
𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗶𝗲𝘇.
La música en la radio se podía escuchar por lo bajo, NamJoon manejaba por las calles de Seúl mientras Hye-min a su lado enviaba mensajes sonriendo, lo que llamó la atención del moreno, observándole de soslayo sin quitar demasiado la atención del camino.
—Parece que el emisario de dichoso mensaje te pone feliz —tanteó, sobando con su mano el brazo que tomaba el volante.
—Si —contestó ella con una sonrisa sin quitar los ojos de la pantalla— JiMin me ha escrito y me ha mandado fotos de su viaje por El Gran Cañón, mirá.
La chica acercó el aparato para que el chico de cabello ceniza observará las imágenes en lo que el dedo femenino pasaba como una diapositiva. NamJoon sonrió mostrando sus tiernos hoyuelos imitando imitando a la chica, le alegraba verla un poco más compuesta desde la partida de su hermano. Él mismo había sido participe del dolor que aquello le había causado a Hye-min, siendo también quien la había consolado.
—Me alegro por JiMin, se nota que la está pasando muy bien —se detuvo frente a un semáforo en rojo.
—Tú y oppa se estaban llevando muy bien, por lo que me contó.
—Si, hemos conversado un par de veces, convivir con él todos los días haciendo el trabajo de caridad en la escuela primaria nos ayudó a formar una linda amistad.
—Mirá —le mostró otras fotos, NamJoon sosteniendo el móvil entre sus manos para observar mejor aquellas fotos donde un Park JiMin sonreía y posaba frente a los paisajes del lugar visitado o al frente de edificios emblemáticos.
Encontrándose de repente con una foto que llamó su atención y apagó un poco su sonrisa. Era Hye-min vestida de payasita sonriendo con la boca abierta, a su derecha TaeHyung con su disfraz de dinosaurio sonriendo feliz haciendo una V con sus dedos y a la izquierda de la chica, Jeon JungKook con semblante serio haciendo una K con sus dedos frente a sus ojos.
—Veo que al final lo convenciste de disfrazarlo —le tendió el aparato volviendo a retomar el volante cuando cambió a luz verde. La chica bufó observando las imágenes.
-—Costo, pero pude hacer que se ponga ese maldito traje -—contó con fastidio-— TaeHyung se lo dio porque yo lo hubiera matado.
NamJoon rio por lo bajo llamando la atención de la chica que volteó a verle con el ceño fruncido.
—¿Qué?
—Te transformas cuando estás con él —la castaña lo miró con ojos confundidos— Hye-min, conmigo eres tú, con él mantienes una máscara y a veces pienso que lo haces para no demostrarle realmente quien eres.
—Debo ir a la biblioteca de la universidad por un libro —murmuró para si misma desentendida del tema.
—O no quieres que sepa lo que sientes por él.
Un silencio algo incómodo se formó dentro del auto, de fondo la canción Youngblood de 5SOS se podía escuchar muy bajito. Hye-min totalmente inmóvil en su puesto sintió su móvil vibrar con mensajes del chico de sonrisa cuadrada y otra de las chicas que trabajan en el orfanato, ambos enviándole fotografías de la fiesta.
-—El pastel que hicieron para los niños se echó a perder y él mandó a comprar dos con los nombres de los niños —comentó con voz neutra— también les dio un juguete a cada uno, junto con un neceser aparte donde tenían productos de limpieza de BT21.
Aun seguía con sus ojos perdidos en el móvil con la pantalla apagada, su reflejo allí. NamJoon la observaba pendiente del camino a la vez. Quedaba poco para que llegarán a destino. El chico suspiró dispuesto a contestarle pero ella se adelantó saliendo de su ensimismamiento.
—Los niños pelearon porque fueron los causantes de que el pastel se echara a perder —suspiró mirando a través de la ventana vislumbrando la calle del complejo dónde las familias más importantes del país residían, dónde ellos vivían-— JungKook supo cómo mantener la calma, los regañó e hizo que los dos niños en cuestión se pidieran disculpas mutuamente.
-—Eso es bueno, ¿no? -—inquirió NamJoon deteniéndose frente a la residencia Park, ella asintió mirando sus manos sobre su regazo.
—Si, me asombro lo maduro que supo llevar la situación.
—Hye-min.
—Nos veremos más tarde, Nam -—volteó sonriéndole, plantando un beso en la mejilla de este para luego salir del vehículo trotando hasta la enorme puerta negra de entrada de su hogar.
Una de las sirvientas le abrió con una sonrisa y una suave inclinación de cabeza. Se adentró al interior una vez se descalzo, escuchando a lo lejos las voces de sus padres en medio de una discusión. Suspiró cansada porque lo más seguro era el mismo tema de todos los días.
Desde que su padre había tomado el puesto de primer ministro en el partido del señor Jeon las cosas se volvieron difíciles. El tiempo que el señor Park pasaba con su familia era escasa, a eso, sumarle que el primogénito había tomado decisiones muy fuera de lugar con la imagen que se quería impartir en una familia tradicional como la de ellos.
Ahora entendía la rebeldía de JungKook, lo impulsivo que lograba ser sin importarle cargarse encima, luego, la ira de su padre, el presidente de la Nación.
Apenas cruzó la sala para subir a su habitación, vio de reojo a sus padres salir de la biblioteca aún discutiendo, ambos deteniéndose cuando vieron a su hija con los pies en los escalones de la escalera. Jennim vio a su hija con asombro y ternura apenándose por que hubiera escuchado el insulto que lanzó contra su esposo.
El señor Myung-Back con rostro amargado no solo por lo anterior sino porque, estaba seguro que su hija había escuchado bastante.
-—¿Cómo te ha ido, hija?
-—Bien, los niños estaban muy contentos con todo, incluso recibieron regalos por parte de JungKook y animamos la fiesta con disfraces, la pasamos muy bien -—comentó con una sonrisa fingida en su pálido rostro, aún tenía los brillitos de colores en su piel— si me disculpan debo ponerme al día con algunas cosas de la universidad.
Se despidió con una leve inclinación y siguió los escalones trotando, escuchando los murmullos debajo, cerró la puerta de su habitación con mucha lentitud como si quisiera hacer el menor ruido posible para que no la notarán. Cerró sus párpados acuclillándose con su espalda sobre la madera, sus ojos abriéndose y mirando el techo blanco suspirando del cansancio.
Extrañaba mucho a su hermano en esos momentos, él era el único que podía hacer que su ánimo por los suelos cambiará, él siempre había sido su compañero, sus brazos reconfortantes dónde esconderse. Aquel que le decía que todo estaría bien, quien le alentaba a rebelarse. A ser ella misma.
Sorbió por la nariz secando las únicas dos lágrimas que cayeron por su mejilla levantándose, dejó su bolso y chaqueta de mezclilla en el perchero a un costado. Se sentó frente al escritorio frente a un ventanal que le dejaba ver las demás casas y lo verde rodearles. La casa de los Park se encontraba sobre una colina y tenían una maravillosa vista.
Sonrió perdida en otros pensamientos, recordando los mensajes anteriores que no había abierto. Tomó su bolso sacando su móvil y abriendo los chats una vez deslizó sus dedos por el patrón de contraseña. Más fotos del cumpleaños, de los niños con sus regalos, comiendo, jugando a diferentes juegos, de algunos abrazándose entre ellos, haciendo muecas o el tonto, el dino Tae y la payasita Hye, de JungKook repartiendo regalos, de él desperezado en ese traje amarillo.
Deteniéndose a mirar fijamente la última. Todos alrededor de la mesa donde los dos pasteles y los dulces estaban puestos, dónde cantaban el cumpleaños a los dos niños, todos mirando a los festejados, salvó Hye-min y JungKook, quienes se miraban fijamente el uno al otro, perdidos el uno en el otro.
Suspiró sonoramente dejando caer su cabeza sobre sus brazos plantados sobre la madera del escritorio.
—Eres una idiota Hye-min.
Hola, estaba inspirada, escuchando la canción Youngblood de 5SOS y salió este capítulo. Espero les guste.
Desde la perspectiva de nuestra prota. Que será que siente por el JK??? 🤔 Y que será que NamJoon representa para ella?? Y NamJoon y JK?? Que representará para ellos Hye-min??? 🤭🤭🤭
No olviden tomar agüita, hacer streaming a la nueva canción del OST de nuestro SeokJin
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