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𝑭𝑶𝑳𝑳𝑶𝑾

𝘗𝘰𝘸𝘥𝘦𝘳 𝘍𝘪𝘵𝘩𝘦𝘢𝘤𝘩

Un nombre que no muchos conocen en la escuela a la que asisto, pero puedo asegurarte que la persona propietaria de éste no pasa en ningún modo desapercibida.

Es una chica bajita, de piel clara y pelo azul que lleva siempre peinado en dos largas trenzas. Sus ojos - del mismo color que su cabello - se ven con frecuencia llenos de brillo y energía, contrario al cansancio que reflejan sus oscuras ojeras. Gusta del color, así que rayonea literalmente todo lo que toca, como sus libros o incluso sus propias uñas.

Su personalidad es casi tan extraña como su aspecto, pero aún lo es más el apodo que tiene. ¿Recuerdas el nombre que te mencioné al principio? pues ese es su nombre real, por el que todos los profesores la llaman siempre, muy a pesar de ella. Sin embargo, esta enigmática chica se ganó su alias de una manera no muy apropiada.

Regaños, planes frustrados, bromas, castigos frecuentes... es de ese tipo que se mete en problemas por el puro hecho de respirar. "Powder pintó los casilleros", "Powder le faltó el respeto a uno de sus profesores", "Powder hizo explotar el salón de ciencias".

Powder, Powder, Powder... Siempre era culpa de Powder. Y ellos siempre usaban la misma frase cada vez que era atrapada:

"Que mala suerte, señorita Powder".

Tantos eran sus problemas que las personas que la conocían le tuvieron pronto un apodo: "Jinx". Ella, en lugar de ofenderse, se maravilló con este nuevo seudónimo y, para el terror de las figuras autoritarias de la escuela, no mostró ni un signo de arrepentimiento por sus acciones pasadas, enorgulleciéndose del papel que ahora representaba.

Y fue así que Powder dejó de existir para dar paso a Jinx.

Durante mis primeros años en el colegio nunca crucé palabra con ella. Claro, escuchaba cosas y rumores de vez en cuando, pues muchos estudiantes admiraban su rebeldía o simplemente se divertían con las travesuras osadas que solía hacer, pero nada más. Ni siquiera íbamos en el mismo salón ya que ella era un año más joven, por lo que nuestra relación no pasó de ser unos perfectos desconocidos por un tiempo.

Hasta que llegó Junio, el último mes del semestre escolar.

¿Por dónde se supone que debo empezar? Fue algo extraña la primera vez que me la topé.

Normalmente mi vida académica no tenía inconvenientes. Tenía amigos, buenas notas y no era un chico del todo problemático. Por supuesto, las llamadas de atención nunca faltaban, ya fuera por patinar en los pasillos o llegar tarde a clases, y trataba de evitarlas solamente porque no quería que me expulsaran de los clubes escolares de los que era miembro.

Fue entonces que un lunes llegué a pisar el salón de "detención" por primera vez. No hace falta mencionar los detalles del incidente que me trajo hasta allí, en mi defensa, no fue algo tan grave lo que hice. Al menos para mí, dibujar en clase no es el peor de los crímenes, especialmente si se tratan de las aburridas clases de química del profesor Singed.

Me senté en una de las últimas butacas. Saqué mi cuaderno para terminar el boceto del proyecto en el que trabajaba: una patineta voladora. Algo ambicioso, pero estaba convencido que un transporte así era totalmente factible.

Escuché unas voces afuera del salón, sin entender muy bien lo que decían. Unos minutos después entró un chico desaliñado, quien se sobaba la mejilla. Detrás de él entró Jinx y, al verla bien, pude notar el moretón que tenía en su ojo izquierdo. Supe inmediatamente que habían estado en una pelea. "¿En serio ella también sabe pelear?" Me pregunté.

Miré por el rabillo del ojo como tomaron asiento una vez que intercambiaron unas pocas palabras con el hombre que nos vigilaba. El chico se sentó en una fila junto a la ventana y, para cuando concentré mi mirada de nuevo en el boceto, tuve que alzar nuevamente la cabeza al sentir a alguien cerca de mí.

Era Jinx que se había sentado al lado mío. No le di importancia y seguí dibujando. La oí suspirar con desgano, para luego sacar sus auriculares.

Me distraje otra vez al escucharla murmurar, al parecer, la letra de la canción que escuchaba - You better run, better run, outrun my gun - Conocía muy bien esa pieza "Pumped up Kicks", y era una de mis favoritas, así que no pude evitar seguirle el ritmo, cantando por lo bajo. Tras dar unos últimos trazos terminé por fin mi boceto.

- Estará listo en unos días - Me dije en un susurro, alzando el dibujo frente a mí para contemplarlo mejor. Tuve una extraña sensación y volteé, la chica de pelo azul giró la cabeza en otra dirección. Fue muy raro.

Me encogí de hombros y me incliné para tomar mi mochila. Guardé la hoja y saqué el libro de "Máquinas y herramientas" que había pedido en la biblioteca.

- ¿Por qué estas leyendo eso? - Preguntó una voz femenina. "¿Quién más podría ser?" pensé irónicamente.

- Para mi proyecto - Respondí, pensando que la conversación acabaría ahí. Sin embargo, parecía que ella iba a decir algo más pero fue interrumpida por el subdirector Heimerdinger, quien entró de manera inesperada en el salón. Me miró y sonrió para luego caminar hacia el escritorio de Marcus, con el que habló por un breve instante.
- Ekko Glimworm - Pronunció Marcus en voz alta - Heimerdinger quiere charlar contigo en su oficina. Ve ahora.
Me puse de pie y le dirigí una mirada rápida a Jinx. Ella se encogió de hombros en respuesta, con una mueca de confusión en su rostro.

Ambos salimos del salón e intercambiamos unas cuantas palabras de camino a la oficina. Por lo menos, supe que no estaba en problemas. Al llegar, vi a mi profesora de artes plásticas, la señorita Medarda, de pie junto al escritorio. En resumen: me habían llamado porque deseaban pintar enormes murales en las paredes de la escuela, por lo que necesitaban el apoyo de algunos estudiantes para lograrlo. Veían en mí el potencial para aquella tarea y yo acepté con gusto la invitación.

Al término de esa semana, ya tenía claro el diseño que plasmaría más tarde en la zona que me correspondiera. Sería algo difícil, así que convoqué a mis amigos para que me cubrieran la espalda.

Conseguí latas y pintura en aerosol. Pasamos tardes enteras trabajando y perfeccionando el mural. Nuestro avance no era del todo rápido pero sí tenía buenos resultados.

En cuanto a Jinx, comencé a topármela con más frecuencia que antes y las cosas fueron por un rumbo más extraño. Ella de vez en cuando se quedaba después de la escuela y nos veía trabajar en el mural desde un punto muy lejano. Casi parecía vigilarnos.

Fui el único que se dio cuenta de la mirada de Jinx sobre nosotros. No se lo dije a los demás por dos razones: primero, no quería meternos en problemas con ella, y segundo
el hecho de tener a alguien mirándome era incómodo para mí, así que no quería que esa misma sensación fuera a distraerlos a ellos una vez que lo supieran.

Aún así, quedaba sin contestar la incógnita sobre el porqué de su observación. Es decir, dudaba que ella no tuviera mejores cosas que hacer, ¿Cuál era su motivo entonces?. En ese momento, no me imaginaba ni esperaba la que resultó ser la verdadera razón.

En cambio, los acontecimientos posteriores me hicieron tener una idea sobre Jinx. De la nada, comenzaba a frecuentarla por los pasillos, como si pasase a propósito junto a mí con un solo objetivo: molestarme.

Me daba codazos de improviso, ligeros empujones, y tras hacerlo, soltaba una risita que en ese momento interpreté como una burla.

La primera vez pensé que había sido un accidente, lo mismo la segunda vez. La tercera, respondí un simple "oye", sin obtener contestación. En algún punto perdí la paciencia.

- ¡¿Qué te pasa Jinx?! - Exclamé en aquella ocasión, volteándola a ver. Ella pareció paralizada de pronto y me dirigió la mirada. Sonrió y eso culminó mi enojo. Me di la vuelta para ir al salón con paso apresurado. Pensé que no valía la pena tratar de discutir, sin embargo lo haría al cabo de unas dos semanas.

Mis amigos y yo habíamos terminado el muro, con estilo urbano y un predominante y vivo color verde. En él, se podía ver a unos sujetos con máscaras deslizándose en esas mismas patinetas que tanto deseaba hacer realidad, también habían unos insectos, "firelights", que revoloteaban por los jardines de la escuela a altas horas de la noche. Solía ver su fulgor cada vez que me quedaba hasta tarde pintando el muro, y se me ocurrió plasmarlos ahí.

Se veía increíble. Ellos me pasaron una lata en aerosol para hacer el último paso, que era firmar la obra.

"Firelights" fue lo que escribí, dándome no solo crédito a mí, sino también a ellos, mis amigos, y con justa razón.

Claro, hasta que ella vino y estropeó todo.

Ese hermoso mural que con tanto esfuerzo habíamos logrado terminar pronto fue "modificado". Aún recuerdo la horrenda sensación que tuve al llegar a la escuela y ver pintarrajos en nuestra bella creación.
Unos garabatos azules, rosas y púrpuras habían sido trazados en algunas zonas, mayormente en las esquinas por lo que, en realidad, no estorbaban mucho. Pensándolo bien, hasta me atrevo a decir que le daba un toque impresionante.

Pero en ese momento ¿Cómo iba yo a fijarme en eso?

