Cap.18-Salvaje
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Me acomodo una vez más.
La cobija que tengo ensima apesta, pero no tengo ganas de levantarme y lavarla o hacer algo al respecto.
Estoy bien, estoy mejor así, acostado en mi mugre, llorando.
Porque recordar imágenes traumáticas en mi mente, sobre Oliver y Mae teniendo cosas... Vaya, me hace vomitar y llorar al mismo tiempo. Algo jamás pensado. Guácala, ay, guácala.
Tampoco imaginé sentirme derrotado de esta manera. Espero mis padres no se sientan decepcionados por traer al mundo gatos en vez de bebés... Bueno, no es como si yo parienta gatos o bebés, soy hombre, no puedo embarazarme... ¿O si?
La puerta se mueve levemente y la luz de afuera se acerca por mis ojos. Me tapo la cara con la manta para evitar la luz y las personas que están por entrar.
Si no me muevo, no me ven. Si no me muevo, no me ven.
Se cómo una oruga Cedric... ¡Se la oruga!
—¡Diablos viejo! —Exclama alguien por afuera. Debe ser Herbert, su voz es irreconocible. —¡Llevas dos días así! ¿Que te sucede?
—Agg, déjame solo.
Volví a sujetar mi manta con más fuerza, una vez que siento el tacto del chico sobre mi espalda, para quitar mi capa protectora de todos los males.
—Vamos viejo, pareces un animal salvaje —Dice molesto, luego olfatea un poco —Y También apestoso.
Con más fuerza y la ayuda de otro chico, que por sus manos tan pequeñas, se que se trata de Malcom. Levantan la tela y me dejan al descubierto, gracias a dios hace frío, porque si no, me verían desnudo. Que vergüenza.
Juro que mi ropa de dormir se me ha pegado a la piel y será difícil de quitar. Tengo ojeras y posiblemente los ojos muy inchados por derramar gotas de sudor por los ojos.
Así es, los capitanes de Quidditch también lloran.
—¡Dije que me dejarán solo! —Exclame molesto. Aún en posición fetal sobre la cama.
—Solo las pantuflas de Malcom —Regaña mi amigo rubio cruzado de brazos. —No puedo creer que tú, Cedric nada me afecta Humberto Diggory se haya dejado caer tan fuerte. Mírate, estás muy acabado.
—Estoy bien.
—¿Que te sucedió? —Rio el pequeño Malcom con rostro divertido. Maldito enano.
—Mas bien, Quien, le sucedió. Mae le destruyó el corazón.
Hago una mueca por escuchar su nombre de nuevo. Ya no puedo más.
—Uuh ¿Por una chica?
—¡Cállate maldito duende pálido! —Le grite al chico, tomando mi almohada para atacarlo.
El castaño rulozo pone rostro espantado y se va a echar a correr si no fuera por Herbert quien detiene mi acción y tranquiliza al chico.
—Tranquilo, el animal solo se pone loco cuando no lo alimentan —Bromea el rubio. —Cedric, sabes que no puedes permanecer así toda la vida. Tienes colegió, amigos... ¡Un equipo de Quidditch que dirigir!
—No quiero ninguna de esas cosas estúpidas, te las regalo. Ahora fuera de mi vista, largense, puedo golpearlos.
—¡Ja! ¿Tu golpearme a mi? Te quiero Diggory, pero sabes que puedo darte una paliza.
¿A quien rayos engaño? Tiene razón. El es más alto y fornido que yo.
Pero puedo ejecutar mi plan sin problemas, hacia adversidades. Osea, tirarme en el suelo y hacerme bolita.
¡Entre más adorable menos golpes!
—¡Me siento mal! ¿Por qué carajos no entienden? Puñado de idiotas.
Perdón, me ven lindo y todo, pero cuado me enojo son bien intenso.
Aún lado MacGonagall ahí te voy.
—El idiota es otro. ¿A caso no leíste el final de mi libro? A la venta ya en la sala común de Hufflepuff con un cuarenta por ciento de descuento. —Dijo el sacando un ejemplar de su bolsillo. Carraspeo un poco —«Recuerden amigos, nunca, jamas, never, imposible, dejar a tú conquista romper tu corazón»
Malcom toma impresionado el libro y comienza a leer. Mientras tanto, Herbert empieza con sus miradas acusadoras que hace sentir el doble de peor.
Es injusto, para empezar, yo soy el que tiene el corazón roto. No nadie más. Incluso voy de tonto a querer ayudar a Oliver con su tonta novia Mae.
¡Si! Es una tonta por fijarse en un baboso y no en mi.
Tonta por querer a alguien quien no la ama, la mitad de lo que yo.
Tonta por ir como si nada, llamándome mejor amigo, cuando no me duele, no me quema... ¡ME LASTIMA!
Tonta por no tener la culpa que me haya enamorado de ella.
—¿Que quieres decir? —Cuestione sorviendo mi naríz.
El rodo los ojos, como si fueran tan obvio lo que acaba de leer, pero resulta que yo soy el listo y el, el de los músculos.
—Significa que te pararas de ahí tomarás un baño con agua fria, cambiarás tu pijama por pantalones apretados y saldrás haya demostrando que no te importa nada —Animo mi mejor amigo. —Necesito a mi amigo de vuelta, resulta que el remplazo ahora sale con Heidi y solo me quedo el pequeño del rincón.
—¡Oye sigo aquí!
—¡Cierra la boca Malcom! Cómo te decía, ahora, ve.
—¿Y luego?
—Ya verás.
Levanto mi trasero de la cama y entro a la duchas.
No me he bañados desde hace días, huelo horrible e incluso aunque me talle bien todas mis partesitas, no quitará el olor a decepción que traigo impregnado.
Tampoco he visto a Mae en esos días de luto. Verla de nuevo va a terminar con mi agonía de una sola pisada, como las cucarachas.
Soy eso para ella, una cucaracha fea y sucia.
Lo mejor será olvidarme de Clearwater, me hace bastante daño....
... Nah, como buen adolescente dramático, seguiré ahí de su idiota.
Porque exactamente, dignidad, no tengo. Se me fue, todavía la veo de lejos, pero se aleja corriendo. ¡Adiós!
Cuando terminó de acicalarme, salgo de las duchas y me cambio rápidamente en los vestidores. Lusco como mi yo del pasado, quien se baña y está lleno de felicidad.
¡Ñe, tampoco me veo tan mal!
Aunque mi piel sigue sensible por la pijama sucia. Ay.
Abro la puerta para entrar al cuarto. Encontrándome a Malcom saltando de un lado a otro sobre las camas. Verán no me sorprende, es más pequeño que nosotros y su espíritu es aún más. Herbert se mira al espejo tocando su barba con mirada seductora.
Bueno, vaya. Pensé que era el más raro de mis amigos. ¿Dónde está Heidi cuando la necesito?
—Estoy listo. —Avise llamando su atención.
—¡Volvió Cedric! —Exclama el rulozo aún saltando.
—Ese es mi amigo. Siéntate hombre.
Hago lo indicado, como un niño chiquito obediente con su padre. Por ejemplo aquí, Herbert es el de las ideas. Malas, por lo general, pero aún así siempre le hago caso y hoy no sería la excepción.
Mi otro amigo baja rápidamente de su diversión y corre con esos pies hasta sentarse aún lado de mi.
—Ya que estamos todos reunidos. Tengo un excelente plan para recuperar todo este tiempo perdido. Algo que no podrá fallar y Mae será tuya —Me señala con malicia. —Olvida lo que una vez creías. Iniciaremos de cero, ya de todas maneras tenemos ventaja la cuál acabas de conseguir. La confianza de Oliver. Una clave perfecta. Para terminar de una vez por todas con esto. Pero solo lo haremos, si tú quieres... ¿Lo harás?
Se su plan, se lo que imagina y es muy, muy malo.
¡Merlin! ¿Existe el karma? ¿O el infierno?
Porque me lo cobrará caro.
¡A por Oliver Wood!
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Hey Honeys 💙
Perdón por el capitulo corto y casi irrelevante, publicaré uno muy divertido mañana.
Espero les haya gustado.
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Instagram: Sradiggory y nesquickgirly
Ahora preguntaaaaaaa
¿Cual plan creen que ejecuten este par de amigos?
¿Que piensan ahora de Mae?
¿Team Oliver o Team Cedric?
¿Comprarán el libro de Herbert en la sala común de Hufflepuff?¡Disponible ya!
Las quiero, lejos sus comentarios....
¡Bye Honeys 💙!
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