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ˏˋ🎈°•[ BLOOD AND A LITTLE BETRAYAL ]*⁀➷ೃ

❝-No puedes controlar lo que tu corazón demanda con fervor❞








Segunda parte: PEQUEÑA TRAICIÓN

-No me encanta ser su portero privado ¿Podrían haberse tardado más?-se quejó Richie.

Desde que partieron de casa de Beverly el pelinegro estaba quejándose con los chicos, su boca no podía quedarse cerrada.

-Cállate Richie-le dijo la chica que caminaba junto a su bicicleta.

-Oh bueno, sigan callándome, entiendo-estaba dando vueltas alrededor de sus amigos- Yo no fui el que limpió imaginando que su lavabo paso por la vagina de la mamá de Eddie en Halloween.

-Con los mil demonios, Tozier ¿No puedes cerrar tu estúpida boca un momento?

-Es la verdad rubia.

-No lo imaginó-dijo Bill haciendo que los chicos detuvieran su paso-Yo t‑también vi algo.

Al escuchar aquellas palabras la piel de Alaska se puso de gallina y pudo jurar que sus ojos se cristalizaron.

- ¿También viste sangre?-pregunto el judío.

-Sangre no, yo vi...

-A Georgie-le interrumpió Alaska.

- ¿C‑como lo supiste? ¿T‑ta‑también viste algo?

« Si y estuve a punto de morir »

-No, yo solo-hizo una pausa-lo supuse.

-Se veía muy real, era tan parecido pero con este...

-Payaso-completó Eddie-Yo también lo vi.

Stan y Ben le dieron una mirada al líder dándole a entender que ellos también habían visto al payaso.

-Esperen, ¿solo los vírgenes pueden ver estas cosas?-Richie se señaló y después a Alaska- ¿Por eso no podemos ver esa basura?

-Vete a la mierda, Tozier-la rubia rodó los ojos y se acercó al chico.

Cuando estaba a punto de golpearlo, escuchó una bulla a sus espaldas.

-Diablos, es el auto de Belch Huggins.

Alaska volteó al escuchar el nombre, Eddie tenía razón era su auto « Malas noticias » pensó. Al mirar detenidamente vio en el césped una bicicleta muy conocida.

-Mierda.

Dejo caer su bicicleta y corrió hacia esa dirección.

- ¡Alaska! espera-le gritó Beverly pero la chica había desaparecido-Debemos ayudarlo.

Mientras los perdedores trataban de alcanzar a la rubia, ella corría lo más rápido que sus pies le permitían. Sabía muy bien que Mike estaba en grave peligro.

« Si tanto te preocupa Mike, ¿Por qué estás pensando en Bowers? »

Se detuvo desconcertada, la voz parecía estar a su alrededor y ¿tenía razón? ¿Realmente estaba pensando en Bowers?

Mientras tanto Mike estaba siendo golpeado por Bowers, su pandilla miraba con diversión la escena. Lo habían visto pasar frente al auto siendo un blanco perfecto para desquitar su ira.

-Vamos a enseñarle a ese negro quien manda en esta ciudad-había dicho.

Pero en realidad lo que menos le importaba en ese momento era su color de piel o si dejaba en ridículo al país. Quería matarlo por una simple cosa o debería decir persona; toda la semana no dejo de pensar en la manera en la que toco a Alaska, la manera en la que ella le sonreía o el tacto de sus suaves dedos en las estúpidas mejillas de Mike.

Él necesitaba aquel toque, anhelaba que la chica lo mirara de esa manera, deseaba, corrección, quería la atención de la chica. Lo había descubierto la otra tarde mientras tomaba una ducha.

Mientras el agua caliente caía por su espalda eliminando el jabón que había en ella, Alaska se hizo presente en sus pensamientos. Recordó como su perfecto trasero se marcaba en sus vaqueros desgastados, como sus pezones saludaban a través de su vestido mojado y sus labios, como se sentiría si...

-Mierda-gruño.

Miró hacia abajo y pudo notar su enorme erección palpitante. ¿Cómo podía ponerse así con solo pensar en ella?

No soporto más y comenzó a masajearla lentamente, cerró los ojos y hecho su cabeza hacia atrás imaginando que quien lo tocaba era Alaska. Por un momento pudo sentir los suaves labios de la chica rozar la punta de su miembro, comenzó a soltar roncos suspiros dándole a conocer que le faltaba muy poco para liberarse.

Aumento sus movimientos y tuvo que sostenerse débilmente de la pared, comenzó tensarse y supo que estaría a punto de correrse.

- ¡Alaska!-gruño mientras sus fluidos caían al suelo y se perdían en la coladera.

« Estoy completamente jodido »

-Deja de llorar nenita- le gritó Victor al pobre chico.

- ¡Trágatelo perra!-Henry tenía su pie sobre la cabeza de Mike, quien luchaba porque su rostro no estuviera en la carne.

- ¡Levántate! ¿Qué esperas?-Belch le dio una patada en el rostro haciéndolo caer.

Esto Henry lo aprovechó para subirse sobre él y comenzar a forcejear. Se acercó a su odio y susurró algo que dejo la mente de Mike en un completo caos.

-Si te vuelves a acercar a Alaska te mataré maldito negro.

Tomo una roca del suelo y la alzo en el aire, le enseñaría que nadie puede acercase a su chica, nadie. Pero antes de que pudiera hacer algo una roca se estrelló en su frente.

-Buena puntería-felicitó Uris a la pelirroja.

-Gracias.

Mike se arrastró hasta llegar a la otra orilla donde los perdedores se acercaron para confirmar si se encontraba bien. Todos tomaron un par de rocas, listos para atacar.

-Se esfuerzan demasiado perdedores, lo hará con ustedes-dijo Bowers refiriéndose a Bev-Solo deben pedírselo amablemente. Como hice yo.

- ¿Qué mierda hacen?-escuchó a su hermano hablar- Maldita gorda.

Alaska volvió a correr después haberse detenido y escuchó a Richie gritar a todo pulmón para después verlo tendido en el suelo.

- ¡Guerra de rocas!

Al llegar pudo ver como una lluvia de rocas caía de un lado a otro, Patrick tenia cayendo por su ceja un hilo de sangre, Belch y Victor tenían leves golpes en la nariz y mejillas.

- ¡DETÉNGANSE!-gritó pero nadie hizo caso alguno hasta que-Mierda.

Los proyectiles se detuvieron, todos centraron su atención en la rubia que sostenía con una mano su frente y al quitarla dejando ver una chorreante herida.

-Eres un maldito idiota, Patrick. A ella no debías golpearla-le reclamó Henry desde el suelo sorprendiendo a todos los presentes.

La sangre corría por el rostro de Alaska dibujando una línea que se trazaba desde su frente a la comisura de la boca. Abrió los ojos y miro hacia el frente donde vio algo que la dejó sin aliento. Camino unos pasos hacia el frente y Mike creyó que se dirigía a él pero se dio cuenta que no era así cuando vio su larga cabellera rubia pasar de largo.

- ¿Qué mierda les sucede a todos?-gritó mientras se agachaba a la altura de Henry para ver su herida- ¡Pudieron haber matado a alguien!

- ¿Qué?-preguntó Uris-Esos idiotas estaban golpeando a Mike, lo iban a matar.

Alaska cerró con fuerza sus puños y respiró con brusquedad.

-Borra esa maldita sonrisa Patrick, si no lo haces le diré a mamá las estupideces que haces-Amenazó señalando a Hanlon y luego a su frente.

-Y a ustedes-se puso de pie mirando al resto de la Bowers Gang- Deberían avergonzarse de la actitud tan puta infantil que tienen.

Todos agacharon la cabeza con vergüenza, se sentían intimidados ante la chica y su mirada no favorecía el escenario. Por lo que rápidamente corrieron a esconderse entre los árboles dejando a Henry tendido en el suelo.

-Vamos Alaska-le dijo Kaspbrak mientras ayudaba a Mike a caminar, quien le dedicaba una miraba dolida.

- ¡Ve a joder a tu madre, imbécil sin estilo!-gritó a Bowers el de lentes- Andando ricitos.

Alaska miró a Bowers quien no podía ponerse de pie, no solo su cuerpo había sido herido si no su orgullo. Unos perdedores lo habían avergonzado frente a la rubia.

Se dejó caer cubriendo su rostro con vergüenza al ver a la ojiverde alejarse con Richie.

-Espera-tomó del hombro a Richie-Tengo... tengo que ayudarlos.

- ¿Qué? Mierda, ¿acaso viste como dejaron a Mike?-se quejó- No merecen ayuda.

-Es mi hermano, tengo que ayudarlo.

-Oh claro, pues tu hermano te hizo esta mierda-tocó la herida de la chica haciendo que retrocediera por el dolor.

-Fue un accidente-se defendió.

-Si, al igual que todas las estupideces que te hace. Vámonos-dio la vuelta y se dió cuenta que la rubia no se movía- ¿Vas a traicionarnos?

-No es traición Richie, yo solo...

- ¿Sabes qué?-le interrumpió-Has lo que quieras.

La chica suspiró tomando una elección.

Mientras tanto Bowers seguía tendido sobre las duras rocas, podía sentir unas lágrimas que querían escapar de sus ojos pero no las dejaba salir. Alaska había preferido ir con los perdedores, prefirió a Mike. Iba a gritar pero el suave tacto de una mano sobre su hombro le hizo abrir sus ojos de golpe.

Sus ojos se conectaron con los de Alaska, ella le dedicaba una dulce mirada casi amorosa. Ella acarició con delicadeza la mejilla del rubio, se sentía culpable...

« No eres culpable si la elección la hiciste escuchando a tu corazón » escucho nuevamente esa voz en su interior.

-Vamos, busquemos a los chicos-le extendió la mano para que se pusiera de pie- Tengo que curarlos.


(...)


-Auch.

-Deja de lloriquear-hizo presión en la herida con el algodón-agradece que no le diré nada a mamá.

Los tres estaban sentados esperando a ser curados por Alaska, podían ser unos bravucones pero al estar solos con ella activaban una postura sumisa. A excepción de Henry, quien estaba sentado bajo un árbol con la mirada perdida.

-Listo-dijo terminando con la nariz de Belch-Fuera de aqui-dijo al ver a Henry.

Los chicos comprendieron y se alejaron del lugar lentamente.. Al perderlos de vista la joven se acercó al rubio quien al verla le dio la espalda.

-No puedes estar molesto, ustedes se lo buscaron.

No hubo respuesta. Dándose por vencida se sentó junto a él en silencio. Henry la miró de reojo la sangre de su frente comenzaba a secarse, dejando de lado su orgullo tomó un trozo de algodón y le puso un poco de alcohol que la chica le había dado minutos antes, se apoyó en sus rodillas y sin decir ninguna palabra comenzó a limpiar su herida.

Lo hacía con mucho cuidado, Alaska cerró los ojos sin objetar dejando que el chico terminara su trabajo.

Cuando termino de limpiarla pudo observarla con cuidado, a pesar de que su cabellos estaba hecho un desastre se veía hermosa, su vestido azul estaba manchado con sangre, el conocía muy bien ese vestido pues él se lo había regalado en uno de sus cumpleaños.

Abril 15, 1983

- ¿Qué mierda se le regala a una chica en su cumpleaños?-se dijo a sí mismo.

Estaba parado frente a una tienda de regalos, era el cumpleaños de Alaska y planeaba comprarle algo. Claro que lo hacía solo porque era hermana de Patrick, no es como si a él le importara darle un obsequio.

A quien quería engañar, con un carajo ¡claro que le importaba! Llevaba más de un mes guardando dinero para comprarle algo decente a la niña. Pero como todo en la vida de Bowers sus ahorros se fueron a la mierda pasando de ser para un peluche a ser para un par de botellas de alcohol.

Oscar Bowers había encontrado los ahorros de su hijo escondidos entre uno de sus cajones y los había utilizado para comprar una buena dotación de cervezas y cigarrillos (Y según lo que había encontrado Bowers en el cesto de basura, un par de condones posiblemente utilizados con Rena Davenport)

Rena Davenport era la mujer, si es que así podía considerársele, con la que salía Oscar. Era una tosca mujer de mediana edad con sobrepeso. Rena visitaba con frecuencia a Butch y su hijo los fines de semana y les cocinaba. Henry tenía la ligera sospecha de haberlos escuchado ocasionalmente teniendo sexo.

Así que ahora se encontraba con tan solo 5 dólares en el bolsillo para comprar el obsequio de la rubia. Entró tienda tras tienda con la esperanza de poder encontrar algo con el insignificante valor de 5 dólares, pero aquello parecía imposible.

Cuando estuvo a punto de rendirse en una vieja tienda de ropa encontró un vestido azul, al final de las mangas cortas colgaban unos pequeños holanes blancos. Era ridículo y horrible, no podía darle algo así a una chica como Alaska pero ¿Qué más podía hacer? Era cuestión de minutos para que la fiesta de la chica comenzara y no podía (quería) llegar con las manos vacías.


(...)


Al estar parado frente a la casa de los Hockstetter pudo escuchar la bulla proveniente del patio de la chica y al acercarse pudo ver su peor pesadilla. La mesa estaba repleta de lindos y lujosos regalos, los perdedores vestían elegante ropa a comparación de los trapos viejos de Bowers pero sobre todo lo que más le dolió fue ver a la chica con un reluciente vestido rojo, su cabello estaba suelto con solo un listón del mismo color puesto como diadema.

Su vestido de 5 dólares en comparación al de Alaska parecía una mierda.

-Henry, llegaste-le saludo la madre de Patrick-Alaska no dejaba de mirar por la venta para ver si llegabas.

« ¿Realmente ella hizo eso? »

-Vamos, no seas tímido. Está en la cocina.

Caminó entre los invitados, pudo sentir a sus espaldas las voces acusadoras de los padres pero paso de largo sin mirar atrás pues debía comportarse. Al entrar a la cocina se encontró con Alaska quien intentaba alcanzar unos vasos de un alto estante.

-Ya tienes 8 años y aún no puedes alcanzar los vasos, que decepción-dijo desde el marco de la puerta.

- ¡Henry!- corrió a abrazarlo.

El rubio la alzo en el aire tomándola por la cintura.

-No podía perderme tu fiesta, alguien tenía que supervisar las cosas.

- ¿Es para mí?-pregunto señalando el "paquete" que Henry traía en las manos.

-Eh, si claro.

Comenzó a romper el envoltorio para sacar el vestido, cuando lo saco por completo lo miró con detenimiento y después miró a Bowers.

« Lo sabía, odia mi regalo » pensó al ver a la chica correr a toda velocidad hacia su habitación.

Se dejó caer en uno de los sofás de la casa, no quería salir, no mientras esa gente estúpida estuviera afuera. No sabía si podría volver a ver a la chica a la cara después de esa vergüenza. Así que decidió marcharse, no había nada ahí para él.

- ¿Cómo me veo?-escuchó la voz de Alaska a sus espaldas.

Al darse la vuelta no podía creer lo que sus ojos estaban mirando, aquel horrible vestido al estar en el cuerpo de le chica se había convertido en una obra de arte.

-Te ves, tú te ves... wow.

-Tú también te ves "wow"-dijo acercándose al chico-aunque el azul te queda mejor, combina con tus ojos.

- ¿Realmente te gustó?-preguntó evitando el cumplido.

-Jamás voy a quitármelo.

- ¿Lo prometes?

-Lo prometo-dijo poniendo su mano sobre su corazón.

-Lo cumpliste.

- ¿Qué cosa?-abrió los ojos para mirar al rubio.

-El vestido, aun lo conservas.

-Siempre cumplo con mi palabra, Henry. Sobre todo si la promesa la hice a alguien especial.


Créditos a la hermosa glowpankow de esta obra de arte ❤️✨


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