Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

── ( 𝟬𝟵 )






ˏˋ🎈°•[ BLOOD AND A LITTLE BETRAYAL ]*⁀➷ೃ

❝-La locura me persigue... ❞










Primera parte: SANGRE






Aullidos de dolor era lo único que Alaska podía escuchar, se encontraba entre la oscuridad de algún extraño lugar. Podía sentir sus pies húmedos lo cual le daba a conocer que caminaba entre agua. No detenía su paso, al contrario, continuaba avanzado hacia el lugar de donde provenían los gritos. Sabía que debía dar la vuelta y correr lo más rápido posible de aquel lugar si es que deseaba volver a ver la luz del día.

Se detuvo al ver un pozo frente a ella, asomó su cabeza para ver qué tan profundo era.

"Es el hogar de la Bestia"

Se alejó para mirar a su alrededor, a la espera de Eso. Sabía muy bien que la estaba buscando.

-Alaska...

Escuchó una voz que provenía del pozo, arrastraba sus palabras de manera arisca. La voz comenzó a hacerse más fuerte pero ahora no venia del pozo sino estaba dentro de su cabeza retumbando en su interior. Cayó de rodillas sosteniendo su cabeza mientras gritaba pero ningún sonido salió de su boca, tocó sus labios y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

Sus labios estaban cosidos y la sangre corría por el suelo, al levantar la vista se encontró con una sombra. Era grande y de los extremos un par de enormes garras se movían agresivamente.

No era un nombre, ni mucho menos era un animal. Era la bestia... El devorador de mundos.

Despertó de golpe al sentir agua fría sobre su cara.

- ¿Pero qué carajos? ¡Patrick!

El pelinegro dejo caer la cubeta y comenzó a correr fuera de la habitación. Molestar a la rubia era uno de los pasatiempos favoritos del joven Hockstetter, era aún más divertido hacerlo solo que cuándo estaba con su pandilla ya que Bowers con algún pretexto les negaba molestar a Alaska.

"No hay que perder el tiempo con ella" era lo que siempre decía.

- ¡Voy a matarte, idiota!

- ¡Alaska! Cuida tu boca, las señoritas no utilizan ese lenguaje.

-Si papá, lo lamento- se disculpó agachando la cabeza.

-Sí, Alaska ¿Qué clase de modales son esos?-dijo Patrick con burla mientras tomaba asiento en la pequeña mesa.

-Lo mismo va para ti Patrick, deja de molestar a tu hermana-le regaño su madre.

Alaska sonrió para sus adentros y tomó una de las toallas de la cocina para secar su rostro. La familia comenzó a desayunar en completo silencio.

Alaska no podía dejar de pensar en lo que había sucedido días atrás, estaba completamente confundida y se sentía como una completa mierda; no podía hablar con nadie a excepción de Danny. Por su cabeza se había cruzado la idea de platicarlo con los perdedores ¿pero qué les diría?

"Oigan chicos, besé a Mike y después pase toda la tarde con Henry. Oh y por cierto, hablo una tortuga y escucho voces en el baño"

Lo de Mike podía ser algo comprensible, claro, después de una larga discusión por parte de los chicos pero ¿Henry? Pasar la tarde con el idiota que los molesta no sería bien recibido por parte de los perdedores. Jamás les había contado a sus amigos de su extraña cercanía con Bowers, no es que se avergonzara de ello sino más bien no quería perder la amistad de ningún bando.

-Alaska, te buscan en el teléfono-la voz de su madre la sacó de sus pensamientos-Es Eddie.

La chica asintió y miró su plato, el cereal flotaba en la leche como (los cuerpos de los niños perdidos en las cloacas) un barco flota en el mar. Lo depósito en el fregadero y tomó el teléfono para responder a su amigo.

- ¿Qué sucede, Eddie espagueti?

-No me llames así, sabes que odio ese estúpido apodo- reclamó.

-Está bien, lo siento-su mirada se conectó con la de Patrick quien simulaba lamer un pene.

¿La razón? Una de las pocas veces que Kaspbrak había visitado a la chica, Patrick los había encontrado en una posición algo curiosa que cualquiera hubiera transformado en una escena sexual. Pero en realidad no era así, Eddie había tenido un ataque de asma después de cortarse con el vidrio roto del baño de Alaska.

"Se va a infectar y tendrán que amputarme la mano" había dicho.

Cuando intento sacar su inhalador de su cangurera, el cierre de la misma quedó atorado por lo que Alaska tuvo que intervenir para ayudarlo. Así que cuando Patrick entró a la habitación se encontró a Eddie con la respiración entre cortada y a su hermana con el rostro y manos en la "entrepierna" del chico. Era un error claramente pero durante todo el siguiente mes Alaska fue la sirvienta del pelinegro para que no dijera ni una palabra de lo sucedido.

-Entonces ¿Qué sucede, Edds?

-Bill llamó, quiere que vayamos a casa de Beverly.

-A casa de Beverly ¿Para qué?

-No lo sé, quiere enseñarnos algo-explico.

-Bien-resopló frustrada-nos vemos junto al puesto de revistas.

Colgó el teléfono y corrió hacia su habitación, se miró al espejo. Tenía puesto un viejo vestido azul, su cabello estaba algo enredado y las ojeras aún estaban en su rostro. Siempre había cuidado su aspecto físico, su madre siempre le decía que era una chica hermosa pero algo dentro de ella jamás había estado de acuerdo.

Pero en esta ocasión no tenía los ánimos de verse bien, de cualquier manera nadie le prestaría atención.

-Mamá-le llamó acercándose al sofá- ¿Puedo salir?

- ¿Salir?-pregunto sin quitar la vista de su libro- Sabes que no me gusta que andes por ahí con esos muchachos.

-Son mis amigos mamá, además ya hay otra chica-dijo al recordar a la pelirroja.

-Sí, la vi el otro día con la zorra de Beverly Marsh-intervino Patrick.

-Lenguaje-le regaño su padre mientras cambiaba los canales del televisor.

-Alaska no quiero que te juntes con esa chica, conoces muy bien lo que todos dicen acerca de ella.

-Son solo rumores, a la gente le gusta inventar tonterías de otras personas para ignorar lo ridícula que es su existencia.

Un silencio se formó en la sala, ambos adultos sabían que su hija tenía algo de razón sin embargo no les agradaba mucho la idea de que la rubia estuviera sola con varones y una chica con una mala reputación.

-No vuelvas tarde, o tendré que traerte en brazos como a una niña pequeña-le dijo su padre con una pequeña sonrisa.

Alaska le devolvió la sonrisa y se acercó para besar la mejilla de sus padres y después atravesar corriendo la puerta principal.




(...)




-Tenemos que ir por el callejón.

-Se tarda mucho por el callejón.

-Claro que no Eddie, es más rápido.

-Sí, pero es más peligroso y desagradable- se defendió el asmático.

- ¿Cómo que es más peligroso?-preguntó Alaska al llegar al lado de Uris.

-Huele a orina y es asqueroso, las calles laterales son mejores-explico.

-Dios, las calles laterales son lo mismo-exclamó Alaska-Huelen a mierda y orina.

Comenzaron a disminuir la velocidad y se detuvieron junto a los viejos departamentos.

-Bien ¿Pueden decirme que fue lo que dijo exactamente?

-Ya te lo dije Alaska, no dijo nada. Solo dijo que ustedes tenían que darse prisa.

Dejaron caer sus bicicletas y se encontraron con una Beverly asustada.

-Llegaron. T‑tienen que ver algo.

- ¿Más de lo que vimos en la cantera?-dijo Tozier.

- ¡Cállate! Solo cállate Richie-le regaño la rubia después de meterle un zape.

-Papá me matará si se entera que los metí al apartamento-dijo Beverly preocupada.

-A‑alguien se quedará a vigilar. Richie q‑quédate aquí-ordenó Bill.

- ¡Esperen! ¿Y si llega su papá?

-Habla hasta por los codos, te gusta hacer eso-le respondió Stan molesto.

Comenzaron a subir las escaleras, algo comenzó a oprimir el pecho de Alaska. Su corazón latía desesperadamente a cada escalón que subía, tenía una idea de lo que la pelirroja quería enseñarles y no le gustaba para nada.

Entraron al apartamento, los chicos miraban las cosas a su alrededor pero Alaska no se detuvo a observar el paisaje. Se dirigía a algún lugar, no tenía idea a donde pero sus piernas no de detenían.

-Ahí dentro-dijo señalando una puerta que se encontraba al final del pasillo.

Alaska se abrió paso entre los chicos y se acercó a la puerta, al abrirla no pudo evitar sostener la perilla con fuerza. Toda la habitación estaba cubierta de sangre, las voces de los perdedores parecían haberse disipado en el viento y simplemente eran ecos.

Su cabeza comenzó a doler y tuvo que sostenerse del lavamanos para no caer pero quizá esa no fue una buena idea. El dolor aumento haciéndola cerrar sus ojos con fuerza y como una película las imágenes comenzaron a aparecer en su mente; pudo ver a Beverly, la sangre siendo expulsada de la coladera y los gritos de la pelirroja.

Se soltó con brusquedad ganándose las miradas desconcertadas de sus amigos.

-No podemos dejarlo así-soltó la rubia.




(...)




Los chicos habían dejado casi impecable el baño, dentro del cuarto solo se encontraban Bill, Beverly y Alaska. La última no podía dejar de mirar el lavamanos, no entendía que era lo que había pasado ¿Cómo era posible haber visto lo que sucedió?

Tomo la última bolsa negra y salió de aquel lugar, al mirar a la habitación de la derecha se encontró con Ben mirando con curiosidad el cuarto de la pelirroja.

-Quien lo diría, al joven poeta le gusta espiar-dijo haciendo que el chico se sobresaltara.

-Yo no, no estaba...

-Tranquilo no se lo diré a tu amada.

La chica le dedico una sonrisa pero la cambio por un ceño fruncido al ver el rostro del chico decaído, dirigió su mirada hacia donde miraba Hanscom y comprendió su reacción. Beverly y Bill conversaban animadamente muy cerca el uno del otro, Alaska sabía muy bien que el castaño sentía algo por ella pero eso no había importado hasta que Hanscom apareció.

Se sentía mal por el chico, no iba a negarlo, pero ¿Qué hacía en estos casos? No podía elegir entre sus amigos, no sabría de qué lado estar.

-Espera-le gritó al ver que se alejaba rápidamente de la escena-Eso no significa nada.

-Alaska déjalo, viste la manera en que lo miraba-dejo caer la bolsa dentro del contenedor de basura-Fue estúpido creer que yo...

- ¡Cállate! ¿Estas escuchándote?-le interrumpió-Vales lo mismo que Bill o cualquier otro chico en Derry, no puedes darte por vencido.

El chico asintió, Alaska era completamente diferente a lo que él se imaginaba. Creía que era esas típicas chicas que delante de los adultos se comportaba como un ángel y cuando estaba sin supervisión era una engreída... que equivocado estaba.
















Voten y comenten








Nota de la autora:

Posiblemente tenga algunas faltas de ortografía pero Wattpad anda joteando y no me deja cambiar nada :'v

Gracias por leer♡



☬ 𝕳𝖔𝖓𝖊𝖞𝖑𝖊𝖒𝖔𝖓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro