Capitulo seis: Intercambio Pareja.

Mae se ríe seguramente de un chiste que Oliver le ha contado. El se le acerca, ella también lo hace. Se detienen un segundo, para observar los ojos de cada uno. ¡Poom! Acaban de darse un beso.

Un beso bastante largo.

Me veo como un perdedor en el amor, así me veo. Sentado a unos metros de la chica que me gusta, junto con mi rival en el campo de Quidditch. Que terrible situación.

Según los sabios consejos de mi padre, es conseguir a la chica. Pero desde que he tratado de emplearlo, me he dado cuenta que es más difícil de lo que parece.

¿Que me hace falta?

Probablemente soy horrendo. Mamá me engañó cuando dijo que era guapo.

Trato de desviar la mirada de la pareja, pero termino viéndolos de cualquier forma. Callendo en mi propia trampa.

Me sobresalto, al sentir una mano en mi hombro. Giró levemente para observar el rostro de Olivia que tiene expresión de asco.

-Uy Diggory parece que se han robado a tu chica -anuncia.

Con rapidez volteo de nuevo a la pareja, sin embargo ella no hablaba de esa pareja.

-¡Ah! Herbert y Angelina -Asiento tranquilo.

-Bueno, pues -Dust se sienta al lado de mí empujando sus libros -¿Quien revolucionó el transporte mágico?

-Alvath Ahir.

-¿Algun Alquimista Mago?

-Nicolas Flamel.

-Gracias por terminar mi tarea, Diggory.

-No es nada.

Una vez que he terminado de contestar. Vuelvo a la rutina de hace unos minutos.

La morena guarda sus cosas en la mochila, luego de remueve incómoda en su asiento. Al parecer está hablando sola y soy culpable de que lo haga. Sacudo la cabeza reaccionando a su comentario, mientras sus cejas forman signo de indignación.

-¡Tierra llamando a Humberto! -Exclama molesta -¿En qué piensas? ¿La inmortalidad de un Gryndilow?

Abro la boca para contestar, pero no dejo escapar ni un sonido de ella. Ni siquiera sé que decir ¿De que estás hablando?

-¿Cedric? -vuelve a decir la chica -¿Me estás escuchando? ¿Te sientes bien?

-Lo Lamento. No te estaba escuchando ¿Que decías?

Dust rodo los ojos con molestia -Te preguntaba si te gustaría venir conmigo y mis amigos el primer Sábado a Hogsmesde -La chica vuelve a dibujar una alegre sonrisa -Tienen una lechuza gigantesca en la tienda de mascotas del pueblo y planeamos ir a verla. Puede que Denoire, una niña de primer grado de mi casa la compré.

Parpadeo unas cuantas veces incrédulo ¡Claro que iría a verla!

Asiento rápidamente con la cabeza, es ahora, seguro que iré. La chica asiente con emoción de que llegue la primer semana de octubre para poder salir a Hogsmesde.

Seguimos hablando de creaturas de las cuales nos gustan mucho, hasta que recuerdo que está semana tengo que alimentar a los Hipogrifos junto con Angelina. Que dudo lo recuerde, porque anda muy abrazada con mi mejor amigo. Quien lo diría.

Me despido amablemente de mi compañera Slytherin. Dando mi justificante del proyecto de Hagrid.

Me dirijo a la mesa de Gryffindor donde se encuentran ellos, ellos y la otra pareja de tortolitos que no quiero ver.

-Hola -Saludo llamando su atención. Angelina es la primera en voltear -Lamento la interrupción. Quería recordarte que está semana nos toca alimentar a los Hipogrifos.

Angelina dibuja una mueca de desagrado. Buscando algún pretexto para no venir hoy, pero aún así tiene qué.

La otra pareja, conformada por Wood y Clearwater se van. Dándome más comodidad. Respiró tranquilo, dejando de sumir el estómago.

-¿No puedes hacerlo solo, Viejo? -Contesta Herbert en forma de súplica -Ange y yo tenemos una cita.

-No puedo hacerlo solo.

-Te cambió la Pareja. -Dice ella rápidamente.

-¿Como?

Ella asiente levemente.

-Conseguire alguien que quiera cambiar de turno -Dijo Angelina pensando en la persona a la cual forzará a venir conmigo. -Yo la cubrire cuando sea el turno de su pareja.

-Esta bien ¿Quien será? -Ya no me quedaba de otra y es que a veces me era difícil decir que no.

-Ya verás más tarde.

-Ya que.

-¡Eres un gran amigo Diggory! -Interviene el rubio feliz.

-Tu un idiota Fleet.

-Oh, no sabe lo que dice -Se burla el chico. Luego hace un espacio en la mesa de los leones. Que les importa muy poco la presencia del tejón, pero al parecer a mí me odian. -Ven, come con nosotros.

Enfrenté están los hermanos Weasley. Que no parecen tan contentos de que aparezca.

-Mejor me voy, los veo más tarde.

-Es mejor que lo hagas Diggory -Dijo uno de ellos.

-Los Leones suelen comer a Tejones de un solo bocado -Contesto el otro.

Espero que no sea literal, aquello.

-Ignora a este par -Me habla la morena que fulmina a los gemelos. -Sientate.

Terminó colocando mi trasero en la larga banca que hay en la mesa de la casa escarlata. Aunque algunos no parece agradarles la idea. Muy mala idea.

-Dime Angelina ¿Que hay de tu mejor amiga? -Pregunta el rubio. A través de la morena lanza una mirada significativa.

-¿Mae?

-Si, es muy peculiar -Conteste rápidamente.

-Es una buena chica.

-Por supuesto muy agradable -Creo que no se, ser discreto.

-¿Anda con Wood no? ¿Que le vió? Es una cabeza de chorlito -Fleet ayudando con la misión, vaya sorpresa. -He visto que la trata como un asistente sin paga o algo parecido. Se merece a alguien mejor, como Cedric ¿No lo crees?

-Oliver suele ser dramático y mandon -Dice la morena pensando un poco -Pero no es mal.... Aguarden.

Me tenso al escuchar eso. ¿Que está pasando? ¿Ya lo sabe? ¡Auxilio!

Herbert me mira. Yo le miró. Angelina sospecha y también nos ve a los dos.

-Ya se lo que tratan de hacer ...

Al parecer, los gemelos también han puesto atención. Vaya mal pasada de los planes.

-¡Te lo dijimos! -Exclamaron ambos. -Quieren descubrir nuestras tácticas.

Suelto un suspiro, al parecen no están cerca del verdadero objetivo.

-Deduciamos algo. Tienen...

-Caras de ratas.

-No se sorprendan...

-Si encuentran bombas fétidas en sus mochilas.

-No les sirve casi de nada...

-Tener cara de ratas.

Los gemelos se van molestos del lugar, pero nadie les presta atención. Aunque aún falta la morena que está sentada cruzada de brazos.

-¿Sabes que? Olvidé que tengo que hacer una tarea. ¿Nos vamos Cedric?

Asiento levantandome del lugar, casi al mismo tiempo que mi mejor amigo. Pero sentimos un jalón por parte de la chica, obligandonos a sentar de nuevo.

-Ni siquiera lo piensen.