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1963
La pequeña Arlet se encontraba dibujando de espaldas a los mayores sentados en los sillones, parecía muy concentrada en lo que hacía, pero realmente estaba atenta a lo que relataban las dueñas del departamento en donde se encontraban.
—empezó con cosas pequeñas, como un brazo o una pierna en posición diferente, luego tenía la cabeza hacía arriba en vez de hacía abajo y un día apareció en otra habitación, al parecer se movía sola— esto último causó un pequeño escalofrío en la niña al imaginar a sus muñecas hacer eso.
—¿Nunca pensaron que alguien tenía la llave de su apartamento?, ¿O que les jugaba una broma?— preguntó el mayor.
— fue justo lo que pensamos, pero no encontramos ninguna señal o evidencia de un intruso—
—¿Y eso fue lo que las hizo pensar que la muñeca estaba poseída?— habló esta vez la madre de la pequeña.
—si, Camila contactó a una médium y nos dijo que una niña de 7 años llamada Annabelle Higgins falleció en este apartamento, se sentía sola y le agradó mi muñeca, imagino que solo quería hacer amigos—
—cuando nos enteramos sentimos lastima por ella, somos enfermeras y ayudamos a las personas, así que le dimos permiso para que entrara en la muñeca—
— espera, ¿Hicieron que?—
—quería vivir con nosotras habitando la muñeca y dijimos que sí pero luego todo empeoró— la pequeña dejó de escuchar lo que contaban las dos chicas al sentir cada vez más fuerte como la miraban, había tratado de ignorarlo desde que llegó junto a sus padres al departamento, pero cada vez se le hacía menos posible, no había querido ver a la muñeca luego de escuchar todo lo que sus padres comentaban entre ellos en el camino al lugar.
Comenzó a rezar en voz baja, tal cuál le habían enseñado sus padres "cuando tengas miedo solo piensa en dios y haz una plegaria".
Cuándo terminó su dibujo se levantó y caminó lentamente hacía su madre, picó su brazo para llamar su atención, la mayor giró a mirarla con una pequeña sonrisa, Arlet le entregó el dibujo y por unos segundos se atrevió a mirar a la muñeca.
Se escondió detrás de su madre aferrándose a su brazo y le susurró en el oído a esta.
—mami, la sombra junto a la muñeca me da miedo— Lorraine miró con asombro y miedo a su primogénita—me mira mucho...—
La señora Warren se giró asustada y miró a su esposo, este, al ver la mirada de su esposa dejó de hablar para prestarles atención.
—Arlet dice que hay una sombra junto a la muñeca que la mira—
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