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|CAPÍTULO 15|

Una vez más el repique y la contestadora. Maldita sea, dónde está metida está mujer. Está caótica situación se volvió una mierda.

—¿Nada?

—Nada.

Le contestó a Jaehyun cuando ve que golpeo lleno de frustración mi teléfono. Al minuto suena el de él con el nombre de Rosé en la pantalla del tablero. Atiende.

¿Lograron dar con ella?

—Aun no. —contestó. La noche es fría, se puso nublado y parece que se avecina una tormenta. Ella suspira del otro lado, escucho la voz de Mingyu más alejado y la de alguien que no logro reconocer. Entonces me dice.

Su mejor amigo llegó.

¿JungKook? —se nota la preocupación en su voz— ¿Qué sucedió?

Suspiro, estoy con toda la atención en el camino.

—Lo que le conté a hyung. Después de lo que pasó, fueron a rectoría, estuvieron encerrados con el Decano unas dos horas. Cuando pude acercarme, ella ya no estaba, nadie vio hacia donde se fue. Ni siquiera EunWoo.

Supongo que él también debe estar buscándola.

—No lo sé.

Y si se atreve es por puro cinismo.

Horas antes.

Hay carpas dispuestas con cuatro o cinco personas. Estudiantes de último año de medicina, enfermería, nutrición, etc. Cada uno dispone afiches con imágenes o eslóganes que incitan a la buena salud. En nuestro caso, la correspondiente buena alimentación. Las personas pasan por nuestra caseta mientras EunWoo como el coordinador, —cara visual—, los recibe. Los demás sus órdenes. SunTae y Rosé andan de parlanchinas, de hecho, lo hacen desde que se conocieron esa noche en la discoteca. Cuestión que le molesta a Joy, según me ha dicho anteriormente.

Se siente desplazada, como si SunTae fuera capaz de reemplazarla, a lo que le dije que era absurdo ya que siempre la veo acompañada de sus otras amigas. Además, tampoco veo problema en que Rosé se integre y fue cuando me respondió que una persona como ella jamás podría entrar dentro de su reducido círculo exclusivo. Quise preguntarle a qué se refería con eso porque si vamos al caso, yo tampoco podría participar, entonces la interrupción de algunas personas hicieron que lo dejara pasar. Ahora la veo llegar sonriente junto al profesor. Trajo algunos snack y café ya que hemos estado casi todo el día aquí. Hace frío y todavía tenemos dos horas hasta que al fin todo se termine.

—Alumno Jeon.

Me enderezo, hago una reverencia saludándolo y él saca una mano detrás de su espalda restando importancia.

—¿Cómo ha estado todo?

Miro veloz y disimuladamente hacia EunWoo, habla con Joy en susurros en una esquina mientras los demás a nuestro lado atienden a una familia.

—Todo ha ido bien. Hemos tenido mucha gente y creemos hacer un buen trabajo infundiendo el mensaje.

Mueve la cabeza despacio en aprobación, luego su torso a la pareja de EunWoo y Joy que parecen discutir en voz baja. Se dan cuenta de nuestro escrutinio. Ella es quien se aleja primero viniendo con una sonrisa hacia mí. El profesor se despide. Joy besa mi mejilla colocándose de puntas de pie. Le sonrío peinando un mechón de cabello suelto detrás de su oreja. Estoy intentando darme una oportunidad con ella, me gusta, tal vez sea hora de abrir mi corazón aunque no esté tan seguro. No sé. Veremos qué sucede. Solo dejaré que todo fluya.

—¿Qué te parece ir a cenar está noche?

—No puedo. —me contesta y rápidamente picotea mis labios, sonríe— Quedé de cenar está noche con mi madre. Lo siento.

—Esta bien, no te preocupes.

Me abraza, le rodeo la espalda con ambos brazos y capto la mirada de reojo de SunTae sobre nosotros. Hace una mueca con sus labios parecido a una sonrisa.

—Te lo compensare mañana en la noche, ¿si?

Asiento. Acuna mi rostro entre sus manos, se acerca y besa mis labios en profundidad. Cuando se separa tenemos la vista de casi todos sobre nosotros. Nuestros compañeros sonríen o cuchichean, las personas frente a la carpa nos juzgan con la mirada en silencio ante la desvergonzada muestra de cariño. Apenas ella se aleja me disculpo, pero parece que todos siguen en lo suyo.

—Tienes brillo labial ahí. —señala Jin Woo con su índice, otro de nuestros compañeros participante. Rosé más atrás, divertida, me extiende un pañuelo de papel para limpiarme.

Aligerando el ambiente bromeamos. SunTae se suma. EunWoo no está, pues según le dijo a su novia el coordinador de la carrera lo llamó. El atardecer llega y nosotros debemos comenzar a guardar todo para llevar al despacho del profesor. Quedaron sobrecitos de colágeno en gel y barras de cereales. Las chicas lideran el camino riendo mientras hablan trivialidades. Con JinWoo a mi lado llevamos lo más pesado. SunTae tiene el teléfono en su mano, vibra a cada segundo y lo revisa. Veo como su rostro va cambiando a uno serio.

Entramos al despacho del profesor. Debemos dejar todo ordenado sobre su escritorio.

—¿SunTae? ¿Estás bien?

Ladeo mi rostro cuando escucho a Rosé preguntarle eso. Lo siguiente lleva al caos inminente.


•SunTae.

EunWoo dejo su teléfono y decidí guardarlo hasta que regrese. No lo hizo, por lo tanto comenzamos a guardar todo para marcharnos. Con Rosé pensamos en ir al cine más tarde para distraer la mente. Últimamente nos hemos acercado bastante teniendo gustos en común. Le gusta la moda, el rosa, la música, el arte. Ha viajado de mochilera a varios países de Asia y Europa por lo tanto intercambiar experiencias de distintas culturas se volvió un pasatiempo divertido entre ambas.

Ahora tenemos pendiente el que se viene en noviembre. Ese a Tailandia, justo para el festival de luces.

El teléfono en mi mano suena con mensajes de Joy. Está rara y sé que es por mi cercanía con la rubia. No le gusta, en realidad, es bastante posesiva permitiendo que solo dos tres de las chicas se me acerquen. Lo normalice con el paso del tiempo porque no le veo lo malo, ella es así. Bastante intensa con los suyos, incluso con EunWoo con quién se conoce de mucho más tiempo.

“¿Cuándo se lo vas a decir?”, frunzo el ceño. “EunWoo, esto no da para más”, “Ya no lo soporto”.

La intriga e incertidumbre comienza a carcomerme. Llegan más. Me detengo un momento cuando entramos a la sala del profesor y ayudo a Rosé a dejar las carpetas con planillas sobre el escritorio. JungKook y JinWoo llevan cajas más pesadas. Siento como una horrible pesadez en la boca del estómago. Otra vez vibra. No debería inmiscuirme en la privacidad de nadie. No es de mi incumbencia. No.

Insiste al ver que no contesta, entonces que mencioné mi nombre seguido de “…lo tiene que saber tarde o temprano”, ya no me permite pensar. Desbloqueo el teléfono. No me pregunten cómo se su contraseña, solo lo sé y él también sabe el mío pero jamás ninguno se atrevió a tocar el teléfono del otro a menos que sea algo necesario o para una emergencia. Entro a Kakao encontrando varios chat con mensajes aún no leídos. Me decanto directamente por el que dice Joy y comienzo a leer todo.

Esto tiene que ser una broma. Si, una maldita mala broma.

“La pasé bien”, “Deberíamos repetirlo”—EunWoo. “Fue un error y lo sabes”. —Joy— “No se cómo la miraré”.
"No te negaste", "Tampoco me detuviste" —EunWoo— "Si me dices que no te gustó no te creeré".

Fotos de ella sonriendo de forma casual o posando. De ellos dos juntos en una habitación que no pertenece al hogar de ninguno. Siento la bilis subir por mi esófago. Más mensajes de ambos dando a entender...

