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|CAPÍTULO 28|

Si de estudio hablamos, pues nos hemos dedicado a estudiar concienzudamente el cuerpo del otro. No había minuto en que no tuviéramos las manos ocupadas o nuestras bocas explorándose mutuamente. Hasta que SunTae pretendía un poco más al querer desvestirme y yo debía detenerla. No es que no quisiera, digo, lo de la ducha me dejó con tantas ganas que… pero teníamos los exámenes encima y ella debía dar tres en un día. Y otras dos al siguiente. Eso sin contar que debía asistir a la academia a dar clases, preparar con Jimin y otros profesores el evento de fin de año y las reuniones para el viaje a Tailandia a finales de noviembre con el grupo de la universidad. Su mal humor era notorio por momentos, yo solo debía existir y obedecerla. Agradezco que su período este en los últimos días.

“Te espero para que
me lleves a casa”.

“No tardes”.

Esos fueron sus mensajes llenos de advertencia. Decidí tomarme un break del estudio. Mingyu últimamente dice que estoy extraño al estar saliendo mucho, y Yugyeom le secunda. Ninguno sabe lo que tengo que SunTae, no porque no confíe en ellos, simplemente... No sé... No se dio hablar sobre eso. Tal vez Rosé intuya por la forma en que sonríe cuando nos ve. Puedo asegurar que, hasta Jaehyun no sabe pero sospecha. Ah, esto se vuelve complicado. Ya me imagino toda la burla si lo supieran. Quien no imagino es la reacción de EunWoo si lo supiera.

—¡Oppa!

Aproveché también de venir a ver a mi hermana. Le comunique por mensaje que estaría ni bien terminara su clase. Corre y mis brazos la sujetan cuando salta. Apenas la dejo en el piso noto la atención de ciertas niñas y un par de niños hacia nosotros.

—Ah, piensan que eres muy atractivo. —dice con simpleza— Me preguntaron si eras un idol.

Resoplo una risita. Mis cejas se levantan al escuchar unos chillidos y en efecto, me doy cuenta que haber echo lo anterior les causó fascinación. No quiero imaginarme si fuera famoso.

—¿Cómo estás, enana?

—Bien, cansada. —tomo de sus manos la mochila con sus pertenencias y nos dirigimos a unos asientos cercanos— ¿Tú? Appa me dijo que estabas muy ocupado con los exámenes finales. Te extrañamos.

—Y yo a ustedes. Dentro de unas semanas acabará e iré a verles. —beso la coronilla de su cabeza y mi brazo pasa a rodear sus hombros para acercarla más a mi cuerpo— ¿Todo está bien?

—Sí, creo —asiente, dudosa. Tiene algo y no sabe si contarme. De todos modos terminara haciéndolo—. No sé si sea relevante, pero… ¿tú conoces a alguien llamado Cha DongMin?

¿Debería preocuparme que mi hermana sepa ese nombre? Nada bueno puede venir de esa familia. Al menos no que tenga que ver con la mía.

—¿Por qué? ¿Dónde lo escuchaste?

—Tal vez sea una tontería, oppa. Escuché ese nombre cuando appa o omma discutían. —eso no me gusta— Al parecer hay algunos problemas administrativos con el gimnasio, no lo sé. Incluso omma ha faltado ciertos días porque últimamente se siente muy cansada y eso es raro en ella.

—¿Estás segura? —asiente, me mira esperando que le dé una respuesta pero yo tampoco sé lo que sucede y me preocupa que ese hombre tenga algo que ver. Le sonrío acariciando su brazo y despejando su rostro de algunos cabellos rebeldes salidos de su coleta— No te preocupes, nena, hablaré con appa a ver que sucedió, ¿está bien? —me sonríe— Dame un abrazo.

