|CAPÍTULO 17|
Despierto del todo cuando me doy cuenta que no estoy en mi cama y un aroma masculino en particular me envuelve de forma cálida. Un edredón blanco me cubre del frío, tengo la ropa puesta y unos pantalones ajenos bastante grandes. Apenas me remuevo ladeo mi rostro para observar y lo veo. JungKook duerme a mi lado, en el piso sobre una colchoneta. Está completamente cubierto hasta la mitad del rostro excepto por sus pies sin medias que están expuestos. La imagen en si supone algo tierno. Ay no.
Ay sí. ¿Ahora cómo salgo de aquí?
No seas estúpida, SunTae, está profundamente dormido. Puedes irte sin problemas.
¿Por qué no me llevó a casa? ¿Por qué decidió traerme hasta aquí? Estoy causándole problemas.
Esa no es la peor parte. En silencio maldigo golpeándome la frente.
Sí, recuerdo todo lo que le dije anoche no estando en mis cinco sentidos. Una desventaja. Se supone que luego de una borrachera tienes resaca y olvidas, pero no, claro que no, a mí me toca recordar todo lo que hice y dije. Más avergonzada no puedo estar. Le conté que de niña estuve enamorada de él. En realidad, solo fue una ilusión inocente porque yo lo era. Luego ocurrieron cosas, crecí y dejé de ser eso para convertirme en… este desastre andante.
No estoy segura ni siquiera de lo que siento ahora. Solo dolor, vacío y una tremenda decepción.
Trago, sopesando mis opciones. Todo se encuentra en silencio. Observo un poco. Se supone que al ser la habitación de dos hombres debería ser un desastre, sin embargo, no es así. Todo se mantiene limpio y ordenado, incluso percibo el perfume de JungKook con el de alguien más y supongo que es el de Mingyu. Suspiro decidiendo salir de la cama. Despacio, sin hacer ruido, no quiero despertarlo y tener que soportar sus burlas. Paso a paso me dirijo a la silla tomando mi chaqueta, me la coloco sobre los hombros. Otro día le devolveré los pantalones. Mis zapatos, ¿Dónde diablos dejo mis zapatos? Los veo a los pies de la cama.
Estoy por ir a ellos cuando una mano, repentinamente, se aferra a mi tobillo dejándome inmovilizada y sacándome un jadeo del maldito susto. Casi temblando de cuerpo entero nada más que mis ojos se mueven hacia abajo. Sigue dormido, solo está soñando, balbuceando incoherencias. Lo voy a matar. Trato de retirar mi pie y él se sujeta más fuerte. ¿Qué diablos le pasa? Entonces me agacho, susurrando palabras dulces y peinando sus cabellos alborotados para que me suelte. Lo hace lentamente y yo solo quiero largarme a mi casa.
Cuando lo logro, —teniendo mis cosas colgando en ambas manos—, otro nuevo obstáculo aparece cuando abro la puerta. Mingyu.
—Oh, buenos días.
Me sonríe, no parece asombrado de verme.
Siento más vergüenza todavía.
Rápidamente lo sostengo de los brazos para apartarlo de la puerta, mejor dicho, de la habitación. Y sin vacilaciones como si fuera desesperada le susurro.
—No pasó nada entre nosotros, eh.
Me mira, resopla una risita y asiente.
—Lo sé, tranquila. —¿Lo sabe? ¿Qué sabe?— Te trajo aquí para que descansaras, cuido de ti toda la noche y cayó rendido casi al amanecer.
Aw.
Mi cabeza gira por unos instantes mirando hacia la puerta cerrada detrás de mí.
—¿Eso hizo?
Vuelve asentir como cachorrito obediente.
—Nuestro JungKookie es una masita dulce. —lo sé. Jamás había conocido un hombre tan dulce y atento como lo es él—¿Cómo estás?
Su mirada directa a mi rostro manifiesta preocupación mientras sus manos suavemente se sitúan sobre mis brazos. Me conmueve.
—Bien.
Me suelta.
—Yo sé que nunca hablamos o que no somos de tu círculo —abro la boca para contestarle que no es así y él con su mano en alto y una ligera sonrisa amable, me detiene— déjame terminar. Solo quería decirte que cualquier cosa que necesites puedes confiar en mí, YuGyeom también ha estado preocupado. Jaehyun nos cuenta los avances ya que Rosé le cuenta, claro, lo que es permitido, no te preocupes. —asiento, entiendo— Puedes confiar en nosotros, SunTae.
