00 ー Emus maximus.
════════ ∘◦❁◦∘ ════════
一¿Escuchaste de la última hija de los Kim? ¿Hyunjin?
一Ryujin, obviamente que lo escuché, ¿Crees que vivo en una cueva?
一Ohhh, Yuna, siempre tan mala onda. Pero, en serio, esa Hyunjin me trae fascinada.
一No eres la única.
一Digo, una linda y adorable Omega, qué además es cambiaformas... ¿No es la cosa más linda y especial que has escuchado?
一A ver si mueves tu culo de la maquina, niña estúpida.
Ambas jóvenes miraron a la muchacha pálida, su pelo tapaba parcialmente sus ojos.
Las dos chicas hicieron una mueca de confusión; no habían sentido un mínimo olor de la presencia de aquella chica.
Ryujin rodó los ojos, separándose de la máquina expendedora donde estaba apoyada, y tomando la mano de Yuna, las dos Betas se fueron, caminando apresuradamente por el pasillo del edificio de la universidad.
Jinsoul por fin pudo pedir su gaseosa a la máquina, disfrutando el silencio que había provocado la ausencia de las dos chicas.
En verdad, ella había escuchado acerca de ese caso tan especial llamado Kim Hyunjin; siendo una joven Omega, ya era bastante especial, pero no fue conocida hasta hace unos días, cuando el mundo se enteró que la chica de diecisiete años era una cambiaformas; pasando de ser una muchacha enana a un lobo blanco.
Por muchos años, se creían a los cambiaformas como un mito, algo propio de las películas de Hollywood.
Claro que Jinsoul tenía tanto interés en ese tema como lo que le importaba hablarle bien a la estúpida de Ryujin.
Un menos diez porciento, para ser más exactos.
Con su refresco en la mano, volvió a la biblioteca, lugar donde se dedicaba a hacer las únicas dos cosas que hacía en la universidad: estudiar o dormir. Aunque siempre tuvo la costumbre de terminar haciendo la segunda cosa.
Dejando a sus pies la lata media vacía, se acostó en el sillón del fondo de la biblioteca.
La bibliotecaria era una joven Alfa de poco más de dieciocho años que sabía de las siestas de Jinsoul, pero no le molestaba en absoluto, por otro lado, despertaba a la chica sólo cuando un profesor o el mismo director entraba para corroborar el buen uso de la biblioteca; por esa razón, Jinsoul dormía con un libro entre las manos, así que cuando se despertase, sólo fingiría leer.
一Buenas tardes 一saludó Jinsoul a la chica tras el largo escritorio.
Ella podía considerar a la joven Alfa como la persona que más apreciaba de toda su universidad, y la única que elegiría como amiga si tuviera algún interés en hacer una.
一Hola, Jung.
A pesar de que la chica sabía su nombre, Jinsoul nunca se había molestado en fijarse el nombre de ella ni en la placa en su pecho o en la que descansaba sobre el escritorio.
En su cómodo trono, echó la cabeza hacia atrás para cerrar los ojos y dormir
Rápidamente, la oscuridad de sus párpados se transformó en la de una calle, las luces públicas apagadas, las casas en total oscuridad e incluso los semáforos sin colores le dijeron el corte de luz.
Se vió caminando por las calles, rumbo hacia su casa, cuando una sensación muy fuerte la inundó.
Tenía que encontrar algo, urgentemente.
Algo que era suyo.
Su algo estaba en peligro.
El rumbo a casa quedó olvidado y comenzó a caminar rápido hacia el lado contrario; corriendo cada tanto.
Esa sensación provenía de lo más profundo de su pecho, lugar del que creía que nunca iba a volver a sentir algo.
Su loba interna había muerto mucho tiempo atrás.
El llanto de un animal la hizo detenerse para escuchar de dónde provenía.
Su loba comenzó a correr en su interior, y Jinsoul, siguiéndola sin preguntarse cómo era que había regresado, llegó hasta un callejón oscuro.
Vió la basura junto a las paredes, los charcos de agua sucia.
Escuchó el completo silencio del mundo.
Su loba había desaparecido, de nuevo; dejándola sola frente a aquella montón de nada.
Se giró para volver hacia su casa.
Fue cuando escuchó el llanto de nuevo, esta vez muchísimo más cerca.
Volvió a entrar en el callejón, mirando una pila de basura un poco más al fondo; y por más que su loba le pedía correr hacia allá, se acercó despacio.
Al tomar la bolsa de la basura para apartarla, un golpe en la cabeza la hizo despertarse.
