Esperándote
Advertencias: Ninguna.
Capítulo corto.
~•~
-11 de febrero-
—¿Estás nervioso?— la castaña estaba junto a la camilla en el hospital.
—Si, tengo un poco de miedo— sonrió de lado para amortiguar sus palabras—. Tengo miedo de morir.
—Ebisu, no sé qué decir, pero tengo entendido que es un procedimiento muy común— suspiró tomando su manos.
—Yo...— al ver la puerta abrirse comenzó a reír—. Estaré bien, tengo confianza en los médicos.
—Suelta su mano— la cabellera pelirroja se asomó mientras arqueaba las cejas—. Lo llenarás de gérmenes.
—Le doy algo llamado apoyo— rodó los ojos para recibir su café con la mano libre.
—Me alegra que vinieras, pero faltaste a la escuela— mostró una mueca desanimada.
—De todas formas no tenía ganas de ir— lo último que quería era hacerlo sentir responsable.
—¿Tú abuela no te acompañó?— arqueó las cejas curioso antes de ser abrazado por el más alto.
—Kenji tenía una junta para sus calificaciones, mis papás no se pusieron de acuerdo y ella se ofreció— alzó los hombros con desinterés.
—Yo te llevaré a casa— el ojiverde comenzó a dejar besos por las mejillas de su novio.
—Amanda está aquí— estaba más rojo que un tomate, al no obtener respuesta tomó aire—. Nishimiya-san, suéltame.
—¿Por qué me dices así?— jadeó por el tono de su novio—. Amanda, salte un rato.
—¿Puedes llamar a un guardia para que lo saquen?— lo señaló esperando que la menor siguiera su juego.
—Claro, no me tardo.
—Lo siento— guardó su distancia con el castaño—. Es que mi amor por ti arde como esas lindas mejillas tuyas.
—¡Deja de molestar!.
Así pasaron una tarde riendo, Ebisu tenía que descansar por lo que ambos salieron camino a casa de la menor, durante su traslado en metro el más alto tomó un pequeño descanso en el hombro de la muchacha.
—¿Esta bien que te quedes sola?— preguntó el de sudadera negra—. Al saber que no está tu abuela me deja un tanto intranquilo.
—No es la primera vez que me quedo sola.
—Eso no ayuda— mostró una mueca para seguir su paso.
—¿No tendrás problemas por llegar más tarde?.
—Mamá no es muy innovadora con sus insultos— rascó su nuca con cierta vergüenza—. ¿Cómo están tus padres?.
—Bien, papá habla seguido con nosotros, a veces viene a vernos— hizo una pequeña pausa—, Mamá también viene a vernos, pero no se queda mucho.
—Bueno, todo eso tiene su lado positivo.
Así era su amistad, no necesitaban hablar de todo para apoyarse, ni siquiera eran mejores amigos, pero les gustaba convivir de ese modo. Amanda tenía un poco de nervios, pues sus únicos amigos además de Karin terminarían la preparatoria pronto, y verlos sería muy difícil.
—Te veo después— llegaron al templo, dónde en realidad no había nadie por el frío, y la probabilidad de nieve—. Márcame cuando llegues a casa.
—Claro, gracias— chocó sus puños causando una risa en el ojiverde.
—Adiós, pequeña.
.
.
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—¿Cuánto tiempo llevas aquí?— acomodó su bufanda para hablar mejor con él "invitado".
—No mucho— mentira, llevaba casi cuarenta minutos—. Acabó de llegar, solo quería saludarte, pero no contestabas.
—Perdón, visité a un amigo en el hospital— sacó sus llaves y abrió la puerta, dejando pasar al más alto.
—¿Está bien?— bajó el gorro de su sudadera.
—Tendrá una cirugía, pero dice que es algo menor— alzó los hombros sin ánimos de hablar sobre eso—. ¿Quieres comer?.
—No, en realidad yo... quería— Ken no terminaba de entender por qué no podía hablar bien.
—¿Qué cosa?— se acercó para escucharlo mejor.
Respiró profundamente antes de volver a hablar—. ¿Harás algo mañana?.
—Creo que no— suspiró—. ¿Para qué?.
—Podríamos salir a dar una vuelta, o algo— rascó su nuca esperando una respuesta.
Una risita hizo eco en toda la sala—. Claro, será divertido.
Se viene el crossover del siglo bandamax, ya de aquí no les prometo su estabilidad emocional intacta.
¿Ya vieron como Hakkai defiende a Mitsuya? ✨
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