Doble aw. Carraspeo al sentir el nudo formándose en las paredes de la garganta.
—Gracias.
—No hay de que. Toma, —de una bolsa blanca extrae un paquete de peperos sabor yogurt de frutilla y me lo extiende— lo dulce siempre ayuda con las penas.
Con ambas manos la acepto. Joder, es súper tierno. No llores, no llores. Una vez más, con voz apagada se lo agradezco para luego despedirme y marcharme.
Estoy a nada de mandar todo a la mierda cuando cierro con brusquedad la puerta de mi auto. Había olvidado que soy una de las coordinadoras que organiza el viaje anual a Tailandia, y este año coincide con el festival de luces Loy Krathong, en Chiang Mai. Así que casi toda la universidad o los que irán a ese viaje están emocionados. Yo no tanto al saber que tengo que ver a mi ex mejor amiga.
Y ahí está cuando entro a la sala, rodeada de todo el séquito de amigas que tenía, tan falsas que fingen no haber estado hablando pestes a nuestras espaldas cuando salió a la luz el escándalo de traición e infidelidad. Se dan cuenta de mi presencia y se callan, apenas apoyo mi bolso sobre la mesa percibo la mirada penetrante de alguien en particular, no hago más que ignorarla mientras saco mi tablet, cuaderno y lapicera para acomodarme e iniciar los últimos detalles.
—Bien, ¿qué tanto avanzaron?
Eunbi, carraspea sosteniendo una tableta contra su pecho, se mira con otra de las chicas, MinJu sin decir absolutamente nada. Entonces, Seulgi aligerando el ambiente sonríe, se acerca y me muestra la lista de los alumnos que irán al viaje. El hotel, la organización de las habitaciones disponibles y demás. Yo estoy encargada de establecer las habitaciones para todos. Si será compartido entre dos, tres o uno solo. Algunos tienen ciertos privilegios. Se supone que Joy y yo siempre íbamos juntas, ahora decido que Rosé lo hará, aún cuando ella está en duda de viajar ya que es algo costoso y siendo una alumna con beca completa es un viaje fuera de sus alcances monetarios. Estoy pensando en hablar con Jaehyun sobre eso.
—¿SunTae?
—Dime.
—¿Podrías mirarme al menos?
Suspiro teniendo mis ojos en la pantalla de la tablet apoyada en su soporte, una notificación de Kakao me llega e intento hacer todo lo posible por no sonreír cuando leo muy por encima el mensaje irónico de JungKook.
Koo✨
¿Sabes lo ultrajado que
me sentí cuando vi mi cama
vacía, desordenada y me faltó
mi pijama?
11:20 A.M.
—¿Qué necesitas, SooYoung?
Hace una mueca con sus labios, totalmente en desacuerdo con que haya mencionado su nombre de pila de manera fría.
—¿Podemos hablar?
—Eunbi, —le extiendo el listado con algunos nombres confirmados. Este año seremos unas cien personas en viajar— toma. Sube estos nombres al sistema, luego te daré los demás.
Vuelvo a ignorarla cuando me levanto para buscar otra hoja que acabo de imprimir. Tenemos bastante que hacer. El hotel no es problema ya que nos hospedaremos en un complejo que tiene convenios con la universidad y con nada más y nada menos que con el padre de EunWoo al ser un inversionista mayoritario. La idea de estar en el mismo viaje que él no me entusiasma. Tampoco su insistencia por hablarme o contactarme aún cuando lo bloquee de todos lados.
—¡SunTae! —su mano sujetando mi brazo me da nervios, así que rápidamente me zafo apartándome sin siquiera haber tomado la hoja— ¡Basta de escapar! ¡Tenemos que hablar!
No llores, no llores.
—¿De qué quieres hablar? ¿De cómo te metiste con mi novio? ¿De cómo me engañaron ambos? —inevitablemente, entre la exasperación y angustia se me quiebra un poquito la voz— ¿O de qué siendo tú mi mejor amiga me traicionaste?
—Me enamore SunTae. —confiesa como si nada, dejando la habitación en total silencio y a nosotras dos mirándonos fijamente. Puedo ver en sus ojos brillantes por las lágrimas la disputa por decirme toda la verdad o callarse para no seguir lastimando. Aspira una gran cantidad de aire antes de seguir hablando— No pude evitarlo, desde hace meses me sentía confundida, me negaba a admitirlo y decidí que simplemente sería una atracción física, pero mientras hacíamos el proyecto juntos nos acercamos como nunca antes. Él me escuchó, me consoló. Estuvo ahí para mí. —suena sincera, desesperada y apenada. Yo solo siento rabia, mucha, ¿Yo no estuve para ella, acaso?— No quise, pero lo que siento es más fuerte.
—¿Entonces jugaste con Jungkook?
Niega, pone sus labios en una fina línea.
—No, él realmente me gustaba, quise intentarlo al saber que lo de EunWoo estaba mal, —intenta acercarse y yo doy un paso certero lejos, entiende que debe mantener la distancia y se queda quieta— eres mi mejor amiga, Sun, jamás podría hacerte daño.
Pues logró lo contrario.
—Pero lo hiciste, al acostarte con EunWoo y faltar a nuestra amistad. —no voy a negar que él también me duele, estaba acostumbrada a su presencia y aún lo extraño— Pude haber entendido un beso, las confusiones suceden. Y de EunWoo podría creerlo porque es un maldito cínico, pero ¿tú? —niego, ambas estamos con las mejillas empapadas— Eres quien menos pensé me iba traicionar.
Esnifa. De brazos cruzados se balancea dejando el peso de su cuerpo sobre una de sus piernas. Está nerviosa, la conozco, tiene atorado todo lo que no se atreve a decirme. Hasta ahora.
—No entiendes.
—¿Qué es lo que no entiendo?
—Tú lo tienes todo, SunTae. Tus padres te aman y apoyan. A dónde quieras vayas todos quieren tu amistad, estar cerca de ti. Eres una de las mejores alumnas, la que tiene al novio adinerado, más bonito, popular y considerado. —puf, claro, considerado el pedazo de idiota infiel ese— Incluso el chico nuevo te prefirió a ti.
Comprendo que se refiere a JungKook, lo que ella no sabe, es que a ambos nos une algo especial que no me pondré a explicarle.
En la misma postura me coloco, de brazos cruzados. Las chicas detrás solo escuchan. Puedo ver algo de sorpresa en sus rostros por la conversación que se está dando.
—Entonces lo hiciste por envidia —no es una pregunta. Ella no me responde, su postura agazapada y su rehuida mirada lo hacen. Me irrita más saberlo— Eras mi mejor amiga, te consideraba mi hermana, Joy. Te he contado todo, hasta como me siento respecto a mis problemas de salud y mis planes a futuro.
—Lo siento. —consigue tomar mis manos, desesperada para que no me aleje, hago fuerza contraria pero no me permite soltarme. No quiero perdonarla, no debo hacerlo, al menos no por ahora— No quiero perder tu amistad, por favor.
—Tu la arruinaste el día en que decidiste traicionarme. El día en que decidiste darle la oportunidad a EunWoo de romper todo lazo que nos unía.
Me suelto encaminándome a la mesa para juntar mis cosas. Ya fue suficiente para mí. Me siento algo mareada, debería irme. Al menos hice mi parte del trabajo. Entonces, como si no fuera suficiente para ella, me sorprende una vez más soltando con total desdicha, sollozando.
—Eres una egoísta.
No debería encerrar mi emociones por más amargas sean.
Me volteo mirándole con una frialdad que me cala en los huesos. Si ella así lo quiere comenzaré a ser la perra que quiere sea. Luego no quiero quejas.
—¿Eso piensas? Bien, prefiero ser una egoísta a ser amiga de una falsa traidora.
Salí apurada, dolida, a las corridas, en el proceso mi tobillo se dobló y tuve que quitarme los zapatos con plataforma. A duras penas logre llegar a la mesa que está cerca del lago para sentarme en un intento por calmarme. Es de noche, tengo tanto en mente que termine del otro lado del campus en vez de haberme dirigido al estacionamiento. Estoy descalza, con la planta de los pies llenos de tierra, fríos y un tobillo adolorido.
—¿Flaquita?
¿Qué es esto? Una historia de ficción con tu ídolo favorito y una random como protagonista donde ella esta de la mierda y él todo un galán viene a salvarla.
Por favor.
—SunTae, ¿estás bien?
Asiento evitando mirarle a la cara. No estoy de humor. Tiene ropa deportiva, lo escucho calmar su respiración mientras procura acercarse más a mí. Seguro estuvo corriendo y yo aparecí en su campo de visión.
—¿Cómo te sientes? Está mañana te fuiste y no me despertaste, —sonríe, ¿por qué carajos sonríe? Si no hay nada por lo que sonreír— de hecho, sabía que despertaste y…
Se detiene y aleja un poco cuando me levanto, imponiéndome. Solo quiero que deje de hablar.
—Te estoy agradecida, pero déjame en paz.
Su ceño se frunce en confusión. Hago el primer paso y profiero un chillido de dolor. Él, como es obvio, se preocupa encontrando rápidamente el quid del problema. Me sujeta del brazo queriendo obligarme a sentarme de nuevo para revisarme y yo aparto su mano de un golpe mientras le dedico una fulminante mirada.
—SunTae.
—No te pedí ayuda. ¿Podrías dejarme en paz por un maldito segundo?
Se me queda observando ya que lamentablemente no puedo controlar las lágrimas que ahora caen copiosas por mis mejillas. Está tan serio que da miedo, excepto que mi actitud de mierda también lo da. Solo falta una chispa y esto se enciende. Ni siquiera me soporto a mi misma. ¿Qué hice mal? ¿Acaso merezco ser tratada así?
—Lo sé, solo que mi forma de ser no me permite dejarte tirada aquí y menos cuando entiendo como te sientes.
—No, no entiendes nada. A ti no te engaño tu pareja de tres años con quién se supone tenías planes a futuro, a ti no te traicionó tu mejor amigo, tu hermano. No tienes los problemas que tengo yo.
—Exacto, no tenemos los mismos problemas. Eso no significa que lo mío sea menos importante que lo tuyo. Así que deja de ser tan grosera y terca y déjate ayudar. Al menos por tu pie.
Por primera vez me siento avergonzada ante mi comportamiento. Escondo mi rostro entre mis manos dejando a las lágrimas ser. El dolor en mi tobillo ceso pero el que siento en el pecho sigue ahí, es una sensación horrible.
—Kook… ya no puedo.
Sollozo, mi cuerpo tiene espasmos por el llanto. A los segundos, luego de escuchar un largo suspiro mi cuerpo es envuelto por uno más grande y cálido. Realiza esas caricias en círculos sobre mi espalda que alivia, me desahogo un rato aprovechando el refugio que me ofrece. Por más que quiera detestarlo, JungKook es la persona que me contiene, está mucho más presente que JiMin y eso es raro.
Se está convirtiendo en alguien importante en mi vida y no debería permitirlo.
Me trajo hasta casa. No me permitió conducir, aún cuando le repetí cientos de veces que ya no sentía dolor y se lo demostré haciendo un plie con salto incluido. Quería asegurarse que llegara a salvo. EunWoo pocas veces se preocupó de esa manera cuando me lastimaba por bailar. Eran más los reproches que los cuidados y mimos. ¿Por qué ahora lo recuerdo? De hecho, debería subir rápido para no encontrármelo teniendo que soportarle.
JungKook entra conmigo al ascensor marcando mi piso. Vamos en silencio, en realidad con la música interior que es nada más ni nada menos que música clásica, pero a su lado todo se siente cómodo. A través del espejo a nuestros costados veo de reojo que sostiene mis sandalias, distraído en la pantalla que marca los pisos subiendo, luego miro disimuladamente mis pies enfundadas en unas pantuflas que muy amablemente se decidió a comprarme en una tienda de conveniencia de paso. Son de un rosa bebé afelpado muy bonito. El rosa es mi color favorito.
Las puertas del ascensor se abren y nosotros salimos, estoy a punto de poner el código de seguridad, JungKook por comunicarme algo extiende su mano para entregarme mis zapatos entonces la puerta se abre dejándonos ver a mi padre. No parece sorprendido de vernos. Nos sonríe amable y me atrae a su cuerpo en un abrazo reconfortante.
—Colibrí, que bueno que llegas. —besa mi frente— Que grata sorpresa, JungKook.
Corresponde al saludo de papá haciendo una reverencia y dice rápidamente.
—Yo debería irme. Solo acompañe a SunTae porque se lastimó el tobillo y estaba muy cansada.
—Gracias por traerla. —me doy cuenta que se miran cómplices, como expresando algo que yo no debería saber o entender. Entonces papa aún sujetándome cerca me susurra al oído— Tu abuela está en el living. —le miro con ojos bien abiertos, él suspira resignado. Ha hecho hasta lo imposible por caerle bien a su suegra pero todo fue en vano. Ella abiertamente le hace saber que fue la peor decisión que su única hija, la menor, pudo haber tomado. Ya no se molesta más y solo la trata con respeto por ser alguien mayor— Acompañaré a JungKook abajo.
—No es necesario. —sacude sus manos. Puedo ver con claridad a través de sus mechones negros que sus orejas adoptaron un rosado bonito.
—Si lo es, mientras tanto quisiera habláramos un momento. —entrecierra los ojos como si con eso le dijera cuál es el tema a conversar, JungKook parece entenderlo y asiente. Me suelta comenzando a salir.
Es momento de despedirme. Papá se aleja por el pasillo hacia el ascensor y nos deja solos.
—De nuevo gracias, Kook.
—No hay de que —sonríe de labios cerrados. Y cuando creo que eso es todo, se inclina y besa mi frente, luego se va.
Yo quedo como tonta, inmóvil. No es la primera vez que me demuestra afecto físico. Es algo pequeño pero contiene mucho.
—¿Quién era ese muchacho? —pregunta de forma neutra la abuela cuando ingreso a la sala.
Lee Haneul viuda de Kim, es la mujer mas imposible y difícil de tratar. Ha nacido dentro de una familia de alcurnia, criada para ser la esposa y ama de casa perfecta. Tuvo dos hijos. Ellos también fueron criados para convertirse en grandes profesionales que siguieran llevando el apellido en alto. La situación es que mi tío SeokJin lo logró al convertirse en uno de los médicos mas reconocidos del país con un cargo importante en un hospital. Excepto que nunca se casó ni tiene planes de hacerlo, le gusta su vida tranquila en soledad.
En cuanto a mamá, bueno, se enamoró de un loco bohemio que la liberó del mismo futuro monótono de convertirse en una mujer sumisa que viva de su esposo y para su familia. La realidad es que mamá sí vive para su familia, pero lo hace de manera liberal y contenedora. Aparte de haber escogido una carrera un tanto controversial que la hace feliz. A la abuela le purga ya no tener el control.
—Es un colega y amigo de la universidad.
Eleva una de sus cejas perfectamente perfiladas. Cómo siempre viste elegante, irradiando feminidad y juventud a pesar de su avanzada edad. Su cabello de un rubio cenizo cae ondulado por su espalda. Me mira con esa sonrisa fingida de amabilidad murmurando con total indiscreción.
—Espero que este no sea como ese amigo controversial que tienes.
Se refiere a JiMin. Tampoco le agrada. Piensa que sus cuestionables decisiones en la vida, —su homosexualidad y amor por la danza— le concedieron la vida simple que tiene, sobre todo el rechazo de sus padres. A mí me saca de las casillas, es un tema que me indigna y ella lo sabe.
—Halmeoni, con todo el respeto te exijo que...
—¡Por Dios Santo, SunTae! —me sujeta de ambos brazos, analizándome de pie a cabeza— mira como vas vestida.
Estoy casual. Jeans azules de corte recto y un cárdigan lila con detalles de flores blancas con un top blanco debajo.
—Halmeoni.
—Tienes tan mal gusto al igual que tu madre. —peina mi cabello hacia atrás raspando sus uñas de un rojo sangre sobre la piel de mi cuello, me trata como a una muñeca de trapo— ¿Qué te he dicho de vestirte así?
—Mi hija se viste como mejor lo considere. —papá al rescate, mamá como sigue trabajando tiene suerte de no experimentar está amarga visita— Si ella se siente cómoda y hermosa es suficiente.
Mi abuela apenas se aleja, tiene esa expresión de disgusto y desagrado que pone cuando le contradicen. La amo, es mi abuela, tengo consideración con ella porque se ha quedado sola —junto a sus millones y amigos por conveniencia—, sin embargo, no es justo que le permita siempre ser grosera.
—No me sorprende viniendo de ti. —se aleja de forma gracil tomando asiento en uno de los sillones, como siempre que viene, mira su alrededor con ojo crítico por las decoraciones estrafalarias— Claro que SunTae es hermosa, sacó la belleza de las mujeres Lee por suerte. Solo intento aconsejarla para que no se vea tan simplona.
Siento a papá tensarse a mi lado, lo detengo antes que pueda decir algo que nos lleve a una batalla campal.
—Pero bueno, no vine a eso. Estoy aquí porque me contaron que rompiste tu compromiso con Cha EunWoo, ¿es eso cierto?
Papá y yo suspiramos hastiados ante su conmoción, ya se estaba tardando. Era obvio que le irían con el cuento y ella como adora complacer a los demás hará lo posible por jodernos. Eso no está a discusión. Respiro despacio, calmando mi agitado corazón. Es un tema muy reciente y doloroso.
—Halmeoni, con todo el respeto que te mereces te diré un par de cuestiones y espero que lo sepas entender porque no lo repetiré ni estará a discusión. —me acercó quedando frente a ella— Primero que todo, EunWoo y yo no teníamos ningún compromiso, éramos solo novios. Él decidió romper nuestra relación por su infidelidad y no estoy dispuesta a perdonarlo, una traición como esa no se perdona. No pienso hablar con él ni perdonarlo, que sea Dios o cualquier otra deidad existente el que lo haga. Tengo cosas más importantes en la que ocuparme que ponerme a considerar los sentimientos de una persona egoísta. —su expresión de horror produjo satisfacción en mí, puedo apostar que en papá, más atrás de brazos cruzados, también.
Me despido haciendo una reverencia y giro sobre mis pies. Mis manos nerviosas alrededor de la correa de mi bolso mientras papá me dedica una mirada de felicitación. Le dejo la peor parte que es despedirla a él y me encierro en mi habitación. ¡Maldita sea el momento en que todo se fue al diablo! Trato de ordenar mis cosas, mi teléfono tiene varias notificaciones. Rosé me envió fotos de la salida con Jaehyun a la torre Namsan. No son nada pero a la vez son todo. Me causa cierta envidia aunque más felicidad. No veo la hora de que oficialicen.
Resoplo frustrada, entonces recuerdo que no he borrado las fotos que tenía con el Trash (basura) y decido que empezaré por ahí. Total bloquearlo se me hizo fácil, esto sería pan comido. Me acomodo en la cama, entro a la galería y de las cientos de fotos comienzo a borrar todo en tanto los recuerdos vienen como una oleada siendo imposible retener las lágrimas. No pensé que sería difícil, duele saber que ya no estaré con él, que por un desliz terminó lo nuestro. ¿Lo quería? Claro que sí, aunque éramos diferentes en muchos aspectos. Supongo que la relación se fue desgastando y ninguno hizo nada para arreglarlo.
Esnifo, admirando las últimas fotos, una de él acostado en su cama con el torso desnudo mientras sonreía a la camara. Borrada. Aparece la que le envié yo, arrodillada en la cama en una pose sumisa, ahora me siento estúpida. Borrar.
Suspiro dejando mi teléfono al costado de mi cuerpo y miro al techo disfrutando el silencio y la escasa iluminación a causa de la tira de luces entre las paredes y techo. Hasta que el sonido de un nuevo mensaje llama mi atención. Es Jungkook. Seguro para avisarme que ya llegó.
Koo✨
No sabía que teníamos
este tipo de confianza, Kim.
00:49A.M.
¿Qué? ¿De qué habla?
Koo✨
¿Es mi turno de enviarte fotos
o debo tomarlo como que te
emborrachaste?
00:49 A.M.
Lindo pijama por cierto.
00:50 A.M.
Estoy empezando a entrar en pánico, ay no. Releo el mensaje, con el corazón en la garganta deslizo el chat y ahí está, en su máxima expresión la foto que le envié hace un par de semanas al Extupido para encender la chispa. Excepto que en vez de borrarla se la envié a JungKook.
Esto no puede ponerse peor.
¿O sí?
Cositas que pasan 🤭😏
La foto que SunTae debía borrar pero le envio a JK es la que está en multimedia.
Apareció un nuevo personaje en la historia. La abuela de SunTae, un dolor de cabeza que va seguir jodiendo, solo esperen.
¿Cómo vamos hasta ahora? ¿Qué les va pareciendo? Sean honestas/os/es. Quisiera saber (no sean tímidas/os/es). ➡️
Ya saben que soy de desarrollar mucho la cuestión de los personajes y sus relaciones. Pero saben que al final les doy su buen conteniendo (aunque a veces dudo si ponerlo) 🤭
Bueno, nada... Espero les guste, ojalá vuelva a actualizar pronto, mientras tanto disfruten, déjenme sus comentarios y votos que me incentivan a más.
Que tengan hermoso finde. 💕
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