一El director, Jinsoul 一el susurro de la bibliotecaria a su lado la hizo tomar el libro, para abrirlo en una página al azar y comenzar a fingir que leía.
Vió al hombre de traje que entró a la sala con una sonrisa y comenzó a hablar con la joven bibliotecaria.
Jinsoul, aún agitada por el sueño, miraba la hoja con letras del libro sin ver nada de lo que decía.
Sólo podía recordar la extraña sensación que tuvo cuando su loba interna pareció volver a ella.
Para el mundo, Jinsoul era otra Beta del montón, malhumorada y solitaria; sin instintos, sin olor, sin celo; pocas veces salía de su silencio, y sólo para dedicarle unas palabras bruscas a alguien (casi siempre a Ryujin, porque esa chica la sacaba de quicio).
Sin hablar con nadie de toda la universidad, la chica era un misterio, pero nadie tenía interés en resolverlo.
Vestida casi siempre completamente de negro, siendo tan pálida y con el pelo oscuro, parecía otra chica emo y solitaria como los que se reunían en el patio de la universidad a cortarse.
Sólo que Jinsoul no se juntaba con ese grupo; por más que varias veces la habían invitado a unirse.
Eso hacía que la vieran como 'La emus maximus'.
Claro que ninguno sabía la verdad acerca de Jinsoul.
La chica había dejado su pasado, a su lobo, y a su posición en Busan; donde la alfa había nacido, se había presentado, y había muerto.
La Jinsoul de Seúl era una Delta solitaria que fingía ser una Beta común y corriente para no vivir avergonzada; razón por la cual se había mudado.
Perder a su loba, y por lo tanto, sus instintos, su celo y su olor era algo que había superado, y se había resignado de vivir en la monotonía.
Se había concentrado en los estudios, ya que no tenía interés en nada más.
Meterse en la carrera de medicina fue posiblemente su más grave error, pero aún seguía ahí, estudiando salvajemente un día antes de los exámenes, asistiendo a clases donde era totalmente ignorada, y durmiendo en la biblioteca cuando debería leer los libros de anatomía.
Pero eso era mucho mejor que ser la vergüenza de su familia, y de Busan.
El director miró hacia ella en cuanto terminó de hablar con la joven Alfa, Jinsoul le vio acercarse y le dedicó una sonrisa seca.
El hombre de unos cincuenta años se dirigió hacia ella, con una sonrisa dura pero amable, aunque su aura de Alfa y su fuerte olor a... Algo que Jinsoul nunca pudo describir (nunca había sido buena reconociendo olores), daban una presencia mucho más fuerte de la que en realidad quería.
一Buenas tardes 一saludó el hombre, y Jinsoul sólo bajó el libro para mirarlo一. En verdad aprecio mucho a los estudiantes que vienen a ocupar la biblioteca; y no la estoy juzgando, pero déjeme informarle que su libro está al revés.
Jinsoul lo volteó para ver la portada, y el director no estaba mintiendo.
Al alzar la vista para decirle algo, sólo vió al director marcharse y cómo la bibliotecaria se reía tras el escritorio.
Jinsoul suspiró, dejó caer el libro de golpe sobre el sillón al levantarse.
一Gracias por decirme que estaba quedando como una idiota 一dijo Jinsoul a la chica de cabello corto.
La joven Alfa suspiró, rodando los ojos.
一La próxima vez te haré señales de humo, Jung Jinsoul.
La pelinegra sólo rodó los ojos y salió de la biblioteca no sin antes escuchar el gruñido malhumorado que le dedicó la bibliotecaria, pero sin inmutarse.
Jinsoul lo atribuía a su loba interior muerta, las amenazas de los Alfas no hacían un mínimo de efecto en ella, tal como tampoco le atraía la presencia de un omega. Ella, simplemente, había dejado de sentir absolutamente todo.
Al ver la luz cálida del atardecer desde las ventanas del edificio, recordó que debía regresar a su casa.
El mejor departamento que se pudo pagar quedaba un poco más de treinta minutos a pie, con la duración del día típica de principios de invierno, llegaba a su casa de noche.
Con su abrigo y su bolso, salió a las calles de Seúl.
A poco más de un kilómetro de su casa, las luces de las calles se apagaron.
Mirando con un poco más de atención hacia la oscuridad, Jinsoul aceleró más el paso para llegar a su hogar.
Fue pocas cuadras antes de que la sensación volvió a atacarla.
Sintió un dèjá vu.
Su sueño se estaba repitiendo.
┅┅━━━━ ۵ ━━━━┅┅
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro