05
Su primer día en una escuela no fue buena ni mala, simplemente no era lo que esperaba.
Los uniformes daban calor, las niñas la miraban y se le acercaban preguntando sobre ella, cosa que le incómodo y terminó por no hablar con nadie, sólo queria regresar a casa y haces tonterías con sus dos vecinos, ellos si sabían divertirse y hacerla sentir cómoda.
Al salir se encontró con Aoi y la persona que las llevaría a casa.
—¿Cómo le fue hoy señorita Momoka?—pregunto la peli azul tomando la mochila de la más pequeña para ayudarla y subir al auto—¿Hizo amigas?
—Me dio miedo y salí corriendo—respondió agachado la cabeza, no podía esperar a que esos dos años pasarán rápido para estar con Ran y Rindou.
—Ya veo... Las niñas aveces dan miedo, pero yo se que tú puedes. Mira te preparé algo para el camino—le dio un plato con una gelatina de café—No se te vaya a caer, tampoco le digas a tus padres.
Sonrió alegre y probó el postre encantada.
—Nueve punto siete—exclamó haciendo que la mujer se sintiera orgullosa del puntaje más alto que le había dado hasta el momento—Aoi-san, ¿puedo guardarlo para dárselo a mis amigos?
—Claro que si. Por cierto, olvide decírtelo pero tu madre volvió a viajar a Tokio para ver a tú abuela enferma, y tú padre esta trabajando, pero te dejó su tarjeta por si quieres salir a un lado con los Haitani—explicó sacando una tarjeta negra—Nosotros estaremos al pendientes de ustedes así que le puedes decir a sus padres, si no están puedo mandarle un mensaje a su madre.
Que sus padres no estuvieran significaba que les dejaba sus tarjetas, podía comprar muchas cosas que le gustaba.
Una vez llegaron a casa no espero en salir disparada del carro para cambiarse de ropa e ir con los Haitani, sin antes tomar su mochila con forma de ranita y sombrero; tocó el timbre muchas veces hasta que le abrieron la puerta.
—¡Vamos al centro comercial!—soltó sacudiendo al de trenzas—Oh, por cierto, te traje de mi gelatina de café.
—Espera un segundo, acabamos de llegar—detuvo a la energética chica—Ni siquiera me e cambiado y tampoco te e pregunto cómo te fue en esa escuela de niñas de papi.
—Me fue terrible pero apurate que quiero salir con ustedes.
Tranquilo camino a su cuarto siendo seguido por la de menor estatura que entró al cuarto seguido.
—¡Rindou vamos al centro comercial!—grito.
El rubio pudo escuchar cómo su hermano echaba de su habitación a la peli negra por entrar de esa forma, pidiendo algo de privacidad; rió retirando la camisa de la escuela para buscar que ponerse, ahora fue su puerta la que se abrió de golpe por la misma chica pero no le exigió por tal cosa como otro.
—¿Te corrió?
—Si, pero ya se esta cambiando—desvío la mirada de la espalda de Ran apenada—Saben que me emociona salir... La sudadera de color melón se te ve bonita—sugerio apretando los labios.
Le hizo caso y se puso lo que dijo con unos pantalones limpio que encontró, al voltear avanzó en puntitas para no ser escuchado y abrazo por la espalda a la fémina, esta se tenso por el contacto.
—Momo-chan~ cuando seamos grandes se mi novia—dijo pegándose más a la chica, ocultando su cara en el cuello de la contraria—Te daré todos los postres que me pidas y te cuidare mucho.
La mencionada se sonrojo pero no contestó.
Antes Ran quería liberarse de ella, ahora era todo lo contrario, estaban pegados la mayor parte dek tiempo que se acostumbraron.
—Ya déjala, das pena—bramo Rindou pasando al cuarto para jalar del brazo a la peli negra—Yo te voy a proteger... Pero de mi hermano—agregó haciendo enojar al mayor.
—No, ella es mía—la jalo del otro brazo.
Ambos hermanos estaban enojados, tirando de los brazos de la chica que ya estaba acostumbrada de que pelearán a cada rato para después estar de inseparables como los hermanos que eran.
—Chicos... Se nos hace tarde.
Un diminuto descuido por parte de Rindou fue aprovechado por su hermano, cargando así a la chica a medias y salir corriendo.
—¡Te gané!—exclamó Ran bajando las escaleras, disminuyendo la velocidad para no caer en el proceso, detrás de ellos los seguía él de lentes soltando maldiciones a su persona.
Salieron de la casa donde los esperaba Aoi con el carro, no tardaron en subir con unas cuantas quejas para ver donde se sentarían, posteriormente llegaron al lugar que re correrían.
Las grandes tiendas vendían de todo tipo de cosas, querían ir al salón de videojuegos o al cine, pero primero fueron a comer por que no habían comido, trayendo otra discusión con los Haitani que no se decían por que comer.
—Entonces comeremos... —quizo saber la peli azul que tenía de la mano a la menor que miraba a sus amigos.
—¡Yo quiero Pizza!—habló el de trenzas pateando a Rindou.
—¡Pues yo quiero curry!—le devolvió la patada a su hermano.
—¡Ramen!
—¡Onigiris!
—¡Tempura!
Mientras decían tantas opciones no se dieron cuenta que estaban caminando al restaurante al que se estaba dirigiendo la chica junto a su cuidadora, tomaron asiento oyendo a los hermanos que estaban indecisos, finalmente pidieron por ellos de una vez hasta que llegó la comida.
—Soba—término de decir la Takahashi tomando los palillos para comer los fideos fríos en silenció.
Los dejó sorprendidos, dándose cuenta que ya les habían traído los platillos.
—¿Una carrera para ver quien come más rápido?—les pregunto con una sonrisa Ran—¿Listos? ¡Ya!
—¡Tramposo!—se quejaron los dos niños apurandose en comer para ganar.
—Dejen de jugar o se van a vomitar—los regaño Aoi. Momoka ya se había atragantado y la mayor preocupada por la niña golpeo su espalda para que pasará la comida, Ran también preocupado dejó de comer pasándole un vaso de agua, en cambio Rindou ya había ganado la competencia, pero salió corriendo al baño por una razón desconocida.
Justo como dijieron visitaron varias tiendas y el centro de videojuegos... Nadie lo había notado pero Ran cada rato veía los gestos y perfil de la chica, los ceños fruncidos por haber perdido tanto los de felicidad por haber ganado. Había desarrollado sentimientos y lo sabía, se encariño más de lo que debía... El problema era que no tenía idea de como manejarlos o controlarlos.
Agarro su mano llamando la atención de la fémina que se preguntaba que quería.
—¿De grandes puedes ser mi novia?—el tono de su voz no era juguetón y carismático como el de costumbre, en realidad era completamente serio.
Solo estaban ellos dos solos, Aoi y Rindou habían ido por más fichas.
—¿Esas haciéndome una broma?—desconfiada cuestionó. Ya conocía las bromas pesadas y de mal gusto de solía hacer a otros, pero esta vez él negó suavemente.
Lo estaba diciendo de verdad, no le estaba mintiendo o haciendo una broma. Abrió la boca queriendo decir algo pero la cerro sin saber que responderle.
—Esperare los años que sean para tener tu respuesta, así que no te presiones—le cubrió la boca con su mano, acercándose para besar su propio dorso, imaginando que eran sus labios.
Esa tarde nunca se borro de sus memorias.
Perdón por la tardanza, me ocupe con unos papeles de la escuela... Ya mero voy a iniciar clases.
Tenía pensando poner más escenas de niños, pero creo que lo voy a adelantar un poco.
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎🥀
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