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ˏˋ🎈°•[ ¿FIRST KISS? ]*⁀➷ೃ
❝-Un beso es la manifestación tangible de un sentimiento que debe existir anticipadamente❞
- ¡Danny! Estoy hablando contigo y no me prestas atención, realmente necesito ayuda.
Alaska se encontraba sentada a un lado de la tina de baño, llevaba aproximadamente media hora contándole sus problemas a su nuevo amigo. Suspirando se puso de pie y tomo el teléfono de su habitación.
-Buenas tardes señor Leroy, soy Alaska.
-Cariño, hace mucho que no escuchaba tu voz.
-Sí, ha pasado un tiempo... ¿puedo hablar con Mike?-preguntó mientras jugaba con el cable del teléfono.
Como respuesta escuchó la voz de su amigo.
-Hola-respondió con voz emocionada.
- ¿Cómo va todo Mickey?-preguntó y a través del teléfono escuchó unos alegres ladridos-Oh dios, ¡Mr. Chips!
Mr. Chips era el perro del chico o mejor dicho de ambos jóvenes, era un lindo perro color café con algunas manchas negras en el cuerpo. Su raza era desconocida, la rubia creía que podría ser una cruza entre un Dachshund y Dálmata; era un Dalmachshund. Lo habían encontrado en una olorosa caja de cartón bajo una horrible tormenta (para ese momento era un pequeño cachorro) y decidieron llevarlo a escondidas a la granja de Mike, lo que jamás pensaron es que el pequeño y tierno perro crecería más de lo planeado.
- Si es él, te extraña mucho- «al igual que yo» pensó.
-Tal vez pueda visitarlo, claro si tú quieres.
Del otro lado del teléfono Mike había dejado caer el aparato para comenzar a saltar completamente emocionado con una tierna pero enorme sonrisa plasmada en su rostro.
-Mickey ¿sigues ahí?
-Sí, sí, claro-dijo retomando la postura-él estará muy feliz de verte.
-Y tú ¿estarás feliz de verme?
- ¡Claro! Será divertido pasar tiempo contigo.
-Genial, nos vemos más tarde.
Al terminar aquella llamada, ninguno de los dos jóvenes tenían conciencia que en aquella tarde las cosas darían un giro completamente brutal e inesperado que los cambiarían a ellos y a un chico rubio.
(...)
En el baño de una pequeña granja Mike Hanlon se encontraba abotonándose una camiseta azul de cuadros, era la candidata número 12 de aquella tarde (o eso creía él) pues no podía elegir alguna. Tomado el resto de ropa que se encontraba sobre el inodoro salió del baño topándose con su abuelo quien lo miraba de brazos cruzados con una burlona sonrisa en el rostro, la cual hacia que unas pequeñas arrugas se formaran en sus ojos y comisura de los labios.
-Esa chica debería venir más seguido-le dijo-a si usarías ropa más decente a diario.
El chico negó sonrojado ante el comentario de su abuelo, pues tenía razón, quería verse lo mejor posible para cuando la chica llegara. Caminó deprisa rodeando a su abuelo para dirigirse a su habitación pero la voz el hombre lo detuvo.
- ¿Cuándo piensas decírselo, muchacho?
-No sé de qué hablas, abuelo-respondió nervioso.
-Sabes muy bien a que me refiero-se acercó a él y comenzó a acomodar el cuello de su camiseta- Alaska es muy linda y seguramente hay muchos chicos detrás de ella, tienes que dar el primer paso, si no lo haces alguien mas lo hará.
Nuevamente su abuelo tenía razón, Mike estaba enamorado de la chica desde los 5 años y el paso del tiempo hacia más fuerte aquel sentimiento. Pero a pesar de aquello se conformó con ser su amigo mientras deseaba ser algo más. Tenía miedo, claro que lo tenía, no quería abrir su corazón, soltar sus ilusiones y recibir simplemente un rechazo; no quería que la rubia dejara de ser su amiga. De igual manera le aterraba la idea de que otro chico pudiera robar el corazón de Alaska.
Cuando estaba a punto de pedirle ayuda a su abuelo, escuchó los ladridos de Mr. Chips seguido de la angelical voz de Alaska. Apresurado corrió hasta su habitación depositando su ropa en un enorme canasto, tomó de uno de sus cajones la loción que Leroy le había regalado "a esto huelen los hombres" le había dicho. Se dió una última mirada en el espejo y se dirigió a la puerta para encontrarse con la chica.
-Espera-le detuvo su abuelo mientras le extendía una vieja y pequeña caja de madera, al abrirla sus ojos se encontraron un hermoso collar dorado del cual colgaba un dije de corazón-Era de tu madre, a ella le hubiera gustado que tu chica lo tuviera.
-Gracias, abuelo-agradeció mientras abrazaba a su abuelo.
-Si...Alaska sigue esperando afuera.
Soltando a su abuelo abrió la puerta y miró a su alrededor en busca de la chica. No estaba.
Desconcertado comenzó a buscarla hasta que sintió como alguien saltaba sobre el haciéndolo caer.
- ¡Mickey!
Alaska estaba sentada sobre él, llevaba un vestido rojo que hacía que su piel resaltara más de lo normal, su cabello estaba recogido en una coleta y un par de mechones caían por sus mejillas.
« Es hermosa »
-Hola, tierra llamando a Mike- dijo mientras movía graciosamente sus manos.
-Hola, Alaska-le respondió anonadado.
La chica sonrió y se dejó caer a un lado de su amigo apoyando su cabeza en el hombro del chico. Mr. Chips llego corriendo y comenzó a lamer el rostro de Alaska.
- ¡Basta!-gritó riendo-Detente muchacho.
El can obediente se sentó enfrente de la chica meneando la cola.
-Buen chico-intentó cargarlo pero notó algo diferente- Diablos Mickey ¿Qué le estas dando de comer? Esta más pesado que la última vez que lo vi.
-Lo mismo de siempre-se acercó a su lado para acariciar la cabeza del perro- Creo que alguien más le da de comer.
- ¿A qué te refieres?-preguntó mirándolo.
-Hay días en los que no lo veo en toda la tarde, y vuelve cuando anochece-explicó-Y no prueba nada de su plato así que, supongo que otra persona le da algo de comida.
-Deberíamos ponerle un collar, quizá lo quieren secuestrar-Mike la miro con ingenuidad- ¿Qué? Todo es posible en Derry.
Asintió dándole la razón a la chica, Derry era peligroso.
(...)
-Tengo hambre.
-Acabamos de comer, Alaska.
Alaska estaba recostada sobre el regazo del moreno, quien acariciaba dulcemente su cabeza. Habían almorzado un par de emparedados con jugo que el señor Leroy les había brindado.
-Sí, pero aún tengo hambre-se incorporó y de dio una mirada tierna, casi suplicante a Mike- ¿Podemos ir a comprar caramelos?
-Claro-no podía negarle nada a ella.
La chica gritó de alegría y comenzó a sacudir el polvo de su vestido. Se dirigieron a sus bicicletas pero uno de los hombres que trabajaban en la granja los detuvo.
-Mike, hicieron un pedido.
Mike estuvo a punto de negarse a entregarlo pero Alaska lo interrumpió.
- ¿Cuál es la dirección?-el hombre de entregó un papel con la información- Es para la señora Thomson, nos queda de camino.
Mike asintió y guardó en su canasta el paquete de carne.
- ¿Puedo ir en tu bicicleta?
-Claro.
Ambos subieron a la bicicleta para entregar el pedido y continuar su tarde.
-Hueles a hombre, Mickey-comentó la rubia mientras apoyaba su cabeza en la espalda del chico disfrutando el paseo-Me agrada.
Mike se limitó a sonreír, su abuelo tenía razón después de todo.
Llegaron a su destino y Mike fue el que se acercó a entregar la carne mientras Alaska se sentaba sobre la acera esperándolo. Tocó la puerta y la señora Thomson salió para recibirlo. Era una mujer vieja, pero agradable, de aquellas que te regalan una sonrisa en la calle o de las que te ofrecen chocolate caliente y galletas.
-Que gusto verte Michael-saludó amablemente la anciana.
-Igualmente, señora-le extendió el paquete y la nota con el precio-Aquí esta lo que pidió.
-Gracias cariño-le entregó el dinero y dirigió su mirada hacia Alaska-Que tal, por fin decidieron dar el paso.
- ¿Qué? No, no, solo somos amigos-respondió con un toque de tristeza.
-Oh cariño-lo tomó de la barbilla para que la mirara-Eres un chico muy dulce, seguramente si le abres tu corazón ella lo tomará con mucho amor.
Mike miró a la chica quien mantenía sus ojos cerrados disfrutando de la brisa. Quizá debía arriesgarse, después de todo él no era una mala persona.
-Toma una rosa de mi jardín-dijo la anciana-Una rosa enamora a cualquier chica, es algo simple pero si la regalas con amor se convierte en algo completamente especial.
El chico aceptó y se acercó para cortar con cuidado una de las rosas, quitó las espinas lastimando sus dedos y lentamente con el ritmo cardíaco elevado tocó el hombro de Alaska para llamar su atención.
-Rayos Mickey, la señora Thomson va a matarte por destruir su jardín-se puso de pie y levantó la bicicleta.
-Si...soy muy rebelde-dijo mientras sonreía con superioridad.
-Tonto, vamos ya que tengo hambre-se acercó a su amigo para depositar un beso en su frente.
(...)
-Entonces la señora Douglas casi se cae sobre Greta en clase de Español.
Ambos jóvenes soltaron una enorme carcajada por la pequeña anécdota que acababa de contar Alaska, estaban sentados una pequeña banca en el parque. Entre sus piernas estaban las envolturas de los caramelos que habían comprado minutos atrás.
Mike apreciaba con dulzura la sonrisa de la chica, como sus ojos se achicaban y sus mejillas se ponían rojas. Quería decirle lo que sentía, quería decirle que ella era la primera cosa que le venía a la mente cuando despertaba, quería decirle lo mucho que la amaba.
-Alaska, tengo que decirte algo.
- ¿Que sucede?-preguntó mientras quitaba un pedacito de chocolate de su vestido.
-Yo...
« Vamos Mike solo suéltalo »
- ¿Tú?
-Tengo un regalo para ti-Imbécil-Era de mi madre.
-Oh Mickey es hermoso-dijo al ver el delicado collar-Pero no puedo aceptarlo, es de tu familia ¿Por qué habría yo de tenerlo?
Mike miró los orbes verdes de la chica y tomando una enorme bocanada de aire hizo lo que desde hace mucho tiempo deseaba hacer. La besó. Tomándola de las mejillas estampó sus labios sobre los de ella, Alaska estaba impactada y no sabía cómo reaccionar por lo que se limitó a cerrar los ojos.
Mike se separó al ver que la chica no se movía.
-Y-yo lo lamento Alaska-se puso nervioso y comenzó a caminar de un lado a otro repitiendo que lo sentía.
Cuando Mike volvió la vista a la joven vio en su rostro algo que no esperaba en absoluto, estaba sonriendo, pero no era una sonrisa común. Jamás le había visto sonreír de esa manera, mantenía su mirada perdida en algún punto del parque y con las yemas de sus dedos rozaba sus labios.
Estaba sorprendida, ese era su primer beso ( ¿O no?) y al ser con alguien que conocía desde hace mucho y quería con todas sus fuerzas no podía evitar que si corazón se acelera.
-Fue buena idea visitar a Mr. Chips después de todo.
Las cosas estaban saliendo bien...o eso creía ella.
❧Voten y comenten✩
Nota de la autora:
Corto y aburrido pero ya estaba algo molesta por los problemas que tuve para subirlo :/
Si tengo suerte y tiempo subirte el capítulo 8 más tarde.
Besos y gracias por darle la oportunidad a esta historia ♡✨.
✒𝕳0𝖔𝖓𝖊𝖞𝖑𝖊𝖒𝖔𝖓
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