༒𝑬𝒔𝒕𝒆 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒆𝒄𝒆𝒏𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒙𝒐 𝒚 𝒍𝒆𝒏𝒈𝒖𝒂𝒋𝒆 𝒆𝒔𝒑𝒍𝒊𝒔𝒊𝒕𝒐༒

Era temprano en la mañana la trigueña avía dormido como una reina, la trigueña se despierta y baja las escaleras y huele algo delicioso. Entra a la cocina y ve a Bella cocinado.

-Valla valla ¿y ese milagro?-dice la trigueña

-Te quise preparar algo en agradecimiento por cuidarme-la trigueña levanta la ceja

-Espera esto es un episodio de cámara escondida o algo así- la trigueña mira para todos lados y la pálida ríe

-No, solo es eso quiero agradecer

-Bueno si no es cámara escondida, me vas a ser a envenenar como a la Blancanieves

-No y tan mal parada me tiene-la trigueña no responde-Okay prueba

La pálida saca un tenedor y pincha los cookies y se lo pone en la boca a la trigueña, esta saborea la comida

-Esta delicioso, ¿Donde aprendiste a cocinar?-la trigueña coje otro torso

-La vecinas me enseñaron para cocinarle a papá ya que comíamos a base de pizza y comida echa.

-A mi se me quema hasta el agua-las hermanas se ríen y por primera vez parecen hermanas

-Hoy voy a cuidar a mi padre yo

-¿En serio quieres?-dice la trigueña dudosa

-Si claro descansa que es domingo-la pálida sale de la cocina y se va para el hospital, la trigueña se come los Cookies que le preparo la hermana.

La trigueña se va para el baño y se da una ducha de agua hirviendo, cuando sale de la ducha se da cuenta que se le olvidó la toalla

-¡Demonios!-la trigueña para su mala suerte también se le quedo la bata asi que tenía que salir desnuda y abre la puerta y detrás de esta Edward con una sonrisa y la toalla en la mano

-A alguien se le olvido esto-el cobrizo dice con una voz coqueta

-Si..-la trigueña se tapa con las manos su cuerpo desnudo

-Hay porfavor como si no hubiese visto eso antes

-Deja de ser tan imbecil y dame mi toalla

-Nop-dice el cobrizo mordiéndose el labio

-Hay porfavor podrías dejar de ser un imbecil por una vez en tu vida-el vampiro se pega a la boca de la trigueña y esta se estremece por la cercanía-Solo dame la toalla y tráeme un cinturón que esta arriba de mi cama

-¿Para que quieres el cinturón?, no me digas que a ti te gusta el sexo salvaje

-No seas inbecil y no soy masoquista para tu información, el cinturón es para abrocharme el pantalón ya que el pantalón me queda grande y se me va a caer

-¡Hay.. prefería mi opción!-dice con cara de perro abandonado

-Dale búscame eso y dame la toalla-el cobrizo le da la toalla

El cobrizo se dirige asia la habitación de la trigueña, la trigueña cierra la puerta y se empieza a secar el cuerpo

-Hay..Edward-dice esta suspirando

-No savia que hasta en el baño tu piensas en mi

La trigueña sale del baño con su ropa y esta va para su habitación donde esta Edward este la esperaba con la camisa desarreglada.

《Quien entiende un chico tan sexi, pero lo que tiene de sexi lo tiene de inbecil》

-Bueno ahora si vamos a tener una conversación seria-la chica empieza a toser falsamente

-Una conversación seria contigo, uff estoy soñando-el cobrizo se le dibuja en su rostro una sonrisa bellísima a decir verdad

-Si quieres te pongo a soñar con las estrellas

-Ya era demasiado para ser verdad

-Pero si me provocas.

-Ahora soy yo la que te provoca, mira quien habla

-Si eres tu, ya que hasta en el baño me provocas ya que simpre piensas en mi

-Mira hay un mundo que gira y por lo que aprendí en la escuela es que gira al rededor de un eje no de ti

-Bueno cambiando de tema ¿Como esta.. pues Bella?

-Ya decía yo que ella faltaba en esta conversación, pero ella estuvo estorbando por un tiempo pero después se fue a besar al enano Jack pero ya de enano no tiene nada-El vampiro la miro con asombro y duda a la vez

《Se abra acostado con el》

Se preguntaba varias veces en su cabeza el cobrizo

-Porfavor no seas mal pensado, yo solo lo digo por que cundo era un niño era un enano y ahora esta muy alto

-¿Y Bella y Jacob estan..?

-No se pero al parecer el luto de su relación a ella solo le duro una semana, pero ahora esta muy gentil conmigo

La chica se gira completamente asia la dirección del vampiro y el acaricia el cuello

-La pregunta es ¿todavía amas a Bella?

-¿Por que la pregunta?

-Por que a mi hermana no le duro mucho su decepción amorosa, ya que esta atrás de una nueva boca que besar-la chica se pega más al cuerpo del vampiro y al ver la reacción tan positiva del cobrizo, le agarra la mandíbula que este la tenía apretada, la chica mira a los ojos del cobrizo el cual los tenía tornado negros, esta sin ningún pudor ni vergüenza roso sus labios con los frío del contrario-Dime, ¿Quieres continuar con esto? O prefieres ver el titanic y llorar por la tan trágica trama, que se parece tanto a tu amorío con Bella

El cobrizo une sus labios con los de la trigueña, esta le separa la chica sonríe victoriosa y besa aquel cobrizo que alguna vez fue novio de su hermana lo cual a ella le valía muy poco.

La trigueña besa con tanta ferocidad al cobrizo, esta se le sienta sobre las piernas del contrario provocando un pequeño roses entre sus partes, a lo cual el vampiro gruñó por la gran satisfacción que le provoco un simple rosé.

El cobrizo le empezó a desabrochar con rapidez la camisa que llevaba la chica hasta dejar su torso desnudo ya que ella no se puso sostén, pero ella no tenía la misma paciencia que el cobrizo asi que de un tirón rompe todos los botones de la camisa y estos salen volando por toda la habitación

-Si vas a..romperme cada camisa cuando estes excitada, me llevaras a la ruina comprando camisas

-Solo Cállate, que todavía esta vigente la petición de ver el Titanic

-Ok me cayo-dice acercándose a los ojos de la trigueña que estaba arriba de el

-Asi me gusta-esta vuelve a devorar los labios del contrario, el cobrizo le empezó a estorbar el exceso de ropa que llevaba la trigueña y al quitar el cinturón de la chica, mira al cinturón dibujando en su rostro una sonrisa de malicia-¡Que ni se te ocurra!-el chico tira el cinturón al suelo y prosigue a quitar el pantalón, pero nunca se imagino que la chica no traía ropa interior

-¡It is serious that you do not bring underwear!

-Menos palabras y más accion, después hablamos

La chica lo vuelve a besar y este la levanta aún cargandola, la pega contra una pared, esta al sentir el golpe gime de la excitación que le provoco el golpe, que le devastan el cuerpo. Ella lo deseaba con locura. La trigueña lo agarra por los brazos y siente sus bíceps. Es sorprendentemente fuerte... musculoso. Ella pasa las manos hasta su cara y su pelo alborotado. Ella tira suavemente de él, y Edward gime. El cobrizo la conduce despacio hacia la cama, hasta que la trigueña lo siente detrás de las rodillas. Ella cre que va a empujar, pero no lo hace. La suelta y de pronto se arrodilla. El cobrizo sujeta las caderas de la trigueña con las dos manos y desliza la lengua por su ombligo, avanza hasta la cadera mordisqueándo y después le recorre la barriga en dirección a la otra cadera.

-Ah-la trigueña gime

La trigueña no esperaba verlo de rodillas frente a ella y sentir su lengua recorriendo su cuerpo. Es excitante. La trigueña apoya las manos en su pelo y tiro suavemente intentando calmar sus acelerada respiración. El cobrizo levanta la cara y sus ardientes ojos grises miran a la trigueña a través de las pestañas. Sin apartar sus ojos de los de la trigueña pega a su cuerpo sus heladas manos, las desliza hasta el trasero y avanza hasta los muslos. La trigueña no puedo dejar de mirarlo. Se detiene y, sin apartar los ojos de Paola ni un segundo, se lame los labios. Se inclina hacia delante y pasa la nariz por el vértice en el que se unen a sus muslos. Ella lo siente junto a su sexo

Cierra los ojos, con expresión de puro placer, y siente como una sacudida. Extiende un brazo, tira del edredón, el la empuja con suavemente y ella cae sobre la cama.

Todavía de rodillas. La trigueña jadeo, muerta de deseo. Es casi doloroso, pero la trigueña siente que el recorrido se proyecta sobre la ingle de la chiquita. Gime. Sin apartar los ojos de la chica, recorrer el empeine de la chica, esta vez con la lengua, y después con los dientes. Se desabrocha los botones de los vaqueros y se los quita despacio sin apartar los ojos de los de ella. Se inclina sobre la trigueña, le agarra de los tobillos, le separa rápidamente las piernas y avanza por la cama entre ellas. Se queda suspendido encima de la peli negra. Ella se retuerze de deseo

-La vecina puede venir y vernos-dice la trigueña entre jadeos

-Bueno no hay nada de malo que una pareja aga el amor en el balcón de su casa

-¿Pareja? ¿Hacer el amor?-la chica se ríe

-¿De que te ríes?

-De lo extraño que suena eso

-Pero eso es lo que somos, ¿o esto es otra cosa?

-Nosotros somos lo que tu decidas, pero nada me aria más feliz que aceptes esta relación

-Beno lo pensaré, ahora solo quiero hacerte mía

La trigueña besa al cobrizo y este la arecuesta a la sin separar sus labios.

Sigue besándo la barriga de Paola y le introduce la lengua en el ombligo. Sus labios ascienden hacia el torso. Le arde la piel. Estaba sofocada la chica. Por un momento siente mucho calor, luego frío. Observa con expresión impenetrable y le rodea suavemente los pechos con las manos. Los pechos de la chica se hinchan y los pezones se endurecen bajo su insistente mirada.

Le chupa suavemente un pezón, desliza una mano al otro pecho, y con el pulgar rodea muy despacio el otro pezón y tira de él. La trigueña gime y siento que una dulce sensación le desciende hasta la ingle. La trigueña estaba muy húmeda. Oh, por favor, suplica la trigueña por adentros agarrando con fuerza la hamaca. Cierra los labios alrededor de el otro pezón, y cuando lo lame, casi la trigueña siente una convulsión.

Y sigue con su lenta y sensual incursión. Los pezones de la trigueña sienten sus hábiles dedos y sus labios, que encienden las terminaciones nerviosas de la peli negra hasta el punto de que todo su cuerpo gime en una dulce agonía, pero él no se detiene.

-Oh... por favor-le suplica.

La trigueña tira la cabeza hacia atrás, con la boca abierta, y gime. Paola siente las piernas entumecidas.

《Maldita sea, ¿qué está pasándome》

Piensa la trigueña mientras mira los movimientos del cobrizo. Le aprieta un pezón con los dientes, con el pulgar y el índice tira fuerte del otro, y la trigueña se dejo caer en sus manos. El cuerpo se agita y estalla en mil pedazos. Le besa profundamente, metiéndo la lengua en la boca de la trigueña para absorber los gritos.

《¡Dios mío! Ha sido fantástico.》

El cobrizo mira con una sonrisa satisfecha. La respiración de la trigueña todavía irregular mientras, la chica recupera del orgasmo. Desliza una mano hasta la cintura, las caderas, y la posa en las partes íntimas de la chica. Introduce un dedo y lentamente empieza a trazar círculos alrededor de sus sexo. La trigueña cierra los ojos por un instante y contiene la respiración.

Introduce un dedo dentro de la trigueña y ella grita mientras lo saca y vuelve a meterlo. Le frota el clítoris con la palma de la mano, y grita de nuevo. Sigue introduciéndo el dedo, cada vez con más fuerza. Gime.

Este se quita los calzoncillos y libera su erección.

《¡Madre mía!》

-¿De verdad quieres hacerlo?-Le pregunta en voz baja el cobrizo a la chica

-Por favor-le suplico la trigueña.

-Levanta las rodillas-le ordena en tono suave.

El cobrizo con rapidez se ubica entre las dos piernas de la trigueña y le penetra bruscamente.

-¡Aaay!-gritó Paola

Retrocede con exquisita lentitud. La trigueña cierra los ojos, gime y vuelve a penetrar a la trigueña. Grita por segunda vez, y se detiene.

-¿Más?-me susurra con voz salvaje.

-Sí-la trigueña contesto.

Vuelve a penetrar y a detenerse.

Gime la peli negra, y el cuerpo de la chica lo acepta... Oh, quiero que siga.

-¿Otra vez?-le pregunta.

-Sí-le contesta en tono de súplica.

Y se mueve, pero esta vez no se detiene. Se apoya en los codos, de modo que la trigueña siente su peso sobre ella, aprisionándola. La cama se le volvió muy pequeña se mueve con brusquedad y los dos se caen al piso. Estos dos se empiezan a reír sin parar

-Perdon, no me di cuenta..-la trigueña lo interrumpe con un beso

Al principio el se mueve despacio, entra y sale de el cuerpo de la trigueña. Y a medida que va pasando el tiempo la chica se va acostumbrándo a la extraña sensación fría del cuerpo del chico, este empieza a mover las caderas hacia las suyas. Acelera. Gime la chica con ferza y las embestida del cobrizo cada vez son más fuertes, cada vez más deprisa, sin piedad, a un ritmo implacable, y la chica mantiene el ritmo de sus embestidas. El cobrizo le agarra la cabeza con las manos, le besa bruscamente y vuelve a tirar del labio inferior con los dientes. Se retira un poco y la chica siente que algo crece en lo más profundo de ella, como antes. La chica se va poniendo tensa a medida que le penetra una y otra vez. Le tiembla el cuerpo, ella se arquea. Ella estaba bañada en sudor. No sabía que sería así... No sabía que la sensación podía ser tan agradable. Los pensamientos se dispersan...

《No hay más que sensaciones... Solo él... Solo yo... Ay, por favor...》

El cuerpo de ella se pone rígido

-Córrete para mí, Paola-susurra sin aliento

Y ella se dejo ir en cuanto lo dice, llego al clímax y estallo en mil pedazos bajo su cuerpo. Y mientras se corre también él, el grita el nombre de la chica, da una última embestida se queda inmóvil, como si se vaciara dentro de ella.

Todavía ella jadeo, intento ralentizar la respiración y los latidos del corazón, y los pensamientos de la chica se sumen en el caos.

《Uau... ha sido algo increíble.》

Ella abre los ojos. Edward ha apoyado su frente en la de Paola.. Tiene los ojos cerrados. Parpadea, abre los ojos y le lanza una mirada turbia, aunque dulce. Sigue dentro de ella. Se inclina y le besa suavemente en la frente y, muy despacio, empieza a salir de su cuerpo.

-Oooh.

Ella siente una sensación extraña, que le hace estremecer.

-¿Te he hecho daño?-le pregunta Edward mientras se tumba al lado de la chica apoyándose en un codo.

Le pasa un mechón de pelo por detrás de la oreja. Y ella no puedo evitar esbozar una amplia sonrisa.

-¿Estás de verdad preguntándome si me has hecho daño?

-No me vengas con ironías-le dice con una sonrisa burlona-En serio, ¿estás bien?

Sus ojos son intensos, perspicaces, incluso exigentes.

Ella se tiende a su lado sintiendo los miembros desmadejados, con los huesos como de goma, pero estaba relajada, muy relajada. Le sonrío. No puedo dejar de sonreír.

《Ahora entiendo a qué viene tanto alboroto. Dos orgasmos...》

Todo el ser de ella estaba completamente descontrolado, como cuando una lavadora centrifuga. Uau. Ella no tenía ni idea de lo que su cuerpo era capaz, de que podía tensarse tanto y liberarse de forma tan violenta, tan gratificante. El placer ha sido indescriptible.

-Estás mordiéndote el labio, y no me has contestado.

Frunce el ceño. Ella le sonrie con gesto travieso. Está imponente con su pelo alborotado, sus ardientes ojos grises entrecerrados y su expresión seria e impenetrable.

-Me gustaría volver a hacerlo-ella susurra.

Por un momento ella cre ver una fugaz expresión de alivio en su cara. Luego cambia rápidamente de expresión y le mira con ojos de otro color un negro carbón.

-¿Ahora mismo, señorita Swan? -musita en tono frío. Se inclina sobre ella y le besa suavemente en la comisura de la boca-. ¿No eres un poquito exigente?

-Yo soy así exigente-dice la trigueña con un tono travieso

-Así que quieres que vuelva a follarte... -le susurra al oído.

Y empieza a besarle muy suavemente alrededor de la oreja y en el cuello. Le levanta las rodillas y se me corta la respiración...

《¿Qué está haciendo ahora?》

Se preguntaba una y otra vez. Mete entre las piernas, se pega a la espalda de esta y le pasa la mano por el muslo hasta el trasero. Le acaricia despacio las nalgas y después desliza los dedos entre sus piernas.

-¿Que estas asiendo Edward?-pregunta la trigueña

-Voy a follarte desde atrás, Paola-murmura.

Con la otra mano le agarra del pelo a la altura de la nuca y tira ligeramente para colocarla. Ella no puedo mover la cabeza. Estaba inmovilizada debajo de él, indefensa.

-Eres mía-susurra-Solo mía. No lo olvides

Su voz es embriagadora, y sus palabras, seductoras. Ella nota cómo crece su erección contra sus muslo.

Y le penetra despacio, muy despacio, hasta el fondo. Su miembro se extiende y le invade por dentro implacablemente. Gime ella con fuerza. Esta vez ella lo siente más profundo, exquisito. Vuelve a gemir, y a un ritmo muy lento traza círculos con las caderas y retrocede, se detiene un momento y vuelve a penetrar. Repite el movimiento una y otra vez. Le vuelve loca. Sus provocadoras embestidas, deliberadamente lentas, y la intermitente sensación de plenitud son irresistibles

Y sigue con su dulce y pausado suplicio, adelante y atrás.

-Quiero que, cada vez que te muevas mañana, recuerdes que he estado dentro de ti. Eres mía

Gime.

-Edward, por favor-susurro.

-¿Qué quieres, Paola? Dímelo.

Vuelve a gemir. Se retira y vuelve a penetrar lentamente, de nuevo trazando círculos con las caderas

-Dímelo-murmura.

-A ti, te necesito

-Eres... mía...Ahora y para siempre.