Estaba furioso. ¿Por qué lo hizo? Sí, sin duda alguna había sido Jinx, porque incluso había tenido el descaro de escribir su nombre justo al lado de la firma que puse. Semanas y semanas de esfuerzo se perdieron por culpa de esa estupidez.

Mis amigos estaban igual de enojados que yo, pero dudaban si debían intervenir o no. Lejos de titubear, tomé una decisión.
Era el momento de confrontarla.

Fue por la tarde de un martes, creo. La escuela estaba casi vacía pero ella aún se encontraba ahí, sentada en el piso con la pared recargada en los casilleros. Escuchaba música, como casi siempre, a la par que garabateaba en un sketchbook con crayones de cera. Creo que verla tan tranquila, despreocupada e inocente aumento más mi ira en ese momento, esta misma emoción me hizo actuar de una forma... impulsiva.

Caminé hacia ella con pisadas fuertes hasta tenerla enfrente. Jinx cerró rápidamente su libreta y me miró de pies a cabeza. Al verme, sonrió nerviosa mientras se quitaba sus audífonos.

- Miren a quién tenemos aquí - Dijo, arqueando una ceja.
- ¡¿Cómo se te ocurrió?! - Exclamé sin más reparos - ¿Sabes cuánto tiempo y esfuerzo nos llevó hacerlo?

Ella se puso de pie sin dejar de mirarme - Ah, hablas del mural. Te oí decir que le faltaba color, así que...
- Así que viniste a estropearlo todo, como siempre - Me acerqué a la par que hablaba, ella retrocedió unos pasos hasta que su espalda chocó con los casilleros -.No hay un solo día en que no te metas en problemas ni en el que le arruines las cosas a alguien.

Estábamos bastante cerca, y Jinx pareció aprovecharse de eso. Si no hubiera sido por mi enojo, me habría dado cuenta en ese mismo instante del porqué se había involucrado conmigo en primer lugar.

Sus ojos se clavaron en los míos y pareció perdida por un momento. Tampoco estaba sonriendo burlonamente como lo esperaba.
Levantó su mano y la colocó sobre mi mejilla. Para mi sorpresa, solamente la acarició con lentitud. Me paralicé, no sabía cómo reaccionar. Pensé por un instante que estaba simplemente jugando conmigo, pero no había una pizca de picardía o mofa en sus acciones o gestos.

Sin embargo, aún estaba molesto. Parecía que no le importaba nada de lo que le estaba diciendo. Sólo se limitaba a mirarme con suma atención.

Justo cuando pareció entrecerrar los ojos e inclinarse levemente hacia mí, aparté su mano con un movimiento brusco y me alejé unos centímetros. Luego seguí hablando, esta vez con un tono más profundo - El hecho de que tu vida sea un desastre no tiene por qué afectar a otros. No tiene por qué afectarme a mí. Guárdate tu mala suerte.

¿Cómo estaba ella? Me siento un poco culpable ahora que lo recuerdo. Se veía mal, como si realmente la hubiese herido. La decepción y el dolor se reflejaron en su rostro con las últimas palabras que dije.

A pesar de que ya me había dado cuenta de esto, le dirigí un último mensaje - Ocúpate de tus asuntos y déjame en paz - Solté con el mayor desdén que pude y me fui de ahí, sin siquiera voltear a verla.

Después de eso no me la topé en los pasillos con la misma frecuencia de antes. Cuando coincidíamos, ella procuraba guardar su distancia. Tampoco escuchaba de alguna travesura que hubiera hecho. Lo que me resultó raro, y a la vez me hizo sentir culpa, muy en el fondo.

Pero, ¿qué se suponía que iba a hacer? ¿disculparme?

Le di varias vueltas al asunto. Recordé mis palabras innumerables veces, pero especialmente llegaba a mi memoria la sensación de su mano sobre mi rostro.
Recordaba la claridad de sus ojos cuando me miraron. Lo hermosa que lucía ese día.
Aunque no la veía físicamente, ella estaba en mi mente con frecuencia, aunque en parte por todo lo que le había hecho. Por otro lado, comenzaba a sentir algo, una emoción que nunca había sentido antes, y que no lograba descifrar.

Las cosas no estuvieron lo suficientemente esclarecidas por unos días más. Hasta aquel día en que puse en marcha mi proyecto.

¡Hola! Hace años que no publicaba una historia nueva, pero eso se debe a mi deplorable estado mental y emocional en este momento. Así que les pido una disculpa si no actualizo tan seguido, aunque de todas formas como he mencionado en el summary, será una historia corta, de 3 capítulos probablemente jsjsjsjs

Les agradecería si votaran y comentaran. También en caso de haber un error ortográfico, me serviría mucho que me lo hicieran saber.

Dedico este cap a AnnyMagic330, quien me inspiró
¡Gracias por ayudarme a pasar el rato con tus historias, linda!

Sin más que decir, me despido.
¡Hasta la próxima!

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