𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝘀é𝗶𝘀.
❝El agua se está enfriando, déjame en tu océano nadar.
Voy a ser hacia adelante acariciando, nadando. El mundo está sobre mis hombros, mantén tu cuerpo abierto, nadando.❞
━Swim - Chase Atlantic.
•••
+18
Cinco kilómetros marcaba el reloj digital alrededor de su muñeca, los latidos de su corazón retumbaban en su oído, su respiración agitada era lo único que podía escuchar en medio de la noche que cada vez parecía más solitaria. Los recuerdos de aquel beso se revelaron de nuevo en su mente, lo cálido de su tacto cuando la aferró a su cuerpo, la electricidad recorriendo su espina, las mariposas en su estómago. Había pasado tan solo dos días de aquello.
No se habían visto ni hablado desde entonces, pero el anhelo estaba allí aumentando su ansiedad.
Se detuvo en seco inclinándose sobre si mismo, se sostuvo con ambas manos sobre sus rodillas intentando recuperar el aliento, el sudor le recorría la sien, rostro, cuello, espalda, pecho y abdomen, peinó hacia atrás sus hebras azabaches empapadas.
Colocó las manos sobre su cintura cuando se compuso mirando a la nada, sintiendo un ligero tirón en el pecho al recordar cómo Hye-min subió al auto de Kim luego de las duras palabras que le había dicho.
Sabía que estaba más que jodido por haberse confesado y en partes ser rechazado. No, no, mejor dicho, sabiendo que comenzaba a sentir cosas por esa chica y eran fuertes, muy fuertes al sentir celos, rabia y hasta tristeza de pensar que ella podría ser de otro.
Desde aquel beso que solo fue la confirmación de sus confusos sentimientos, no pudo evitar salir corriendo hacia una dirección más que conocida para él queriendo acallar la voz que lo insultaba irrefrenable por seguir lo que la otra blanca voz le decía. <<Sigue lo que sientes, haz lo que sientas>>.
Corrió lo más rápido que se permitía sintiendo la brisa fresca enfriar su acalorado y sudoroso cuerpo; pasó por la garita de seguridad sin detenerse a saludar o hablar. Los guardias no se opusieron a su entrada pues ya conocían al pelinegro y a qué apartamento se dirigía.
Siguió a pasos agigantados subiendo los peldaños de las escaleras de emergencia de dos en dos, porque tomar el ascensor solo haría que toda la adrenalina acumulada en su cuerpo se esfumará e hiciera caer en cuenta de la acción que estaba por cometer.
Tocó la puerta con golpes certeros, pero bruscos. Esperó, mientras con ayuda de sus brazos se recostaba sobre el umbral de la puerta, su corazón golpeteaba su pecho a cada segundo que pasaba sin una respuesta. Los nervios siendo más acusatorios cuando sintió el seguro de la puerta frente suyo haciendo click.
Ambos compartieron diferentes emociones y sensaciones en sus cuerpos al verse. Hye-min totalmente sorprendida e inmóvil por tal visita inesperada mientras JungKook aún intentaba respirar con normalidad teniendo en su cuerpo la sensación de dejarse llevar por sus impulsos.
—Quiero besarte, Hye-min, en serio tengo la necesidad de besarte... entera —musitó con la voz algo ronca.
Ella seguía parada en su lugar sin moverse en pijama, conmocionada teniendo en su panorama visual el cuerpo semidesnudo del pelinegro totalmente mojado por la transpiración y sus escandalosos tatuajes expuestos —pues minutos atrás se había quitado la sudadera— tragó saliva en seco sintiendo un retorcijón extraño en el bajo vientre, el calor subiendo lento sus extremidades ante aquella confesión.
—No sé que estás esperando, Jeon.
Aquellas últimas palabras fueron el empujón para que los dos terminarán devorándose la boca con morbosidad.
JungKook sujetó entre sus manos el rostro sonrojado de la chica. Hye-min tensó las suyas alrededor de la cintura diminuta y mojada del chico sintiendo lo caliente de aquella piel bronceada enviando, a ambos pulsantes vibraciones a todo el cuerpo.
JungKook se adentró en la estancia con Hye-min aún comiéndole la boca, cerró la puerta detrás, de fondo se podía escuchar música relajante avivando más el aleteo en su estómago. El sofá de tres cuerpos los recibió con sus cuerpos febriles cayendo uno encima del otro.
JungKook se atrevió a llevar sus manos por debajo de aquel remeron que cubría el cuerpo de la chica repartiendo lentas caricias, apretujando en el proceso la piel femenina. Hye-min deleitándose en la espalda ancha clavó las uñas de una impecable manicura blanca sobre la piel masculina en tanto iba bajando hasta detenerse en el dobladillo del pantalón corto. Gimió en la boca de él cuando sintió su masculinidad latente rozar la suya cayendo en cuenta de la situación.
Lo empujó quitándolo de encima para tomar asiento a una cierta distancia, los dos encontrándose totalmente confundidos y respirando con dificultad.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó llevando sus manos a su frente para evitar mirar a la persona a su lado.
—Ya te lo dije, besarte, quiero besarte, Hye-min —él sin embargo, si la miraba. Se relamió los labios conteniendo en abalanzarse sobre ella con pensamientos sucios queriendo realizar— quiero hacerte tantas cosas que nunca imaginé. Quiero hacertelas solo a ti.
La castaña lo miró totalmente confundida, su pecho aún subía y bajaba por su respiración acelerada ante aquellas palabras y tono insinuante. Y sin más, se subió sobre el regazo del chico atacando sus labios de nuevo, abrazó su cuello en lo que él adentraba sus manos bajo aquel remeron hasta encontrarse la tela del brasier de encaje, una de sus manos se adentró obteniendo el seno de la chica en su palma, apretando y deleitándose de su botón erecto.
Hye-min inconscientemente comenzó a mover las caderas percibiendo la masculinidad de JungKook debajo cobrar vida y su zona íntima palpitar y mojarse. Los dos necesitandose de una manera demencial. Sintiendo sensaciones muy intensas jamás previstas.
JungKook la acomodó entre sus brazos levantándose con ella rodeándole la cintura con sus piernas, entre medio del beso preguntando por la habitación, llegando entre tropezones y caricias hasta aquel lugar. Los dos cuerpos cayendo en el mullido colchón.
Comenzó a quitarle la ropa hasta tenerla solo en unas bragas de encaje negro, besó la piel tersa del cuello bajando a los pechos para deshacerse del brasier, chupeteo los botones rosados con su húmeda y caliente lengua, sus manos estrujando los senos cuando comenzó a bajar su boca por el abdomen hasta detenerse en las bragas húmedas, se atrevió a lamer por sobre la tela escuchando un gemido más fuerte por parte de ella quien arqueo su espalda retorciéndose del placer.
Su miembro dolía, quería salir y explorar lugares recónditos. Sin poder detenerse besó los muslos femeninos en lo que quitaba la única tela que la cubría, observó con frenesí el cuerpo ya sudoroso y caliente acostada debajo de él. Sus delgados labios volvieron atacar los carnosos de ella introduciendo su lengua que fue bien recibida, los dos explorándose. JungKook gimió alto cuando sintió la mano femenina adentrarse a sus pantalones dando suaves caricias a su miembro más que erecto.
Dejándose hacer cuando Hye-min comenzó a bajarle dicha prenda. Ella se abrió de piernas, sujetó entre sus manos la longitud caliente y húmeda por el líquido preseminal del chico hasta alinearla en su entrada empalándose a si misma con un movimiento ascendente de su cadera. Los dos gimiendo y jadeando alto en sus bocas ante el ardiente contacto de sus genitales.
JungKook comenzó a embestirla con urgencia, Hye-min le siguió con movimientos de su cadera, el beso entre volviéndose más apasionado, sus manos apretando las pieles que parecían quedar con marcas en cada paso. El chico sacó su miembro de la cavidad femenina con suma lentitud volviendo adentrarse de forma brusca, tiró su cabeza hacia atrás sintiendo ahora como ella bombeaba entre sus labios uno de sus largos dedos.
Jadeante y demandante le exigió a Hye-min que se volteara y le diera la espalda, ella obediente lo hizo quedándose de rodillas comenzando a tocarse los pechos cuando sintió los largos dedos del chico jugar con sus pliegues humedecidos, transmitiendo más placer cuando el pulgar jugaba con su clítoris, sin olvidar que el miembro de JungKook se restregaba en su trasero.
—¡Ah! Por favor —gimió en alto al sentir al pelinegro detenerse en su trabajo.
—Por favor qué, amor —ronroneó en su oído, a pesar de que él se encontraba desesperado por sentirla de nuevo quería escucharla decirlo de su apetitosa boca.
Hye-min totalmente ida y extasiada por el toque masculino, tragó saliva pidiendo con desesperación en su voz.
—¡Todo, lo quiero todo!
JungKook más que complacido llevó su mano derecha rodeando el cuello femenino sin causarle daño, recostó la espalda de ella en su pecho, en su otra mano acunó la zona íntima de Hye-min mientras que con un certero movimiento la penetraba otra vez, embistiéndola cada vez más fuerte en lo que ella gemía a gritos por tanto placer recibido.
Los movimientos eran frenéticos sin poder apartarse el uno del otro, sus vientres bajos comenzando a doler. Hye-min siendo la primera en venirse chorreo en el miembro aún bombeando en su interior, las paredes de su cavidad lo apretaron posesiva dándole el pase a qué JungKook llegué a su orgasmo en una inminente explosión que no escondió cuando cayó sobre la espalda de la chica aún dando profundas embestidas, gemidos jadeantes cargados de placer sintiendo su corazón salirse de su pecho.
Abrazó posesivo por detrás el cuerpo de la chica escondiendo su rostro en el cuello femenino en lo que los dos se recomponían. Su cabeza dolía con tantas emociones y sensaciones aún viajando por su cuerpo, sintiéndose sensible aún, sintiéndose confundido porque para él un polvo era de solo una vez, pero en este caso, quería más, quería volver a tocar a Hye-min, quería besarla, sentirla y enterrarse mil veces más.
━━━━━━✧❂✧━━━━━━
Suspiró lentamente en lo que su organismo comenzaba a despertar, se encontraba boca abajo abrazando una almohada, su cuerpo completamente desnudo era cubierto hasta la cintura por las sábanas blancas con un ligero aroma a Hye-min. Abrió sus ojos buscando a su lado el cuerpo femenino que pensó lo acompañaría, pero no fue así.
Frunció el ceño reincorporándose, se sostuvo con una de sus manos la cabeza, sentía un ligero dolor como si se tratara de una resaca, sonrió divertido al recordar lo de anoche, las sensación tan placentera al recordar cómo se enterró en Hye-min, como la había tocado y acariciado estremeciéndose en el proceso, volvió a buscarla con la mirada encontrándola cuando entró a la habitación con un semblante serio, completamente vestida y aseada, viéndose tremendamente sexy y dulce en aquel vestido color pastel que era lo suficientemente recatado.
—Buenos días —su voz ronca debido al despertar y su garganta seca.
—Debes irte, que yo sepa todas las familias tienen el evento anual en el hipódromo y tú cómo hijo del presidente de la Nación debes estar primero —le lanzó con algo de brusquedad sus ropas a la cama haciéndole sentir frialdad sin evitar elevar una ceja incrédulo.
—Me estás echando, Hye, anoche…
—Vete, JungKook, ya obtuviste lo que querías de mí.
Luego de tomar un pequeño bolso, salió de la habitación dejando al chico más que confundido y algo molesto. Sin importarle estar como Dios lo trajo al mundo salió detrás de ella deteniéndole con las manos abriendo la puerta principal, la estampó sin lastimarla contra la madera. Ella totalmente negada a mirarlo y él buscando su mirada con desesperación. Una desesperación que no entendía pero que estaba presente.
—Lo de anoche los dos lo quisimos, Hye y no me arrepiento —cerró sus ojos apoyando su frente con la de Hye-min. Ella evitaba mirarlo a toda costa cerrando sus párpados— no me arrepiento y me gustaría repetirlo.
El jadeo de sorpresa que ella soltó cuando el pelinegro sostuvo su mano, dirigiéndola sin pudor, hasta su erección fue la excusa perfecta para que sus miradas se encontrarán impidiendo que se zafe.
—Estoy así de empalmado y no es la típica erección matutina, en serio me pones así. —confesó mordiendo su labio inferior queriendo besarla en los labios y volverle hacer el amor.
—Así como con todas las mujeres con las que has estado, JungKook.
Culminó ella mirándolo a los ojos ambos sosteniéndose la mirada, JungKook quiso besarla de vuelta para demostrarle que no habría otra mujer de ahora en más, pero frunció el ceño lleno de confusión cuando escuchó el timbre.
—Deberías ir a tu casa y cambiarte, tu padre debe estar furioso —hablo la fémina alejándose con intenciones de abrir la puerta, pero fue detenida por el pelinegro de vuelta.
—¿Quién vino a buscarte, Hye? —demandó con tono autoritario.
—Vete JungKook, nos veremos más tarde.
Salió cerrando la puerta detrás de ella ydejando al pelinegro frustrado, este sobó su rostro suspirando, se acercó a la pantalla de entrada para ver quién había interrumpido el momento encontrándose con la imagen de Kim NamJoon a lo lejos, la sangre le hervía de la rabia y sus manos se hicieron puños.
Fue apurado hacia la habitación a vestirse. Cerró de un portazo mientras corría a su casa. Algo que le nublaba la razón le hacía pensar en ciertas cosas que debía hacer. La impulsividad tomándole por sorpresa, <<golpearé a Kim tan duro si llega a tocar Hye-min>>, pensó con enojo.
Más que seguro de que no la dejaría ir. Ella era suya desde el momento en que durmieron juntos, ella le pertenecía.
Bueeeenooo, me iré lentamente.
🏃🏻♀️🏃🏻♀️🏃🏻♀️🏃🏻♀️🏃🏻♀️🚶🏻♀️🚶🏻♀️🚶🏻♀️
Lemon cutre y bloqueo de mier**
💜💜💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro