
𝓒𝓾𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓷𝓸 𝓮𝓼𝓽á𝓼
Advertencia: Ninguna
~•~
19 de febrero
Saori estuvo esperando todo el sábado una llamada, o al menos una señal de vida, pero no fué así, en total ya le había mandado 10 mensaje y unas 7 llamadas.
No sabía cómo más encontrarlo, era normal que se tardará en contestar un mensaje, pero parecía que ni siquiera los veía. Era válido preocuparse por un pandillero.
~Solo espero que esté bien~
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando tocaron a la puerta.
—Sayuri, ¿qué haces aquí?— su cuñada llegó a verla sin avisar.
—Hola— le dió un beso en la mejilla para después ingresar a la vivienda.
—¿Quieres comer algo?— sin duda su visita fué en el peor momento.
—Tu hermano me dijo que debía venir.
—¿Puedo preguntar por qué?— la mayor soltó un suspiro —Pude ir a tu casa, estas embarazada.
—En realidad no fue tu hermano— rodó los ojos mientras acariciaba su vientre —Pensé que sería lindo pasar un rato de chicas, pero si quieres puedo irme— Miró directo a su cara, tenía una expresión triste.
—No es eso— la azabache puso su mano sobre el hombro de la adulta.
—No te ves nada feliz.
—Es que mi amigo no ha contestado mis mensajes— tomó asiento frente a Sayuri.
—No debe ser nada malo— su cuñada trataba de consolarla —Seguro que necesita su espacio.
—¿Yo lo abrumo?.
—No se trata solo de ti— contestó con obviedad —Algunas veces necesitan su tiempo.
No le molestaría que se alejará porque estuviera incómodo, o enojado, eso lo entendía, pero lo que a Saori le preocupaba era que otra vez terminará herido.
—Necesitas distraerte— Sayuri alzo su cara apretando sus mejillas —Ven, iremos al cine— se puso de pie para caminar hasta la entrada.
—Pero el bebé— el corazón de Saori se saldría si la esposa de su hermano seguía caminando como si nada.
—El bebé está bien— tiró de su manga —¿Me harás cargarte hasta el cine.
Al llegar ni siquiera presto atención a la película, pero estaba conmovida por el gesto de Sayuri, al salir la mayor la invitó por un café.
Cuando era más joven y aún salía con Keiichi ambas solían pasar más tiempo juntas. Aún recuerda la sorpresa de ver a una chica en su casa y aún más cuando su hermano le dijo que salían juntos, no podía imaginar cómo fué que sus hermano estaba con alguien tan bonita.
—¿Cómo conociste a Keiichi?— le preguntó llena de ilusión.
—¿Nunca te lo contó?— la más joven negó —Bueno, cuando estábamos en el colegio a mí me interesaba alguien que iba en su salón.
—Con razón no me contó— una pequeña risa salió de su boca.
—Bueno, en mi defensa su compañero era un chico muy rebelde, siempre faltaba a clases y hasta tenía una pandilla— Saori miraba atentamente a su cuñada en busca de más detalles.
—Pero el no era popular entre las chicas, creo que hasta le rechazaron unas cuantas veces, pero después dejo la escuela— levantó los hombros restándole importancia.
—¿Y Keiichi?.
—El pensaba que estaba triste por ese chico, así que trataba de consolarme, la verdad es que no estaba triste, solo fué un amor platónico— tocó su barriga con mucho cuidado.
—Me enamore de tu hermano apenas lo ví— Sayuri mordió su labio —El aún me hace sentir como si fuera verano, incluso si llueve.
—Eso es muy hermoso.
—Y sin notarlo me acompañaba a casa, con el tiempo hasta almorzaba conmigo— hizo un ademán con las manos —Sin darme cuenta termine llendo a su casa para conocer a su familia, el tiempo paso volando.
—Me alegra que su hijo tenga padres tan comprometidos.
—¿Cómo conociste a tu amigo?— la mayor le miró divertida.
—Bueno, el me ayudó, y después no sé, le tome cariño— una sonrisa tímida se asomo en los labios de Saori.
—Debe ser un chico lindo.
—En realidad tiene una personalidad difícil— respondió con un brillo en los ojos.
Sin duda cada historia de amor es distinta
~•~
20 de febrero
Lo primero que hizo Saori fué marcar el número Shuji, de nuevo la mando a buzón de voz, aunque Sayuri le aconsejo darle su tiempo no era como si lo estuviera acechando, solo quería saber si estaba vivo.
—¿Debería ir con su amigo?— la azabache de inmediato se cambió la pijama por una camisa blanca acompañada de un overol y zapatos deportivos negros.
Saori desayunó rápido para después tomar una bolsa para cargar su celular, un poco de dinero por cualquier cosa y su abrigo. Salió de casa encontrándose con sus vecinos, solo les dió los buenos días evitando un interrogatorio.
Caminó por unos 15 minutos hasta que llegó cerca de la casa de Aki, recordaba que vió a Hanma unas veces salir de esa casa. Se acercó a tocar la puerta.
—¿Quién eres?— Kisaki por supuesto que lo sabía, era la muchacha de la foto que cargaba el ojiambar.
—Buenas tardes— La joven hizo una reverencia —¿Tú eres Kisaki?.
—¿Qué es lo que buscas?— su tono era irritante hasta para Saori.
—Verás, Hanma no me contesta desde hace unos días, y quiero saber si está bien— el nerviosismo casi hacia que se trabara con algunas palabras.
—No lo conozco— el de gafas le dió un último vistazo antes de cerrar su puerta.
—Espera— la joven puso el pie evitando que la cerrará por completo, el dolor se hizo presente haciéndola saca un chillido agudo.
—¿Qué mierda?— abrió para dejar de lastimar su pie —Estas loca.
—Tu lo conoces, el es tu amigo— ahora Saori estaba enojada, podía ser grosero con ella pero negar a Hanma era otra cosa.
—Vete de mi casa— suspiró tocando su sien.
—Solo necesito saber si está bien— el tono en que Saori habló parecía más bien un grito.
—No se de quién estás hablando— se encogió de hombros —Pero si no te vas, llamaré a la policía.
De un portazo cerró la puerta sin importarle lo cerca que Saori estaba. La azabache siguió tocando, pero la puerta no se abrió de nuevo.
Se quedo ahí plantada unos minutos, incluso Kisaki miraba desde su ventana para asegurarse que se fuera, pero Saori se quedó un buen rato, su rostro solo mostraba frustración que comenzaba a desbordarse por sus ojos, secaba sus lágrimas sin ningún cuidado.
Al final se dió por vencida, camino a casa con una mala impresión del supuesto amigo que tanto buscaba Hanma, simplemente le parecía un idiota.
—Maldito niño— al llegar a casa volvió a dejar unos cuantos mensajes para Hanma.
Debo dar pena ahora mismo.
~•~
En cuanto la menor desapareció de su casa Kisaki de inmediato llamo a Hanma.
—Tu noviecita estuvo en mi puta casa.
Solo basto escuchar eso para que Shuji fuera de inmediato, esperaba que Saori no estuviera en problemas otra vez, al llegar no la vió, pero recibió un regaño por parte del rubio.
—Ella vino a buscarte aquí— su voz era tan alta que probablemente sus vecinos lo escuchaban.
—¿Qué te dijo?— Hanma estaba casi susurrando.
—Que no le contestas las putas llamas— el menor estaba irritado pero no era por la presencia de Saori, el tenía sus propios problemas como para cargar con los de Hanma.
—Mierda— rascó su nuca debido al estrés —¿Qué se supone que haré?.
—Maldición— Kisaki estaba harto de escuchar sus quejas, pero le tenía cierto aprecio —¿Qué estás dispuesto a hacer por ella?.
—Todo— se terminó sentando en el comedor de Kisaki.
—¿Hasta dejar todo lo que eres?— El rubio tomo una soda del refrigerador.
—No debe ser difícil— encogió los hombros restándole importancia.
—Solo dile que no vuelva a mi casa— luego de su pequeña plática también conversaron sobre la pelea y cual sería su papel.
Al dar la noche Hanma tuvo que irse, dudaba en ir a verla, tenía una nueva sensación producto del miedo de que terminara lastimada, y el cariño que sentía por ella, era como un masoquista.
El odiaba sentirse así
En otras cosas quería agradecerles, ya son 5 mil vistas, no pensé que les gustará la historia.❤️
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