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Santazai

Advertencias: Sexo sin penetración, consentimiento no verbal.

Dedicado a una amiga preciosa que conocí gracias a Wattpad (lo único que hizo bien la aplicación). Te quiero mucho, bestie. JustSimp14

~•~

No llores, muñeco de nieve, no derrames ni una lágrima
¿Quién escuchará mis secretos si no tienes orejas, mi amor?
–Snowman, Sia.

Dazai se viste de santa para hacerle un regalo a Chuuya. Se disfraza de Santa Claus y visita a Chuuya quedando atrapado en su chimenea.

El traje ajustado de cuero rojo y plumas blancas de ganso le quedaba perfectamente, y amoldaba muy bien su figura. Era como un sueño húmedo verlo así de erótico, claro que no intentaba ser amable, fue el único disfraz que consiguió que no tenía falda y un top corto, que por más que quisiera usar, su itinerario no se lo permitía.

Su plan era sencillo, entrar por la chimenea, dejar un "regalo" y salir asegurándose de darle el espíritu navideño a su ex compañero.

—Será una buena navidad —dijo para sí mismo cargando la caja cubierta de recortes navideños. Llegó hasta la cabaña donde Chuuya solía pasar sus vacaciones en los límites de Yokohama—. Chuuya debería regresar del supermercado en veinte minutos, todavía tengo tiempo —observó la altura de la casa, y la angosta chimenea—. Usaré la puerta.

Ni siquiera intentó ser sutil al momento de forzar la cerradura, quería hacer notoria su presencia, porque de esa forma, Chuuya lo buscaría y le daría una "lección". La sola idea lo hizo suspirar de alegría, pero no, ese no era el momento de hacer cosas sucias en la almohada de Nakahara.

Dejó la caja bajo el árbol que adornaba la sala de estar, distinguiendo que ya había algunos ahí, aunque no prestó atención a la dedicatoria. Se tomó su tiempo admirando la propiedad del mafioso, era amplia y rústica, dos de las cosas que Dazai criticaba constantemente durante su estadía en la mafia.

Una foto sobre el marco de la chimenea lo cautivó, eran ellos dos cuando acabaron con toda una organización en solo una noche, lo sabía por la sangre que aún pintaba los labios de Chuuya debido a la corrupción. Dazai había encontrado una cámara Polaroid y siendo el descarado que era, tomó las mejillas magulladas de Nakahara plantando un beso en sus labios fruncidos. El momento fue tan especial que rápidamente tomó la foto antes de ser golpeado por el más bajo.

A un lado estaba el retrato de los ejecutivos, Chuuya se veía tan guapo, y soberbio, pero siempre fue así. El castaño escuchó pasos en la entrada, así que corrió en busca de la puerta trasera, pero no la había. Asustado por arruinar su sorpresa metió el torso en la chimenea, cuando la presión en sus costillas fue notable, trató de dar la vuelta quedando totalmente atorado, sus piernas lograron acomodarse dejando una posición incómoda. Prácticamente estaba sentado en el piso cubierto de carbón y leña, y sus brazos levantados atrapados dentro de los ladrillos.

—Pensé que no vendrías —habló nuevamente el propietario, a la par que quitaba su abrigo, sombrero y guantes para saludar a su amante—. Cuando te invité, dijiste que tenías trabajo.

Dazai rogaba que le diera un infarto antes de llegar a la sala, pero fué inútil, Chuuya soltó un gruñido de sorpresa—. H-hola babosa, te traje un regalo y estoy atorado.

El pelinaranja soltó un suspiro—. Ya me imaginaba que solo viniste a joder —de mala gana tomó la caja que el reconocía como extraña para arrancar el papel de duendes. Su mueca de disgusto se extendió cuando tocó la placa metálica “Chuuya" estaba escrito en ese collar de perro, al reverso "Propiedad de Dazai". La botó al sillón contiguo y pensó unos minutos en su venganza—. Sabes, yo también te compré un regalo —mencionó desinteresado—. ¿Quieres saber qué es?.

Osamu sonrió ligeramente—. Tengo curiosidad, pero prefiero salir antes de aquí, voy a morir.

—Eso es lo que siempre pides —contradijo el de ojos azules.

—Pero me dolerá —gimió el menor—. Vamos Chuuya, quiero aprovechar que pagué mucho para venir aquí y quiero pasarla bien contigo.

—Bien, tú ganas, pero no creas que será así de fácil. Te ayudaré a salir cuando haya terminado contigo —antes de que Dazai se quejará, Chuuya ya estaba rasgando la parte inferior de su traje.

—Chuuya —su lamento llegó demasiado tarde, Nakahara ya estaba acariciando su miembro expuesto.

—Mira esto, te gusta estar atrapado, creo que te excita la idea de que use tu cuerpo hasta que me cansé ¿No es así? — Él ya estaba de cuclillas masturbando a su ex compañero—. Aunque no veo tu rostro, sé que luces lindo con esta cosa —jaló un pedazo de látex que aún cubría su muslo—. Responde, o me detendré.

El suicida jadeaba, no solo por la presión que ahora se sentía mínima, ciertamente estaba enloquecido por su toque—. Sí me excita —murmuró esperando que los movimientos en su pene fueran más rápidos, pero solo obtuvo un masaje tortuoso en la punta—. ¡Quiero mi regalo!.

—Gritando como un mocoso no obtendrás nada —pero no fue tan cruel, hizo que Dazai terminará en su mano—. Ya, ya, te sacaré— terminó de ponerse erguido para lavarse las manos, al volver Dazai lo llamaba—. Harás que me sienta mal en navidad —Tiro de sus pies hasta que la alfombra antes blanca se manchó de gris—. Tengo ropa limpia en mi habitación, tal vez algo te quede.

Dazai todavía sostenía esa cara de cachorro regañado—. Ni siquiera me besaste cuando lo hacías— sacudió sus manos antes de cubrir sus partes inferiores—. Babosa tonta.

Chuuya lo ayudó a ponerse de pie y lo guió suavemente hasta su recamara—. No te besaré, tienes la cara cubierta de cenizas. Bañate, buscaré ropa — le dió una toalla y bata—. No tardes, hace frío —Dazai luchó hasta plantar un beso en sus labios, y Nakahara se lo regresó en la mejilla—. Pondré a calentar la cena.

No dijeron mucho, Chuuya pasó el resto de la velada besando su rostro, y cuello con delicadeza. Era una regla no escrita “Puedo ser tan rudo como quiera en el sexo, pero jamás lastimarte”. Una vez sintió que Dazai estaba siendo vulnerable, le dió la caja azul marino. Sonrió débilmente y dijo—. Feliz navidad.

El menor lo abrió bruscamente tratando de saciar su curiosidad, suspiró cuando encontró un anillo al fondo de la caja—. Ahora me siento un poco mal por darte un collar de perro…¿Te molesta que no demuestre mucho amor?

Chuuya alzó los brazos con dificultad porque Dazai lo abrazaba mientras tomaban té frente a la chimenea. Entonces recordó aquellas palabras que salvaron su vida “No me importa lo que seas, siempre serás mi compañero” quizás Dazai no lo decía textualmente, pero si lo demostraba llegado el momento—. Sé que nunca fuiste de muchas emociones, así que no me molesta.

El más alto se aferró con firmeza—. Que bueno, me daría asco tener que decirle a una pequeña babosa que la amo solo porque lo siento —recibió un golpe que lo mantuvo al límite—. Pedí mis vacaciones, tengo hasta el siguiente martes, y si quieres puedo quedarme contigo. Ya sabes, recibir año nuevo juntos —sus orejas rojas hicieron reír a Chuuya—. Lo tomaré como un sí.

—Quiero recibir año nuevo contigo, y no solo este, también los siguientes —señaló la sortija en la mano delgada de Dazai—. Eso es una promesa, no te puedes morir hasta que te lo quites, y no te dejaré hacerlo, Osamu.

El suicida se ruborizó intensamente solo por oír su nombre de pila, decidió dejar ese tema pues era demasiado extenso para tratarlo en una velada tan romántica—. Espero valer la pena.

—Claro que lo haces, sorprendentemente eres más de lo que merezco —confesó el mayor. Ambos disfrutaron del calor que el otro les proporcionaba abrazados como cuando eran adolescentes rebeldes necesitados de amor, con la diferencia de que los dos crecieron, al igual que sus sentimientos.

Primer one shot publicado por las épocas navideñas. Espero que te hayas divertido bestie, ojalá el siguiente año sea muy bueno.
Gracias por hacer mi año un poquito mejor con tus comentarios e historias.
-Honey

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