La pareja estaba preocupada por su pequeño hijo, San cada vez que lo dejaban en la escuela era como una guerra pues el cachorro lloraba y se aferraba a uno de sus padres rogando para que no lo obliguen a entrar. La preocupación crecía en su pecho, ya no sabían que hacer.

—Sannie—El cachorrito levantó la vista de su dibujo y observó a su mami—En la escuela... ¿hay algún niño que te moleste?

—No, mami.

—Entonces... ¿por qué no te gusta ir a la escuela?

—Porque no—Respondió seco—¿Puedo ir al nido?

Jisung suspiró—Sí, amor.

El omega vio como el pequeño cachorro caminó a paso tranquilo hasta el nido y como se acostaba tapándose con las mantas que tenían su olor y el de su alfa. Soltando otro suspiro volvió a la cocina y comenzó a preparar la cena con la preocupación instalada en su pecho.

Mañana San volvería a la escuela y ya sabía lo que iba a suceder; su hijo aferrándose a él o a Minho llorando para que no lo dejen, los padres de los demás cachorros observándolos con pena o como si fuesen malos padres, su alfa y él irían al trabajo con dolor de cabeza.

La noche llegó, el alfa dejó al pequeño cachorro dormido en su cama, al llegar a su propia habitación vio al omega sentado en la cama observando un punto fijo perdido en sus pensamientos. Se sentó a su lado y lo abrazó por los hombros hasta atraerlo a su pecho.

—Sé que estas preocupado. Pronto sabremos que le pasa, amor.

—No lo entiendo, Ho... Según la maestra todo esta bien, ningún niño lo molesta y las citas con el psicólogo van bien. No quiero a mi cachorrito triste.

—Llegaremos al fondo de esto—Promete dejando un beso en su marca de nacimiento.

En ese instante el celular de Jisung sonó sobre la mesa de noche, se separó un poco del alfa y tomó su teléfono viendo el mensaje que Hyunjin le había mandado.

—Hyun dice que nos encontremos en la entrada de la escuela de San a las nueve—Le hace saber a su alfa.

—¿Te dijo para qué?

—No, pero me dijo que era importante... 

[🍼]

La mañana siguiente la pareja se encontraba alistándose para encontrarse con sus amigos, San estaba sentado en el sillón junto a Félix quien se ofreció a cuidarlo en el tiempo que no estén.

—Ya nos vamos, San. Pórtate bien con tío Félix, ¿bien?

—Sí, mami—El cachorrito bajó del sillón y dejó un beso en la mejilla de sus padres.

—Nos vemos en un rato, mi vida—Dice el alfa antes de salir del departamento con su omega.

—¡Adiós, Félix!

Una vez quedaron solos, Félix observó a su sobrino con una sonrisa.

—¿Quieres helado para desayunar?

—¡Sí!—Exclama saliendo corriendo hasta la cocina.

—No le digas a tus papis.

La pareja estaciono el auto frente a la escuela de su cachorro donde Hyunjin y Seungmin los estaban esperando. Ambos se notaban inquietos. Bajaron del vehículo y se acercaron a sus amigos.

—Hola, chicos—Saluda el alfa.

—Hola, que bueno que ya llegaron—Murmura Hyunjin rascándose la nuca, nervioso.

—¿Qué es tan urgente, Hyun? ¿Y por qué estamos en la escuela de San?—Pregunta Jisung queriendo saber que pasaba.

—Ayer uno de mis conocidos que vino a retirar a su cachorrito pasó por enfrente del salón de San y...—Suspira y les entrega su celular—Véanlo...

Minho toma el celular del alfa y le da a play al vídeo. Primero se logra ver la puerta del salón entreabierta y a los niños yendo de acá para allá sin percatarse de nada, la pareja no entendía nada hasta que vieron algo que les hizo entrar en shock...

La maestra de su bebé, de su cachorrito lo tomó bruscamente del brazo, lo zarandeo un poco y lo sentó en una silla con la misma brusquedad, los demás niños se quedaron en completo silencio y el vídeo terminó.

¿San era violentado por su maestra?

—¿La directora sabe algo de esto?—Pregunta Minho cambiando por completo su actitud a una seria y frívola.

—No sabemos, por eso...

—¡Esa maldita!

El grito de Jisung los hizo callar y a los segundos lo estaban siguiendo por el establecimiento. El omega estaba furioso. Al llegar a un pasillo logró ver a esa maestra caminando con unas cosas en las manos, sin pensarlo dos veces lo tomó bruscamente del brazo logrando que las cosas cayeran al suelo.

—¡¿Quién te crees que eres para tocar a mi cachorro, maldita imprudente?!—Grita.

—¡¿Qué le pasa?! ¡Suélteme!—Intenta zafarse pero no puede—¡Suéltame ahora mismo!

Jisung la suelta y pone sus brazos en forma de jarra—¡¿Cómo puedes hacerlo eso a pobre cachorrito indefenso?!

—¡Voy a denunciarlo!—Exclama sobando su brazo.

—¡¿Denunciarme?! ¡¿Tú a mí? ¡¿A mí?!—Grita y esta apunto de tirarse encima de ella si no fuera por las manos de Minho en su cintura—¡Yo voy a denunciarte a ti por violentar a un menor y por mentirosa!

—¡Usted esta loco! ¡Nunca hice algo así!—Levanta la vista hacia Minho—¿Cómo puede estar con alguien así? Puede estar con alguien mejor...

—¡Maldita irrespetuosa!—Gruñe intentando nuevamente tirarse encima de ella—¡¿Cómo te atreves a violentar a mi cachorrito, mentir y coquetearle mi marido!? ¡Ni crees que voy a pasar por alto las veces que te le insinuaste a mi marido en mi cara! ¡Maldita! ¡Voy a destruirte!

—¡¿Qué es todo ese griterío?!—La directora, junto otro maestro, aparece en la escena totalmente desconcertada—¡Desde mi oficina los escucho! ¿Pueden explicarme qué ocurre?

—¡Lo que ocurre es que esa maldita de aquí es una violenta contra un cachorro indefenso!—Dice Jisung intentado zafarse de las manos del mayor.

—¡Eso no es cierto!—Se defiende—Este omega apareció de la nada y me agredió. ¡Esta loco!

—¡Oye! Cuida como le hablas a mí omega—Advierte Minho—Hyunjin, muéstrale el vídeo.

El alfa más alto le pasó su celular a la directora, la mujer lo mira detenidamente y luego levanta la vista hacia la maestra.

—¡¿Cómo pueden contratar a una persona así para que este al cuidado de unos niños?!—Grita Minho una vez se trasladaron a la oficina de la directora—¡Mi hijo estuvo en peligro en las manos de esa omega!

—Lo sentimos, señor Lee. Le juro que el establecimiento no estaba enterado del comportamiento de la maestra Oh. Vamos a tomar acciones legales y...

—¡Nosotros mismos haremos la denuncia! Y más les vale investigar a quien contratan para que cuide a unos cachorritos indefensos.

Llegaron a su hogar a eso de las tres de la tarde, al llegar a su departamento agradecieron y despidieron a Félix luego de contarle todo lo que pasó, ellos no fueron a trabajar y su cachorro no fue al colegio por obvias razones. Ambos fueron hasta la habitación de San y lo encontraron jugando con unos autitos.

—¡Volvieron!—Grita y corre hasta abrazar las largas piernas de Minho.

—Siempre cachorro—Sonríe levemente tomándolo en brazos—Tenemos que hablar contigo.

La pareja se sentó en la cama del cachorro, Jisung soltó un pequeño suspiro.

—Amor... ¿por qué no nos dijiste que tu maestra era mala contigo?

Sin poder evitarlo los ojitos del cachorro se cristalizaron y agachó la cabeza.

—T-Tenía miedo, era muy mala, me decía cosas malas—Solloza—L-Lo siento...

—No llores, amor—Dice Minho abrazando al cachorro contra su pecho—No es tu culpa, ¿si?

—No estuvo bien que nos ocultes este tipo de cosas, San. Si hay algún niño o profesor que te trata de forma mala o te molesta, no dudes en decirnos. No tienes que ocultarlo, ¿bien?—Jisung acaricia los cabellos negros de su hijo—Siempre estaremos por ti, ¿bien? Tienes nuestra total confianza, amor.

—Los amo...

—Y nosotros a ti.

—¿Podemos dormir en el nido?—Murmura secando sus lágrimas.

—Lo que quieras, príncipe.