Capitulo 6
──No me mires así... ¿Dónde estabas? No has venido en días.── Gruñó George mientras caminaba hacia aquel lago seguido del otro.
──Me enfermé... ¿Acaso te asustaste?.── Preguntó divertido mientras acomodaba su bufanda alrededor de su cuello.
── Pensé que te habían hecho algo o simplemente te aburriste de venir.── Alzó sus hombros mientras entraba en aquel lago en dónde el agua le llegaba hasta el abdomen. ──¿Qué es toda esa cosa que tienes sobre tu cuerpo?.──
Richard ya daba por sentado de que George no era una persona, cualquier persona sabría lo que era una cámara de fotos, ropa y abrigo a parte no cualquiera andaba desnudo ni por casualidad podía pasar de ser un lobo negro a una persona o básicamente respirar bajo el agua como hacía el otro.
Claramente todas esas preguntas despertaron su curiosidad y se acercó más al lago pero no entró, tenía miedo ¿Tenía miedo? Algo así, pero en realidad temía que fuera como las sirenas, aquellas que encantaban a los marinos y los ahogaban en el agua sin remordimiento.
──Perdona que te pregunte... No sé si te ofenda y no nos conocemos... Pero ¿Qué eres?.── Preguntó Richard mientras jugaba con sus dedos anillados.
Ante aquella pregunta claramente George alzó una ceja preguntándose porque ese humano pensaba que había la confianza suficiente para contarle su vida ya que aún tenía presente las advertencias de su familia de que los humanos son malos por naturaleza, matan y destruyen absolutamente todo lo que hay a su alrededor sin remordimiento alguno y más si lo consideran una clase de amenaza para su especie.
──Sabes que no soy humano, creo que eso es más que suficiente para saciar tu curiosidad, no se puede confiar en ustedes.── Dijo de forma despectiva antes de sumergirse en el agua unos segundos y volver a salir.
── Necesitas el agua para respirar... ¿Tienes branquias?.── Dijo aún más curioso en dónde tomó asiento a la orilla del lago.
── Cuando estoy en el agua, pero puedo estar en tierra mucho tiempo, solamente no tengo la costumbre de respirar el mismo aire contaminado de ustedes.── Sus comentarios eran filosos sin lugar a dudas y aún no confiaba totalmente en los humanos.
── Wow... Si que no tienes pelos en la lengua... Soy Richard por cierto.── Dijo con amabilidad dándole una pequeña sonrisa mostrando sus pequeños colmillos.
── Richard... Buen nombre, dime George, creo que hay muchos George's humanos.── Asintió con su cabeza antes de sumergir su cuerpo hasta su mentón y se quedó mirando aquellos pequeños colmillos.
── En países de habla inglesa mayormente, aquí en Hamburgo no, nombres alemanes y demás.── Le informó al muchacho. ── ¿Tienes frío?.──
── Te encanta hacer preguntas ¿No?.── Dijo con un pequeño tono de fastidio en dónde le salpicó. ── Estoy bien, estoy acostumbrado... Dime ¿Qué haces tú con todas esas cosas que traes a diario? No es tan lindo cuando te preguntan a ti.──
Ante el contraataque realizado por el Nix tomó totalmente desprevenido al joven de ojos azules pero le dió la razón, no era tan lindo cuando te hacían las preguntas a ti, pero lo veía justo también, era su hora de responderle.
── Ésto es ropa, nos vestimos así para no estar desnudos... No es normal estar con tus atributos al aire como si nada, eso dice la sociedad y seguimos esas normas... Y la bufanda es porque hace frío y estoy enfermo.── Explicó señalando cada una de sus cosas y se quedó viendo aquellos ojos pardos que parecían brillar de la curiosidad.
El chico de ojos pardos se quedó mirando fijamente al de ojos azules queriendo saber y comprender lo que decía, no entendía la razón de que los humanos usaran ropa, es decir, cubrir su desnudez ¿Qué había de malo en hacerlo? Era normal, no había nada de malo ni nada de lo cual avergonzarse al respecto, sin duda alguna los humanos eran demasiado complejos y críticos con los de su propia especie.
── ¿Enfermo? ¿Estás enfermo?.── Le preguntó alzando una de sus cejas al respecto y se acercó un poco más teniendo el agua hasta el final de su abdomen.
── Si ¿Acaso ustedes no se enferman?.── Inquirió curioso acercándose aún más de forma más peligrosa. ── Estás más abierto que la primera vez.──
── No... No nos enfermamos, no tenemos esa precaria condición de vida que los limita a ustedes a una asistencia médica a la cual deben de pagar para salvar sus vidas.── Dijo en un tono de voz grave y monótono mientras creaba ondas de agua con la punta de sus dedos. ── Eres curioso y confirmé que no eres peligroso en lo absoluto.──
Con aquel pensamiento tan profundo solamente pudo soltar una risa entretenida negando con la cabeza seguido de estornudar girando su rostro a un costado y frotó sus manos mirando totalmente hipnotizado al otro y lo que hacía que parecía tan banal pero cautivante.
── Podrías sanar de forma rápida... Eres un ser humano curioso Richard Starkey... Curioso.── Espetó soltando una risa divertida acercándose más hasta que el agua llegó a su abdomen que ante el descenso su pelvis formaba una forma de "V". ── No eres cómo ellos... Eres bastante benevolente y amante de la naturaleza.──
Richard no sabía que era lo que le ocurría en lo absoluto, se sentía atraído, en un limbo en dónde sus ojos azules estaban fijos en los pardos adornados por esas pestañas que se batían con una sensualidad atrayente.
── ¿Sanarme?.── Preguntó de una forma inocente e incrédula.
── Podría... ¿Quieres confirmarlo?.── Lo sedujo con su suave voz extendiendo su mano izquierda al otro.
Richard se sintió dudoso, tímido, cohibido y hasta confundido de ser posible pero había algo en George que lo atraía y tenía miedo que fuera una clase de trampa como el relato de las sirenas que atraían a los marineros para luego ahogarlos en el agua. Pero su cuerpo respondía por inercia hasta extender su mano y tomas la otra que estaba mojada y suave al contrario de la suya que estaba llena de callos por el uso de sus anillos pero de todas formas tomó aquella mano.
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de George el cuál no dudó en jalar con fuerza al otro al agua y sumergirlo haciendo que el otro se asustara luchando por querer salir a la superficie para poder tomar algo de oxígeno pero George se encargaría de evitar que lo hiciera, lo había seducido sin percatarse de aquello pero lo sanaria, no se refería a sanarle ese tonto resfriado, lo sanaria de esa enfermedad que era la raza humana en si.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro