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❝𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙄: 𝙀𝙡 𝙄𝙣𝙫𝙞𝙩𝙖𝙙𝙤 𝙉𝙤 𝘿𝙚𝙨𝙚𝙖𝙙𝙤.❞

La música resonaba en el capullo dónde cierta troll de tonos opacos escuchaba en medio de la habitación; la canción que le hacía recordar los pocos buenos momentos y todos los malos, siendo el día en que ella y sus hermanos cantaron esa misma canción uno de los peores. La misma canción que los separó para siempre, dejándola a ella y a su difunta abuela solas.

El recuerdo de su primer y último show en vivo aún estaba en su mente, recordando los gritos de sus tres hermanos mayores y la promesa de su hermano mayor de cabellera rosa; una promesa que nunca cumplió, porque nunca volvió. Ninguno de sus hermanos se contactó con ella en años, sin enviarle una carta para saber si ellos estaban bien o si aún les importaba, haciendo que su yo más joven perdiera la esperanza de volver a verlos, siendo la muerte de su abuela lo que apagó la pequeña llama de su corazón que aún mantenía la fé.

Pero Poppy fue lo suficientemente persistente como para volver a encenderla, logrando no solo traerle esperanza, si no que también logró regresarle sus colores reales y enseñarle nuevamente a ser feliz, algo que pensó que no volvería a ser para ser honesta.

La troll de tonos opacos miró su vientre, sonriendo con cariño mientras con su mano acariciaba el lugar donde sentía a la pequeña traviesa moverse. La pequeña bebé que representaba el fruto del amor que había entre ella y Poppy.

Se había enterado que estaba embarazada dos meses antes del rock apocalipsis de Barb, recordando que primero había entrado en pánico antes de tranquilizarse y contarle a su novia en ese entonces; La reina había estado rebotando en las paredes contínuamente de la emoción, divagando sobre lo emocionada que estaba por recibir a su hija, buscando el huevo donde podría estar, solo para enterarse que en realidad estaba en el vientre de Ramón. Al parecer ella era una de los pocos trolls que podían tener a su bebé desde el vientre, por lo que a diferencia de los demás, Ramón tardaría en tener a la pequeña troll en tres meses.

Tres meses que pasaron súper rápido. Según la doctora Bloom, su bebé nacería entre las primeras dos semanas del cuarto mes, por lo que debía tener consigo una bolsa de hospital ya que probablemente tendría que dar a luz en su consultorio en caso de que tuviera algún problema; Precauciones justas, considerando que fué convertida en una rock zombie estando embarazada, razón principal por la que se le indicó que estaría internada algunos días.

Debía admitir que cuando la doctora se lo comentó en un inicio estuvo realmente preocupada y asustada de que algo malo le podría ocurrir a su bebé, pero Poppy la tranquilizó, diciendo que solo son precauciones y que su futura hija estaría bien. Estaba agradecida de tener a Poppy como esposa, ella sabía exactamente que decir para quitarle el estrés.

Excepto esta vez.

Si bien, no guardar secretos es parte de tener una relación sana en su vida de casadas, Ramón nunca pudo contarle el único secreto que tenía a su esposa. Y era sobre sus hermanos.

Nunca vió la necesidad de mencionarlos, considerando que ellos la habían abandonado sin pensarlo dos veces, además de estar más feliz sin tener que recordarlos, pero se sentía mal no contarle a Poppy la razón por la que tenía ciertos problemas de abandono. Otra razón por la que se sentía mal por no haberle contado a Poppy sobre Brozone, era porque últimamente sus hermanos cruzaban su mente.

Una parte de ella quería que sus hermanos estuvieran ahí el día de su boda, que presenciaran todo su embarazo, que vieran el nacimiento de su hija. Había soñado con que Floyd la llevara al altar, que Retoño les ayudara a armar la cuna del bebé, que John Dory le diera consejos sobre paternidad/maternidad, o a Clay ayudándole a escoger nombres para su hija mientras dictaba que sería el mejor tío del mundo.

