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—¡Ahora vete al puto baño a llorar, como siempre! —gritó mientras señalaba hacia la puerta—. ¡Y cámbiate ese maldita falda! YoonGi va a venir y no quiero que te vea así.
Suspiró y contuvo las jodidas lágrimas que amenazaban con salirse de sus ojos. Caminó hacia el baño y como le dijo su padre, se encerró en este para poder llorar de manera silenciosa.
Otra discusión más en el día.
Estaba cansado de eso; de ser el segundo entre los hijos, su hermano mayor siempre se llevaba la gloria y a él sólo le tocaban los gritos y el menosprecio. Metió su delgado cuerpo en la tina que estaba ahí y abrazó sus flacuchas piernas, así tratando de darse consuelo, cosa que no logro.
Siempre se ha preguntado cómo es aquel sentimiento de calidez familiar, de que esta esté orgullosa por él, el poder ser feliz.
—Algún día lo seré...
Susurró para sí mismo, ya un poco más calmado. No supo cuánto tiempo se había encerrado en el baño, pero debía de salir pronto. A su padre le molestaba que él lloraste. No se preocupo porque el amigo de su padre viniera y lo viera vestido con una linda falda de color azul, él le comprendía.
Aún recuerda el día cuando supo que era homosexual, y tuvo miedo de decirle a su familia que terminó contándole a YoonGi. Pensó que este se enojaría y le diría a su padre, pero hizo todo lo contrario; le sonrió y acarició su cabello.
“—No te preocupes, Tae. Si te soy sincero, soy bisexual, puedes contar conmigo. —respondió mientras seguía acariciando los castaños cabellos del menor—.
—P-pero... Mi familia dice que para Dios está mal... —chilló mientras sentía como sus ojos se cristalizaban—. Me iré al infierno por ser gay~...
—¿Sabes? Yo tengo mi propio Dios, y mi Dios soy yo, por lo que si Dios dice que está bien, es porque está bien. No te preocupes, Tae. Tus gustos no tienen nada de malo.”
—Quisiera tener el autoestima de YoonGi Hyung. —murmuró mientras se quitaba las lágrimas de sus ojos y se levantaba de la tina—.
Tomó las mangas de su sudadera y pasó estás por sus ojos, para secar más estos. Odiaba llorar, ya que si lo hacía muy fuerte, comenzaba a faltarle la respiración. Cuando sintió que estaba un poco listo, salió del baño, topándose con la imagen de su padre recibiendo a YoonGi.
—Hola, pequeño. —saludó con una pequeña risa mientras iba hacia él, para después comenzar a revolverle cariñosamente sus cabellos—. ¿Cómo has estado?
—B-bien, Hyung... ¿Y u-usted? —respondió mientras jugaba con sus dedos por detrás de él y movía sus delgadas piernas—.
—Hora de comer~. —comentó a la par que ponía la comida en el centro de la mesa—.
—Y-ya vamos, mamá...
Hyuna sólo asintió ante la respuesta que le dió y volvió a la cocina para traer la demás comida que tenía ahí.
Suspiró levemente y le regaló una pequeña sonrisa al más alto.
—Vamos, Hyung~.
Ya esperaba los comentarios homofóbicos por parte de su padre durante toda la cena, y suspiró por eso.
—Bien, Tae, vamos. Tu madre cocina muy bien.
[•••]
—Sully. 🌙
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