Un día de enero
Advertencias: Ninguna.
Descifren el futuro de algunos personajes solo por los diálogos de este cap :)).
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—¡Te extrañé mucho!— el joven pelirrojo la envolvió en un abrazo para después levantar levemente sus pies del suelo—. Extrañaba tu cara de amargada.
—Dejala respirar— protesto el de ojos azules—. ¿Cómo te fué en las vacaciones?.
—Bastante bien, recibí al año nuevo pidiendo cambios positivos— sonrió al ser soltada por el más alto.
—Nosotros lo recibimos tomados de la mano, fué muy lindo verlo directamente a la cara— Canturreo haciendo sonrojar al de ojos azules—. Es porque quiero estar con el.
—¿Se hace eso?.
—En las parejas es común recibirlo con un beso, o abrazados, incluso tomados de la mano— respondió Ebisu—. Es por un año cerca de esa persona.
—¿Te tomaste de la mano con alguien?— la empezó a molestar el ojiverde—, ¿O te metiste debajo de la mesa?.
—Debo ir a mis clases, ¿Me acompañas Ebisu?— sostuvo su antebrazo para alejarse del pelirrojo.
—Son tan malos— sonrió de lado para después ir tras ellos—. Mi chosita de amor no me dejes.
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Sus clases pasaron con normalidad hasta la hora del club, donde el profesor Nakamura les solicito mandarle buenos deseos a sus amigos por correspondencia. Amanda tardó mucho en formular un escrito decente, sobre todo por lo que pasó en año nuevo.
Se dió cuenta que quizá no lo veía como a Tenko, o Ebisu, y en realidad Kenji tenía razón. Estaba enamorada, y no sabía si era algo bueno, o siquiera oportuno. Aún así cerró la carta, puso aquella postal de mariposa para después meterla a la caja y así salir del salón junto a sus compañeros.
—Te ves bien, Ebisu— dijo entre los pasillos de la institución—, ¿El tratamiento va mejor?.
—Si, en realidad hay una probabilidad bastante buena— sonrió de lado, y después miró a Tenko—. Espero que sea así para cumplir mi promesa.
—¿Lo dices enserio?— de un momento a otro el pelirrojo parecía querer llorar—. Te mudarás conmigo, tendremos una vida linda, un poco modesta para ser una pareja homosexual.
La castaña los observaba con dulzura, ambos eran muy amables, Tenko tenía una personalidad amistosa, extrovertida, pero aún así era inseguro de sí mismo, Ebisu lo ayudaba y aunque no solucionaba sus problemas con esa actitud tan pacífica era imposible no sentir calma.
—Ahí está mi mamá— señaló un auto—. Nos vemos mañana Amanda.
—Adiós, vida mía— se inclinó un poco para dejar un beso en su mejilla, y en respuesta el de ojos azules rozo sus labios.
—Hasta mañana Tenko— se alejó de ambos, dejando al muchacho como un completo tómate.
—¿Estás bien?— la más baja le dió una palmada en la espalda.
—¡Es tan lindo!— sus ojos se pusieron aún más cristalinos—. Vamos rápido, creo que lloraré de felicidad, y sería vergonzoso si me ve.
Caminaron un rato hasta llegar cerca del templo, normalmente se despedían ahí, pero al ir platicando de sus familias Tenko decidió saludar a su abuela y hermano. Llevaba la mochila de la mas baja en una mano, y en la otra la suya.
—¿Tu mamá te dejo con Ebisu?, Esperaba que te pusiera alguna excusa.
—Me gritó algo de ir al infierno, pero no le di mucha importancia— soltó una carcajada—, Se que me ama a su modo, pero debo dejar mis límites bien claros.
—¿Incluso con tus padres?.
—Aceptamos el amor que creemos merecer, no merezco un insulto por mis preferencias sexuales, ni remotamente el odio de mi madre— sonrió débilmente para después negar.
Se quedaron en silencio, y gracias a eso pudieron escuchar una risa ruidosa. Era un señor de traje que parecía hostigar a una niña.
—Tenko, están molestando a esa chica— susurró ella para avisarle—. Debemos hacer algo.
—Lo sé linda, vamos— acomodó las mochilas, de modo que cargaba la suya en su hombro, y la de la menor en su mano, ambas en el brazo izquierdo—. ¡Hola, mi vida!.
Amanda se tensó un poco por su gran estrategia, aún así estaba dispuesta a seguirle la corriente si era necesario.
—¿Me esperaste demasiado?, soy un mal novio por dejarte esperando— pasó su brazo libre por el hombro de la desconocida y le dedicó una mala mirada al hombre—. Odiaría que te molestarán.
Tan rápido como se fué aquel sujeto, el más alto soltó a esa persona—. Lo siento, no sabía que más hacer, que miedo me dió eso.
—¿Estás bien?— pregunto la castaña.
—Tú eres la amiga de Ken— la rubia la reconoció enseguida—. Gracias por ayudarme, soy Emma.
—Ya recuerdo, eres la hermana de Manjiro-san.
—¿Ya se conocen?— arqueó sus cejas para después estirar la mano saludando a la más baja—. Soy Tenko Nishimiya, amigo de esta belleza.
—Me llamo Emma Sano— sus ojos analizaron a el buen especímen de enfrente—. Gracias por ayudarme.
—Yo no lo noté, Amanda me dijo y no podía quedarme así— mostró una mueca al ver cómo observaba a su amiga.
—¿Esperas a alguien?.
—Una amiga vendrá por mi— desvío la mirada a las manos del joven, y cuando notó que cargaba con la mochila de Amanda sonrió de lado—. ¿Ustedes van a una cita?.
El pelirrojo soltó una carcajada bastante alta—Amanda es linda, pero está lejos de ser mi tipo— se tensó aún más el ambiente.
—Nos quedaremos a esperar contigo— se acomodó en bajo el letrero de la parada para así quitarle su bolsa al más alto y ponerlo a su costado.
—No es necesario— trató de negarse pero la femenina insistió.
—Ni hablar, debo cuidar de ambas ahora— el de ojos verdes rodó los ojos divertido—. Mencionaste a su amigo por correspondencia, supongo que tú eres cercana a el.
—Conozco a Ken desde niña gracias a mi hermano— comentó la de ojos ámbar—. Te veías muy linda en año nuevo.
—Gracias, tu traje era muy bonito— sonrió con los labios cerrados—. Tus amigos son muy agradables.
—Si, todos son buenos chicos.
—Si son tan guapos como ese muchacho, seguro que si son agradables— soltó Tenko con ironía para segundos después recibir un codazo por parte de Amanda.
La más baja no respondió, se limito a mirar el pavimento, de reojo observaba las facciones de Suzuki, quien al notar su mirada le sonrió nuevamente, está vez con algo de nerviosismo.
—¡Perdón por tardar, Emma-chan!— una chica de cabellos color coral apareció jadeante—. Tardé un poco más.
—Esta bien— la saludo para después girar a los contrarios—. Gracias por acompañarme, ella es mi amiga.
—Hola, mucho gusto— la castaña estrechó su mano, seguido que aquello se despidió de ambas, su acompañante comenzó a caminar dejándola unos pasos atrás.
—Oye, te vió como si fueras una belleza rara— confesó alzando los brazos para acomodar su gorro—. No porque le gustes tu precisamente, talvez porque le gustas a otra persona.
—No creo que sea eso, no habría ninguna razón para creer eso— le dió unas palmaditas en las costillas—, No me conoce.
—¿Recuerdas lo que te dije con Karin?.
—¿Qué le querías agradar?.
—Eso no, a veces no es necesario conocer a una persona para que nos caiga mal.
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—Fué bastante amable— confesó la rubia—. No parecía una mala persona.
—¿De verdad?— caminaban juntas al centro de Shibuya para comprar algunas cosas de Emma—. No me parece tan bonita.
—Me ayudó sin darse cuenta quien era, ayudaría a cualquiera— soltó un suspiro largo—. Su amigo es guapo.
—No le ví la cara— nerviosa rascó parte de su mejilla—. No esta mal que no te agrade.
—Creo que ese es el mayor problema, en realidad me agrada un poco— respondió la menor—. Es difícil después de saber cómo se miran.
—Lo siento mucho, Emma-chan— acarició su cabeza con delicadeza—. Supongo que debe ser duro, querer ser amiga de la chica que le gusta a tu amor se infancia.
—Espero tener una larga vida para conocer a más personas, al menos una mejor que el.
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—¿Entonces recibió año nuevo con el playboy?— el de ojos verdes agitó el cabello de Kenji—, No dejes que tu hermana se junte con chicos de moral dudosa.
—Es un pandillero— alzo los hombros desinteresado—. Esperaba que tú la hicieras cambiar de parecer.
—Dejen de fingir que no existo— incómoda les llamo la atención.
—Tu hermano me cae muy bien, ambos entendemos lo importante de cuidar a la pequeña Amanda— respondió fingiendo estar conmovido.
—¿No quieres quedarte a comer?— habló el menor ignorando a su hermana—. La abuela no está, pero preparó la comida, no estará quemada.
—No puedo Kenji, debo ir a casa, ya hice una buena acción por hoy— sonrió para despedirse de ambos.
—El me agrada— comentó el menor caminando junto a su hermana.
—No te agradan mis amigos varones— suspiró cansada.
—Solo los que quieren besarte— avanzó mas rápido—. Vamos a comer.
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—Hola, ¿Cómo estás?— el rubio hablaba por teléfono—. Pensé en ir a visitarte.
—Claro, puedes venir cuando gustes— la voz de Amanda sonó al otro lado de la línea.
El joven limpiaba su habitación, moviendo algunas cosas, reacomodando otras. Se comportaba como un adulto quizá porque en su infancia no hubo nadie que se preocupará por el, se obligó a madurar desde muy pequeño.
—¿De verdad?.
—Claro, a la abuela no le molesta, y Kenji solo quiere verse rudo— soltó una risita.
—Después será imposible que me saques de tu casa— contestó de igual manera.
—Me agrada estar contigo.
Se quedó inmóvil, no sabía que responder a eso sin sonar extraño. Todas sus frases empezaban con "También me gusta...", descubrió hace poco lo mucho que disfrutaba verla, oírla, y hasta pensó muchas veces en besarla.
—Bueno, te dejo, debo limpiar el baño— colgó la llamada dejando en blanco la mente de Draken.
—¡Me gusta estar contigo!— respondió con un grito al aire.
—¿Con quién hablas?— una de las chicas abrió su puerta—. Solo venía a pedirte ayuda con un bombillo, pero creo que deberías descansar, ya alucinas.
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Hola Ken.
Pasar año nuevo junto a ti fué un gesto muy lindo, tus amigos son divertidos, parecen ser una familia muy amorosa.
Eres una gran persona, y espero poder seguir junto a ti el próximo año. Ojalá se cumplan tus propósitos.
Con cariño, Amanda.
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Debo confesar que me gusta más la historia de Tenko, porque el amor está bien, pero más el amor homosexual.
Respetuosamente díganme de que lado están: Kanto Manji, o ToMan (segunda generación).
La verdad es que yo andaba bien confiada diciendo que Taiju, que Waka, y Ben estarían con Takemichi, pero viendo la situación yo le voy a Hanma.
Gracias por leer <3
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