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Año 2017

Miro tranquilo y con una sonrisa como la persona delante suya se desangraba de apoco gracias a él. Orgulloso arremango su camisa sin importarle ensuciarla y tiro retiro los guantes, empujando la mesita con distintos instrumentos.

—Que asco Ran—exclamo su hermano al entrar al lugar.

Se rió bajito tratando de abrazarlo pero este le grito unas maldiciones diciendo que mancharía su traje, apartandolo con sus manos, teniendo cuidado de sus brazos.

—Dejen de bromear tontos—habló un hombre de cabello rosa y largas pestañas, acompañado otro de menor estatura—Ran, ¿conseguiste que hablará?

Ensanchó su sonrisa, haciendo una perezosa reverencia para su enorme jefe de cabello teñido—No hay de que preocuparse, Mikey, sólo es un jóven que trata de buscar venganza por su padre... Parece que lo matamos.

A nadie le dio pena ni remordimiento los sollozos del muchacho, ellos estaban acostumbrados de asesinar y que personas cercanos trataran de atacarlos, pero ese caso fue diferente ya que el jóven se las arreglo para conseguir información de su organización y apuntó de dársela a la policía.

Mikey que comía unos dulces asintió por lo que dijo, girando para irse, sin embargo se detuvo y alzó ligeramente la mirada.

—Espero que no te estés guardando secretos, Ran—comentó con un tono de voz firme y claro. Apenas término de decirlo se fue siendo seguido por Sanzu que soltó risitas en burla.

Había sido amenazado por Mikey y poco le importó; Rindou preocupado golpeo la espalda de sus hermano mayor.

—Si la encuentras no puedes traerla—le recordó cruelmente—Bañate, iremos a un bar, llamaré para que se encarguen del chico.

Rindou siempre lo traía de su magnífico sueño, sujetaba sus pies para que se quedará en la realidad y no en una frustrada que quería conseguir, era egoísta por querer encontrar a la chica apesar de que fue su culpa que se alejara y él terminara en donde se encontraba... Ni siquiera se veía capas de recordar su rostro, al menos no el adulto, sino el de una adolescente; quizá corto su cabello o se lo pinto, lo más seguro es que tuviera lejos de sus padres luego de lo que le hicieron, y siendo sinceros no la culpaba de desaparecer, todos la contaminaron, incluso él.

El agua fría de la regadera lo tranquiliza, tenía sus ojos fijos en el piso donde la sangre se iba de apoco, recordando lo poco que tenía en sus memorias de ella. Necesitaba pedirle disculpas por olvidarla y lastimarla.

¿Por qué tenía que haberla soñado hace una semana? Ya no podía sacarla de su cabeza desde entonces.

Se encontraba tan distraído y tratando de hayarla que Mikey se había dado cuenta, incluso su hermano le dijo que la dejara ir... Pero ya no podía hacerlo, al menos no una segunda vez.

Al salir del baño con la toalla en su cintura observo todo el inmenso cuarto que tenía para él, objetos modernos y cosas con un alto precio de lujo que muchos envidiarian tener y a Ran lo hacía sentir vacío y solitario, tanto espacio y sólo para una persona. Apesar de tener a Rindou y unos cuantos amigos de la organización se sentía solo.

Se vistió como siempre y salió de su edificio para encontrarse con su hermanito que le dio una sonrisa para tratar de animarlo.

—Encontré algo que te encantará, pero primero vamos a tomar—dijo lanzándole las llaves de su coche—Tú conduces.

Rió por lo flojo que podía ser Rindou aveces, pero no se negó a conducir siendo guiado por su hermano hasta llegar a uno de los tantos negocios que manejaban en el bajo mundo; se estacionó y levanto una ceja en dirección al contrario.

—Te va a dar una enfermedad un día de estos si sigues recurriendo a estos lugares—le advirtió. No le molestaba que estuviera seguido con mujeres, sin embargo quería que se cuidara.

Otra cosa a destacar es que Ran no podía estar agusto cien por ciento con las mujeres, se sentía incómodo y se terminaba yendo o tomando en solitario.

—Idiota—chasqueo la lengua retirando el cinturón de seguridad del carro para abrir la puerta y bajar una pierna—Entonces no querrás ver la información que encontré de Momo Yoshida... O como nosotros la conocimos, Momoka Takahashi—término de decir cerrando la puerta y caminar a la entrada del edificio.

Apretó el volante con fuerza, esta vez si le interesaba.

Se adentró fácilmente al edificio en busca de su hermano, lo vió pero con una chica de cabello negro largo e ondulado y un vestido escotado de la espalda y corto, congelado en su lugar se quedó mirando la silueta de la joven que le daba la espalda.

Cuando Rindou noto su mirada le señalo que se acercara; eso hizo.

Respiro profundamente hasta que la chica volteo a ver con con sus ojos grises, ella era....

—Bueno, Momo-san este es mi hermano mayor Ran—los presentó Rin seriamente, tomando el líquido de su copa, yéndose a uno de los sillones para sentarse.

—Un gusto—coqueta la fémina se inclinó levemente, analizandolo de piezas a cabeza minuciosamente, el color rojo de sus labios le regalaron una sonrisa.

—Igualmente linda—le regreso su típica sonrisa—Señorita, discúlpeme pero, ¿me daría unos minutos para hablar con mi hermano?

—Sin problema, lo veo en la habitación.

—Claro—respondió tranquilo, apenas se fue dejó de sonreír y se acercó a su hermano para quitarle la bebida y tomarla—¿En serio, Rin?

El menor rodo los ojos—No puedes negar que es lo más cercano a ella, te diste cuenta demaciado rápido.

¡Obvio que se dio cuenta!

Llamenlo loco pero el instinto de Ran le grito que no era ella, pudo haber cambiado de adultos pero algo dentro de él sabía que ella no era la mujer que una vez amo.

—¿Y si cambió? ¿Y si es una prostituta? ¿Y si esta en una relación estable o casada con hijos? ¿Quieres arruinar su vida o que termine muerta por tu culpa?—lo atacó con furia de preguntas—¿Se realista Ran, crees que ella lo dejaría todo por tí?

No respondió. Sin decir palabra salió del edificio oyendo los exclamos de su hermano tratando de disculparse, una vez afuera y un poco alejado saco un cigarrillo y lo prendio para relajarse. Al poco tiempo una persona se acomodo a su lado.

—Perdón.

—Esta bien, tienes razón. No puedo esperar que ella me reciba con un abrazo y sea un felices por siempre—exclamo con una risita desganada—Es sólo que... —sin saber que decir soltó un suspiro frustrado, masajeando su sien.

Rindou sin poder creer ver en esa situación a su hermano mayor, maldijo por lo que haría.

—¿Cómo te diste cuenta que no era ella? Me dijiste que apenas la recuerdas—le cuestionó curioso.

Le dió una calada a su cigarro y volteo su cara para ver a su hermanito que lo veía atento esperando su respuesta.

—No era la misma mirada vacía que me dió la última vez... y tenía un lunar cerca de su pecho—contestó recordando lo último en ese instante. Rindou lo miro como queriendo saber como sabía eso—Éramos jóvenes, okey.

Parpadeo varias veces al darse cuenta lo que dijo—Dios Ran, vaya dato que tenías bien guardado. Cuando me dijiste que no eras virgen desde los dieciocho no podía creerte.

Levanto sus hombros sin interés.

—Se supone que fue especial, hasta que lo arruine... ¿Rindou que diablos me paso?

Ver a su hermano tan deprimido era nuevo para el menor de los Haitani, se compareció y le extendió un sobre pegandolo a su pecho. Él debía saber la verdad y olvidar.

—No mentí cuando dije que encontré algo de ella... Esto es todo lo que tengo, te recomiendo que lo veas en casa para que puedas digerirlo por que es una locura—comentó quitándole el cigarrillo para tirarlo y pisarlo con la suela de su zapato para dirigirse al vehículo.

Tentando por abrir el pesado sobre lo abrió rompiendo un poco el papel por el pegamento, metió la mano sintiendo un teléfono de esos viejitos y papeles, pero no saco nada y fue con Rindou para ir a casa.

En todo el camino el aire se sintió pesado por parte del chico de cabello largo que nunca abrió su boca y sólo se quedó mirando la ciudad por la ventana, esa misma noche comenzo a llover; cuando llegaron a su edificio Rindou lo dejó para ir a otro lado sin dar tantas explicaciones.

Camino por la enorme cocina de su hogar y saco una botella de vino dirigiéndose a la terraza por algo de aire fresco y ver lo que le había dado su hermano.

Se sentó en una de las sillas y abrió la botella para vertirla en su copa de cristal, con cuidado saco primero el teléfono y al ver que no tenía batería lo conectó con uno de los cargadores que venía incluido y abrió las hojas dobladas.

Oh sorpresa.

No entendía nada.

Dibujos raros de la ciudad y otro de calles, todo bien detallado como está actualmente... Lo más extraño eran las fecha en la que estaban hechas.

2007-2008

No eran falsificaciones ni nada, las hojas estaban tan viejas que perdieron su color original y la tinta apenas se lograba ver.

Recordaba esos dibujos, los había visto antes, hace mucho tiempo atrás.

Justo en la esquina de la hoja estaba firmada por un nombre.

Momoka Takahashi.

Pero la última hoja le impacto más, era una carta dedicada para él Ran del 2017.

Escritas por una persona del pasado que jura decir que va a morir en ese mismo año.

Perdón por la tardanza, me di un auto descansó completamente de wattpad, pero ya término.

Se que están confundidas pero todo se irá acomodando, o eso espero lograr.


@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎🥀

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