“Me gusta que tomes la iniciativa” —EunWoo.
“No debió pasar”—Joy.
Pero pasó” —EunWoo.
“Estoy con JungKook, él me gusta y SunTae es mi mejor amiga” —Joy.
“¿Yo no te gusto, acaso? ¿No soy tu mejor amigo?” —EunWoo.

—¿SunTae? ¿Estás bien?

Apenas escucho la voz de Rosé parada frente a mí.  Veo su expresión preocupada cuando su mano está suavemente en mi brazo. Estoy temblando, mucho. Mi cuello está tan tenso que un movimiento en falso podría lograr una terrible contractura que me llevará a más dolencias. JungKook también me mira, su ceño fruncido mientras se acerca despacio. Me pregunta algo que no capto por intentar comunicarle a mi cerebro que me ayude a respirar correctamente. Entonces, el protagonista de la gran traición entra por la puerta.

—¿Ya terminaron? —sonríe con su particular amabilidad que solo es fingida. Porque yo sé muy bien cómo es Cha EunWoo, oh claro que lo sé. Solo que preferí ignorar aquellas enormes banderas rojas que me alertaban. Por amor, por costumbre, porque EunWoo fue importante, en su momento lo fue. Y ahora darme cuenta de la realidad solo duele. Demasiado—¿Jagi?

—¿Qué es esto?

Su sonrisa se esfuma cuando coloco su teléfono frente a su cara con las últimas palabras de SooYoung pidiéndole una vez más que me diga la verdad. ¿Cuál? La que creo estoy entendiendo ahora que sus ojos se abren enormemente sugiriendo pánico, un pánico que no hace mas que sujetar mi muñeca para quitarme el teléfono con desmedida desesperación porque sabe que descubrí lo que no debía, pero no se lo permito.

—SunTae.

—¡¿Qué carajos es esto, EunWoo?! ¡Explícame!

Mira detrás de mí por sobre mi hombro, olvidé que tenemos compañía. No me importa. Mis emociones son más fuertes y el dolor va en aumento. Forcejeo cuando intenta una vez más quitarme el aparato de la mano y lo logra. Cambia sujetando mi brazo con fuerza para susurrarme a solo centímetros de mi rostro.

—Hablaremos afuera.

Abre la puerta sacándome a rastras cuando le pido a regañadientes entre lágrimas de rabia e insultos que me suelte. Rasguño su antebrazo descubierto por la chaqueta blanca que todos los que participamos del evento de salud tenemos puesto y aún así me empuja en contra de mi voluntad. Estoy demasiado absorta como para percatarme que hay gente mirándonos muy curiosos. Incluso JungKook y Rosé nos siguen muy de cerca.

EunWoo solo me murmura disgustado que me voy arrepentir del escándalo que estoy armando. Nadie me va a quitar de la cabeza que me traicionó, yo lo leí. Lo vi. Las fotos íntimas con SooYoung como si fueran una pareja. Los mensajes subidos de tono, las insinuaciones y el descaro de ella de nombrarme a mí sin detener la inmundicia que está cometiendo con MI novio. Bueno, ex novio, de ahora en más.

—¡Basta!

Me jala bruscamente haciéndome daño, mi enojo aumenta, gruño impulsándome con mi mano libre para golpear su rostro y apartarlo de mí. Se sostiene la mejilla mientras me mira indignado, como si frente a él hubiera un monstruo. Estoy a punto de golpearlo ya que su sola existencia me produce una tremenda repulsión y querer matarlo. Entonces, la mejor amiga del año. No, no. Del siglo, vamos a decirle, aparece con su expresión de maldita mosca muerta preocupada entre medio de la poca pero aparentemente entretenida y consternada audiencia.

—¿Qué sucede? ¿Amiga, estás bien?

Le envió a EunWoo las mismas fotos sugestivas que le enviaba a JungKook. En ropa interior. ¿Cómo lo sé? Porque una vez la descubrí haciéndolo y ella demasiado avergonzada me contó. Así que la estúpida infeliz de SunTae que se creyó el cuento de la mejor amiga enamorada de su casi algo la apoyó diciéndole que era una hermosa mujer que tenía derecho a disfrutar de su sexualidad. Solo que no sabía que también lo hacía con mi novio.

Automáticamente mi mano va a su rostro en un fuerte cachetazo que le voltea la cabeza. Exclamaciones de sorpresa se escuchan, luego Joy con lágrimas en sus ojos me mira aterrorizada. Yo la miró aterrorizada y dolida, sollozo. ¿Cómo pudo hacerme esto? Mi cuerpo tiembla, EunWoo trata de tocarme y de un manotazo lo empujo junto a ella.

—SunTae, no es lo que piensas. Déjame explicarte cómo sucedieron las cosas en realidad.

—¡ME ENGAÑASTE CON MI MEJOR AMIGA!

Cualquiera sea la explicación, no hay perdón para lo que me hicieron. No, no la tiene.

—¿Le dijiste?

Comienzo a reírme cuando la voz de Joy suena entre asustada y esperanzada. Incluso sus ojos brillan. Lo único que me faltaba era que estuvieran planeando como decírmelo. Apenas puedo comprender lo que pasa a mi alrededor gracias a mis desbocadas emociones y lágrimas que nublan mi vista, una tras otra empapando mis mejillas y cuello, pues un par de manos sujetando mis brazos hacen que mi cuerpo gire, es JungKook, me habla, no puedo entender lo que me dice, estoy llorando a mares intentando recordar como se respira.

A EunWoo parece molestarle la simple ayuda y con rabia contenida lo aparta de mí. Se volvió un show los siguientes segundos. Otra cachetada al rostro de mi ex novio de mi parte y mi ex mejor amiga chilla llegando en su ayuda, me grita que estoy loca e intenta tomarme del brazo para regañarme. Golpeo su mano antes de siquiera tocarme, entonces la llegada de algunos directivos impide que nos vayamos a los golpes.

Terminamos en rectoría.

Me duele la cabeza, siento que me taladran la sien mientras los ojos, seguramente hinchados de tanto llorar, me arden. No he parado, solo contengo las lágrimas al igual que toda mi rabia. No he hablado, EunWoo se encargó de hacerlo. Un mal entendido. Una crisis nerviosa de mi parte que él y mi amiga intentaron calmar. Todo se salió de control cuando los golpee, no a propósito. Quise gritarle todas sus verdades a la maldita y sucia cara pero ya no tenía las necesarias fuerzas para desahogarme. Solo quería largarme. Anhelaba desaparecer y que esto fuera mentira. Un mal sueño del cual despertar.

El rector demasiado serio me pregunta si todo lo que dijo el alumno Cha es así. Si le digo mi verdad, la que va tener consecuencias seré yo, si miento me librare más rápido. ¿EunWoo? Saldrá libre de toda culpa o cargo porque es hijo de uno de los accionistas de la institución. Qué más da.

—Todo lo que dijo EunWoo es cierto.

Estoy mareada, muy mareada. Tengo nauseas y estoy sudando. También mucha sed. Lo más seguro es que mi glucosa descendió. Debo marcharme antes de que se vuelva peor.

—La próxima vez que suceda algo como esto, les sugiero pedir asistencia de una autoridad competente. Pueden marcharse a casa.

Soy la primera en levantarme, me tambaleo un poco y logro estabilizarme al sostenerme del respaldo de la silla. El piso se mueve debajo de mis pies. No quiero que se den cuenta, así que intento salir casi corriendo. La puerta del despacho primero, paso a través de lo que es la pequeña parte de secretaría que está vacía. La siguiente puerta da al pasillo, uno demasiado largo a mi parecer por mi malestar. EunWoo me toma del brazo.

—SunTae, por favor.

No sé de donde logro sacar fuerzas para soltarme y mirarle directo a los ojos, lo que le digo a continuación lo hago desde lo más profundo de mi dolor.

—Me das asco. —el nudo retorciéndose en las paredes de mi garganta arde, me impide hablar como quisiera. Al menos le da a entender a EunWoo como me siento. SooYoung más atrás al borde de nuevas lágrimas solo nos mira, apartada, víctima— Ambos me dan asco. No quiero volver a tenerlos cerca.

Toco el botón del ascensor. Tarda demasiado.

—SunTae, basta.

Vuelve a jalarme del brazo para tenerme cerca de su cuerpo, cedo. Entonces recuerdo a JungKook. Vuelvo a soltarme, la piel de mi brazo está tomando un color rosáceo ante tanto forcejeo y lo más seguro es que mañana tendré varios moretones. Mis ojos van hacia SooYoung, está confundida cuando comienzo a reírme.

—Y yo pensando que estabas enamorada de JungKook, era solo un motivo para darle celos a EunWoo. —el rostro de ambos es un poema— Odias tanto a Jeon que comienzas a verte patético. Eres tan patético, EunWoo e infantil.

—¡BASTA! —me paralizo ante su grito. La punta de su nariz toca la mía. Respira agitado soltando el aire por la nariz mientras los dedos de su mano se clavan todavía más a la piel de mi brazo y cintura. Sus ojos bien abiertos están inyectados en sangre, con cansancio e ira. Susurra ronco— ¿Acaso crees qué él te va querer? ¿Qué te va aceptar tal cual eres? Te recuerdo lo que hiciste para que te respetarán. —niego. No las barbaridades que él hizo. Tampoco ofendí o acose a nadie. Solo, tal vez, fui indiferente—  Si yo no estuviera contigo no serías quien eres hoy, SunTae. Serías una paria de la cual se burlan por tener padres con trabajos no convencionales. —la maldad irradia en su negruzca mirada y glaciales palabras— No somos tan distintos mi amor, ambos buscamos un lugar donde puedan reconocer nuestro valor. No somos cualquiera, somos importantes y nos deben respetar como tal. —su mano sujeta mi mandíbula mientras nuestras frentes están unidas— La diferencia, es que yo sí se quien soy y a donde me dirijo, en cambio, ¿Tú?

Las puertas del ascensor se abren. Parece que no va a soltarme, pero antes de que se vuelvan a cerrar, mis manos abiertas apoyadas en su pecho lo empujan lejos de mi cuerpo y logro entrar. Marco el primer piso, las puertas se cierra, me encuentro sola y en segundos me desmorono en el piso llorando. Me siento sucia, las palabras de EunWoo se clavan violentas en mi mente. Toda mi vida fui una niña solitaria, la que recibía clases en su casa porque sus padres viajaban mucho y yo era apegada a ellos. No veía lo malo, era feliz dentro de mi mundo color de rosa. Hasta que la realidad y los niños de mi edad comenzaron a demostrarme la crueldad de sus esencias por ser distinta.

¿Entonces por qué alguien más me querría? ¿Por qué siquiera debería considerarme digna del amor sincero? Tal vez EunWoo tenga razón. Ya estoy cansada de todo. Ya no soporto mas.


•JungKook.

Estoy por lanzar el teléfono al suelo de la completa rabia. Jaehyun estaciona el auto frente a la academia de baile y ambos nos bajamos. Rosé está junto a JiMin, ambos con sus teléfonos demasiado concentrados y la preocupación reflejando en sus rostros. SunTae no aparece desde hace unas tres horas. Una fina llovizna cae sobre nosotros y me preocupa que ella esté solo con el uniforme blanco de mangas cortas sin otra tela que la pueda cubrir de la noche cada vez más fría.

—Ya buscamos por todos lados. —dice YuGyeom. Ellos también ayudaron. Yoongi fuma más alejado sin importar que a JiMin no le guste. Creo que esos detalles pasan a segundo plano cuando alguien importante nos necesita.

—¿Probaron llamarla a su teléfono? —pregunta Jaehyun. Abraza a la rubia y ella se deja, angustiada. La entiendo, yo me siento igual. Muy enojado también. Lo que hicieron EunWoo y Joy es el total descaro. No sé si reírme de la maldita ironía o hundirme en la furia que me carcome el estómago.

—Lo hemos hecho mil veces.

Dice JiMin, inquieto. A lo que Yoongi tranquilo agrega.

—No responderá. Todas nuestras llamadas van al buzón y lo más seguro es que ella esté en un limbo mental demasiado profundo y confuso como para contestar y decirnos dónde se encuentra.

Me siento impotente por no poder ayudarla.

—Busquemos una vez más —digo, obteniendo la atención de todos— Hay que separarnos y seguir un rato mas.

—Busan es grande, amigo. —me dice YuGyeom.

—No tanto como Seúl. —respondo.

—No si buscamos en los lugares que consideramos podría refugiarse. —sigue JiMin. Eso me da a entender que él está de acuerdo conmigo. Yoongi entonces se adelanta señalando a YuGyeom y Mingyu.

—Ustedes dos vendrán conmigo. —asienten, señala a Rosé y Jaehyun— Ustedes irán cerca de la universidad otra vez. JiMin y tú irán hacia la costa. Si alguno encuentra alguna pista avisa, no importa lo pequeño que sea. SunTae no puede estar sola demasiado tiempo.

Veo a hyung compartir una mirada cómplice con JiMin. Logro comprender que hay un mensaje entre medio de esas últimas palabras que solo ellos saben el significado. Lo cual me perturba un poco más. Sin embargo, SunTae no está sola. No la dejaré en estos momentos, así como en un pasado ella me defendió, ahora me toca a mí hacerlo. También protegerla.

Nos toma un par de minutos llegar a la costa en el auto de JiMin. Todo está silencioso y el viento en esta zona azota con un poco de más fuerza. Inútilmente trato de llamarla una vez más obteniendo la voz de la contestadora. Caminamos a través de la arena, la oscuridad de la madrugada no ayuda mucho pero aún así no perdemos las esperanzas. JiMin también la llama, piensa que tal vez, SunTae haya dejado su teléfono con sonido activado y se la pueda escuchar a la distancia.

Llegan mensajes donde ninguno encuentra nada. Yoongi menciona por segunda vez que deberíamos comunicarle a los padres de SunTae lo sucedido y tanto para mí como para JiMin no es una opción. Ambos enloquecerían si supieran que su única hija se encuentra perdida después de enterarse que su novio y mejor amiga se enrollaron. Estoy a punto de rendirme, por decirle a mi compañero que deberíamos volver ya que la llovizna se convirtió en una lluvia más densa. Entonces él señala un punto cerca del paredón de rocas. Por lo vacío que todo se encuentra podemos ver con claridad a una persona que camina a paso tortuoso.

Es ella, puedo reconocer el uniforme y su cabello negro con algunos mechones volando por la fuerte brisa. Corremos, JiMin grita su nombre pero ni aún así nos mira. A solo centímetros nos detenemos. Se abraza a si misma, temblorosa. Tiene la mirada perdida, sus ojos colorados e hinchados.

—SunTae.

—Quiero irme a casa, Mimi. ¿Podrías llevarme, por favor?

Él asiente, entre preocupado y aliviado. Yo igual. Contiene las lágrimas. Trago y me quito la sudadera para colocarle a ella. Está algo empapada, helada. Me atrevo acariciar sus brazos sin recibir alguna respuesta de su parte y cuando JiMin la acerca a su cuerpo para abrazarla llora de nuevo.


HE VUELTOOOOOOOO... (a la mitad de un trabajo que debo entregar hoy, pero quería actualizar)

Les dije que se venia el salseo... Ya más de una se la vio venir y si. El EunWoo y la Joy se enredaban. 😡
Malditos descarados. No sé preocupen, van a tener su merecido.

Y esto da paso al salseo salsoso entre el SunKook 🤭... Estoy ansiosa desde que empecé para que vean lo que se viene. Bueno, ya mucho texto.

Una última cosa: HAGAN STREAM A LOS TANNIES, A MI YOONGI BONITO. MANDEN MENSAJES BONITOS PARA LOS CHICOS EN WEVERSE. NO SE MERECEN NADA DE LOS PUTOS ENVIDIOSOS HATERS. VAMOS APOYARLOS Y DEMOSTRAR QUE CON ELLOS NADIE SE METE. 💜

Ya. Ahora sí. Les quiero muchito. Cuidense. Disfruten. Nos vemos en otro momento. Buena semana.

💜💜💜

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