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Se abrazaron en silencio hasta que ya no quisieron derramar ni una lágrima más.

Jinsoul besó sus gorditas mejillas, su pequeña nariz y sus esponjosos labios, aprovechando que no podría hacerlo mañana.

Tomó su rostro, haciendo que Hyunjin la mirara con sus ojitos cansados de llorar, pero aún así sonrió.

一¿Cómo puedo amar tanto a alguien en tan poco tiempo? 一murmuró la mayor, aunque fue un pensamiento que se escapó por sus labios.

Hyunjin sonrió, escondiendo sus ojitos tras sus mejillas.

一El corazón no pide permiso para amar, unnie. Tampoco pide tiempo 一dijo一. Además... Somos predestinadas, Jinsoul unnie. Ya nos amábamos, sólo necesitabas darte cuenta...

Jinsoul no pudo sonreír del todo.

No sabía si aquello era muy injusto, o muy justo.

Hyunjin era demasiado para ella.
Alguien tan dulce, tierna, con apariencia digna de un ángel, con el don de ser una adorable amiga peluda a voluntad... Alguien así no merecía a una Delta como ella, una vergüenza de Alfa, una don nadie en el mundo.

Tenía toda la suerte del mundo sólo por conocerla, y no se iba a cansar de repetirlo, porque era la única certeza que tenía en ese momento.

一Hyunjin一la llamó, el tono hizo que la Omega borrara su sonrisa一. Hay personas que nunca encuentran su predestinado... Hay quienes ni siquiera tienen. Yo... Creo que debes buscar a alguien mejor.

Hyunjin pareció decepcionarse con sus palabras.

一No quiero a nadie más 一dijo, con total seguridad, mirando directamente a sus ojos.

Jinsoul negó ligeramente.

一No quiero que esto sea difícil.

一Nunca fue fácil, no pongas excusas.

一Bien 一Jinsoul soltó un pequeño suspiro一. No quiero que sea más difícil.

Hyunjin no dijo nada.

No quería rendirse. No podía rendirse, no después de haber llegado hasta ahí.

一¿Sabe cuándo fue la primera vez que sentí su olor, unnie?

La pelinegra alzó una ceja, no sabía de dónde ni a qué venía esa pregunta.

一Cuando viajé a Busan para conocer a una de mis pretendientes 一dijo一. Choi Yerim, Alfa, con olor a cerezas y menta un poco demasiado fuerte al punto que pensé que era así porque estaba en celo, y agradecí tener el collar por si intentaba hacerme algo.

>> Pero no intentó nada. No estaba interesada, y tampoco en celo, su olor fuerte era una peculiaridad. Me dijo que necesitaría tiempo para saber si quería algo conmigo o no, y que había aceptado la reunión conmigo porque no tenía ninguna razón para negarse.

>> Pero todo ese día lo pasamos hablando. Me habló de ti, y mucho.

Jinsoul se sentía un poco atacada por la informalidad, pero sabía que era una costumbre de la Omega al estar enojada.

一Me mostró tu habitación, Jinsoul 一continuó一. Yerim no lo sentía, pero yo percibía perfectamente tu olor, estaba en toda la habitación.

>> Por primera vez sentí algo; mi loba reaccionó a tu olor, quería mostrar sumisión. Tuve que salir de allí para no agobiarme, no sabía qué me pasaba... Pero mi loba sí. Sabía que había encontrado a mi predestinado, aunque no estaba allí, y eso la hizo desesperarse un poco.

>> Y luego tu olor me persiguió varios días más, no sé cómo.

>> Cuando estábamos en camino a ver a otra pretendiente, pasamos cerca de aquí... Yo sólo hice lo que mi loba quiso hacer, y corrí a buscarte 一Hyunjin sonrió一. Y aquí estás. Aquí estamos...

Hyunjin acercó su rostro al de Jinsoul, notando cómo la mayor desvío la vista hacia sus labios.

一He conocido a muchas personas, pero sólo quiero a una 一dijo, y dejó un suave beso en los labios de la pelinegra.

Jinsoul no sabía qué había hecho para merecerla.

Sus manos fueron por segunda vez en el día hacia el collar, preguntándose cuánto tardaría en romperlo. Aunque no sabía con qué, y tampoco quería correr el riesgo de lastimar a Hyunjin.

Como si leyera sus pensamientos, la Omega negó.

一Ya intenté romper el collar antes 一dijo一. No por lo de hoy, sino el mismo día en que me lo pusieron. Casi me cortó el cuello.

Jinsoul suspiró, y apoyó su frente en el pecho desnudo de la Omega, sintiendo su aroma y escuchando sus latidos.

Con una sonrisa, comenzó a dejar pequeños besos por todo su pecho, haciendo carcajear a Hyunjin por las leves cosquillas.

Jinsoul comenzó a inclinarse sobre ella, tomando su cintura y llevando el cuerpo de Hyunjin hacia atrás mientras el suyo se levantaba, hasta quedar con la Omega acostada sobre la cama y ella sobre su cuerpo.

Se detuvo unos segundos a mirarla.
Sonrió, y besó sus labios, apoderándose de la boca de la Omega con su lengua conforme sus manos bajaban por el cuerpo de la omega, hundiendo sus dedos en la ligera capa de grasa de sus muslos y caderas, provocando cosquillas en ciertos puntos que interrumpían el beso para escuchar la risita de Hyunjin.

Inconscientemente, las manos de Jinsoul se detuvieron sobre el vientre de Hyunjin, acariciándolo con sus dedos pulgares.

Separaron el beso para mirarse, y Jinsoul notó que los ojos de la omega reflejaban la misma duda que ella tenía.

Jinsoul sintió el miedo de Hyunjin ante esa idea, por lo que se apresuró a tomar sus mejillas y acariciarlas de la misma forma que había hecho con su abdomen.

一No voy a dejarte 一dijo, en tono suave pero totalmente seguro.

Hyunjin negó, con una pequeña sonrisa en su rostro.

一Es muy pronto, es... Mi primer celo con la compañía de alguien. Ni siquiera soy mayor de edad...

"Carajo. Voy a ir presa" pensó.

Una risa nerviosa surgió de sus labios.

一No... No pensé en eso cuando... 一el nerviosismo subió a su rostro, haciendo que se ruborizara y apartara la vista de los ojos de la Omega. La menor sintió ternura al verla así.

一Follábamos, unnie 一dijo一. Dilo, sin vergüenza 一añadió, con algo de burla

一Mocosa insolente... 一murmuró bajito

一Insultas como abuela 一Hyunjin rió.

Jinsoul la miró con el ceño fruncido, pero no pudo aguantar mucho sin que la risa de Hyunjin le contagiara una sonrisa.

Pasaron unos segundos en donde la broma perdió su gracia, donde cayeron en silencio de nuevo.

一Entonces... ¿Tendré que aprender a insultar como madre? 一preguntó con delicadeza Jinsoul, intentando romper el silencio.

Hyunjin negó.

一Es muy pronto para saberlo, no hay nada seguro 一intentó convencerse a sí misma一. No se debe haber interrumpido por eso... Puede sólo haya terminado antes 一añadió, refiriéndose a su celo.

Jinsoul asintió, pero más para consolar a la Omega que por que se lo creía.

一Tengo que irme esta noche, y pasa esto...

Jinsoul vió las lágrimas acumularse en los ojos de la Omega, y se apresuró a limpiarlas mientras repetía "No" con suavidad.

一No llores, Hyunjin. No es algo para llorar, no es algo triste... 一se congeló un segundo cuando los pequeños ojos de la omega chocaron con los suyos一. Un bebé no es nada feo. Es algo hermoso que compartiremos juntas, Hyunjin, lo prometo.

La menor forzó una sonrisa.

Aunque le gustaba pensar que no, que no podía estar embarazada, que no, que no, que no... No lograba sacarse ese sentimiento del pecho, había muchas posibilidades.

一Es que... Ahora tengo menos ganas de irme.

A Jinsoul se le encogió el corazón, y tardó un momento en hablar de nuevo.

一Sólo será temporal 一dijo一. No sé cuanto, pero estaremos juntas de nuevo.

• • • •

La loba se esforzaba en recordar esas palabras, repitiéndolas una y otra vez en su interior, visualizando el rostro de su Alfa, recordando su voz, sus manos, el cómo la hacía sentir, consolándose con eso mientras movía sus patas con velocidad.

Lloraba en su interior, aullaba con ese mismo lamento. Buscaba una patrulla policial, o un auto negro, intentando que el olor a tristeza no tapara su olor propio.

No pasaron muchos minutos, en donde corrió por varias cuadras, hasta encontrar lo que buscaba, deteniéndose a aullar a pocos metros de la patrulla.

一¿Kim Hyunjin? 一escuchó, mirando a la mujer de traje que acompañaba a un policía.

"Por desgracia, sí" pensó para sí misma.

Agachó su cabeza, mirando al suelo, mostrando sumisión. No quería pelea, no quería forzar más nada.

Sólo se quejó cuando ataron su cuello con una correa. Cubrieron su cuerpo con una manta, pero se negó a cambiar de forma, moviendo su cabeza cuando se lo pedían.

No quería hablar con nadie, su forma animal era una excusa para no entablar ninguna conversación.

La camioneta que la recogió, donde también se había subido con ella la misma mujer de traje que la encontró, no la llevó hasta su casa, sino que continuó el camino que había dejado días atrás.

Rumbo a la casa de otra de sus pretendientes.

Había vuelto demasiado rápido a la rutina.

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