07
El chico estaba sufriendo una convulsión, ahogándose con su podría sangre que salía de su boca, tratando de poder respirar sin lograrlo.
—¡Vamonos!—agarro de las manos a los Haitani para correr, tomaron la mochila de Momoka junto a sus libros y siguieron corriendo para no ser atrapados.
La policía había llegado pero no voltearon; saltaron un muro teniendo ayuda de Ran y pasaron por varias calles transitadas para perderse entre las personas, pero aún así no se detuvieron, sentían la adrenalina de ser atrapados recorriendo por sus cuerpos, los tres tomados de las manos mientras el de trenzas se ría sin razón como un desquiciado por los nervios.
Chocaron con la gente gritando disculpas.
Dejaron de correr deteniéndose en un callejón para recobrar el aire.
—Ahora somos los reyes de Roppongi—clamó Ran chocando su puño con el de su hermano.
Parecía que la única shockeada era la niña que los miraba sin poder creer que se reían por eso. Litera dejaron a un tipo moribundo muriéndose a su suerte en el parque, y todo por ella junto a sus ganas de "gobernar" el área de Roppongi.
Se sentó pegando su espalda contra la pared, sujetando su cabeza con sus manos asustada y apuntó de llorar.
Habían matado a un ser humano.
Le enseñaron desde su nacimiento lo que era la educación y distinguir lo que estaba bien como lo que estaba mal, lo que hicieron esta en contra de lo que le enseñaron. Su miedo era perder a sus únicos amigos y que terminarán en la cárcel por eso.
—¿Estas bien, Takahashi?—le preguntó Rindou al verla tan silenciosa en su posición, llamando la atención del mayor.
—No. No estoy bien—sollozo abrazándose a si misma temblando—Mis padres se van a enojar conmigo y ya no me van a permitir verlos... ¡Y no quiero que pase eso!—exclamó entre lágrimas.
Sus sentimientos estaban revueltos, no lograba identificar como sentirse con toda esa explosión interna que sufría tan intensamente por primera vez, la imagen del chico ensangrentado se repetía varias veces como algo que nunca podrá borrar de sus recuerdos.
Ambos hermanos se miraron. Ran se acercó y se puso delante de ella, pasando sus brazos para darle un cálido abrazo a la fémina—Tranquila Momo-chan~—le habló cariñosamente con una suave voz—Nadie va a separarnos... Siempre voy a cuidarte—dijo recibiendo un golpe en la cabeza por parte del otro rubio—Nosotros—corrigió rodando los ojos.
Quito las manos de la contraria para verla mejor, regalándole una sonrisita para acariciar sus mejillas retirando las lágrimas que escurrian; de igual manera la peli negra limpio las manchas de sangre de Ran por que le daba miedo verlo con ellas en su cara y sonriendole.
—¿Mejor?—ella asintió. Se quito su suéter y se lo colocó a Momoka, estaba refrescando y no quería que la linda chica se enfermara. La cargo decidido de llevarla hasta su casa en brazos.
—Dejen de ignorarme—gruño Rindo tomando la mochila para caminar junto a su hermano y amiga.
—Perdón Rin—murmuro sonrojada, ocultando su rostro en el mayor de los Haitani.
Cuando llegaron a su vecindario fueron directo al hogar de la Takahashi.
Aoi al verlos por la ventana salió corriendo para recibirlos muy preocupada de por que habían tardado tanto, pero al ver las heridas de su niña desesperada los llevó adentro para curarlos.
—¡¿Qué les paso?!—les cuestionó limpiando la sangre de los nudillos de Ran—¿Ustedes quieren que me de algo?
Tenía a los tres adolescentes sentados cada uno de una silla, la peli negra sostenía la bolsa de hielo en su muñeca disgustada, Rindou solo escuchaba aburrido y con mucha hambre.
—Salvamos a Momoka-chan, unos pandilleros la estaban molestando y nos metimos.... Talves golpeamos a uno de ellos hasta mandarlo al hospital—explicó el larguirucho por los tres, tomando la responsabilidad de lo que paso—Fue mi culpa.
—No es cierto Aoi, también tengo la culpa por no haber esperado a Ran cuando me dijiste que iría por mí.
—Técnicamente si fue tu culpa—alzó la voz él de lentes. Su hermano le dio una mala mirada—Y mía por seguir la pelea y no haber dialogado con los pandilleros que nos querían muertos—dijo con ironía.
La cansada mujer suspiro comprendiendo lo que más o menos sucedió.
—Deben tener hambre, les voy a recalentado la comida—solo comento eso para irse a la cocina.
Era la segunda vez que descuidada a la niña y salía herida, ya sabía lo que se esperaba cuando la madre de Momoka se enterara de lo que paso. Con eso en mente sirvió la comida en los platos y del refigerador saco el último pastel que preparó para ellos, los consentía tanto con postres que rogaba que no fuera el último.
—Aquí tienen—beso la cabeza de la niña para regresar a la cocina.
—Esta decepcionada de mí—susurro entristecida—No puedo verla a la cara ni siquiera.
La peli azul es como su segunda madre, le enseñaba a cocinar y otra cosas.
Ran no pudo decirle nada, tocaron la puerta de su casa y los tres voltearon preguntándose quien podría ser. Aoi abrió la puerta, delante de ella estaba un policía con un libro de su escuela en la mano y un abogado.
El tempestad de discusiones que llegaron después dejaron aturdida a Momoka, siendo declarada como primera sospechosa de homicidio de un joven que murió horas atrás en la ambulancia que no llegó a tiempo al hospital.
Rápido Aoi la protegió cerrando la puerta para que no escucharan pero imposible no hacerlo con sus gritos.
No era su tutora como poder hablar por ella, solo era una simple empleada por más que dijiera que Momoka era como su hija.
Había recibido una demanda por parte de los padres del fallecido, exigiendo que pagará por los daños y su entierro ya que ellos no tenían para hacerlo.
Querían llevársela pero siendo menor de edad debían ir los padres acompañados, pero no estaban por asuntos de trabajo, aun así se la iban a llevar a una comisaría para esperar a órdenes.
Uno de los oficiales le ofreció su mano para acompañarla, Aoi le decía que no diciendo que llamaría a sus padres y al abogado de la familia, sin embargo, tomó la mano del policía sin poner resistencia.
Si no iba ella se llevarían a sus amigos, y no confiaba en los padres para que los sacaran de la cárcel si es que así lo decidían, su relación habían empeorado y ella lo sabía por que siempre se lo contaban.
—¡Esperen! ¡No fue ella, fui yo!—grito desesperado Ran saliendo de la casa para pararse delante de los adultos—¡Yo lo mate! ¡Solo quería proteger a Momo-chan por que ellos la lastimaron!—declaró abrazando a la mencionada.
Antes había estado impactado de ver como se la llevaban, por lo que reaccionó para decir la verdad.
—¡Lo matamos a golpes y asfixiamos!—se unió Rindou.
Si su hermano caía él se iría con él, así de fuerte es su lealtad.
—Iremos los tres—exclamó la peli negra sin aceptar que ellos se fueran solos.
—¡Tú eres inocente!—vocifero Ran separándose para rregañarl—Yo siempre voy a protegerte.
Finalmente la policía se llevó a los Haitani, mientras Momoka era retenida por Aoi para que los dejara irse.
Gritaba sus nombres rogando que regresaran, siendo egoísta no quería que pagaran por su crimen.
La tormenta llegó después.
Por el momento sus amigos se habían ido.
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎🥀
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