En cambio, Hickory la llevó al altar, Delta y Barb les ayudaron con la cuna y el cuarto del bebé, Diamantino, DJ Suki, Quincy y Essencia les dieron consejos sobre ser futuras madres, mientras que Trollex y Cooper les ayudaron a escoger algún nombre, con Cooper emocionado por ser tío. Todos sus amigos aportaron algo para la futura princesa, desde el Rey Peppy dándoles álbumes y marcos para fotos, hasta Satín y Seda creando ropa para la niña. Incluso Bridget y Grissell les regalaron la cuna.

Pero sus hermanos nunca hicieron nada de eso, porque no estaban ahí para ayudar. Y esa es la otra parte de ella; esa parte que le recuerda constantemente que sus hermanos decidieron salir de su vida y que no tenían derecho a hacer algunas de las cosas con las que había soñado. Ellos decidieron abandonarla y nunca mantenerse en contacto, sin mandar alguna carta que le dijera a Ramón que ellos aún se preocupaban por ella.

Si ellos quisieron sacarla de sus vidas, entonces ella también los sacaría de las suya.

Pero Ramón sabía que aún los extrañaba, y que muy en el fondo quisiera que ellos estuvieran ahí; incluso había retrasado un mes la decisión de escoger a los padrinos en caso de que ellos regresaran. Algo muy estúpido de su parte pero le echa la culpa a las hormonas.

Las lágrimas fluían por sus mejillas a este punto de sus pensamientos, sin darse cuenta de que Poppy había entrado con una gran sonrisa en su rostro, que rápidamente se borró al notar a su adorable esposa llorando. La reina se acercó lentamente, mientras tocaba el hombro de Ramón, quien se asustó un poco por la repentina aparición de la de cabellera rosa.

—Cariño, ¿Estás bien?.—pregunta suavemente la de ojos rosas.—Sonríes y lloras al mismo tiempo, ¿Qué no te duele la cara?.

—Sí, me duele un poco...—murmura la troll, sobando sus mejillas antes de toser disimuladamente.—Solo extraño a mi... abuela. De echo, estoy escuchando algunos de sus viejos discos para poder sentirla cerca..—dice, guardando con cuidado el disco.

Poppy vió la portada y casi deja escapar un chillido de la emoción, agarrando el álbum de las manos de su esposa para observarlo de cerca con una sonrisa.

—¿¡Brozone!?, ¡No puede ser, amo a Brozone!.—comenta alegremente.

—¿¡Enserio!?..digo, ¿Enserio?.—Ramón trató de disimular su alegría.

—No sabía que a tí te gustaba, Chiqui Ramón.—Poppy arroja el álbum, siendo atrapado de inmediato por la más baja.

—¡No!, no, en realidad, estoy escucho-odiando, no me gusta para nada esa banda..—ríe nerviosamente.—Mi abuela era de gustos muy cuestionables...solo mira este lugar. Perdón, pero hay cosas que no deberían ser de macramé.—explica lo mejor que puede, suspirando con cansancio.

Poppy notó la expresión de Ramón, por lo que se acercó a ella y le agarró de las manos con suavidad, dándole su mejor sonrisa tranquilizadora que pudiera servirle.

—Escucha cariño, sabes que no debes estresarte por tu embarazo, solo te harás daño. Se que me ocultas algo y es lo que te está causando el estrés...

—¿Qué?, No, no, como crees...

—hey... necesito que seas sincera conmigo, parece ser más que macramé. Si tienes problemas con tus sentimientos, sabes que puedes hablar conmigo...yo te ayudaré con ellos.—le sonríe cálidamente.

Ramón se le queda mirando unos momentos, antes de suspirar con culpabilidad escrita en su rostro.—¿Recuerdas que al casarnos nos prometimos contarnos todo?.—recibió un asentimiento.—Bueno, hay algo que no te eh contado...es sobre mi familia.

Poppy se sorprendió por unos segundos, para después mirarla preocupada.—¿Qué ocurre con ellos?.

Ramón baja la mirada, tocando su vientre.—Es algo complicado...te lo contaré todo después de la boda de Bridget y Grissell, sí?.—la mira suplicante.

La reina suaviza su mirada, asintiendo.—Esta bien, después de que la fiesta termine me lo cuentas.—despues se agacha a la altura del estómago de su esposa con una sonrisa.—¡Además, debemos prepararnos para cuando llegue nuestra hermosísima princesa!.—arrulla, ganando una pequeña risa de Ramón.—¿No es así, pequeña Leslie?

Poppy sintió una pequeña patada desde donde tenía su mano apoyada, sonriendo con ternura ante la forma en que su hija mostraba su presencia. Cooper había sugerido ponerle Leslie a la bebé, un nombre hermoso que les gustó a todos, por lo que le pusieron así a su hija.

—¿Trajiste la maleta?.—Pregunta curiosa la de ojos azules.

—¡Sí!.—va hacia la puerta y enseña la maleta en la que llevarían las cosas que les ordenó Bloom.—Tambien revisé todo antes de venir, incluso tu chaleco y mi ropa está adentro. Está todo listo en caso de que a nuestra pequeña se le ocurra salir en algún momento.

Ramón suspira, relajándose.—No puedo creer que ya falte poco para conocer a nuestra bebé...

—¡Lo sé!, estoy ansiosa por conocerla.—dice, antes de plantar un pequeño beso en la nariz de su esposa.—Ahora vamos, tenemos que ir a la boda.

La de ojos azules sonríe, asintiendo mientras era ayudada por su pareja a bajar del árbol. Con Poppy a su lado, está segura de que nada podría salir mal.

Hoy sería un día increíble, y nada iba a arruinar ese momento.

                            ________________

Poppy, Satín y Seda se habían lucido con el vestuario, pues Bridge se veía hermosa en el mono que le diseñaron; La alegría que Ramón y Poppy estaban sintiendo era algo que no podían expresar con palabras, viendo a aquella berteno que era totalmente insegura y se dejaba pisotear por la Chef, ahora siendo alguien segura de sí misma y casándose con el amor de su vida.

Se sentía como si hubiera sido ayer cuando la conocieron, causando nostalgia en la peli-azul, quien comenzó a llorar de felicidad. La de cabello rosa se dió cuenta de inmediato, sonriendo de ternura por su pareja.

—¡¡DETENGAN LA BODA!!.—Gritó una voz desde donde estaba parado en el edificio, causando conmoción en el lugar.

Ramón miró con ojos entrecerrados a la figura, sintiendo una punzada de familiaridad por aquel troll; ella sentía que lo conocía, pero no sabe de dónde. Poppy, también miró con cautela aquél troll, parándose frente a su esposa e hija aún no nacida para protegerlas. Él troll saltó del edificio y cayó de pie en medio del lugar, haciendo que fuera más fácil distinguir al invitado que ni siquiera había sido invitado.

—¡Lo siento!, ¿Es un mal momento?.—Pregunta el extraño, quitándose las gafas con una sonrisa. Ramón quedó conmocionada al reconocer al troll.

Era su hermano mayor, John Dory. Era el hermano que ocasionó que su demás hermanos se fueran. Fué el primero en irse, en dejarla...en abandonarla.

Y Ramón solo quería esconderse en ese mismo momento, cosa que sí hizo, moviéndose detrás de Poppy para que el mayor no la viera.

—Estoy buscando a...—John Dory abrió los ojos con sorpresa, viendo a su hermanita escondida detrás de una troll rosada. No importa los años, siempre reconocería a cualquiera de sus hermanos, en especial a su hermana.—¡Ramóncita bebé!.—grita con una gran sonrisa, corriendo en dirección a su hermana.

Poppy miró confundida al troll para después posar su mirada en su esposa, que parecía nerviosa y enojada al mismo tiempo, saliendo desde atrás de ella para encarar al hombre.

—Te estás equivocando, extraño que vagamente se parece a mí...¡No hay Ramóncitas aquí!.—gruñe con irritación. Tuvo que relajarse cuando Poppy colocó una mano en su hombro, señal de que se estaba estresando.

¿Y como no?, de todos su hermanos era John Dory el que tuvo que venir. Preferiría a Clay o a Floyd, pero no, la vida quería joder a Ramón, trayendole al hermano que causó la ruptura de la banda.

John la ignoró, mirándola de pies a cabeza con una sonrisa entusiasmada.—¡Mírate!, estás más grande, ¡ya no pareces Ramóncita, ahora pareces Ramónsote!.—El de gafas trató de darle una nalgada a su hermana, pero ella se logró quitar y esconderse detrás de Poppy, quien se paró protectora mente frente a su pareja.

El ceño de Poppy se frunció con cautela.—¡Deja a mi esposa en paz y dime quién eres y qué quieres!.—exige con su voz de reina.

John abrió la boca con sorpresa ante eso. ¿Su hermanita estaba casada?, ¿Por cuánto tiempo?, ¿Porqué nunca le mandó una carta sobre eso?. La culpa comenzó a burbujear dentro de él.

—¿¡Esposa!?.—pronto se recompuso de su shock inicial, antes de sonreír menos que antes.—lamento mis modales, supongo que debo presentarme de manera correcta ante tí. Soy el hermano mayor de Ramón.—se presente de manera dramática.

Los ojos de Poppy se abrieron de sorpresa, mientras los jadeos se escuchaban por todo el pueblo.

Ramón se asoma por detrás de la reina, mientras señala inexpresivamente al mayor.—Correción, solía ser mi hermano. Ya no lo es.—finaliza, cruzándose de brazos.

Poppy se gira hacia Ramón, con una sonrisa confusa.—Eh...¿Era eso lo que querías contarme después de la boda?, ¿¡sobre tu hermano secreto?!.—pregunta, conteniendo la emoción de conocer a la familia de su esposa.

—Ex hermano, chiqui Poppy. Y sí, era eso.—suspira resignada, sabiendo que la más alta estaba conteniendo su emoción.

—¡Así no funciona el ADN, mi amor!.—la vista de Poppy se posa en su padre.—Papá, ¿Tú sabías de esto?.

—¿Yo que voy a saber sobre familiares secretos, cariño?.—Pregunta nerviosamente el ex rey con una sonrisa tensa.

Poppy volvió su atención a JD.—¡Lo siento!, nunca antes había conocido a la familia de Ramón. Soy Poppy, la esposa de Ramón, ¿Nos abrazamos, sonreímos, choca los cinco, puñito, de lejitos y ya vez como va progresando la cosa...?

—¡Todo lo anterior!.—John bromea, sintiéndose mareado por la pareja de su hermanita.

—Espera, te conozco...¡Tú eres el de Brozone!.—señala emocionada.—¡Los estábamos escuchando hace un rato!.

—¡Sí!, ¡Brozone!.—El Snack Pack vitorea, mientras que Ramón trataba de mantener la calma. Ella sabía que Poppy pronto sumaria dos más dos.

—dejame adivinar, no eres el rompecorazones.

—Bueno, esa es tu opinión...—ríe, tirando de la chaqueta.

—¿El divertido...?, no, estás un poco tieso.

John la mira ofendido.—¿Tieso, yo?.—la de ojos azules trataba de no reírse, pero tenía una sonrisa divertida que no trató de ocultar.

—¿El sensible?, no, pareces lo contrario.

—Cuantas suposiciones para alguien que acabas de conocer hace 30 segundos...

—¡Ya sé!, ¡Eres John Dory!.—aplaudió Poppy con una gran sonrisa.

—¡El líder!

—¡El viejo!.—Ramón soltó una carcajada, ganándose una mirada fulminante de su hermano mientras Poppy le sonreía con cariño. Para la reina, siempre era música para sus oídos escuchar reír a su esposa.

—Espera, si eres hermano de Ramón...eso significa que todos los hermanos Brozone también son hermanos de Ramón. ¡Ramón, ¿Porqué no me lo dijiste antes?!.—la pelirosa miraba a su pareja con clara fascinación.

La mencionada se cruza de brazos.—Porque es complicado, cielo.

—Oh cosita, porque no estabas en la banda...

—¡Oh, mi hermana si estaba en la banda!.—JD se ríe.

—¿¡En verdad!?, ¿¡Quién era ella!?.

—Bitty B.

—¿¡Bitty B!?, ¿¡La bebé!?, ¿¡La princesa!?.—Poppy sentía que iba a explotar. ¿Cómo no se dió cuenta antes, considerando que Brozone solo tenía una niña en la banda?.—¡Cierto!, ¡Ella usaba una corona de margaritas!.

—¡Sí, también usaba pañal y anteojos!.

—Y un falsete hecho de oro.—agrega Ramón, aún de brazos cruzados.—Nada relevante, claro, porque eso quedó en el pasado. ¡Porque dejaron de ser mis hermanos el día en que me abandonaron y se olvidaron de mí!.

Al escuchar eso Poppy se preocupó, recordando que hace unos momentos Ramón estaba llorando mientras escuchaba la canción de la ex banda. Si el mayor iba hacer un problema para la salud mental de su esposa, entonces no dudaría en echarlo del lugar con tal de evitar que Ramón esté ansiosa; No importa si es hermano de su pareja, no iba a arriesgar a su futura hija y a Ramón por la presencia de alguien que dejó la vida de Ramón.

—Oye no, eso no es justo hermanita. Yo sí volví, pero no había nadie ahí. No fue hasta que me enteré del rock apocalipsis que supe que estabas viva.—John trata de acercarse, pero Poppy no se lo permite, cosa que la otra chica agradeció.

—Ohh eso es tan dulce. Enterándose de que seguía viva...¡Veinte años tarde!.—espetó Ramón, con clara frustración y veneno en su voz.

Poppy inmediatamente aleja a su pareja de ahí, mirando a JD con una sonrisa nerviosa.—Lo siento, son las hormonas. Además, le da hambriedad cuando no desayuna.—comenta, mientras alejaba lo suficiente a Ramón para que John Dory no los escuche hablar.

—¡Estaba vez no son las hormonas y hoy sí desayuné!. ¡Eran dos tostas con mermelada de fresa, con dos huevos estrellados y una pizca de sal!, ¿Y sabes qué?, ¡Estaba delicioso!.—gritó con enfado.

—¡Cielo, cálmate!. Debes recordar lo que dijo la doctora Bloom.—recordó la pelirosa.

La troll de tonos apagados respira profundamente para calmarse, antes de desinflarse.—Si, lo siento. Es solo que ver la causa de la mitad de mis problemas parado frente a mí me causa mucho conflicto.—admite.

—Sabes que puedo ordenar sacarlo de aquí, incluso Bridget y Grissell estarán de acuerdo.

Ramón sonrió con cariño.—Gracias cariño, pero quiero saber para que vino a buscarme hasta ahora. Estoy completamente segura que solo está aquí para pedirme un favor.—gruñe con irritación.

—No digas eso Ramón, ¡Es tú hermano!.

John habló cuando se acercó a ellas.—Ramón, voy hacer honesto contigo. Necesito un favor.

—¿Decías?.—levanta una ceja hacia su prometida, que suspiró con cansancio y miró inexpresivamente a JD.

—A ver, ayúdame ayudarte.

Ramón trató de alejarse de su hermano, pero John la detuvo.—¡Espera Ramón!, es por Floyd. Él está en peligro.

Eso la detuvo.—¿Floyd?.—mira al mayor con confusión.—¿Que quieres decir con que está en peligro?.

—No había sabido nada de él desde que la banda se disolvió, pero hace unas noches recibí una carta suya pidiéndome que fuera a Mount Rageous dónde lo tenían cautivo las super estrellas Velvet y Veener.

La de ojos azules sentía como si le hubieran clavado un cuchillo en el pecho. Tuvo varias emociones conflictivas en solo unos minutos, desde la ira y el rencor por ver a su hermano mayor, hasta la angustia y preocupación por su otro hermano. Floyd fué el único que se despidió de ella y ahora estaba cautivo por dos seres que ni siquiera sabe que tan peligrosos son.

John Dory al ver la expresión de su hermana continúo.—Descubrí dónde actuarían esa noche y encontré a Floyd. El problema es que esta retenido en una prisión de diamantes y ambos sabemos que es lo único capaz de romper un diamante.

Ella lo sabía. La única cosa que rompería la prisión donde tenían a Floyd era la armonía familiar perfecta. La otra principal razón por la que se separaron.

—Oh, Floyd...—enterró su cara en sus manos, sintiendo su mundo caer. Poppy inmediatamente se acercó a ella y la abrazo por los hombros, mirando con preocupación a John Dory.

—Entonces estás aquí para reunir a la banda nuevamente para alcanzar la armonía familiar perfecta y salvar a Floyd...—Resume la reina.

—¡Sí!.—asiente el de gafas, mirando a su hermana con pena.

—Claro, vamos a intentar algo que solo hicimos ¡Una vez! Y fracasamos tan miserablemente que nos disolvimos ¡y nunca más volvimos a hablarnos!.—recuerda Ramón con sarcasmo.

Poppy hace una mueca, antes de mirar a John.—Entiendo la situación John...pero no podemos ir.—dice con seriedad, para sorpresa del hermano mayor. Ella no quería arriesgar a su esposa ni a su hija, incluso si quisiera ir a rescatar al troll.

—¿Disculpa?, no sé si no entendiste la parte de que nuestro hermano está en peligro.—le recuerda con leve molestia.—con todo respeto, pero esto no te concierne en absoluto.

Todos jadean mientras Ramón miraba con furia a John Dory.—¡John Dory!, ¡no le hables así a mi esposa!, ¿Qué no ves la razón por la que no puedo ir?.—espetó con coraje mientras se señalaba a sí misma. Principalmente el vientre.

John la examina un poco, antes de suspirar con irritación.—Ramón, solo subiste de peso, eso no te va a impedir salvar a Floyd.—dice, mientras se pellizca el puente de la nariz.

La pareja lo miró con incredulidad ante la suposición totalmente equivocada del mayor. Ambas chicas se miraron, antes de de alejarse lo suficiente de John Dory para poder hablar en privado.

—Lamento lo que dijo el idiota de mi hermano.—se disculpa, pero la de piel rosa niega suavemente con una sonrisa.

—No te preocupes cariño, entiendo porqué se puso así.—luego su vista se posó en el vientre.—¿Le vas a contar de la situación?.

—¿Después de como te trató y como me dijo gorda?, No. Pero...—se muerde el labio, mirando hacia abajo.—Quiero ir a salvar a Floyd.

Poppy parpadea, antes de suspirar aliviada.—Ay, gracias. Estaba pensando en decir que iríamos pero no sabía si estarías de acuerdo con eso y ya me sentía mal por dejar a tu hermano...—empezó a divagar mientras Ramón la miraba divertida.

—¡Poppy!.—la detuvo.—esta bien, a diferencia de John Dory, quisiera que Floyd estuviera presente en el nacimiento.—admite.

—¡Entonces vayamos a salvar a Floyd!.—Grita entusiasmada Poppy, saltando de alegría y escuchando a John Dory aplaudir desde atrás.

La pareja lo volteó a ver y lo vieron ya en un autobús armadillo, esperándolas con impaciencia.

—En que me metí...—suspira la de ojos azules con cansancio.

Poppy la llevó suavemente hacia el armadillo, tirando la maleta adentro del autobús y subiendo con cuidado. Ramón fue la primera en entrar ya que Poppy quería observar el final de la boda, y por lo tanto, dejándola adentro con John Dory.

—Lamento la forma en que traté a tu novia...—el de gafas se disculpa con arrepentimiento.

—Es mi esposa. Y no es a mí con quién te debes disculpar.—le gruñe, cruzándose de brazos.—Una vez que Poppy entre te disculparas con ella, porque lo único que mi esposa estaba tratando de hacer era cuidarme y preocuparse.

John asiente, con cara de perrito pateado. Aunque si no fuera por su embarazo, Ramón ya lo habría pateado.—Si. Por cierto, ¿Para qué la maleta?.—pregunta con curiosidad.

—Tiene la ropa de Poppy, mi chaleco y algunas otras cositas que no es necesario que sepas porque son cosas personales nuestras.—Responde con hostilidad. Era una verdad a medias.

Porque Ramón ya había decidido. John Dory no merecía saber de su hija.

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Primer Capítulo!!!!

Espero les haya gustado Dangos :D.

Mañana se empezará a trabajar en el capítulo 2 de Trolls: Demon Slayer y en el capítulo 4 de la Acústica Silenciosa. Si logro terminar alguna de las dos, quizás la publiqué, pero si no, se tendrán que esperar hasta el lunes.

Sin más...

¡LOS AMO DANGOS :D! ❤️💖❤️💖❤️

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