Accede, rodea mi cintura con sus brazos y esconde el rostro en mi cuello en tanto la aferro a mi pecho. Me preocupa también que mi hermana pase por estás cosas, que vea discutir a nuestros padres o la este pasando mal. Sé que no puedo evitarlo, que mantenerla dentro de una cajita de cristal donde todo sea perfecto no es la solución pero si pudiera evitarle todo tipo de sufrimiento haría cualquier cosa. La amo, es lo más importante en mi vida y estoy dispuesto a todo por esta pequeña.

—Viniste por unnie, ¿verdad?

Excepto que ella disfruta divertirse a costa mía.

—Ara.

Advierto mirándole a los ojos. Tiene una sonrisita maliciosa en su rostro mientras sus cejas suben y bajan.

—No lo niegues, ya dime, ¿están juntos? —esta niña— ¿ya se besaron? Oppa, puedes confiar en mí. Tengo edad suficiente para saber determinadas cosas. —¿Qué, que? No insinuó lo que creo, no. Sí, si lo hizo— Tu piel radiante manifiesta mucho. Además, se supone que en épocas de finales estás estresado y ojeroso, no te veo ojeroso para nada. Y unnie, es la más feliz.

Inhalo y exhalo de forma ruidosa para hacerle saber que no hablaré esos temas con ella. Se ríe, le llamo la atención, pero eso parece agravar su risa y termino por sonreír, su humor disipa todo mal que pudo quedar de lo anterior. Nos quedamos unos minutos hablando trivialidades cuando SunTae conversando con Jimin se acercan a nosotros.

—JungKook-ah, que gusto verte. —Jimin siempre tan amable— Le comentaba a SunTae que luego de la muestra, los exámenes y el viaje a Tailandia que harán podríamos juntarnos con Yoongi e ir a cenar y beber algo, ¿qué te parece?

—Me encantaría.

—Dudo mucho que yo esté relajada para ese momento. Incluso ese viaje será estresante.

Jimin me mira y niega con la cabeza ante los dichos de su amiga. Pretende controlar todo pero no sostener lo pesado del trabajo. Ara le comenta algo referido al vestuario que usarán, Jimin se les suma mientras caminamos a la salida. Según tengo entendido, la muestra de baile se hará unos días después de que volvamos de viaje, otros dos más tarde, será nuestra graduación de la carrera, y dos semanas seguidamente, fiestas navideñas. Si lo pienso, está época se vuelve caótica para cualquiera.

SunTae decide que nos llevara a nuestra casa. Ellas siguen conversando dejándome afuera por completo. Ni opinar me permiten. Mi hermana aprovecha —apañada por la otra— y me reprocha el que aún me niegue al viaje ese a Tailandia. SunTae asegura que iré, tanto mi pasaje como hospedaje ya están listos y me encantaría saber cuándo aporté el dinero necesario para ello. Me hace sentir algo incómodo que haya arreglado todo a mi favor sin consultarme.

—No puedes negarte, de todas maneras no tienes opción. —impone mirando al frente. Suspiro. Nos detuvimos unos minutos ya que Ara necesitaba comprar ciertos materiales en la librería para la escuela— Así como mi padre te patrocinará el viaje, a Rosé lo hará la madre de Jaehyun, por lo tanto todo está en orden y podremos disfrutar unas merecidas vacaciones.

—Se te hace fácil a ti porque tienes dinero. —me mira con indiferencia— La mayoría lo viene pagando hace un año atrás.

Voltea los ojos, resoplando. Es obvio que no me entiende ni lo hará. Mira al frente, desde nuestro puesto observamos a Ara caminar dentro de la tienda gracias a los enormes ventanales.

—Bien, te preocupa el dinero. Págame con sexo.

—¡SunTae!

—Favor con favor se paga. —debería darme gracia, pero no. Me molesta que siga minimizando todo. De hecho, estoy pensando en hablar directamente con su padre, tal vez, si le explico mi inquietud él me comprenda y acceda a qué le pagué lo que gastará en mí— Hagamos de cuenta que estamos en una de esas historias que leía de adolescente, donde el protagonista necesita dinero para salvar su empresa de la quiebra y a cambio debe casarse con la hija de un importante CEO. Pero le quitaremos el asunto de la boda y vamos directo a la luna de miel.

Automáticamente sonrío con cierto recuerdo en mente.

—Luna de leche. —digo, mi cabeza cae hacia atrás reposando en el asiento. Ella me mira extrañada, repito— Luna de leche. No lo recuerdas, ¿verdad? —por su expresión confusa es un rotundo no. Suspiro, prefiriendo mantener la atención en mi hermana acercándose a la caja para pagar— Cuando nos conocimos en aquel parque me contaste que tus padres se casaron por segunda vez, que te quedaste con tus abuelos mientras ellos se iban de luna de leche. —de reojo la miro, está encogida en su asiento, con un leve puchero en sus rosados labios, perdiéndose en la tela de mi hoodie— Cuando entendí a qué te referías realmente, te corregí. Esperaba verte sonrojada o avergonzada, pero tú reacción fue la de reírte, fuerte.

—Era niña. —argumenta como una forma de defenderse. No le gusta que le recuerden a esa alegre SunTae.

—Una muy bonita y preciosa que hizo latir mi corazón.

Sus ojos se abren, casi que con indignación ante mis palabras. Hasta diría que sus mejillas adoptaron un color rosita. Es obvio que lo negara a muerte.

—Siento náuseas, JungKook.

Está por decir alguna otra tontería, la callo sujetando su mandíbula para comer su boca por unos segundos. Vuelvo a mi puesto con una sonrisa ladina, relamiendo mis labios para quitar rastros del beso cuando la puerta trasera del auto se abre permitiendo que mi hermana entre al cálido interior.

—Listo. ¿Todo bien?

—Perfecto, agi. —contesto.

—Entonces podemos seguir.

De forma automática, SunTae enciende el auto, mantiene la vista al frente mientras conduce. Quiero reírme de su cara y de como se volvió de un rojo intenso que no va poder excusar con nada. Al parecer no soporta las muestras de cariño pero se retrae ante un arrebato mío. Me pregunto qué otra ocurrencia la haría reaccionar de esa forma. Siento curiosidad. Estoy pensando que luego de dejar a mi hermana en casa y antes de volver al campus a seguir estudiando podríamos relajarnos y quitarnos el estrés.

—Parece que hay visitas.

Salgo de mis pensamientos percatándome que hemos llegado, SunTae aparca el auto a un costado. Es cierto, incluso su madre se encuentra en compañía de la mía, y la tercera presencia es quien más asombro me causa ocasionando que su nombre salga de mis labios.

—JiEun.

—¿JiEun? —repiten a mi lado. Volteo, SunTae me mira inexpresiva. Solo cuando Ara cierra la puerta es que ambos salimos del extraño estupor que se dio. Hacemos lo mismo y todo se resume en sorpresa.

Tanto mi madre como la de SunTae, que nos dan la bienvenida, no esperaban nuestra llegada al parecer. JiEun quien abraza afectuosamente a Ara, sonríe. Y yo no sé que sentir al ver a mi ex novia después de tantos años. Sin embargo, me hace feliz su visita por lo que rápidamente la abrazo. 

—No puedo creerlo, ¿qué haces aquí?

—¡Sorpresa!. —sonríe, su cabello corto y lacio es de un rubio platinado ahora, la hace ver fresca, más joven de lo que es. Siempre ha sido una hermosa mujer— No pensé encontrarte aquí, en realidad todo fue una completa casualidad.

Volteo a mirar a mi madre quien nerviosa sonríe, la señora SunJi igual y está última, al lado de su hija explica.

—JiEun comenzó a trabajar hace unos días conmigo en la clínica. Es la psicóloga de nuestra área de maternidad y adolescencia. Cuando se la presenté a tu madre, ambas me dijeron que relación las unía y terminamos pasando una tarde muy agradable.

—Así es. —secunda omma, ahora que la tengo enfrente, puedo ver a lo que se refería mi hermana. Se nota en su rostro el cansancio y algo más— Me alegra tenerte aquí, mi cielo. —dice, acaricia mi mejilla y peina mi cabello— Deberíamos pasar todos adentro y beber té con este frío.

—Yo no puedo, lo siento. —SunTae cruzada de brazos hace un par de pasos hacia atrás— Tengo pendientes y organizarme para los exámenes, otro día con mucho gusto me quedaré. —su madre le sostiene la mano pidiéndole en susurros que se quede unos minutos. Se niega, hace una reverencia disculpándose una vez más con una sonrisa que no llega a sus ojos y sale disparada hacia su auto.

—Entren, en un momento las sigo. —me excuso, las veo pasar al interior y rápidamente troto detrás de SunTae, ¿qué le sucede?—Flaquita, espera, ¿estás bien? —la puerta abierta del piloto es lo que nos separa, evita mirarme a los ojos y aleja su mano cuando quiero tomarla.

—Estoy bien, JungKook, ¿por qué no lo estaría? —hace una pausa, exhala con fastidio rondando los ojos y dice—: Mira, no tengo mucho tiempo, estoy algo estresada.

Vuelvo a detenerla cuando quiere ingresar.

—¿Fue por el beso que te robe? ¿Por burlarme? ¿Qué sucede, flaquita? Dime.

—¡Ya no fastidies, Jungkook! No fue por ninguna de esas tonterías. No tengo tiempo y lo sabes. ¿Puedes por favor dejarme ir? —sube, acomodándose bruscamente contra el asiento y encendiendo el motor— Entra a tu casa, hace frío y no quiero que enfermes. Más tarde hablamos.

No sé si sentirme desconcertado u ofendido. Simplemente no entendí qué sucedió para que me contestara de esa manera. Pero me dolió. Decido mejor dejarlo pasar, tal vez fui un poco rudo y realmente está preocupada por realizar todos sus pendientes.

—¿Tu amiga está bien? —me encuentro a JiEun en la puerta, me sonríe de forma amable, así como es ella. ¿Fue mi imaginación o SunTae tenía los ojos llorosos?

—¿Mh? Ah, ella… Creo que sí.

Su sonrisa de labios cerrados se agranda un poco más. Le indico que entremos de una vez y nos dirigimos tranquilamente a la sala.

—Sunbae SunJi me comentó sobre su hija, aunque debo destacar que se quedó corta con la descripción que hizo sobre ella. —ambos nos sentamos en el mismo sillón. Parte de mi cabeza sigue en SunTae— Su presencia denota un fuerte carácter. Y por lo visto a ti te supera.

Resoplo, mi espalda cae contra el respaldo del sillón.

—SunTae es una mujer muy difícil. Es caprichosa, terca, altanera, mandona y desquiciante. —recuerdo la primera vez que choque con ella en la universidad, esa donde le tire comida en la ropa sin querer y ella en venganza me lanzo café con hielo a la cara— Nuestras personalidades chocan mucho y mal que me pese es mi compañera de carrera. Compartimos lugar en el cuadro de honor porque es una cerebrito perfeccionista igual que yo. Da la casualidad también que tenemos las mismas amistades, y nuestros padres también son muy amigos. Eso sin contar que es profesora de danza en la academia donde asiste Ara. Ah, ¿recuerdas que te conté sobre la niña que conocí en el parque cenando tenía siete años? Esa que me regaló el broche en forma de moño que aún tengo como amuleto, bueno, es ella.

Insoportable.

—Me di cuenta la tensión entre ambos. —la miro, algo confundido. Sigue sonriendo, tan serena— Se hizo muy evidente en el momento en que nos abrazamos y ella decidió despedirse de inmediato. —¿Tan así fue?— ¿Ambos lo admiten o siguen empecinados en negarlo?

No entiendo a qué se refiere. Antes de que pueda preguntarle, el timbre de casa suena, omma es quien decide abrir pues la madre de SunTae se despide porque le surgió algo de improviso. JiEun decide quedarse pues tiene tiempo y al siguiente sonrío divertido viéndole a ella abrazada a Yoongi hyung. Ambos se sientan dejándome en el medio comenzando a conversar, a decir lo mucho que se extrañan y recordar la época en que estudiaron juntos en la universidad. Mi atención se dirige a mi madre quien sonríe en nuestra dirección al entrar a la cocina. Apenas me excuso la sigo.

—¿Omma, te sientes bien?

—Claro que sí. —contesta colocando agua en la tetera eléctrica— Solo es cansancio.

¿Por qué me suena a excusa?

—Ara los escuchó discutir a appa y a ti. ¿Sucede algo? —pregunto directo. Se sorprende un poco, aún así mantiene la sonrisa. Extiende su mano acariciando mi rostro. La conozco lo suficiente para saber que algo me está escondiendo, algo preocupante que no me quiere decir— Omma.

—No es nada, cariño. —me corta. Besa mi mejilla y me da la espalda para buscar una taza de la alacena. Cuando voltea nuevamente su rostro está más tranquilo— Las parejas discuten todo el tiempo, tu padre y yo no somos la excepción. —se ríe— No pasa nada. De hecho, tendremos una cita estos días. También hemos pensado en un viaje a Jeju solo nosotros dos. —me guiña el ojo. ¿Se supone que eso me mantendrá tranquilo? Estoy por insistir una vez más, curioso e inquieto, no es normal su comportamiento. Me vuelve a interrumpir, empujándome hacia la sala— Será mejor que vayas con Yoongi y JiEun, salgan a cenar, distrae la mente antes de regresar. Hazme caso, tienes que disfrutar tu juventud.

Tal vez deba hablar con appa. Sí, es lo que haré mañana una vez salga del examen, tengo un horario libre que aprovecharé.

Llevamos a JiEun al bar de siempre, bebimos un poco y nos pusimos al día. Está comprometida hace un par de meses, conoció a su prometido cuando era pasante en un hospital psiquiátrico. Fue amor a primera vista y al parecer ahora se encuentran momentáneamente separados al ella tomar el trabajo con la madre de SunTae aquí en Busan. Yoongi le contó sobre el proyecto que tenemos en conjunto, la invitó a sumarse y aceptó más que encantada. También sugirió que sería interesante asociarnos con Kim SunJi, ya que el alcance que esa mujer tenía era alto y podríamos beneficiarnos.

Aún no olvido que el mismo tío de SunTae y el ministro de salud me propusieron un puesto si en algún momento lo necesitase. Eso me recuerda también al de ir a estudiar arte a Florencia. El señor TaeHyung me ha manifestado en las pocas veces que hemos tenido de conversar, que le encantaría que viajará a Italia, que probará esa nueva experiencia, que no mostrar lo que hago sería un insulto a la humanidad. Y varias veces me he puesto a reflexionar sobre ello. ¿Sería demasiado loco si me voy? Tengo este deseo de una nueva aventura, sin embargo, me encuentro con que hay razones de peso para no hacerlo.

Bebo un sorbo de mi cerveza, hyung le muestra fotos de Jimin a JiEun. No pudo venir. Eso me recuerda que SunTae no me ha contestado los mensajes. No sé qué le sucedió, todo estaba perfecto y de repente sacó su lado agresivo. Deslizó mi dedo por el chat que tenemos leyendo los mensajes anteriores hasta que la pantalla cambia gracias a una llamada entrante. Es un número privado que decido contestar con duda. Apenas escucho la voz del señor Kim intuyo que algo ocurrió. Disculpándome me alejo un poco, con el bullicio dentro del bar casi que no puedo escucharlo bien.

—Ahjussi.

Jungkook, ¿cómo está, SunTae? —pregunta, su tono es de preocupación.

—Ahm, SunTae no está conmigo. —lo oigo balbucear, no logro escuchar lo que dice. Suelta un insulto a alguien y puedo escuchar claramente la bocina de un auto— Ahjussi, ¿qué sucede? ¿Hay algún problema? —pregunto con algo más de impaciencia. Él suspira y más calmado dice.

Recibí una llamada de mi suegra, SunJi tuvo un accidente de regreso a casa, —suspira. Ahora entiendo su actitud— está en el hospital ahora y mi hija no contesta a mis llamadas. Estoy preocupado, Jungkook, mucho, no quiero que a ella le suceda algo también. Acabo de llegar de Daegu por un asunto personal y el trafico es una porquería. Por favor necesito tu ayuda.

—No sé preocupe, —de inmediato me dirijo a la avenida principal a por un taxi— iré a buscarla, usted conduzca tranquilo, estaré escribiéndole en todo momento para avisarle.

Apenas corto, le indico la dirección del departamento al conductor. Marco el número de SunTae, así como a su padre me atiende la contestadora. Hago el intento dos veces más, incluso le envío mensajes a través de sus redes sociales también pero nada. Comienzo a preocuparme de más. Recuerdo que ambas se fueron separadas en sus respectivos autos.

Pago el servicio una vez llego al complejo y me recibe el guardia de seguridad contándome que la vio salir acompañada. Cuando le pido que me describa a la persona en cuestión me da detalles específicos de Cha EunWoo. No debería sorprenderme como tampoco tendría que molestarme, supongo que solo la llevó. Tomo una bocanada de aire procurando calmarme, le agradezco al hombre y pido otro taxi. En una rápida llamada le cuento y él me pide ir al hospital donde su esposa se encuentra internada.

Aunque le doy mi palabra que allí estaré, saber que EunWoo fue a buscar a SunTae y ella aceptó irse con él no me da buena espina. De hecho, ¿Cómo supo él donde vivía? Y ¿Por qué fue el primero en enterarse? Llegando al hospital voy al piso correspondiente, entonces mi caminata y dudas van cesando en cuanto veo a EunWoo acompañado de la abuela de SunTae en la sala de espera. Entiendo eso y que no soy bienvenido por la fría y crítica mirada de la mujer que se acerca segundos después.

—¿Se te ofrece algo?

Miro a EunWoo por un segundo y me reverencio saludándole.

—No sé si me recuerda. Mi nombre es Jeon Jungkook,  soy amigo de su nieta...

—No perteneces a la familia, así que, por favor, vete.

¿Qué?

—Ya la escuchaste.

¿Y este qué se piensa? Él tampoco pertenece a la familia.

Intento calmarme apretando mis manos temblorosas en puños debajo de la tela de mi suéter. Mi corazón late desenfrenado y un extraño calor sube por mis extremidades. Suspiro a punto de rendirme para dar media vuelta y largarme, aunque la preocupación por SunTae y su madre es más grande. Solo necesito saber cómo están ambas o si necesitan algo.

Jungkook cálmate, no logras nada si te molestas. Menos les des gusto a estas dos personas que me observan como si no valiera nada.

—¡¿Dónde está mi esposa?!¿Cómo está ella? —la voz desesperada de un hombre se hace eco entre las paredes cuando llega trotando hacia nosotros—¿Que le sucedió a SunJi?

—Deja el escándalo, TaeHyung. Solo fue un accidente, la muy tonta chocó su auto contra un guardarail porque iba distraída.

Vaya, que mujer más... Particular. Sabiendo que su hija pudo haberse lastimado gravemente no demuestra preocupación alguna.

—Ahm, ella está bien, ahjussi, —le comenta, EunWoo— está en observación ahora y SunTae la acompaña.

Escucho al mayor suspirar de alivio.

Apenas cruzamos miradas me sonríe de labios cerrados, golpetea mi hombro y con seguridad me dice.

—Ven, pasa conmigo.

—¡TaeHyung! ¿Cómo puedes permitir que un desconocido...

La detiene con su mano abierta en alto. La mujer más que atónita le mira con ojos abiertos, en total desacuerdo. La incomodidad y tensión que se experimenta es elevada.

Omoni —apenas lo pronuncia el rostro de la mujer se contrae a una de desagrado total— le voy a pedir con todo respeto, no se meta en mis decisiones. Así como SunJi es su hija, también es mi esposa, madre de mi hija y el amor de mi vida. —incluso EunWoo parece querer correr— Usted no vendrá a decirme quien puede o no estar con nosotros. —sentencia. Ambos se retan con la mirada un par de eternos segundos y solo cuando la mujer exhala hastiada él vuelve a retomar la palabra— Jungkook, hijo, vamos. Acompáñame.

Me despido haciendo una reverencia y lo sigo. Inhalando gran cantidad de aire y exhalando al escuchar los cuchicheos de queja detrás. Mi corazón sigue latiendo nervioso, mi cuerpo tiembla por querer quitar rastros de la absurda situación anterior poniendo a mi mente a solo pensar en lo importante. El señor Kim entra minutos después en que una enfermera se lo permite, y yo quedo a la deriva con esos dos buitres que a leguas se nota intentan matarme con sus miradas de juzgamiento.
No entiendo cómo es que la madre y el tío de SunTae son personas amables y cálidas teniendo de madre a una señora tan hostil que desprecia a quien no le gusta.

Pasa un tiempo hasta que padre e hija salen. Yo preferí alejarme un poco ante la negatividad de dos personas en particular. Veo a SunTae abrazarse a si misma, su rostro sin maquillaje parece lloroso, lleva la misma ropa de entrenamiento que usaba cuando salimos de la academia y su cabello va recogido en una alta coleta despeinada. Imagino que no le dio tiempo a cambiarse cuando EunWoo fue por ella. El susodicho se le acerca, su abuela también y logro escuchar a través de las voz tranquila del señor Kim que su esposa está muy bien, algo lastimada pero muy risueña.

EunWoo —a propósito— intenta envolver la cintura de SunTae con su brazo, se acerca lo suficiente para hablarle a escasos centímetros del rostro y tal vez sea por el cansancio o el shock de la situación pero ella se lo permite hasta que asiente a algo que le dice y se aparta despacio de su anatomía, esa acción ocasiona que gire percatándose de mi presencia. Pienso que me ignorara, molesta por algo que aún no sé y que sucedió en la tarde cuando vimos a JiEun, sin embargo, me sorprende que camine apresurada en mi dirección con la mirada a sus pies y mis brazos abiertos la reciben para aferrarla a mi cuerpo.

Ella rodea fuerte mi cintura y esconde su rostro en mi cuello. Se acurruca todo lo que puede cuando su voz en un hilo pronuncia mi nombre, como en una súplica porque no la suelte en ese difícil momento. Automáticamente todo se me olvida, mi única necesidad es consolarla y tranquilizarla.

—Sera mejor que lleves a mi hija a casa, JungKook.

—EunWoo la trajo, él con gusto la llevará de vuelta.

—Le pedí que no me contradiga, ¿qué problema tiene con el chico? ¿Mh?

—Mi nieta necesita gente de su entorno. Gente que la conozca y la cuide como es debido.

—JungKook es parte de nuestro entorno, parte de mi familia. Y por lo visto mi hija coincide conmigo.

SunTae suspira, se aleja un poco, lo suficiente para hablar.

—Halmeoni, por favor, deja que EunWoo te llevé a ti a casa. —suena cansada, suplicante en cierto punto. La mayor la mira como si hubiera dicho alguna locura, está a punto de refutarle y SunTae prosigue— No quiero preocuparme más, tu salud no esta bien del todo. Supe que la noticia del accidente de omma hizo que tu presión subiera, ¿quieres mortificarnos? ¿No te da pena o causa algo el que aún sigamos preocupadas por ti también?

La mujer no sabe que decir, entre avergonzada y contrariada, agacha la mirada y le dice a EunWoo a su lado que por favor la lleve. Antes se acerca a nosotros, toma del brazo a su nieta para apartarme de ella y la abraza pidiéndole que descanse, que la quiere y mañana hablarán. Me dedica una mirada, diría, fulminante y con la barbilla en alto se aleja con EunWoo detrás despidiéndose a duras penas. Consigo ver en su mirada algo parecido a la irritación, también arrogancia. No se contiene, abraza a SunTae de modo que una de sus manos tocaba su espalda baja y sus labios le hablan al oído, pero poco me importa cuando SunTae vuelve a abrazarme.

Sin embargo, el sabor amargo en la boca de mi estómago sigue cuando llegamos al departamento. Tuve que cederle mi abrigo ya que apenas tenía un suéter de lana cubriéndola. Mientras ella tomaba un baño, yo preparé algo de té. Su madre estaba bien, con un par de heridas leves y un esguince en su tobillo derecho, está noche se quedaría en observación, su esposo la acompañaría y mañana muy temprano le darían el alta. SunTae sale con el pijama puesto, trenza su cabello y se acerca para servirse un vaso con agua. El silencio es absoluto, mi cabeza pensando en la cercanía con su ex, el malestar que eso me dio. Ninguno dice nada, tampoco hay gestos que indique algo que cambie el ambiente.

La sigo hasta su habitación. Le ayudo a quitar los almohadones de su cama una vez dejo sobre la mesa de luz más cercana la taza con humeante té y una vez se mete debajo de las sábanas la cubro.

—Descansa.

—¿No te quedarás? —murmura, confundida.

¿Debería?

—Tengo que volver al campus y tú deberías descansar.

—Es muy tarde para que te vayas, —ojea el despertador, son casi las dos de la madrugada— puede ser peligroso.

—SunTae. —suspiro, queriendo retroceder pero su agarre en mi brazo es más rápido ocasionando que me incline un poco más a ella.

—¿No entiendes las indirectas o qué? —su ceño está fruncido y sus ojos comienzan aguarse, entonces dice mirándome fijamente— Quiero que te acuestes conmigo, a mi lado y me abraces, es mucho pedir o lo tengo que dibujar.

Jamás pensé escucharle decir aquello. Ella que siempre se mofa de inalcanzable, ahora me pide, me ruega que me quede a su lado y sea su consuelo. Y yo como el idiota que soy porque si me pide ir al fin del mundo le digo que sí, acepto. Me aseguro que beba su té primero mientras paso un momento al baño. Cepillo mis dientes y lavo mi rostro para volver a la habitación, me meto debajo de las sábanas y SunTae se arrima con todo su cuerpo al mío. La rodeo con mis brazos permitiendo que sus manos se apoyen en mi pecho y en lentas caricias sobó su espalda en tanto nos relajamos.

Ahora estoy seguro que la sensación agobiante palpitando en medio de mi pecho fueron celos. Unos absurdos que no tienen sentido porque ella y yo no somos nada, solo amigos. Amigos con derecho podríamos agregar si quieren un título. Y no debería ser así. No debería dejar que esto avance más allá. Mierda. Estoy seguro también que eso se debe a un sentimiento que me estoy negando aceptar. Porque de ser así, estaría más que jodido.

¡FELIZ 2025, REGRESO DE LOS TANIEEEEEES! 💜😭

AHORA SE PUEDE ESCUCHAR EL WAAAR ISSS OOOVER...😭😭😭😭

Perdón por tardar tanto pero me ocurrieron cosas con el teléfono y me fue imposible escribir, acceder a las imagenes e incluso a algunas apps, ahora sí.

PRIMER CAPÍTULO DEL AÑO!! 😁

Les deseo un nuevo inicio de año, abundancia, prosperidad, dinero, exito y mucho amor. Sobre todo... UN BOLETO PARA EL TOUR 2026 DE LOS TANNIES 🎟️

Muchas gracias por seguir acompañándome, les quiero mucho ✨💕✨

💜💜💜

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