a cautivarlo por completo.
En mi defensa, sólo quería ser de ayuda. No me esperaba encontrarlo parado frente a mí al martes siguiente.
Ese día la escuela estaba casi desierta y yo me había tomado la libertad de quedarme después de clases garabateando cosas en mi sketchbook y perdiendo el tiempo, con tal de no regresar a casa temprano. Recuerdo que en esa ocasión Vander viajó fuera de la ciudad por algo de su trabajo y se llevó a Claggor con él, por lo que solamente seríamos Mylo y yo, y no quería estar sola con ese quejumbroso recordándome que "él estaría a cargo por ser mayor".
Me dio un micro infarto cuando alcé la mirada y vi a Ekko mirándome con enfado. Cerré mi libreta al instante, casi me atrapó escribiendo su nombre junto al mío repetidas veces.
Esperé un cumplido o mínimo un saludo, pero las primeras palabras que pronunció fueron las que menos quería escuchar. Yo en serio creí que se alegraría al ver el mural, al ver que hice algo por él, pero sus enfurecidos reproches me hicieron ver lo contrario.
Comenzó a gritarme, cada vez más enojado, mientras se aproximaba a mí dando pasos lentos y pausados. Retrocedí hasta chocar con los casilleros. Me sentí algo asustada, muy desconcertada y ciertamente herida por lo que le escuchaba decir pero, al ver lo cerca que él estaba, simplemente todo eso... se me olvidó.
Nunca había tenido la oportunidad de verlo tan detalladamente antes. Solía considerarlo atractivo al observarlo de lejos, pero en ese momento, sentí que estaba mirando al chico más guapo que había conocido en la vida, su cara parecía tallada por los mismos ángeles.
Bueno... sí me deje llevar. Quise tocarlo y acaricié su mejilla, ¡su piel era tan suave como el pelaje de un poro! Sus ojos reflejaron lo sorprendido que estaba, lucían tan claros y más brillantes que todas las explosiones que he presenciado. Jamás, y digo jamás, había deseado besar a un muchacho, ¡puaj!, sin embargo ver sus labios me hizo pensar que un beso tal vez no sería tan asqueroso como yo pensaba.
Así que intenté besarlo ¿por qué no?, pero fue él mismo quien me detuvo y se alejó un poco, sólo para seguir ofendiéndome. Y debo decir que me dolió bastante todo lo que dijo, especialmente cuando mencionó lo de la "mala suerte". Ya había escuchado a muchos otros decirme cosas así, pero ¿en serio también tenía que hacerlo él?
Luego, Ekko se fue sin más. Me senté en el suelo por un momento, incapaz de moverme, y entonces mi teléfono sonó. No me fije quién era pues no me importaba, solamente me quedé ahí sentada por un rato más y después, sin mucho ánimo, me fui a casa. Contuve mis ganas de llorar hasta estar dentro de mi habitación, la misma que solía compartir con Vi antes de que se fuera. Por primera vez agradecí su ausencia, yo estaba muy triste y quería estar sola.
"¿Qué fue lo que hice mal? ¿acaso arruiné tanto las cosas? ¿por qué no puedo hacer algo bien?" Esas y miles de preguntas rondaban por mi cabeza mientras lloraba desconsolada. Ni siquiera fui capaz de impresionar a un chico, me sentí patética, insuficiente, inútil.
Entonces me propuse no molestarlo más, no quería hacerle más daño del que ya le había provocado. Pensé en el error que había cometido al fijarme en alguien, para empezar. Estaba convencida de que nadie se interesaría en una chica tan desastrosa como yo.
Por supuesto que me puse muy mal. No contestaba las llamadas de Lux o Vi, me encerraba en mi alcoba todo el día después de la escuela, y ya no salía con mis amigos los fines de semana. Todo el mundo pareció notar mi desánimo, sólo Mylo y Claggor tenían una idea de cuál era la verdadera razón: Ekko.
Vi también intuyó que era algo como eso; afortunadamente, mis hermanos guardaron silencio a petición mía, por lo que ella no se enteró de nada, o de lo contrario la situación habría empeorado. Ya ni que decir si se enteraba Silco, Ekko hubiera terminado debajo de un puente y no precisamente vivo.
Las cosas no fueron fáciles para mí los siguientes días, especialmente porque aún me lo topaba unas cuantas veces dentro de la escuela, pero tuve que soportarlo. Me alejé de Ekko y por fin lo dejé en paz, como él mismo me lo había pedido aunque, en el fondo, me dolía la idea de que nunca seríamos algo más que simples conocidos.
Pasaron un par de semanas, creo, cuando comencé a sentirme mejor. Al menos, podía hacer mi rutina con normalidad y ya no estaba tan insociable como antes. Pensé entonces en que podría superarlo, seguir con mi vida sin Ekko en el camino. Al fin y al cabo, él y yo no éramos nada ¿verdad? Nunca lo habíamos sido en realidad.
Pero, cuando entré ese viernes por la tarde al laboratorio del colegio, me di cuenta que el destino tenía otros planes muy diferentes a los míos.
Ugh, eso sonó muy cursi.
Antes que nada, mil disculpas por no haber actualizado en mucho tiempo. De verdad lamento muchísimo haberlos hecho esperar tanto :((
El capítulo me quedó más largo de lo que esperaba jsjsjs, espero de corazón que les guste y les ayude a pasar un rato divertido.
Quiero agradecer especialmente a MaiPower13, emi_mochi, jadejtpy, y a todos y cada uno de ustedes por sus votos y comentarios, los amo <3
Si ven alguna falta de ortografía, me serviría mucho que me lo hicieran saber. A veces se me va la onda un poco xd
Aquí presumo algunos de los premios que esta historia ha ganado, ¡Muchas gracias! ❤️
Me despido, reiterando mis disculpas por la tardanza.
¡Hasta la próxima!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro