
𝓔𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 +18
Advertencia: Contenido sexual explícito.
No tengo experiencia escribiendo esto jajaja
(Solo aplica para el final alternativo).
~•~
La vida como una pareja que se acaba de mudar tiene muchos obstáculos, desde el cambio de hábitos, hasta la falta de privacidad, pero también una ventaja muy grande. Mucho sexo, pero con la mudanza era prácticamente imposible.
Saori, si bien en su adolescencia no fué muy hormonal, si disfrutaba del placer que ofrecía el coito. Le encantaba si lo hacía con Shuji.
Hanma por su lado seguía siendo igual que en su adolescencia, incluso podría asegurar que su libido incrementó cuando conoció a Saori. Desde la primera vez que la beso de verdad, hubo muchos actos pecaminosos que lograban culminar gracias a la imagen de la chica, pequeños toques que lo hacían derrumbarse y caer en mil pedazos.
En cuanto salieron de manera formal y la visitaba en la universidad se dió cuenta que le resultaba imposible contenerse, la muchacha le dedicaba las vistas más eróticas, cualquier cosa que ella hiciera lo terminaba emocionando, desde la ropa que usaba, hasta la manera en la que lo miraba.
Todo de ella lo volvía loco, y ahora al vivir juntos eso no cambio.
Estaban terminando de acomodar unas cosas en su nuevo departamento, era mucho mas espacioso y quedaba cerca del trabajo de Saori. Hanma fué el que se encargó de llevar todas las cajas, mientras la azabache acomodaba las pocas cosas que faltaban de la cocina.
El de ojos miel era la encarnación misma de la belleza y sensualidad, el sudor hizo que aquella playera blanca se terminará ceñida a su cuerpo, respirando pesadamente, con la voz ronca y esa expresión que siempre hace cuando está agotado.
Le dedicó una mirada a Saori quien estaba recargada en la mesa tomando agua, se acercó quitando el vaso de su mano para tomar de el. La cara de la menor reflejaba sus emociones, toda roja y más que nerviosa.
—¿Qué?— para ese momento Shuji ya suponía los pensamientos poco decentes de su novia —¿Te pone verme así?— sin dejar de hacer contacto visual posó las manos en la mesa, quedando en los costados de la chica.
—¿Cuántas cajas faltan?— Saori evitaba mirar el resto de su cuerpo.
—No me acuerdo, pero podríamos dejar eso un rato— se fué acercando al rostro carmín de Saori.
Cómo pudo antes de ser besada se escapó de su pareja, no porque no quisiera, pero siempre que se pone así es difícil que pare. Las rondas de sexo solían ser largas y cansadas, en especial para Saori.
Soltó un gruñido de frustración para seguir con sus deberes. El ambiente estaba tenso, y para ayudar más a la situación, el ojiambar se quitó la camisa, esto hizo que la muchacha tartamudeara en varias ocasiones.
Durante su labor aprovechó cada oportunidad para pegar su cuerpo al de la azabache, que contestaba con risas nerviosas y algunos quejidos. Dejó de hacerlo cuando esta le miro de mala manera.
Ya era un poco tarde, pasaban de las 7 pm, estaba claro, esa noche no tendrían acción.
—¿Ya saludaste a los vecinos?— La chica aprovechó que su pareja seguía sacando sus cosas "personales" para tomar una ducha.
—Que les den— tenía un cigarrillo apagado en los labios, planeaba encenderlo cuando alzo la cara encontrando a Saori usando una de sus camisas, no parecía llevar sostén.
El cigarrillo cayó de su boca.
—Lo lamento, todavía no acomodo mis pijamas— con cierta vergüenza escondió la cara entre las manos.
—¿Traes algo abajo?— la camisa era muy larga para el cuerpo de Saori, por esto no lograba ver si tenía alguna prenda en la parte inferior.
—Claro que si— alzo la misma dejando ver unos shorts negros que se apretaban en sus muslos. Hanma tragó seco al verla así.
—Será más tardado...
—Recuerda abrir la ventana si vas a fumar— se dió la vuelta para caminar a su habitación cuando unas grandes manos la apresaron.
—Quiero ver más— una voz grave salió de su garganta mientras acariciaba con suaves besos el cuello de la chica.
Su manos pasaban por debajo de sus pechos para acariciarlos levemente, escuchó un jadeo por parte de la más baja y un bulto se formó en sus pantalones con rapidez.
—Hanma— sentía como sus manos descendían por su abdomen para posarse por debajo de la camisa con intenciones de colarse a sus bragas.
—¿Si linda?— pudo cuestionar entre jadeos.
—Lavate las manos— eso descolocó al jóven, quien la miraba extrañado, parecía que lo rechazaba, se preguntaba si el vivir juntos tenía que ver en algo.
—¿Tu no quieres?— la soltó un poco haciendo que girara para verlo, de inmediato tomo su nuca para dejar un beso en su barbilla.
—Claro que quiero, pero están sucias— se separó mientras avanzaba a la habitación.
—Te espero— solo bastó eso para que el más alto corriera al baño a limpiar bien sus manos, especialmente los dedos, antes de ir al cuarto tomo la caja donde iban algunos condones y el lubricante.
—¿Ya estas lista?— al llegar la vió quitándose el short que llevaba —Tonta, yo quiero hacer eso.
—Ven, cariño— era extraño que ella actuará de esa manera, usualmente el tenía la iniciativa, posiblemente estaba igual de necesitada. De igual forma se encamino hacia ella dejando la caja en la cama, para comenzar a besarla.
Era increíble la rapidez con la que podía calentar el ambiente un simple beso, el siempre terminaba ebrio por sus labios, queriendo cada parte de su cálido cuerpo. La cargó posando sus manos en sus muslos, pero ella soltó un quejido sutil mientras mordía sus labios, entendió lo que trataba de explicar, así terminaron recostados en la cama. La muchacha notó la presencia de los preservativos y el líquido sobre las sabanas.
—¿Acomodaste eso y no la ropa?- Saori reía divertida mientras Hanma la miraba atentamente, su cuerpo recargado en la cama, apoyada en sus brazos para poder verlo mejor.
-No te burles, son mis prioridades- sin poder esperar más se puso sobre ella para comenzar a besarla otra vez, su lengua se deslizaba por la cavidad bucal de Nakajima, quien mantenía los ojos cerrados soltando leves suspiros entre sus labios.
Se separaba por poco tiempo para tomar aire, el pequeño hilo de saliva que los unía solo lograba prenderlo más. Sutilmente rozaba ambas intimidades ganando jadeos de la más baja. Por momentos apretaba suavemente sus pechos por encima de la camisa, y por otros bajaba su mano hasta sus bragas haciendo fricción sin llegar a mover la tela.
—¿Puedo?— preguntó separando sus labios de la menor.
—Continúa— poco a poco Saori comenzó a mover la cadera para motivarlos a seguir con sus caricias.
Su cara descendió hasta su cuello donde comenzó a succionar de forma lenta, paseando su lengua como si de una paleta de tratará, la chica temblaba ante su tacto, siempre fué débil ante el aura dominante de su novio.
El joven separó sus piernas con ayuda de sus rodillas, y posó una cerca de su intimidad, dejó aquel trabajo de roces para quitar sus pantalones, le apretaban tanto la entrepierna que comenzaba a doler.
Cuando logró hacerlo se puso de pie para moverlos por completo, la muchacha se incorporó quitando la camisa dejando ver sus senos, Hanma mordió su labio inferior al ver aquella escena, ni siquiera la había tocado pero sabía que solo con verla podría acabar.
—Es difícil aguantar cuando te ves así— la muchacha sonrió, mientras de su falo prácticamente palpitaba.
—Apurate— Su tono era bajo, a Hanma siempre le gustó la de voz de Saori, en especial cuando gemía.
—Hoy estás exigente, ¿debería castigarte?— Hanma se apoyó en la cama para comenzar a besar sus pies, y tobillos, dejó un caminito de besos hasta llegar a la entrepierna de Saori.
—Nena, abre más las piernas— de un tirón removió la ropa interior de la chica, la cabeza del ojiambar reposaba en medio de sus muslos dónde repartía besos y suaves mordidas, sus manos se apoyaban en las piernas de la contraria para tener más control.
—Estas muy mojada, necesito probar esto— de verdad amaba estar abajo brindando caricias con su lengua, saboreando todos los fluidos de su chica.
Besaba, y lamía su feminidad con tanta delicadeza, en el pasado ella le había explicado como le gustaba que la tocará, con el tiempo memorizó cada punto clave, pasaba su lengua de forma lenta en aquel punto dulce que la hacía gritar, deleitado por los sonidos tan lascivos que producía Saori.
Sonrió al sentir cómo la azabache tomaba su cabello, era una buena señal cuando lo apretaba levemente. Se separó un poco dejando el trabajo a medias —Dime ¿cómo se siente?.
—Se siente bien... por favor sigue— logró pronunciar entre suspiros cubriendo sus ojos.
Una forma de hacerlo perder la cordura era escucharla suplicar, no tenía por qué hacerlo, el era completamente suyo, así que verla así era dulce.
Volvió a su labor, con sus largos dedos se ayudo un poco para acariciar todas sus zonas sensibles, metiendolos de poco en poco a su cavidad, realmente le gustaba torturarla metiendo su lengua, intercalando movimientos con sus dedos índice y medio.
Permaneció así unos minutos hasta que sin previo aviso la muchacha jadeaba más alto tratando de formular una frase "Ya estoy cerca" y acabo en su cara, soltó un chillido de vergüenza al ver la boca del contrario llena de sus fluidos.
—Voy por pañuelos— trató de enderezarse pero la mano de Hanma la retuvo tumbandola contra el colchón sin llegar a ser brusco, con los ojos totalmente oscurecidos por el deseo.
Relamió sus labios disfrutando del sabor de los líquidos. Cuando acabó de limpiar sus labios se inclino sobre Saori —Yo quise decirte...
—No trates de escapar— Tomó sus mejillas para asegurarse de hacer contacto visual, después dejó besos en sus ojos llorosos —¿Sigues siendo tímida aunque ya lo hemos hecho antes?.
La muchacha totalmente apenada por la situación asintió, para Hanma era la criatura más bella, con sus labios levemente hinchados, sus ojos cristalinos, hecha un desastre gracias a él. Entregándose totalmente a el.
—Maldición, eres tan excitante— le dedico esa sonrisa boba para dejar más besos en su cuello y clavícula —Mi bebé necesita más atención— susurro haciendo que la piel de Saori se erizara.
Después de comentar eso se dirigió a sus pechos, dejando cortos besos y lamiendo por ratos sus areolas, le gustaba morderlos sin llegar a lastimarla. Se estiró tomando un preservativo para ponerlo en cuestión de segundos, la azabache sin perder el tiempo alcanzó el lubricante poniéndolo en las manos del contrario, ese día el haría todo el trabajo.
—¿Por qué tanta prisa?— Se carcajeo, Hanma era de eso chicos que hace bromas durante el sexo, no lo hacía por molestar.
Con el profiláctico colocado de manera segura vertió el líquido en su palma con la que acariciaba su falo dando un suave masaje en la punta, la muchacha al presenciar aquella imagen llevó sus dedos a su clítoris, haciendo pequeños círculos.
—Que vista tan erótica, pequeña pervertida— Saori ni se molestó en negar, dejó de acariciar su miembro observando como aumentaba la velocidad de sus movimientos.
Hanma al notar su desesperación decidió complacerla, alejó su mano para posicionarse en la entrada de su feminidad acercando su miembro para restregarlo por su humedad. Se inclinó para darle besos, algunos húmedos y otros más dulces, ambos igual de amorosos, e intensos.
—Eres tan hermosa, jodidamente bella— Susurraba sobre su piel, Saori correspondía cada caricia, estaba completamente cegada por el placer.
De manera lenta se adentro en su feminidad, haciendo que la más baja se pusiera tensa, recibirlo siempre sería una sorpresa. Escuchó un gemido ahogado, mientras trataba de no moverse.
—Tranquila, voy a ir lento— Murmuro contra su boca para posteriormente besarla, estaba hambriento de ella.
Hanma no quería dañarla, aún recordaba con vergüenza su primera vez juntos, toda la culpa que sintió cuando ella le dijo "Así no me gusta". Obviamente no dejaría que eso pasara de nuevo.
—Hanma...por favor— pedía entre sollozos incitandolo a que se moviera.
Comenzó con un vaivén hasta cierto punto delicado, Saori al estar más que agradecida con su pareja por ser tan atento comenzó a dejar besos en su cara, especialmente en sus mejillas mientras le susurra apodos cariñosos. El muchacho en respuesta comenzó a ir un poco mas profundo, amaba todos los halagos de su novia.
—Me tienes jodido, ¿Te gusta hacerme perder la puta cabeza?— logró decir entre jadeos y gemidos, sus manos se apoyaban en el colchón para tomar más impulso.
La joven se aferraba a su espalda, mientras el hundía la cara entre su cuello para dejar besos, mordidas, y soltar algunas obscenidades cerca de su oído que solo lograban excitarla más.
Sus embestidas eran profundas, siempre tratando de estimular su punto G, el ruido de las pieles chocando hacia que Hanma sonriera, estaba encantado con aquellos sonidos tan eróticos. Llevó una de sus manos hasta su botón del placer para dar su pequeño masaje, le costaba sostenerse en una mano, pero por ella haría cualquier cosa.
La joven reprimía sus gemidos, no sabía si sus vecinos serían capaces de escuchar, mientras que el hacía toda clase de ruidos, gruñidos, jadeos, y hasta maldiciones.
—No te contengas, quiero oírte— dejó besos en sus orejas, la muchacha siendo un manojo de nervios terminó por ser más ruidosa.
Saori cerca de tocar el cielo encajó las uñas en los hombros de su novio, cosa que a él no le disgustó, por el contrario lo motivo a seguir con el mismo ritmo, y la misma fuerza con la que llevaba rato arremetiendo.
—Te amo...Shuji— susurro entre jadeos y gemidos, logró poner más sensible a su pareja.
—Maldición, ya casi— sintió como las paredes de su chica a contraían dándole un placer indescriptible —Nena...— se vió interrumpido por un gemido ruidoso de la azabache.
Tenía los ojos cerrados, la cabeza inclinada hacia atrás y la boca levemente abierta, había alcanzando su segundo orgasmo.
Verla con esa expresión lo hizo acabar en segundos, se quedaron así un minuto más, mientras Shuji repartía besos por sus hombros. Salió de ella soltando un suspiro pesado, se deshizo del condon para volver a su lado, y besar desesperadamente a su amada.
—Mierda eso fué... tan sensual— dejaba un par de besos húmedos por sus mejillas, limpiando lágrimas producidas por la ola de placer.
La joven trataba de reponerse de lo sucedido, sus piernas y en general todo su cuerpo estaba tembloroso. El más alto dió unos cuantos mimos, para después ponerse de pie para ir por algo de agua, no tardó mucho y al regresar observó como la joven tomaba su camisa.
—¿Qué haces?— el ojiambar sonreía como solo lo hacía después del sexo —Aún falta mucho.
No era sorpresa que Hanma dejara de lado su pereza para seguir disfrutando del cuerpo femenino que lo hacía palpitar. Saori tembló al oir eso, le gustaba tener intimidad con el, pero de verdad estaba exhausta, y Shuji lo notó por lo que se carcajeo.
—Me duelen un poco— se quejó señalando sus muslos que ahora estaban rojos, haciendo que Hanma se asombrará un poco —Pero me gustó, siempre eres muy lindo, mi novio es muy considerado.
—Pontela— Susurró muy avergonzado por las palabras de Saori, lo hizo rápidamente para después ser jalada del tobillo al borde de la cama —Me encanta follarte cuando traes mi ropa puesta.
Una larga noche
Ay que pena jajajaja, es que no estoy acostumbrada a escribir esto (una disculpa si quedo feo). 😔
Por otro lado he leído muchos fics dónde le meten los dedos a la prota sin nada de higiene, ojo yo no juzgo, pero imaginen las infecciones que te pueden dar.
También siempre que tengan contacto sexual debe ser consentido por ambas partes, y mejor pregunten cómo les gusta que sean tocadxs y ustedes también comuniquen si algo les incómoda, o no les gusta.
El sexo puede ser una buena experiencia, sin necesidad de ser intenso, o rudo. Cada persona es distinta.
Traten sus cuerpo como lo que son, puro amor.❤️
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