ˏˋ🎈°•[ THE DAM ]*⁀➷ೃ

❝ - Eres un genio, audaz❞

Habían pasado unos cuantos días desde la pelea entre los perdedores y la Bowers Gang, mismos que Alaska no hablaba con sus amigos.

Eddie la había visitado en una ocasión, preocupado por la repentina desaparición de su amiga, pero esta le había dicho a su madre que se sentía algo enferma y no quería ver a nadie ( lo que preocupo aún más al asmático ). Pero está claro que la chica no estaba enferma, o quizás sí, por una horrible enfermedad llamada amor.

Después de su cercano encuentro con Henry no podía alejar de su cabeza el enorme remolino de emociones que sintió en ese momento. Aún podía sentir sobre su piel la calidez que los labios del rubio transmitía, el atrevido toque en su cintura y lo que le había dicho "Para mí eres todo menos una puta broma, Alaska." Si bueno, omitamos lo de puta broma y enfoquemonos en el "eres todo para mi"

- ¡Maldición!

- ¿Está todo bien, cariño?

- Si mamá, solo me está llevando la chingada - respondió susurrando lo último.

Estaba tirada sobre la alfombra de su habitación mirando las pequeñas estrellas que su padre había pintado para ella, Danny estaba a su lado comiendo unas hojas de lechuga. Los últimos días la conexión entre la tortuga y Alaska se había vuelto más fuerte, en ocasiones cuándo la rubia conversaba con ella, podía jurar con mucha certeza que Danny la escuchaba con mucha atención y comprendía lo que estaba diciendo.

- ¿Alaska, estás ahí?

- Oh rayos - dijo la rubia incorporándose rápidamente.

La voz pertenecía a Eddie, quien intentaba comunicarse con ella a través de walkie talkie, el cuál tomó entre sus manos con miedo. Podía simplemente ignorarlo como había hecho todos estos días pero ¿Por cuánto más podría hacerlo? Era cuestión de tiempo para que los perdedores llegaran en manada a su casa para saber cómo estaba la rubia.

Así que tomando una enorme bocanada de aire, apretó con su tembloroso dedo el botón para por fin responder a los llamados.

- Aquí Alaska, pequeño asmático - respondió intentando recuperar su característico humor.

- ¡Alaska! - chillo con emoción al escuchar a su amiga - ¿Estás bien? Creí que estabas muerta.

- Claro que estoy bien soy como las cucarachas, no me muero me multiplicó.

- Bueno después de semanas de no saber nada de ti era lo único en lo que podía pensar.

- Tranquilo, tienen Alaska para un rato.

- Bien, iremos a los Barrens a pasar el rato con los chicos. Tienes que venir y no espero un no por respuesta.

Alaska suspiró cansada pues tenía razón, no podía ocultarse en su habitación todo el verano - aunque quizá eso hubiera sido lo más conveniente - en algún momento debía dar la cara a sus amigos.

- En 15 estoy ahí - dijo sin más cortando la transmisión.

Dejó nuevamente su walkie sobre la mesita de noche y dándole una última mirada a Danny salió de su habitación. No tenía ánimos para cambiar su atuendo a uno más decente, así que sus vaqueros rotos y la icónica camiseta de su padre de "Flash Gordon" eran el perfecto outfit para su reencuentro con los perdedores.

- ¿Otra vez están viendo ese programa? - preguntó a su madre mientras entraba a la sala.

- A tu padre le gusta - respondió sin quitar la vista de la bufanda que estaba tejiendo.

- Voy a salir con los chicos.

- ¿De verdad? Hace años que no salías con ellos.

- Si bueno, supongo que ya descanse lo suficiente.

- Está bien, pero ya conoces las reglas - amenazo - Nada de llegar tarde y mucho menos hacer cosas de adultos.

- ¡Mamá!- se quejó avergonzada - Estaré bien, ¿qué es lo peor que pude pasar?

(...)

- Oye ¿qué es esto? Es el rio Nilo y cuatro, cuenta las cuatro esfinges.

- ¡Alaska!

- ¿Tal vez esperabas a Madonna?

Eddie, Ben, Bill y Bev miraban con una sonrisa a la rubia quien guardaba su viejo Walkman en su mochila. Ansiaban preguntar la razón de su ausencia, pero ante la amenaza que anteriormente había hecho Beverly: "si Alaska quiere hablar con nosotros está bien y si no lo hace y alguno de ustedes insiste, voy a patearles el trasero" prefirieron mantener la boca cerrada.

- Entonces ¿que estamos haciendo en este lugar mis queridos perdedores? - preguntó intentando mantener su vieja actitud.

- Ben quiere construir una presa - explicó Eddie - Vamos a inundar todo Derry.

- ¿De verdad? ¿Construyes una presa, audaz?

- Si

- ¿Lo has hecho antes? - el chico negó - ¿Cómo sabes que funcionara?

- Solo lo sé, Alaska.

- Sí, él lo sabe - intervino Beverly.

- ¡Si!

Aquel último era Richie quien llegaba con Stan y Mike.

- Está bien ¡hagámoslo!

El grupo de amigos se puso manos a la obra, siguiendo las instrucciones que Hanscom daba. Acomodando tablas, ramas y rocas por todos lados. Alaska estaba agachada enroscando el dobladillo de sus vaqueros cuando sintió una mano tocar su hombro.

- Hola Alaska.

- Mickey - se giró sorprendida - Ah, yo... ¡Hola!

- ¿Cómo has estado? - preguntó nervioso mientras rascaba su nuca - Desapareciste por mucho tiempo, estaba preocupado.

- No me sentía muy bien, Mike. Necesitaba un tiempo para pensar algunas cosas.

- Entiendo, me alegra que estés mejor...

Un silencio incómodo se formó entre los dos, la tensión en el aire podía cortarse fácilmente con una navaja.

- Bien, debo llevarle esto a Ben - dijo levantando un par de tablas que estaban a su lado.

- Claro, quizá después podemos hablar de lo que paso el otro día...

« MIERDAMIERDAMIERDA¡MIERDA! »

- Em Mickey yo, acerca de eso...

- ¡Alaska! Necesito esas tablas

- Tengo que irme.

No espero respuesta del moreno y ya se encontraba corriendo lo más rápido que podía, haciendo que el agua chapoteara salvajemente a su alrededor. Al estar cerca de Ben lo único que hizo fue lanzarle las tablas y jalar del brazo a Bev lejos de los chicos.

- Oye, vas a arrancar mi brazo, rubia - se quejó mientras sobaba su muñeca - ¿Qué sucede?

- Cuándo te conté lo de Henry omití un pequeño detalle que podría cambiar todo - habló tan rápido que a la pelirroja le costó trabajo entender lo que dijo.

- ¿A qué te refieres? ¿Ese demente te lastimó?

- No, no, nada de eso - negó mientras caminaba de un lado a otro mordiendo sus uñas - ¡Algo mucho peor!

« ¿Porqué no lo dices de una vez? Acéptalo Alaska eres una Z‑O‑R‑R‑A»

- Cállate - Bev la miró confundida - Lo siento, no te lo decía ti.

- ¿Entonces? - inquirió con interés.

Soltando un pesado suspiro ( de aquellos que uno da cuando entrega su examen a la profesora sabiendo que todo está mal o cuando uno rompe el jarrón favorito de su madre y tiene que dar la cara en cuanto llegue a casa ) y tomando por los hombros a la pelirroja dijo por lo bajo «beseamike». Lo dijo tan rápido que Beverly no pudo comprender nada de lo que había salido de su boca.

- ¿Que? No te entiendo nada Alaska, ¿podrías repe...

- ¡Besé a Mike! - gritó interrumpiendo a la chica, pero rápidamente tapo su boca con ambas manos al darse cuenta que los chicos quizás pudieron escucharla.

- ¿Cómo que besaste a Mike? ¿Estás loca? - grito de la misma manera su amiga.

- Shhhh - alterada puso su mano sobre los labios de la pelirroja - ¿No pudiste gritar más fuerte?

- Mira quién lo dice - se queja quitando su mano - ¿En qué estabas pensando, Alaska?

La rubia bajo la mirada preocupada, no era su intención hacerle eso a Mike. Él era su amigo, el mejor de todos ( o quizás sentía algo más, pensaría 27 años más tarde ) y jamás haría nada para lastimarle, mucho menos a su corazón.
Pero jamás pensó que Henry le haría tal declaración y mucho menos que la besaría. Pues ¿Cómo podía evitar lo que su corazón la alentaba a hacer? Era simplemente absurdo intentar esconder aquello, ya no podía.
Durante años se había engañado que sus sentimientos por Bowers no existían, que eran una mentira pero realmente estaban ahí. Desde el primer momento en el que lo vio junto a su hermano había quedado jodidamente flechada por "el matón de Derry".

O bueno eso es lo que cualquiera diría, pero Alaska no vio eso. Ella podía ver a través de sus ojos a un débil chiquillo, ansiosos de recibir amor y atención, a un hombre roto. Y quizá eso fue lo que llamó su atención, la manera en que intentaba ocultar aquello.

Ella quería ayudarlo, sacarlo de aquel oscuro túnel en el que se encontraba. Intentar comprender que era lo que lo había herido tanto.

Pero Alaska solo conocía la punta del iceberg, ella no tenía ni la menor idea del infierno en el que vivía el rubio.

- Alaska, no llores.

Al escuchar la voz de Marsh volvió a la realidad, tocó sus mejillas y se dió cuenta que las lágrimas saladas caían por ellas sin dar un previo aviso. Sintió los delgados brazos de Beverly rodear sus hombros seguido de la calidez de su cuerpo y sin más estallaron los sollozos.

« ¿Por qué lloras? ¿Tanto miedo te da aceptar que eres un monstruo sin sentimientos? »

- ¿Que voy a hacer ahora? - cuestionó ignorando la irritante voz en su cabeza.

- Tienes que contarle a Mike, él tiene que saberlo.

"Si, el tiene que saber que soy una hija de perra"

(...)

- No puedo creerlo, eres un genio audaz.

Después de largas horas bajo el sol, entre lodo, piedras y con un par de rasguños lo perdedores habían terminado su presa. El alguna había dejado de correr como debería y ahora solo quedaba admirar su trabajo.

- No es gran cosa - respondió avergonzado.

- ¡Claro que lo es! - le dijo Beverly, logrando teñir las mejillas del chico con un leve sonrojo.

- Podríamos inundar todo el bosque si quisiéramos.

- Tienes razón judío, pero me conformo con esto - seguido Alaska le lanzó agua al de rulos dando comiendo a una batalla.

Todos se divertían lanzando en contra del otro, entre risas y uno que otro reclamo por parte de Eddie. Disfrutando que aquel hermoso momento, ignorando lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Ignorando a Eso.

Y volví después de mil años señores.

Desde enero no actualizaba DANGER y realmente les pido una disculpa pero mi imaginación está re muerta y no sabía cómo seguir además de que no se si hay gente que todavía lea esto.

Si es así ¿Les gusta la historia? ¿Debería continuarla?

En fin el capítulo es corto y en lo personal no me gustó mucho pero bueno por algo se empieza.

Los quiero, H0oneylemon ♡

PD: Si ven alguna falta de ortografía háganmelo saber por qué escribí esto en la madrugada y según yo lo revise pero bueh.