Día dos: Necesitaba el dinero.
Advertencias: Contenido NSFW, procede con cuidado. Agujero de gloria, es básicamente un lugar donde se ofrecen servicios sexuales.
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Chuuya es un hombre codiciado, más allá de ser un ejecutivo de la mafia, es caliente como el infierno, probablemente sea el hombre más bello del bajo mundo y él lo sabe.
En su adolescencia visitó varios centros nocturnos a modo de prueba con Dazai, para demostrarle que no era un cobarde, pero le tomó el gusto. Esa noche era igual, tuvo tiempo libre y tenía estrés acumulado, así que subió a su auto y se dirigió a el "Hades" un club de sexo bastante decente para que él lo pisará.
Le interesaban los hombres altos, de preferencia castaños, era un fetiche que jamás aceptaría pero la idea de asfixiar al reemplazo de Dazai lo hacía correrse en minutos.
Caminó hasta las cabinas deteniéndose al ver a un hombre fornido salir del cubículo mientras subía sus pantalones. El muy descarado le guiñó un ojo al mafioso y con una sonrisa de oreja a oreja señaló la puerta—. Si quieres usarlo solo tienes que dejar tres mil yenes y recibirás el mejor servicio, claro que no te deja hacerlo sin condón.
Esas palabras picaron la curiosidad del más bajo quien le regresó el gesto y avanzó hasta ahí. Realmente nunca le atrajeron los agujeros de gloria, pero si la persona era tan interesante valía la pena.
Abrió la puerta y observó detenidamente el espacio; una pequeña reja por donde pasaban el dinero, dos agujeros en la pared y un lavabo al fondo. Se habría tomado más tiempo para apreciar el lugar pero el golpeteo en la pared captó su atención.
"A la mierda, solo es una mamada anónima" pensó el de ojos azules antes de sacar su billetera y al no tener cambio depositó un billete de cinco mil. Sonrió al distinguir que la otra persona suspiraba ansiosamente—. ¿Te gusta chupársela a extraños? —preguntó burlón.
La persona del otro lado se puso rígida al escuchar su voz. Dazai mordió sus labios para evitar soltar una maldición, ni bien proceso lo que pasaba, su atención fue captada por el miembro frente al agujero y como la mano de Chuuya lo masajeaba.
—¿Quieres tener un minuto a solas? —las palabras del joven cesaron al ver un delgado dedo pasar por el agujero y después volver a su sitio. Era una invitación, buscó un condón en su saco para ponerselo en tiempo record—. No quiero que lo quites mientras chupas.
El castaño casi se ríe por lo mandón que podía ser Chuuya durante el sexo. Se limitó a darse unos golpecitos para despejarse mientras el miembro pasaba por uno de los agujeros captando toda su inteligencia.
Era bonito desde su perspectiva, lo cual era adictivo. En su defensa, Chuuya cuidaba mucho su apariencia y le encantaba recibir halagos por su increíble higiene a la hora de follarse a sus parejas. Lo tomó entre su palma presionando suavemente mientras de manera rápida calculaba su medida y se tomaba la libertad de sentir su peso.
—¿Vas a chuparlo o quieres una foto? —se burló el mafioso, pero eso era natural en él. Las caricias fueron reemplazadas con la propia lengua de Dazai, se dió unos cuantos golpes para motivarlo a no tener piedad con su sucia boca—. Te encanta provocar, maldito mocoso.
Quería decirle que el mocoso era él por meterse en un agujero al azar y dejar que extraños se llenaran de su preciosa esencia sabiendo que volverán por más, que seguramente querrán ser partidos a la mitad por Chuuya. Escupió sobre el condón deseando que se esfumará para disfrutar de su textura, pero era lo que había y no se quejaría.
Lo tomó lentamente, primero la punta al mismo tiempo que su lengua lo empujaba para darle más placer—. Que buena boca tienes, zorra…no me importaría tener que pagarte para tenerte siempre babeando así cada minuto del día —las palabras de Chuuya le dijeron que hacía un buen trabajo y se hundió hasta que su garganta lo abrazó con suavidad.
—¡Mierda! ¡De verdad te encanta tomar tanto como puedas! —el pelinaranja apretó los puños con impotencia cuando se alejó exponiendo su órgano cubierto de saliva estremeciéndose por el frío—. ¿Es demasiado para tí?
En respuesta Dazai lo tomó llevándolo a su garganta soltando gemidos descarados que terminaban en vibraciones sobre Chuuya. El hombre separado por la pared quería obligarlo a permanecer así mientras usaba su boca, pero era imposible gracias la tablaroca de color oscuro—. Eso es bebé, tomala toda.
“¿Llamas a todos bebé?” pensó Dazai continuando con el tratamiento abusivo a su propia garganta, en realidad no dejó que otros entraran al puesto. Ese pensamiento lo llevó a sacar momentáneamente a su excompañero para frotar su propia entrepierna necesitada—. Dios, hice un desastre…es injusto que Chuuya tenga un pene así de bueno —pronunció sin importarle que Chuuya lo enfrentará por encontrarse en un agujero de gloria.
Tal como pensó el miembro desapareció del agujero, Chuuya lo había guardado y se había ido de su puesto y eso lo habría decepcionado si su puerta no hubiera sido pateada hasta abrirse. Un Chuuya atravesó la puerta con el ceño fruncido y los ojos llenos de rabia. Su sermón se esfumó al ver como Dazai se masturbaba hincado frente a él.
—Chuuya…necesitaba el dinero —murmuró para después estirar la lengua mostrando que aún no estaba llena de nada—. Recibí a tantos para juntar lo que necesito y casi lo logro.
El de sombrero dudaba, quería burlarse de su excompañero por ser reducido a una prostituta, pero sabía perfectamente que eso era una ofensa para las prostitutas—. ¿Por qué no pediste dinero? —era la pregunta más obvia.
Dazai hizo un puchero—. Nadie me prestó la, ah, mierda se siente bien —arqueó la espalda levemente—. ¿Tú me habrías dado el dinero? ¿Me darás más si te dejo follarme siempre como dijiste?
Chuuya cerró la puerta sin el lujo de poner seguro -puesto que él lo dañó- y tomó el cabello de Dazai con rudeza—. Jodete, eres de lo peor.
Dazai soltó una risita interrumpida por una bofetada, lejos de sentirse asustado quería ser empujado contra el piso—. Entonces Chuuya si me habría dado el dinero…a cambio de usar mi boca.
La rabia se acumuló en el manipulador de la gravedad, otra bofetada logró sacar sangre del labio de Dazai, si el suicida creía que podía burlarse de él, estaba equivocado. Desabrochó sus pantalones dejando ver su longitud aún erecta, lo vió lamerse los labios y creyó que era oportuno—. Te daré la cantidad que necesitas si te atragantas hasta que me sienta satisfecho.
Dazai fingió indignación, pero rápidamente se puso a trabajar chupando lentamente al más bajo para después permanecer quieto mientras usaba su garganta con tanta dureza como deseara, perdió la noción del tiempo mientras se ahogaba con Chuuya, solo supo que pasó un buen par de minutos hasta que apareció otro pene en el agujero.
—Lo siento amigo, esta zorra está ocupada por el resto de la noche —dijo Chuuya empujando a Dazai fuera de su eje para que lo escucharan toser—. Díselo, puta.
—¡Chibi está usando mi sucia boca! —gritó con la garganta adolorida, pero tan pronto como terminó, Chuuya lo empujó más cerca de su miembro y Dazai entendió el mensaje frotando su mejilla—. É-él es el último.
Chuuya esperó hasta que el hombre soltó un suspiro y dijo “Que envidia” para seguir con el duro tratamiento a la boca de su excompañero. Poco le duró el gusto porque Chuuya lo apartó antes de poder saborearlo—. Date la vuelta, puta Dazai.
Quizá Dazai debió ir con Chuuya desde un principio, pero no pudo resistirse a ir al agujero de gloria unos minutos antes que él y convencer a un alma samaritana para que le dijera a Chuuya que su boca hacía maravillas, solo le costó darle un beso al hombre antes que Chuuya pero valió la pena mentirle. Al final del día se ganó tres mil yenes y las caderas destrozadas.
Este me encantó, hasta yo me desconocía humillando a Dazai. Evidentemente en wattpad intenté quitar un poco de contenido explícito. Espero que lo disfruten.
-Honey
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