Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03

Unos días habían pasado y su amistad con Ran fue de maravilla, en cambió Rindou no confiaba del todo en la niña luego de aquel suceso en su habitación.

Prácticamente no la dejaba entrar con el pretexto de que podría pintar algo más y arruinarlo, claramente su hermano mayor decía que exageraba pero no cedió.

Ahora se encontraban en el parque más cercano que fueron acompañados por Aoi.

De alguna manera él de trenzas se hizo más cercano y amistoso con la peli negra, justamente ahora la traía de la mano de un lado, y con la otra mano arrastraba a su hermano contra su voluntad para que permanecieran los tres juntos.

—Vamos—exclamo la niña marchando a los juegos—¡Están hirviendo!—soltó en un grito al darse cuenta de ese detalle.

—No deben estar tan calientes—bramo él de trenzas tocando el metal que pronto se aparto soltando un gritillo al quemarse—¡Si están calientes!

—Ella ya había dicho que estaban hirviendo, tonto—comentó Rindou empujando sus enormes lentes sobre su nariz—Hace calor, mejor vayamos al árbol.

Entre quejas del más pequeño terminaron debajo de un árbol, los Haitani escalaron y la Takahashi se quedó abajo sentada.

—¡Boo!—vocifero Ran que estaba colgado de cabeza en una rama con sus piernas.

—Ten cuidado o te vas a caer—comento preocupada la chica al verlo.

—No me voy a caer—rió golpeando la frente de la peli negra con sus dedos—Mejor sube, es divertido.

Insegura escaló el árbol sosteniéndose con fuerza, un poco más arriba estaba el de lentes que la miraba tratando de subir, ella al notarlo extendió su mano esperando que la ayudará pero este volteo para otro lado aún resentido por como se conocieron. Infló sus mejillas y siguió sola hasta abrazar el tronco, mirando que él de trenzas estaba sentado como si nada en una de las ramas.

—Fácil—soltó levantándose, caminando para llegar hasta ella y tomar su mano para que se soltara—Hay que sentarnos juntos, tranquila, vamos a ir los dos.

Caminaron sobre la rama tratando de hacer balance para no caerse, llegaron a una parte que Ran consideró estable y se sentaron con cuidado.

—Mira, una mariquita—mostro su dedo donde estaba el insecto—Que linda.

—¿Muerden?—pregunto el menor que estaba una rama más arriba de donde se encontraban.

—Si, hasta pueden arrancarte el dedo—respondió Ran tratando de asustar a su hermano—Ten cuidado Rindou.

La niña quedó con los ojos en blanco al escuchar lo que dijo 

—No es cierto, ¿como puede comerte un dedo una pequeña mariquita?—habló con obviedad dejando ir al animalito en una hoja—Son inofensivas y dicen que son de buena suerte.

Vieron como se fue volando.

Otro animalito llegó con Rindou revoloteando haciendo un ruido más intenso.

—Este es más grande—dijo tratando de atraparlo, cosa que no funcionó.

—¡Eso es un abeja!—grito la niña queriendo pararse para bajar del árbol.

Todo la desesperación de la fémina fue culpable de que terminará cayendo, trayendo consigo a Ran y él a su hermano que lo tomó del tobillo, por consecuencia que los dos niños aplastaran a Momoka y le rompieran el hueso.

Se encontraba en su habitación dibujando, sentada en la silla de ruedas.

El día anterior su hueso quedó quebrado en su totalidad por la caída y el peso de los hermanos Haitani. No fue su culpa pero recibió un pequeño regaño por su madre que tuvo que regresar a casa al enterarse, en cambio Aoi se llevó la peor parte, sólo pudo escuchar su conversación desde su cuarto.

Fue un alivió que no la despidieran, y eso era mucho, su madre tenía la tendencia de preocuparse tanto por ella que siempre buscaba las mejor mujeres para que cuidaran de su bienestar, por lo que solía despedir y contratar seguido.

Golpearon su ventana por lo que miro por donde provenía el sonido; ahí estaba Ran haciendo gestos graciosos y a su lado Rindou que se mantenía serio, pero luego bajaron sus cabezas y volvieron a subir simulando que entraban al agua, apretando sus narices con una mano y con el brazo haciendo ondas como si fuera buzos.

Ambos con venditas adhesivas en sus rostros. 

Se rió bajito y giro las ruedas de la silla para acercarse, abrió la ventana viendo que estaban arriba de un árbol para llegar al segundo piso.

No aprendieron de su primera caída.

—¿Qué hacen aquí?

—Venimos a darte compañia—respondió el de trenzas brincando para poder entrar a la habitación.

—Yo mejor entró por la puerta—aclaró su hermano bajando el árbol para tocar la puerta.

Él niño se paseo por el cuarto de la chica admirando todos los dibujos pegados en la pared, en su mayoría de atuendos más detallados a carbón.

—Momoka-chan, eres mucho mejor dibujando que pintando—artículo sincero.

—¿Gracias?

Observo como seguía investigando su habitación, oliendo sus perfumes y lanzando sus peluches de la cama para poder acostarse con más comodidad.

Al poco tiempo tocaron su puerta, dejando ver a su madre que dejó pasar a Rindou.

—Te viene a visitar... —se quedó quieta al ver al otro niño acostado en la cama de su hija que sólo la saludo con la mano, como si se hubiera quedando cargando regreso en si—Bueno, los dejó hablar... Ran, eres bienvenido siempre, pero por favor entra por la puerta—comentó cerrando la puerta para agregar desde afuera—¡Les van a traer algo para comer!

—La señora Takahashi es muy agradable.

—Por tu culpa nos ve como unos agresivos que le rompieron la pierna a su hija e invadimos su hogar—habló Rindou—Creo.

—A mi madre no le molesta que estén aquí, es más, esta feliz de saber que pude hacer amigos sin su ayuda.

—Corrección, tú y yo no somos amigos.

—No seas así Rindou, ya te dije que fue mi culpa.

—¿Por qué la defiendes? Estuvo involucrada igual—gruño dándole la espalda a los dos.

La peli negra pensó en como podría obtener el perdón de su vecino. Fue a su enorme ropero y abrió las puertas, agarró su bokken y se la extendió.

—Es mía pero te la regalo, se que no es tu bate de béisbol pero... —no continuo dejando la katana de madera en manos de Rindou.

Más que sorprendido aceptó el regalo mirándolo encantado.

—Que injusto Momo-chan~—exclamo Ran sentándose en las piernas de la peli negra, fingiendo lloriquiar—Yo también quiero una bokken de tu parte.

Se tensó al ver que talvez no fue un buena idea darle esa bokken. Por su cabeza pasaba que había herido los sentimientos de su primer amigo.

—Lastima, ahora es mía—balanceo la katana de madera como un samurái—Estas perdonada de por vida Momoka-chan.

—Es bueno saberlo—serena desvío su mirada queriendo evitar los penetrantes ojos violetas del mayor.

—¡Momo-chan no me ignores!—pidió otra vez utilizando ese diminutivo que dijo anteriormente.

—Les traje dangos chicos.

Aoi entró al cuarto justo en el momento indicado salvando a la peli negra que tenía en sus brazos al niño delgado de trenzas rogando por una bokken.

Gracias por leer y perdón de que sea corto.

@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎🥀

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro