Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

04. Cosas que no cambian

Megan caminó por el pasillo siguiendo la música suave que salía de una de las habitaciones. Se detuvo frente a una puerta entreabierta, empujándola con cuidado. El lugar olía a perfume floral, laca para cabello y algo caro que no supo identificar y ahí estaba él, su mejor amigo, en su máximo esplendor.

Florian estaba dentro del armario más grande que Megan había visto en su vida. Literalmente un vestidor del tamaño de una habitación, con luces cálidas, ropa por colores, filas interminables de tacones, botas, bufandas de plumas, pelucas etiquetadas por tono y textura, y una estantería entera para esmaltes. Un spa de caos controlado.

Florian: ¡Hay, ya te habías tardado, perra! —gritó Florian sin voltearse, mientras se aplicaba brillo en las uñas con una concentración casi quirúrgica.

Megan soltó una carcajada, entrando y cerrando la puerta tras ella.

— Estabas esperándome, ¿eh?

Florian: Obvio. Siempre sé cuándo entras al reino —dijo girando sobre sí con dramatismo— Mira, en unos días vamos por los vestidos. El diseñador ya sabe que somos la pareja del siglo: Georg con su aura misteriosa de bajista sexy y yo, su estrella de reality no descubierta aún.

Megan se sentó en un sillón aterciopelado color vino, cruzando las piernas mientras lo observaba jugar con una peluca plateada.

— Amo tus uñas, Florian. ¿Desde cuándo ese tono "matahombres nocturno"?

Florian: Lo sé, gracias, fue inspirado en mi etapa post-ruptura a los doce con aquel chico que decía que el negro no combinaba con mis 'vibras'. Pff... ¡qué horror! —bufó con teatralidad— Lo dejé y pinté las uñas de negro esa misma noche. Me sentí tan liberada que casi me orino de la emoción. Pero no lo hice, porque uno no arruina su outfit por emociones básicas.

Megan soltó una carcajada y negó con la cabeza. Le encantaba que, después de todo lo vivido, Florian seguía siendo exactamente él: irreverente, brillante, auténtico.

— Me alegra que pudiste liberarte más estos años —dijo con honestidad— Recuerdo cuando te escondías con miedo si alguien te miraba el maquillaje.

Florian se detuvo un momento. Dejó el brillo a un lado y giró hacia ella, ahora con una expresión más serena.

Florian: Sí... fue un camino largo, ¿sabes? —murmuró, sentándose a su lado y acomodándose el batín de satén— Pero un día me miré al espejo con sombra morada, rímel y labial carmesí y dije: que se pudran esos idiotas. ¿Quiénes eran ellos para decidir si yo podía brillar o no?

Se giró a verla y le sonrió.

Florian: Soy el maldito Florian. Y pronto... Florian Listing, perras.

— ¡Chilla, reina! —rió Megan, aplaudiendo mientras él hacía una pose dramática como en una pasarela.

Florian: Y tú, cariño, serás mi madrina. Vas a caminar con una corona si es necesario. Haré que le pongan un reflector personal a tu maldito asiento.

Megan fingió limpiarse una lágrima falsa.

— Gracias por devolverme el glamour, hermana.

Florian: Siempre, perra —dijo Florian con orgullo— Somos arte, somos caos, somos glitter con traumas... ¡y estamos vivas!

— Y peligrosas.

Florian: Y vengativas.

— Y divinas.

Ambos se quedaron en silencio por un segundo, y Megan se recostó sobre el hombro de Florian.

— Te extrañé tanto.

Florian: Yo también, Meg. Pero sabía que ibas a volver. Porque nadie sobrevive a través del monzón... sin volver a buscar el sol.

Ella sonrió suavemente.

— Y tú siempre fuiste mi sol... aunque uses pestañas postizas de 20mm.

Florian: ¡Ofendida! —dijo llevándose una mano al pecho— Son de 25mm, ¡maldita sea!

Ambos estallaron en carcajadas, sabiendo que, por un momento, podían respirar tranquilos.

Florian: ¿Quieres? —preguntó Florian, sacando un vape brillante con purpurina rosa del bolsillo de su batín de satén. Se lo ofreció como si fuera un cetro real.

Megan arqueó una ceja, pero lo tomó entre los dedos.

— ¿Qué es esto? ¿Sabor lágrimas de ex?

Florian: No, querida —rió él— Fresa tóxica, como nosotras.

Ella rió, llevándoselo a los labios. Inhaló y casi de inmediato se atragantó con el humo, tosiendo y golpeándose el pecho.

— ¡Por Dios, Florian! —soltó entre tos y risas— No soy tan importante como para merecer una fiesta o morir trágicamente envenenada por tu vape.

Él la miró, ofendido como si le acabaran de insultar a Lady Gaga en su cara.

Florian: Perdona, reina sin corona, claro que eres importante. Planeo una fiesta en la piscina para celebrar tu llegada. Habrá flotadores con forma de pene, bebidas azules que nadie sabrá qué carajo contienen, y música tan alta que tus problemas existenciales van a empezar a bailar solos. Así de importante eres, bebé.

Megan se dejó caer en el sofá, aún riendo, pero algo en su risa cambió cuando Florian se giró para mirar unas sandalias con plataforma.

Florian: No dejes que nadie te haga pensar lo contrario, Meg. Ni siquiera cualquier hombre con apellido Kaulitz —dijo de espaldas, pero con una intención muy clara.

Ella se quedó en silencio. El apellido resonó en su pecho como un trueno en medio de la calma. Suspiró, jugando con el anillo que llevaba en uno de sus dedos.

— Tom ha sido muy amable conmigo desde que llegué —admitió sin mirarlo— Mucho más de lo que esperaba.

Florian se giró lentamente, ya sabiendo hacia dónde iba la conversación. Se sentó junto a ella sin decir nada, esperando que Megan hablara.

— No lo sé... —dijo finalmente— A veces me pregunto si sigue enamorado de mí.

Florian: ¿Y tú? —preguntó Florian sin adornos— ¿Tú sigues sintiendo algo por él?

Megan ladeó la cabeza, pensándolo en serio.

— Creo que siempre sentí algo por él, aunque fue Bill el que me robó el corazón por completo. Con Tom era como... un incendio silencioso. Él nunca necesitó palabras. Solo esas malditas miradas y ese lenguaje corporal de chico malo arrepentido.

Florian: ¿Y ahora?

Ella se encogió de hombros.

— Ahora es más confuso que nunca. Me abraza como si el tiempo no hubiera pasado. Me mira como si aún estuviéramos atrapados en esa noche donde me beso por impulso... y luego, como si no hubiera pasado nada. Y joder, Florian... me duele.

Florian le tomó la mano, sus uñas brillando bajo la luz del vestidor.

Florian: Mira, Meg... Los Kaulitz son intensos. Tom arde como fuego y Bill como el sol. Los dos pueden quemarte, pero solo uno de ellos te hace querer quedarte incluso cuando te quema.

Megan sonrió con tristeza.

— ¿Y si ya no me recuerdan como la chica que fui? ¿Y si ya no soy suficiente?

Florian: Eres más que suficiente, cariño —dijo Florian, abrazándola fuerte— Y si alguien se atreve a dudarlo, le lanzo mis tacones más afilados en la cara. Sin miedo al juicio.

— Sabes que te amo, ¿verdad?

Florian: Lo sé. Soy adorable, leal, dramático y mi eyeliner siempre está perfecto. ¿Cómo no amarme?

Ambos rieron otra vez, y Megan recostó la cabeza sobre su hombro.

— Entonces... ¿fiesta en la piscina?

Florian: Obvio y usarás ese bikini negro que hace que Tom se trague sus propias palabras. Brindaremos por el pasado, el presente... y lo que sea que venga.

— ¿Y si viene el caos?

Florian: Entonces bailamos con él, amor.







Idea de como es Florian mi gente.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro