𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘁𝗿𝗲𝗶𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝘂𝗻𝗼.
Salió del baño abotonando las mangas de su camisa blanca, echó un vistazo en el espejo de cuerpo completo cerca de su gran closet, tomó una de las colonias carísimas que solía tener colocándose un poco a una distancia mínima del cuello, se colocó el saco azul con rayas grises a juego con el pantalón de vestir y sus zapatos negros. Escuchó unos golpecitos tenues a la puerta de su habitación.
—¿JungKook? —su madrastra YangMi entró al interior con algo de timidez— ¡wuao! Te ves muy bien, hijo. —halagó haciéndole sentir extraño con la última palabra.
—Tú también te ves bien, YangMi —carraspeó un poco apartando la mirada hacia su traje. Sintió la cercanía de la mujer, casi eran de la misma altura.
—Tu padre nos espera abajo —asintió mirándola sutilmente— sabés, me gusta mucho la pareja que haces con Park Hye-min —comentó acomodando la camisa del chico— creo que no hay nada mejor que una persona especial llegué a revolucionarnos la vida si es para bien —las palabras de YangMi sonaban sinceras— me alegra verte feliz —hizo una pausa y añadió— siempre puedes contar conmigo, JungKook, así tu padre no esté de acuerdo —susurró comenzando alejarse.
—YangMi —llamó haciendo que su madrastra se detenga en la puerta prestándole atención— gracias.
Ella sonrió bajando la mirada al suelo.
—¿Se presentarán hoy en sociedad como pareja? —preguntó con una ligera sonrisa.
JungKook entrando en razón y en un ligero pánico al caer en cuenta de algo así.
¿Realmente eran una pareja? ¿Era necesario hacer toda esa pantomima de presentación frente a personas que lo único que harían sería criticarlos? ¿Qué pensará Hye-min de todo esto? ¿Será que ella querría eso también? Cientos de preguntas recorrían su mente sin obtener una respuesta en si a todas ellas, pero de algo estaba seguro y era que Hye-min pensaría igual que él cuando no querría que nadie opinara o se metiera entre ambos.
El viaje hacia el hotel de lujo dónde el evento de la gran subasta se daría fue tranquilo. La mayor parte del tiempo el señor Jeon y su esposa eran los que mantenían una conversación que a JungKook no le interesaba en lo más mínimo, muy rara vez acotaba palabra alguna manteniéndose al margen. La llegada de la familia fue un poco más ruidosa puesto que el Presidente de la Nación y su familia llamó la atención de la prensa, periodistas y fotógrafos que inundaban de flases.
Un mozo los recibió ofreciéndoles copas de champagne y algunos bocadillos. JungKook se negó porque solamente esperaría hasta más entrada la noche. Su atención se encontraba en otro lado, fuera de aquel salón lleno de gente que iban y venían saludándolos como si fueran la principal atracción. Aunque lejos de ser mentira no estaba ya que la familia Jeon era una de las anfitrionas de dicho evento.
Suspiró haciendo una leve inclinación correspondiendo al saludo que le hacían unos invitados qué hablaban con su padre, desvió la mirada hacia la entrada principal quedándose boquiabierto cuando vio a la familia Park entrar. En realidad, sus ojos no podían apartarse de la hermosa castaña que entraba junto a sus padres. Aquel vestido largo color borgoña de tirantes finos con escote en v, ceñido a su pequeño, pero curvilíneo cuerpo lo volvió loco.
—Buenas noches a todos —saludaron el señor Myung-Back y su esposa Jennim al presidente y su esposa comenzando una ligera conversación mientras los dos jóvenes se miraban cómplices a los ojos. Hye-min claramente coqueteándole descaradamente a JungKook sin que los adultos se dieran cuenta— JungKook —llamó el señor Myung-Back con una sonrisa. El susodicho se inclinó en modo de saludo.
Hye-min se disculpó con los mayores alejándose para saludar a otras personas, no sin antes dedicarle una mirada cómplice al pelinegro mientras contoneaba a propósito sus caderas. JungKook no pudo evitar morderse el labio sabiendo que no podría contenerse durante toda la noche. Estaba hermosísima.
Minutos después, él fue el que se disculpó con los mayores comenzando a alejarse, caminó entre la multitud saludando a conocidos esquivando el llamado que sus dos hyung le hicieron a un costado de la barra, luego tendría tiempo de verlos y hablar con ellos tenía un asunto mucho más importante. Ella en cambio, se encontraba conversando con dos mujeres de traje que parecían ser ayudantes del lugar, se detuvo a unos centímetros esperando a que terminarán la conversación.
Saludó con una leve inclinación de cabeza a las dos mujeres que caminaron tímidas cuando pasaron a su lado, totalmente cohibidas por su belleza masculina.
—¡Park Hye-min!, qué descaro el suyo, señorita —caminó hasta tenerla a solo centímetros de su anatomía— de venir a presentarse con ese vestido frente mío —halagó mirándola de arriba abajo con una mirada lasciva.
—No sé de qué hablas, Jeon JungKook —respondió entrelazando sus manos fingiendo inocencia. El pelinegro la atrajó hasta su pecho.
—Hablo de que no me voy a contener y te voy a arrancar ese vestido para follarte aquí mismo —ronroneó rozando su nariz por el cuello y escote de la castaña.
—Eres un atrevido —rio colocando sus manos sobre el pecho fuerte del chico compartiendo un beso suave y lento.
—Estas hermosa, amor —susurró mirándola de forma penetrante a sus almendrados ojos. Hye-min besó castamente los labios del chico para luego salir del escondite en el que estaban.
━━━━━━✧❂✧━━━━━━
La subasta había sido todo un éxito, se habían vendido muchos objetos de impresionante valor económico y adquisitivo, algunos databan de la dinastía Joseon. Reliquias que a más de una familia y sus integrantes les llenaba de orgullo y honor tenerlas en su hogar. Seguido de aquello se ofició una cena. La familia Jeon compartía mesa con otras tantas deleitándose del costoso y exquisito menú que se había elegido.
Hye-min escuchaba atentamente las conversaciones alrededor de aquella mesa en lo que bebía un sorbo de agua de su copa, casi escupiendo el contenido cuando sintió el tacto cálido posarse en la parte interna de su muslo derecho, miró de soslayo completamente sorprendida al pelinegro sentando a su lado, su rostro varonil era neutro como si estuviera pendiente de la conversación en aquella mesa llena de gente y no tuviera su mano dirigiéndose a un lugar prohibido.
La castaña intentó quitárselo de encima sin tener oportunidad al está aferrarse más a su piel. Ni siquiera se volteaba a mirarle. Hye-min tragó saliva sintiendo esa mano subir en lentas caricias por su muslo, tensándose cuando los dedos rozaron sus bragas de encaje deteniéndose ahí sin hacer más movimientos.
Volvió a mirarlo, bebiendo un sorbo de su copa de vino con suma tranquilidad, su semblante serio miraba al frente como si no estuviera causando estragos en ella cuando aquellos dedos comenzaron a moverse por sobre la tela, ahogó un gemido en su garganta intentando mantener la compostura, tenían demasiada gente a su alrededor como para mostrarse alterada.
Lo que era poco decir con lo que estaba causando los largos dedos del pelinegro ahora moviéndose en círculos luego de arriba hacia abajo sintiendo humedecerse completa, bebió un gran trago de agua evitando con fuerzas no sonrojarse ni gemir.
—Cariño, ¿te sientes bien? —interrogó su madre por lo bajo al ver a su hija algo extraña respirando con dificultad, Hye-min sonrió a duras penas en dirección a su madre respondiendo con un escueto SI, presa del pánico cuando sintió aquellos dígitos traspasar la tela hasta tocar piel con piel.
Giró su rostro viendo escandalizada a JungKook, está vez él la miraba fijamente a los ojos. Los dedos acariciaron sus pliegues humedecidos, uno de ellos se introdujo de forma lenta como probando el terreno, sacándolo para volver a acariciar no solo sus pliegues sino su clítoris hinchado, jadeó bajito cuando sintió dos más entrar embistiéndola con lentitud.
Acelerando el calor en su cuerpo, tensándola en lo que su mente y cuerpo gritaban por más. JungKook leyendo en los ojos de la castaña su ferviente pedido comenzó a acelerar el ritmo de sus dedos en lo que su pulgar también se sumaba a las caricias en la húmeda intimidad de su chica.
Solo basto unos minutos para que Hye-min se viniera sobre la mano del pelinegro en un orgasmo que tuvo que callar mordiendo sus labios agradeciendo que la música y las voces de la gente eran lo suficientemente alto como para esconder el gemido que ella soltó, pero que él si escucho ocasionando una sonrisa triunfante.
—Disculpen un momento por favor —JungKook se levantó de su asiento como si no hubiera hecho nada hacia minutos atrás, se alejó ante la atenta y tensa mirada de la castaña, ella sintiendo otra punzada en su vientre bajo cuando observó a los lejos como él llevaba a su boca saboreando los dedos que estuvieron en su interior.
━━━━━━✧❂✧━━━━━━
Aquel erótico y provocativo momento la había puesto de mal humor. No solo por la forma en que había acabado totalmente abochornada, sonrojada y respirando con dificultad sino por la forma insinuante en la que el pelinegro se había atrevido a hacerlo en medio de tanta gente. No debía asombrarle aquel arrebato, pero aún así no podía parar de pensar y sentir de forma tan intensa.
Entró de nuevo al salón luego de haber estado en uno de los jardines tomando aire, la intensidad con que JungKook la tocaba era mucho más de lo que hubiera podido imaginar, las formas en que él la miraba o le hablaba aún pensando si todo lo que ocurría entre ellos era de verdad y no un sueño. A veces se sentía mareada con todo.
—Me concede este baile señorita Park —pidió JungKook colocándose frente a ella tendiéndole su mano. Hye-min tragó saliva aceptando y dejándose llevar lejos de la pista de baile donde muchas parejas bailaban al compás de música jazz, a pesar de que habían sido cuidadosos toda la noche no querían que los vieran juntos todavía —¿Qué tienes, amor?
—Nada, Jeon —contestó seca sin mirarle. JungKook sonrió divertido.
—¿Acaso no te gustó el cariñito que te hice? —ronroneó en su oído acercándola a su cuerpo.
—Ese es el problema —se quejó, golpeándolo levemente en el brazo— ¿cómo pudiste hacerme eso?
—Te hubiera hecho más cosas —se encogió de hombros— pero la gente se hubiera escandalizado.
—¡Yah!
—Relájate bonita, quiero disfrutar este momento contigo —rozó su nariz con la de la de ella.
—Jeon JungKook siendo romántico, que raro.
—Solo contigo, amor —susurró coqueto, aquellos ojos oscuros miraban intensamente los avellanos de la chica— quiero todo contigo, Hye-min.
Sintió su corazón latir como loco queriendo salir de su pecho, los vellos de su cuerpo erizándose. Rio bajito intentando respirar normal conteniendo su conmoción.
—Esta bien míster músculo —sobó sus brazos.
—Tengo otro músculo mucho mejor que te va encantar —ronroneó estampando su fornido cuerpo al de Hye-min causandole risa, una risa que a JungKook le causó cosquillas en el estómago, que le hizo sonreír, que no podía parar de disfrutar— sabes que sería bueno ahora, un rapidito —murmuró en lo que apretaba sus manos en la cintura femenina y la acercaba más a él.
—¿Estás loco? No podemos hacer eso...
El pelinegro interrumpió sus palabras con un beso fugaz en sus labios rojos.
—Entonces vámonos de aquí porque no aguanto tenerte con ese vestido, el cual quiero destrozar con los dientes para enterrarme profundo en ti —la chica jadeó de sorpresa, soltando una risita al sentir cosquillas en su cuello por los labios dejando besos, castos besos que comenzaron a descender hasta sus pechos mientras las manos traviesas del chico apretaban su trasero atrayéndola a su entrepierna.
—¡Yah! Nos van a descubrir cálmate un poco, JungKook.
—Entonces vámonos a tu departamento, Hye, en serio te necesito.
—Ay, alguien está desesperado —jugó con el chico golpeteando la nariz de este con su dedo índice.
—Hye-min, hablo en serio —la mirada oscura y penetrante intimidaba mucho, pero a ella solo le divertida ver lo desesperado que se encontraba— no seré dulce y la verdad estoy pensando el querer probar lugares bizarros así que sino mueves ese hermoso trasero te voy a follar tan duro en cualquier lugar de este edificio que tus gritos van a escandalizar a todos los invitados.
Hye-min reía divertida por la seriedad en las palabras del pelinegro, rodeó con sus brazos el cuello del chico en lo que dejaba besos en el rostro de este.
—Ya desesperadito —dijo sujetando la mano de JungKook— vámonos antes de que se te ocurra cumplirlo.
🤭
💜💜💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro