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"Hyunjin, Hyunjin, Hyunjin"

En su sueño, Jinsoul parecía estar dentro de un edificio abandonado de infinitas habitaciones y pasillos, las luces no andaban aunque de alguna manera podía ver, plantas, basura y animalitos eran su única compañía en aquel lugar, aunque no la ayudaban.

Dentro de su cabeza, se repetía una y otra vez el nombre de su Omega.

En aquel lugar, sentía la presencia de Hyunjin en cada habitación, llamándola, aullando dentro de sí para que la encontrara, llorando en su soledad; pero cada vez que abría una puerta la habitación estaba vacía.

Y así, pasaba a otra habitación, y ella volvía a correr para intentar encontrarla.

Repitiendo ese ciclo toda la noche, hasta despertarse, con el nombre de la Omega repitiéndose en sus labios y lágrimas en los ojos.

Jinsoul negó para despejar su mente, se frotó el rostro para borrar sus lágrimas y se levantó viendo el reloj en la pared, preparándose sin ganas para ir al trabajo.

Se sentía peor que ayer.

El dolor de cabeza aún era leve, pero sabía que en cuanto se le despeje el sueño sería peor, así que tomó los medicamentos que ella misma se había recetado para al menos intentar evitarlos.

Sentía su cuerpo débil, casi adolorido; su nariz y oídos tapados la hicieron creer que todos esos síntomas eran de una gripe, pero en su interior sabía que no era así.

Su loba lloraba y aullaba, desconsolada, en su interior.

Extrañaba a su Omega, la necesitaba.

Jinsoul estaba un poco confundida, pero su cabeza no la dejaba pensar demasiado.

Ella y Hyunjin no compartían un lazo, entonces, ¿por qué se sentía así?

¿Sería por ser predestinadas?

Los predestinados son amantes de vidas pasadas, que compartieron un lazo tanto en forma humana como lobuna, y son sus lobos que recuerdan al otro, los que siguen amando, y que tienen ese lazo desde vidas atrás.

Es un lazo un poco "débil", algo incompleto, para que sea del todo fuerte el Alfa tiene que marcar al Omega, físicamente, para que estén totalmente conectados.

A Jinsoul no le parecía tan débil.

Ella sabía lo que era tener un lazo con alguien.

Cuando la habían marcado, y había huido, había estado conectada al otro Alfa, agobiada por las emociones de otra persona en ella, y una extraña sensación de regresar a Daegu (que no tenía nada que ver con extrañar su casa, o su familia), no lo había disfrutado ni un poco. Pero sólo había sido cuestión de semanas para que el lazo que compartían se rompiera, supuso que ese Alfa había marcado a otra persona e intentó olvidarse.

Ese lazo emocional, propio de su loba, que tenía con Hyunjin era tan o más fuerte que el que había tenido antes.

Su loba sentía que había perdido a su Omega, y por más que Jinsoul le dijera que Hyunjin estaba bien, en algún lado, su loba no parecía creerle.

Intentando llenarse con un poco de vida, bebió dos tazas de café antes de salir hacia su trabajo, donde también tomó sin permiso una lata de bebida energética, como la del día anterior.

一Si no la pagas, la descontaré de tu sueldo.

Ni la voz de Kahei podía hacerle sentir algo de molestia, parecía que todas sus emociones se habían concentrado en dejarle paso a la tristeza.

Se encogió de hombros, sin mirar a la castaña.

Kahei se preocupó un poco.

Tal como le había dicho Haseul ayer, Jinsoul apestaba a tristeza, y muy, muy debajo de todo ese agrio olor, estaba la esencia de café y algo que sólo pudo sentir como "muy fresco".

一Jinsoul 一 Kahei trató de hablar suave, sin que se note tanto一, ¿Usaste el perfume del otro día?

La pelinegra negó.

一Todavía sigue cerrado, en mi casa.

Kahei frunció un poco el ceño.

La semana anterior, luego de comprar ese perfume, había notado el aroma a café de Jinsoul, aunque un poco apagado por el dulce y empalagoso olor a Omega con el que la chica venía cada mañana.

Eso la hizo caer en cuenta de que Jinsoul ya no olía a Omega.

Pensó que la teoría de Haseul acerca de Jinsoul la "Beta" y Kim Hyunjin la Omega tenía un poco más de sentido.

Sin sutileza, tal como era la castaña, sólo se acercó un poco más a Jinsoul para hablar bajo.

一Jung Jinsoul, ¿qué eres?

La pelinegra posó su mirada en Kahei un momento, pero no contestó. Bebió lo último que le quedaba a su lata, y se levantó para ir a tirarla.

Al entrar en la sala de empleados, lugar donde tenían un cesto para la basura, el televisor estaba prendido, y hablando de quien quería y a la vez no, escuchar.

一... Volvió en la madrugada de ayer, yendo directamente hacia la casa de su prometida, Jeon Heejin.

Jinsoul frunció el ceño. Comenzó a molestarse, viendo las fotos de un lobo blanco entrar a la mansión de aquella idiota con cabello castaño.

一... Kim Hyunjin no ha dado declaraciones por sí misma. Su familia asegura que no hablará con la prensa, y cualquier cosa que tenga que comunicar, lo dirán sus familiares por ella...

Sintió a su loba prestar atención a la televisión, impidiendo que Jinsoul se vaya, y la pelinegra se sintió algo ridícula, dominada hasta por su propio animal interior.

一... Pero han informado que se encuentra bien de salud, no tiene secuelas y que se quedará en la casa de Jeon Heejin.

La reportera sonreía, como si eso fuera algo alegre.

Jinsoul no pudo evitar gruñir.

Pensó en romper esa televisión, y lo habría hecho si Kahei no hubiera apagado la misma antes de ella poder dar un paso.

La castaña la miró con ojos entre miedo y curiosidad. Jinsoul se obligó a calmarse un poco.

Atribuyó su mala actitud al dolor de cabeza, que seguía allí, y no la dejaba pensar claramente.

El aroma a café había aumentado, mezclado un poco con un fuerte olor a ira.

一Alfa 一declaró Kahei, aún alejada unos pasos de la pelinegra; su Omega interior se sentía intimidada, y no la dejaba acercarse a Jinsoul.

Estaba un poco confundida por lo diferente que parecía aquella Jinsoul de la que había conocido.

La pelinegra suspiró pesadamente.

一¿Las Omegas siempre son tan entrometidas y pesadas? 一murmuró, apretando un poco los dientes para calmarse一. Qué bueno que Hyunjinnie no es así...

Kahei alzó las cejas ante eso último.

Jinsoul se dió cuenta que no debería haber hablado, así que se congeló un segundo antes de salir de la habitación apresuradamente, tomando la primera caja de productos que vió para acomodarlos.

Respirando pesadamente para intentar bajar el calor que había subido hacia su rostro, intentó concentrarse en su trabajo.

Kahei dudó un momento en si acercarse o no, de si debía llamar a Haseul primero para decirle que creía su teoría o callar. Todavía estaba bastante confundida.

一¡Kahei!

La castaña volteó para ver a su abuelo, el dueño del lugar; un hombre alto y de cabello totalmente blanco, que le hizo señas para que se acercara.

一Hay una señorita buscando a Jung 一dijo, y Kahei alzó las cejas con sorpresaㅡ, está en la entrada. Ve a avisarle.

Kahei sólo asintió, yendo hasta la chica sin apuro y diciéndole un "Te buscan en la entrada" sin más.

La pelinegra dejó de acomodar los productos para caminar hacia la salida, sin mirarla.

Kahei notó que Jinsoul tenía el rostro más rojo de lo normal, y también estaba perlada en sudor.

Un poco curiosa, esperó a que avance unos metros antes de seguirla.

Sus oídos pinchaban, tenía demasiado calor, y no le alcanzaban las respiraciones para recuperar el aire.

Con la vista un poco torpe, caminó hacia la salida, con el sol de media mañana cegandola.

Luego de varios parpadeos, lo primero que notó fue una cabellera rojiza que se le acercaba.

El olor a cerezas y menta golpeó sus fosas nasales, al mismo tiempo que enfocaba la vista en el sonriente rostro de Yerim.

La vió abrir sus brazos para darle un abrazo, pero no llegó a acercarse totalmente que las rodillas de Jinsoul cedieron, haciéndola desplomarse.

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