
𝓗𝓸𝓶𝓫𝓻𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓹𝓵𝓲𝓬𝓪𝓭𝓸
Advertencia: Lenguaje vulgar, violencia.
Les recomiendo escuchar la rolita, yo lo hice mientras escribía este capítulo.
~20 de febrero~
~Hanma~
Después de reunirme con Kisaki no pude ir a verla, sentía más dolor que cuando me rompí una costilla. Fuí directo a un bar, pensaba que si fingía que no existía simplemente ya no la recordaría.
La ví por primera vez cuando casi le pasó por encima con la moto, la muy descarada se puso a mitad de la carretera como una puta suicida, era jodidamente estúpida.
La primera vez que hablamos de verdad fué porque Kisaki me ordeno a encargarme de unas perras de otra jodida pandilla, aún con todo y la lluvia estaba decidido a patearles el culo. Ella estaba ahí otra vez, con golpes y algunos rasguños obviamente también lloraba, parecía un conejo asustado, no era para menos pues esos cerdos trataron de violarla
Para mi se veía tan frágil, creí que al tocarla se rompería en mil pedazos, pero en su mirada había más ganas de vivir que las que algunas tuve. Durante el camino hablamos muy poco, me hice el tonto para saber si ella me había notado, y sentí una estúpida satisfacción cuando me dijo que si me recordaba.
Pasó tiempo para volver a verla, fuera de un maldito súper mercado, por primera vez me pareció irritante, tan preguntona y con esa expresión curiosa.
En la pelea de Moebius tenía la intención de mínimo divertirme, pero Mikey es un puto mounstro, la perra ni siquiera perdió el aliento. Cuando todo terminó se suponía que vería a Kisaki, y el muy hijo de puta me dejó plantado porque estaba lloviendo, con toda esa frustración solo pude ir a un sitio, la casa de esa mocosa que extrañamente me dejo pasar y así pude confirmar que era una total idiota por dejar pasar a desconocidos a su casa, pero ponerla nerviosa me gustaba.
La primera noche que dormí en su casa no fué por elección, llegué realmente jodido, todo por ese maldito fanático, el líder de los Black Dragon. Me gustaría recordar más de lo que pasó esa noche, solo tengo algunos recuerdos borrosos de sus manos limpiando mis heridas, algunas palabras sin sentido y un puto dolor de cabeza que a la mañana siguiente olvide por completo, debo admitir que tenía su lado divertido.
En mi cumpleaños tenía la esperanza de verla asustada, pero me dió de cenar y me felicitó, nadie lo hacía al menos hace dos años. Siempre insistía en eso de ser amigos pero yo no tenía idea de cómo se conservan a las personas que te quieren.
Cuando la besé de verdad pude sentir toda clase de jodidas emociones, me sentí como un niño que consigue un nuevo juguete, tenía años que no sentía nada. Era obvio que le gustaba, pero nunca entendí por qué.
Durmiendo con ella pude descansar, gocé de la comida, de ir a verla, recostarme en sus piernas y respirar su perfume. Ella me hizo amar la vida.
Mi teléfono seguía sonando, no era capaz de verlo sabía que eran de ella. Desde que el maldito enano se atrevió a meterla como rehén ya no sabía que hacer, estaba bien si era un poco egoísta porque quiero verla, pero ¿Tengo permiso de quedarme con ella?.
No, la respuesta era sencilla, porque se lo que merece, y yo solo deseaba valer la pena, ser suficiente para ella, la peor parte es que ella piensa que lo soy.
Mataría a el maldito Kurokawa yo mismo si con eso podría arreglar las cosas, pero el tiene razón en algo; es desagradable que yo esté con ella.
—Todo esto te lo ganas por idiota— susurré tan bajo que solo yo pude escucharme.
~•~
~21 de febrero~
~1:15 am~
Hanma revisó su teléfono una última vez, en total había 50 mensajes, y unas 18 llamadas, de ser otra persona simplemente lo hubiera buscado para golpearlo, pero no podía hacer eso con Saori.
Tomó su chaqueta y pagó lo que había consumido, toda una botella de vodka esa era la única ventaja de Tenjiku, le pagaban por hacer cosas malas.
—Debo acabar con esto— salió de aquel establecimiento, un poco tambaleante pero con una determinación increíble.
Pensó unos minutos que debía hacer, en primer lugar estaba alcoholizado para que fuera más fácil dejarla, pero sabía que al verla olvidaría todo su elaborado plan y terminaría abrazándola. Tuvo la peor de las ideas, estar distraído y enojado es algo que conseguía fácilmente después de una paliza.
Volvió a el bar y golpeó a un tipo al azar, todos en su mesa se pusieron de pie, en total eran 3 sujetos, ninguno más alto que Hanma. Lo sacaron para comenzar a golpearlo, por su parte el ojiambar no se defendió, recibió cada golpe sin soltar una queja.
—Ya es suficiente— el dueño del bar salió para que no terminarán llamando a la policía.
Los tipos lo dejaron ahí tumbado en el suelo, con la boca sangrando, un ojo morado y el pómulo abierto, se quedó unos minutos en el suelo.
—¿Estas bien?— el hombre se inclinó para confirmar si estaba vivo.
—No por mucho— abrió los ojos encontrándose con un cielo sin estrellas, sin esperar más se puso de pie y comenzó su camino.
.
.
.
~2:40 am~
Tardo más de lo pensado, no reconocía si era por el alcohol, o los golpes, pero aún así se plantó en su ventana para comenzar a tocarla, si Saori hubiera tardado un poco más talvez hubiera terminado rota.
—Dios, Hanma ¿Qué pasó?— Para Shuji al escucharla el mundo se esfumó. No dijo nada y solo mostró esa sonrisa que Saori jamás supo que significaba—. Vamos a un hospital— tomó su cara con cuidado.
El ojiambar negó al mismo tiempo que retiraba sus pequeñas manos, y paso directo a su sala—. Eres tan terco— fué detrás del muchacho —Al menos deja que te revise.
Hanma no dijo ni una palabra, solo mostró una mueca. La joven corrió a su baño por el botiquín, tantas veces que lo vió así y todavía no se acostumbraba.
—Te dolerá un poco— puso desinfectante en una gasa y la puso directo en la herida, pero el más alto no se inmutó—. ¿Quieres platicarlo?— Hanma ignoró su comentario.
La menor siguió con su labor en silencio, en el fondo estaba más tranquila, verlo golpeado era malo, pero era mejor que no verlo—. Ya termine— dijo colocando un curita sobre una pequeña herida en su barbilla.
Hanma recargo todo su peso en su espalda, hechando la cabeza hacia atrás, soltó un suspiro de cansancio.
—Fueron malos días ¿verdad?— Saori guardó todas las cosas de nuevo —Un conocido tuyo me busco en la escuela, supongo que fué porque desapareciste —Al no recibir respuesta trato de nuevo con otra cosa —Te prepararé un— una voz la interrumpió.
—Joder ya cierra la boca— El joven por primera vez habló.
Esto no hubiera sido sorpresa para la azabache, el todo el tiempo hablaba con groserías, pero el tono en que lo dijo fué más grave que coqueta—. Si no quiere entonces no— trataba de restarle importancia a su comentario.
—Mierda, de verdad nunca sabes cuándo parar— El joven se puso derecho para después mirar a otro lado.
—No tienes que ser tan grosero— la actitud con la que se expresó molesto a Saori.
—Tu no debes meterte en lo que no te importa— el ojiambar apretó los puños.
—Solo estoy siendo amable— de nuevo se vió interrumpida, pero esta vez por un grito.
—¡No lo seas!— giró la cara encontrando una expresión de angustia —Carajo, deja de ser tan entrometida.
—Lo siento si te moleste— Saori buscaba calmar las cosas.
—Si no conteste tus putas llamada es porque no quería escucharte.
—Entiendo— contestó como un susurro.
—Finges que te importo porque no tienes una maldita vida— estaba siendo un total idiota, tanto que quería golpearse el mismo. La menor solo se quedó en silencio, trataba de buscar una buena razón para la crueldad de Hanma—. Estas sola porque asfixias a todas las personas que te rodean, no tienes amigos, y tú familia te evita— paró en seco cuando vió lágrimas brotar de los ojos cafés que tanto temía le vieran como un mounstro.
—¿Tenías que decir todo eso?— las palabras salían temblorosas —Solo estaba preocupada porque pensé que algo malo te paso y tuve razón.
—Tú no entiendes— Hanma clavó la vista en la mesa, si la seguía mirando el también se quebraría.
La menor tomó aire —Si estas metido en algo peligroso podemos pedirle ayuda a Keiichi.
—No soy tu puto novio, no soy tu romance rebelde contra tu familia— pudo ver de reojo como la cara de Saori se ponía roja, en otra situación le hubiera parecido lindo.
—No tiene que ver si lo eres o no, solo quiero que estés bien— las palmas de Saori reposaron en sus piernas —Yo te cuidaré.
—¿Lo haces porque me quieres?— Shuji preguntó con falsa ironía —No puedes cuidar ni de ti— repitió las palabras que una vez fueron dirigidas para el.
Saori trataba de aguantar hasta que se disculpará, quería creer que lo haría porque aunque era un delincuente jamás le hablo así, pero no lo hizo.
—Deja de creer que por querer follar contigo seremos novios— El más alto sentía su garganta arder.
—¿Qué?— la cara de Saori lo descolocó, tenía la expresión más triste que jamás vio.
—Dios, eres patética si de verdad estás enamorada o esa mierda— suspiró.
—Si— sus ojos se abrieron al ver a la joven sonreír mientras las lágrimas bajaban por su rostro —Yo estoy enamorada de ti.
—Yo solo quiero tener sexo contigo— La voz de Hanma fue casi un susurro—. No hay otra razón para estar contigo si no es por lo que tienes entre las piernas— no termino de hablar por un golpe en su mejilla, Saori le dió una bofetada.
El la recibió con gusto, cualquier cosa que ella le diera esa noche era importante y preciado para el, pero si quería alejarla necesitaba usar un método más temerario.
—¿Te haces la inocente ahora? — sujetó sus manos con fuerza para dejarle claro su punto. Saori no respondió por unos segundos hasta que su mano estaba roja
—Sueltame— Saori se retorcía, pero era inútil pues Hanma era mucho más grande en comparación a su cuerpo —Por favor...
Shuji la soltó arrepentido de ser tan él, odiaba tocarla para lastimarla, quería ser alguien que la cuidará, pero la estaba alejando tanto como podía.
—Eres un idiota— Saori se puso de pie —No me importaría si me lo hubieras dicho desde un principio— jadeaba tratando de evitar sacar un quejido.
El más alto solo se quedó en silencio. Estaba siendo un cobarde.
—¿De verdad no soy nada más para ti?— La azabache soltaba pequeños gemidos ahogados.
Con gran esfuerzo Hanma nego haciendo un movimiento de cabeza. La más baja suspiro mientras limpiaba sus lágrimas, el ojiambar solo a puso de pie, pero antes de avanzar una mano sostuvo la suya.
—No tienes que irte ahora, es de madrugada —No hubo respuesta del contrario —Hanma Shuji, eres el hombre más complicado que conozco— sabía que no podía hacer más por el, soltó su mano con delicadeza.
La verdad es que el ojiambar necesitaba darle un abrazo, rodearla fuerte entre sus manos y no soltarla hasta que ambos fueran viejos, quería decirle que trataba de protegerla no solo de Izana, también de el, pero sería muy insensible de su parte hacerle eso.
Saori no pudo respirar hasta que salió de su casa, se derrumbó en el piso a penas lo perdió de vista. Las gotas saladas brotaban de sus ojos, y ella no hacía el intento por frenarlas, solo pudo abrazarse a si misma buscando un consuelo que no tendría.
—Soy una tonta— de repetía una y otra vez.
No era toda la culpa de Hanma que ella tuviera falsas esperanzas, pasaron así los minutos que se convirtieron en horas, hasta que el sol se asomo de forma inoportuna. No se dió cuenta de lo mucho que odiaba el silencio.
—Ay no, ya es lunes— Saori buscó su celular, le mando un mensaje a Hiromi.
No fué a la escuela.
Tenía los ojos hinchados, sus ojeras estaban más visibles, le dolía la cabeza y no podía dejar de pensar en lo que había pasado en la madrugada. Fué casi arrastrándose a su habitación, y se envolvió en las sábanas.
—¿También fuí una carga para ti?.
~•~
Después de salir de su casa Hanma se dirigió sin un rumbo fijo, era de madrugada y hacia frío, era el recordatorio de lo fría que era su rutina sin la adolescente. Cuando notó la presencia de un gato junto a él en un callejón de camino a casa pensó en lo feliz que estaría Saori, los muchos datos que le daría del felino, como lo cargaría y la sonrisa que le daría.
Siguió abatido hasta llegar a casa, no había nadie en el pequeño departamento (como siempre). Buscó algo con que distraerse, incluso pensó en drogarse pero sabía que eso solo lo dejaría más deprimido y optó por irse a dormir. Le dolían las piernas, la cara por los golpes recibidos y el pecho por la pesadez en el.
Arrastró los pies hasta su cama, y se tumbó ignorando que debía quitarse esa ropa. Quizás Saori lo reprendería por ser tan poco cuidadoso.
—¿Qué haré sin tí?— sacó su billetera dándole un vistazo a la foto de Saori, la presionó contra su pecho en busca de calor—. Soy una mierda, ni siquiera puedo cuidar de tus sentimientos. Y aún así me quieres...¿Cómo puedes quererme?
Una lágrima rebelde bajo por su sien.
—No puedo quejarme ahora, yo quise esto. Voy a extrañar estar contigo— se acomodó bajo las sábanas tratando de dormir, pero apenas cerraba los ojos se encontraba con los de Saori llorando.
—Esto debe ser el infierno.
Se nota que no se narrar desde la perspectiva de Hanma, ay no yo soy lágrimas con este capítulo.
Debo aclarar que Saori tiene miedo al abandono, constantemente busca aprobación de otras personas. Esto no sucede con Hanma porque si está enamorada, pero de igual forma siente la necesidad de cuidarlo. 😔
En otras cosas en el capítulo pasado Sayuri habla de su amor platónico durante el instituto, este si es Shinichiro, quien en esta historia repitió un año (es un año mayor que Keiichi) y si estuviera vivo tendría 25 años.
Gracias por leer y recuerden, el amor debe sentirse bonito.💗
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro