
𝓔𝓹í𝓵𝓸𝓰𝓸
Advertencia: Spoilers del manga.
Se supone que lo publicaba mañana pero no me aguante jajajaja, lean la nota del final porfa.
~•~
Después del último examén, su amiga Delia, de procedencia brasileña arrastró a la mayoría de su grupo a un bar lo suficientemente seguro para pasar la noche bebiendo, Saori no se pudo negar cuando todo el grupo la miraba atentamente con ojos de cachorros.
—Te lo digo Saori, sin duda eres mi tipo— Tenko hablaba arrastrando las palabras debido al alcohol.
—Pensé que tú tipo era hombres— Delia soltó un manotazo para Tenko.
El pelirrojo era bisexual, pero parecía tener cierta preferencia con los chicos, de hecho salía con algunos, nunca nada formal, la mayoría lo sabía. Era cierto que Saori era su tipo de chica.
—Algo así, pero jamás le diré que no a una chica linda— volteó a ver a la extranjera —A ti si te digo que no.
—Ambos están hablando de más— Saori no tenía la confianza como para beber frente a sus compañeros.
—¿Sabes que me gusta de Saori?— Ahora Tenko discutía con Delia —Es la mujer más cariñosa de la tierra, pero solo si le importas.
Siguieron discutiendo un par de cosas, mientras Saori se hacía tonta con el mismo trago desde que empezó su celebración.
—Ya es un poco tarde, debería volver— Saori se puso de pie.
—Quedate un rato más, bebé— Nishimiya sostuvo su mano mirándola totalmente sonrojado.
—No puedo quedarme— quitó su mano con delicadeza —¿Tienes cómo volver?— El joven sonrió como bobo para después posar la cabeza en la mesa sin importar las bebidas que había encima.
—Pediré un taxi— Delia se sumó a la conversación.
—Yo lo llevo a su dormitorio, me queda más cerca— Saori lo movió tratando de hacer que reaccionará. Estuvo así un rato hasta que el automóvil llegó al local.
—Que lindos son tus ojos, grandes y lindos.
—Ya llegó, Tenko, vamos camina— el joven decía incoherencias, al final sus compañeros le ayudaron a llevarlo al carro.
—Por favor Tenko, ya deja de jugar— el varón llevaba rato tratando de peinarla pero de forma torpe.
—Yo debería cuidar de ti, lo siento mucho preciosa— dejó un beso en su mejilla provocando una risa por parte del chófer.
—Basta, estás siendo un tonto.
—Saori-chan, te amo de aquí hasta donde está Ebisu— la menor abrió los ojos con sorpresa.
—Lo extraño muchísimo— recargo su cabeza en el hombro de la menor —Dios, de verdad lo hago.
Se quedaron en silencio el resto del viaje, para cuando Tenko iba a contar más de su historia ya habían llegado a su edificio.
—Eres tan linda conmigo— reía con mucha dificultad.
—Ahora mismo quisiera patearte— confesó mientras veía las escaleras. Al terminar de subir buscó en sus pantalones las llaves.
—Cuidado con lo que tocas— el pelirrojo entonó de forma coqueta.
—No seas cerdo— cuando las encontró arrastró el muchacho hasta la entrada, cerró la puerta para después quitarle la chaqueta negra.
—¿Puedo besarte?— su pregunta descolocó a Saori.
—No, apestas a alcohol— alzo los hombros restándole importancia. Esperando que lo olvidará.
—¿Mañana puedo?—- sus orbes verdes brillaban, Saori se rió nerviosamente para evitar contestar, Tenko era muy atractivo.
—¿Por qué me rechazas?— de forma torpe se quitó la camisa para después dejarse caer sentado en la cama.
—No puedo— Saori termino sentándose a su lado —Ahora no, estás ebrio.
—Tu tampoco logras olvidarlo ¿verdad?— soltó con una sonrisa burlona mientras se ponía cerca de sus labios.
—No solo es eso— le dió unas palmaditas en el hombro, haciendo que riera frustrado. El pelirrojo le dió un besito en la nariz.
—Ahora duerme— se puso de pie lista para irse.
—Quiero saber más— como un niño tiro de su mano.
—¿De Hanma?— Saori rodó los ojos, Tenko podía ser demasiado molesto cuando terminaba ebrio.
—Claro— dejo un besito en la palma de Saori para después acercarla a su cara.
—¿Quieres que me quedé?— La azabache arqueó las cejas con ternura, el pelirrojo asintió torpemente.
Saori lo puso de costado solo por si acaso, se acomodo para quedar frente a el. Verlo era tranquilizante, el era un chico tan lindo el cual no dudaría en dejar todo para seguirla. Durante toda su carrera el siempre estuvo para ella, apoyándola y dándole ánimos cuando estaba deprimida.
—Te amo, Saori— el muchacho dijo con dificultad por el alcohol y el sueño —Sé que no debo olvidarlo, pero aún así, te amo.
Nunca espero que su relación se transformará en eso, pero estaba lista para comenzar otra vez, con los labios temblorosos y los ojos llorosos termino por ceder.
—Yo también.
~•~
~06 de junio 2018~
~6:40 AM~
—Hiromi, ya te dije que iremos— Una joven de 29 años hablaba mientras buscaba sus zapatos, colgó dejando su celular sobre su tocador —Tenko, necesito que estés libre para el siguiente domingo.
—Como órdenes, reina— el joven se recargó en el marco de la puerta, viendo cómo la más baja se vestía de forma torpe.
Saori soltó una risita —Mierda, ya es muy tarde— Salió dandole un besito a su pareja quien la retuvo posando sus manos en su cintura.
—Tu también llegarás tarde— el contrario recargo su cabeza en el arco de su cuello —Me haces cosquillas, Tenko.
—Hoy salgo temprano, te voy a recoger— se alejó de ella dejando un corto beso en sus labios.
—Entonces nos vemos a las siete— bajó para tomar una manzana del frutero, al final salió de casa gritando un "Te quiero".
La muchacha corría para llegar al metro, el coche lo usaba Tenko pues su trabajo quedaba más lejos y solía llegar más tarde.
Bajo del vagón para después salir de la estación.
Tenía una clínica veterinaria cerca de Shibuya, usualmente dos pasantes trabajaban para ella, pero la chica tuvo problemas personales así que ella tenía sus vacaciones, y el muchacho más grande pescó un resfriado que lo tenía en cama.
Durante el día solo atendió a unos cuantos pacientes, entre ellos a un pequeño gato que pertenecia a los chicos que tenían una tienda de mascotas. A Saori le agradaba mucho Kazutora, siempre fué amable y hasta le ayudaba a cargar cosas pesadas cuando la visitaba.
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Su jornada acabo con Tenko ayudándole a cerrar su clínica, el también estaba cansado, su trabajo estaba en el zoológico de Ueno, el era el encargado de los pocos animales que habitaban el parque, pero poco le importaba esforzarse un poco más por su mejor amiga.
Al llegar a casa prepararon la cena. Tenko seguía con su personalidad dulce, siempre muy atento con Saori, ella por su parte seguía siendo algo reservada, pero para el más alto era la persona más tierna.
—Mañana iré temprano al cementerio— comento el pelirrojo terminando de acomodar los platos —¿Quieres acompañarme?.
—Claro— la chica dejó de lado lo que estaba secando para darle un abrazo por la espalda.
—Será un sábado apurado ¿verdad?— pudo sentir como la mas baja movía la cabeza a modo de afirmación.
—Aburrido.
—Bueno bonita, vamos a dormir— el ojiverde se dió la vuelta para rodear en sus brazos a la azabache.
—Gracias por todo lo que haces, Tenko— hundida en su pecho podía sentirse protegida.
—Te quiero— su barbilla reposaba en su cabeza —Haría cualquier cosa por ti.
Se quedaron en silencio disfrutando del calor ajeno. Nunca se arrepentiría por conocer al pelirrojo, no solo era su pareja, era su confidente. Su relación era linda, ninguno quería casarse aún, pero ya vivian juntos.
Ambos sabían que su amor era más de amigos, como con el que te quedas por porque te hace sentir amado, al que escoges pues de algún modo te hace bien. No es el que quieres querer, al que te desvela suspirando y te hace sentir emoción. Ellos lo tuvieron antes, y ahora buscaban a alguien que les trajera paz.
Claro que estaba bien, pero siempre pensó que le faltaba algo, más bien alguien.
¿Era plenitud, o solo comodidad?
El dios de la muerte, y el Payaso
~06 de junio~
~11:30 pm~
Los días de Shuji eran extraños, se movía de noche, manejaba buscando respuestas a preguntas que jamás tenía claras, talvez solo buscaba distraer su mente. Después de muchas largas decidido responder a la duda que su compañero de crímenes le hizo tiempo atrás.
Hanma llegó a el lugar donde descansaba Kisaki, puso una cerveza en su tumba mientras fumaba, no era la primera vez que lo visitaba, pero posiblemente sería la última.
—Bueno, como lo prometí hoy te contaré de aquello— dió una calada más para después sacar el humo y comenzar su relato.
—El dios de la muerte estaba tan aburrido, su naturaleza cruel lo alejo de todo ser vivo, el solo traía dolor y desastre.
Un día un payaso le pidió un deseo, quería ser el rey, para el dios esto era algo tonto, el siempre sería un payaso, incluso con una corona eso no cambiaría, pero acepto de todas formas convirtiéndose así en su peón para ponerlo en la cima del mundo.
Tocó encargarse de una orden de su nuevo amo, una misión simple donde encontró un rayo de luz, asustadizo y pequeño. El dios de la muerte quedó enternecido, sabía que no podía tenerlo, pero él era tan egoísta que decidió conservarlo hasta que le amo con devoción, con miedo el miedo constante de perder a su preciada luz.
Por está razón se sentía tan agradecido con el payaso, el le regaló la oportunidad de amar la vida, y lo seguiría hasta la muerte.
Al final se dió cuenta que aunque era feliz, ese pequeño rayo de luz jamás podría quedarse con el, así que lo dejo libre para el volver a vivir en soledad, y oscuridad, termino siguiendo al payaso hasta el fin de sus días y ahora aquí estamos.
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Fin.
El final fue lo que tenía claro desde antes de si quiera escribir la historia, lo he tenido que dividir en varias partes pues este abarca desde el capítulo "rumores"
Mañana subo el final alternativo que surgió conforme avanzo la historia.
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