Advertencias: Ninguna.

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El sonido de pisadas se hizo más intenso, los jóvenes del club terminaban de recoger sus cartas cuando la puerta se abrió de golpe dejando ver a una joven se ojos cafés algo agitada.

-Lo siento mucho, tuve que llevar las tareas de química.

Se acomodo cerca de sus compañeros más grandes quienes la miraban expectantes.

-¿Amanda también suda?- los ojos de Tenko se abrieron por sorpresa -Viví engañado.

-Dejen de jugar, terminen sus respuestas- el de lentes frente a la pizarra llamó su atención.

Amanda recibió su carta, soltó una risa que trato de reprimir en sus labios.

-Dejame ver- el ojiverde asomo su cara directamente a la hoja -No es tan divertido como yo, tu amigo.

Amanda rodó los ojos al escuchar el énfasis en las últimas palabras. Con maestría escribió una respuesta para ir por las estampillas de mariposas que el mismo señor Nakamura llevó para ella.

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Estimado "Draken"

No tengo muchos amigos, pero si se la importancia de las amistades.
Si tu amigo decidió tomar la responsabilidad de sus problemas lo más sano sería apoyarlo y respetar su decisión.

¿Irás al festival el 3 de agosto? Tengo entendido que tú escuela no está muy lejos de Shibuya.
Me pareces alguien muy extrovertido.

Con cariño Amanda.
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-Yo también termine- Ebisu salió del aula junto a la menor quien ignoraba los quejidos de Tenko pues aún no acababa su carta.

-¿Cómo está todo en casa?- el de ojos azules se recargo en la pared esperando al que guardaba sus cosas frenéticamente.

-Mi papá no me habla, creo que no llegaron a ningún acuerdo- la castaña dejó caer su cuerpo junto al masculino.

-Si necesitas algo de mi, ten por seguro que lo haré- su plática fué interrumpida por el pelirrojo.

-Vamos a dejar a esta nena cerca de su casa- revolvió el cabello de la más baja quien le miraba de mala manera.

-¿Ustedes irán al festival del domingo?- el castaño miro de reojo a los contrarios.

-No lo sé, ¿Habrá algún joven apuesto que me acompañe?- Canturreo el más alto de todos obteniendo como respuesta un gruñido.

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-Ya llegué Kenji- la castaña habló desde la puerta, pero no hubo respuesta.

Avanzó encontrando a su hermano limpiando un líquido del suelo, como si su vida dependiera de ello.

-¿Qué haces pulguita?- caminó hasta el encontrando los fragmentos de lo que antes fué un vaso.

-Lo siento- refrego el trapo nuevamente.

-Espera, yo lo hago- detuvo sus movimientos con ambas manos pero fué inútil -¡Kenji te harás daño!.

-Como no podemos irnos al menos debo dejar de dar problemas- las lágrimas brotaban de aquellos ojos verdes.

Amanda abrazo su cuerpo, incluso ella paso por alto los sentimientos de su hermanito. Olvidó que aún siendo un niño alegre sufría tanto, o más que ella.

-Perdón Amanda- suspiraba junto a su oreja -No sé cómo sacarte de aquí.

El hombre que desde hace tiempo observaba la escena con un nudo en la garganta hizo presencia.

-Llamaré a su abuela.

Llegó al recinto después de escuchar la voz de Amanda, y los encontró ahí. Sus únicos hijos aborrecían el vivir con el, no porque lo odiarían, más bien odiaban el como los trataba.

-Recogan eso con cuidado.

Ninguno de los hermanos Suzuki dijo algo, Amanda recogió con cuidado los pedazos de cristal mientras Kenji lavaba sus manos.

Katsumoto en el fondo era miserable, el solo se condenó a eso. No podríamos culparlo, pero dejas de ser una víctima cuando eres el agresor.

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El día viernes Amanda regresó con una extraña nueva felicidad, su abuela los aceptó por completo en su casa. Su mayor reto era mudarse el fin de semana, probablemente cualquiera de los dos menores hubiera preferido ir al festival pero no importaba porque está decisión marcaba su nueva vida.

Su padre llegó a un acuerdo económico, seguiría cubriendo los gastos de ambos hermanos, los vería cada que ellos estuvieran disponibles, y su abuela los cuidaría mientras vivieran con ellos.

Para Amanda tristemente todo ese arreglo fué el gesto más amable que su padre tuvo con ella.

Buenas noticias estaban pasando en la vida de nuestros protagonistas, un día antes Ken logró hacer las paces con su mejor amigo. Cuando todo va bien siempre pasan cosas extrañas.

Ese mismo día se dió cuenta de lo madura que podía ser su amiga por correspondencia. Al menos compartían un ideal respecto al valor de las decisiones.

Anotó una corta respuesta, después lo compensarían con más textos. Llegó a casa de Sano Manjiro al anochecer tendrían una pequeña reunión no oficial.

-¿El festival?- alzó las cejas confundido.

-Emma quiere que la lleves- el más bajo suspiro frustrado -Le dije que yo podía acompañarla, pero te lo pedirá a ti.

-No tengo problema con llevarla- termino de hacer la coleta de Mikey quien aún tenía la pijama.

-¡Emma!- su grito obtuvo como respuesta a la rubia de ojos grandes.

-¿Por qué gritas?- asomó la cabeza por la entrada de su "habitación".

-¿No querías preguntarle algo a Kenchin?- un golpe lo doblo del dolor.

-Yo te llevaré al festival- seguía golpeando a Mikey mientras hablaba -Te veré junto a Takemicchi.

-¡No me pegues Kenchin!- el más bajo trataba de esquivar sus golpes.

-¡Deja ese apodo Mikey!.

La rubia pese a estar asqueada por las caras de su hermano se sentía feliz. Un chico tan atractivo como Draken era difícil de ignorar, incluso si trataba de serle indiferente no podría.

Se conocieron por su hermano, comenzaron a cruzar palabras cuando los visitaba, y en algún momento dejo de tenerle miedo, comenzó a oír sus palabras como verdaderas melodías.

Se enamoró del mejor amigo de su hermano, tristemente del amigo que no le correspondía ese amor tan pulcro.

El primer amor nunca se olvida.

REPITO, YO RESPETO CUALQUIER SHIPP, NOMÁS QUE ESTA HISTORIA ES OCX DRAKEN.
No pondré a Emma como la mala ni nada así porque es un pan de Dios.

Entre otras cosas, no puse al papá como un hdp total porque no sé, quería hacerlo más humano.