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ˏˋ🎈°•[ DANDELIONS ]*⁀➷ೃ
❝-Pide un deseo...❞
- ¿Especial? ¿Soy especial para ti?
-Eh, si claro que lo eres-dijo con un leve sonrojo en sus mejillas.
Henry sabía que la ponía nerviosa, lo sabía con solo ver sus movimientos. Cuando estaba nerviosa comenzaba a morder su labio, estrujaba la falda de su vestido y evitaba a toda costa hacer contacto visual.
Quiso aprovechar eso, tenía que dar el paso antes de que Mike llevara ventaja y le arrebatara el amor de la rubia.
Por que eso era aunque no quisiera aceptarlo, era Amor. Ese amor que llega solo una vez en la vida. No solo deseaba el cuerpo de la rubia, quería pasar sus días a su lado y lo sabía porque solo a su lado se sentía en paz, seguro, amado... Algo que en su vida había sido casi nulo.
Jamás recibió atención de sus padres, jamás recibió una felicitación en la escuela, nunca tuvo un amigo verdadero hasta que Alaska entró a su vida. Desde su primer encuentro la chica lo llenó de amor, apoyo y cumplidos que a Henry le costó algo de tiempo aceptar. En un principio se sintió incómodo, recibir tanta atención de un pequeño ser como ella era extraño pero bastó con un par de sonrisas para que el chico estuviera a sus pies.
Así que era ahora o nunca.
Tomó entre sus manos el rostro de la chica y lentamente comenzó a acercarse acortando la distancia entre sus cuerpos, el aliento de la chica chocaba contra su rostro, el rubio se atrevió a acercarse más haciendo que sus narices rozaran.
Alaska no podía moverse, sabía que estaba comportándose como una completa perra por lo que iba a suceder sobre todo después de lo de Mike pero... ¿Por qué no se detenía? ¿Por qué su corazón latía con tanta fuerza? ¿Por qué quería terminar con los centímetros que separaban sus rostros?
Bowers relamió sus finos labios y los posicionó sobre los de la chica, uniéndose en un lento pero necesitado beso. Sus labios se acoplaban perfectamente marcando un ritmo casi angelical.
Alaska no podía creer lo que estaba sintiendo ¿Cómo un simple beso podía causar tanto alboroto en su estómago? Cerró sus ojos disfrutando el momento, olvidándose de todo. Con timidez posiciono sus manos en los hombros del rubio, esto Henry lo aprovechó para tomarla por la cintura y sentarla a horcajadas en sus piernas.
Sus lenguas comenzaron a jugar con timidez, Bowers comenzó a acariciar la cintura de Alaska mientras que con su mano libre la tomaba de la nuca. Su mano comenzó a bajar cada vez más hasta rozar el trasero de la chica.
Alaska supo que debía parar. Se separó rompiendo el beso, le tomó unos minutos reaccionar completamente y bajar del regazo del rubio.
Volvió a su posición inicial con el pecho subiendo y bajando frenéticamente, no miraba al chico, su mirada estaba perdida entre los arbustos.
« Es un sueño, simplemente es eso. El jamás te besaría »
Cuando estuvo a punto de pellizcar su brazo, la mano de Henry se atravesó en su campo visual. Le extendía a la rubia un diente de león, ella lo miró confundida.
-Los idiotas tienen plantas especiales, rosas, girasoles y esas mierdas-se encogió de hombros-Esto es original, la nuestra será especial.
- ¿Nuestra?-preguntó ante la actitud del chico.
« Claramente es un jodido sueño Alaska »
-A menos que no quieras-respondió rozando sus manos con las de la rubia.
La chica no pudo contener la sonrisa y tomó entre sus dedos el diente de león, estiró su mano y arrancó del suelo uno para ahora ella dárselo a Henry.
-Tienes que pedir un deseo.
- ¿Qué?
-El diente de león es "La flor de los deseos" los magos dicen que si una persona se frota a si mismo con un diente de león será bienvenida en todas partes y obtendrá lo que deseea. Pide un deseo y sopla sobre las cabezuelas de semillas, si todas echan a volar tu deseo se hará realidad-explicó- Suena algo tonto pero me gusta pensar que es real.
Henry sonrió ante lo que dijo la chica, eso era una de las tantas cosas que le gustaba de ella. Su inocencia. La chica siempre veía el lado bueno de todas las cosas, siempre tenía pensamientos positivos y le gustaba creer en cuentos de hadas.
-Bien, entonces si deseo un par de morenas con grandes pechos ¿me lo concederá?
-Que gracioso eres-puso los ojos en blanco y se levantó sacudiendo la falda de su vestido.
-Oye-la tomó por la muñeca-Solo bromeaba rubia, estoy más que conforme contigo.
« AHHHHHHH, relájate Alaska »
- ¿Qué fue eso?
- ¿Qué cosa?
-El beso, si es una estúpida broma o algún jodido reto no es para nada gracioso, Bowers.
- ¿Eso es lo que tú crees?-se cruzó de brazos y mantuvo una mirada seria-Para mí eres todo menos una puta broma, Alaska.
Se acercó a ella y le tomó de la barbilla haciendo que lo mirara.
-No entiendo que es esta mierda, jamás me había sentido así-confesó mirándola a los ojos-Pero sea lo que sea no quiero que desaparezca. Mierda rubia, me haces sacar mi lado idiota.
-Tal vez-hizo una pausa-Tal vez me agrade ese lado idiota.
Henry no pudo contenerse y volvió a besarla, se sentía tan bien poder hacerlo. Tanto tiempo había contenido las ganas y por fin podía hacerlo.
-Creo que debes irte-dijo Alaska unos segundos después del beso-Lo‑los chicos deben preguntarse por qué tardo tanto, se supone que solo ayudaría a Patrick.
-Claro, tienes que volver con los perdedores-la miró con recelo-Son una mejor compañía.
-Henry, estar con los chicos es igual de divertido que estar contigo-acaricio su hombro-Solo necesito tiempo, no sé qué es esto entre nosotros y tengo muchas otras cosas que pensar. Pero no quiero que pienses que deseo estar más con ellos que contigo, los quiero a todos por igual.
« No, no es verdad. A Henry no solo lo quieres »
-Cállate.
- ¿Qué?-preguntó Henry.
-Nada, yo... olvídalo.
-Bien-asintió y comenzó a alejarse-Nos vemos rubia.
Vio cómo se alejaba y por fin pudo sacar todo el aire que tenía contenido en sus pulmones.
-Oh rayos-suspiró.
- ¿Qué demonios sucede aquí?-escuchó a sus espaldas.
« Realmente el mundo se encarga de joderme »
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