Conocerte
Advertencias: Ninguna.
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-Hola Amanda- la azabache asomó su cara por la puerta del salón.
-Hola Karin- terminó de sacar su almuerzo, la presencia de sus compañeros le haría falta particularmente en sus descansos -Hoy no tenemos taller.
-¿Podemos almorzar juntas?- mostró que llevaba algunas golosinas.
-Claro- estaba un poco incómoda respecto a conocer a más personas.
Pasaron el rato conociéndose, platicando parte de sus vidas, claro solo lo que cuentas cuando no hay la confianza suficiente.
-Me preocupe mucho por ti- soltó Karin con cierta cautela -Por el golpe en tu mejilla.
-Eso... fué un mal momento- pincho la fruta que su abuela había picado en la mañana -Pero ahora estoy mejor, gracias.
-¿De verdad?, Que alivio- suspiró dejando un silencio largo -¿Tienes novio?-
-No- respondió de inmediato -Dijiste que te gustaba Ebisu, ¿Cierto?.
-Correcto, el es un chico encantador- hundió la cara entre sus manos -No me mal entiendas, no odio a Tenko ni nada así, pero fué algo triste aceptar que jamás tendría una oportunidad con el.
-Ebisu es muy lindo, no te culpes por sentirte atraída del chico menos heterosexual- miro directamente sus ojos -Te gustarán más personas.
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-¡Ya llegué!- gritó desde la puerta.
Al no obtener respuesta buscó a su hermano, en su lugar encontró una nota "Salimos al mercado". Otra vez estaría sola, pero había grandes diferencia entre estar sola en casa de su abuela y la casa de su padre.
Después de comer limpió su uniforme, subió brincando las escaleras, y se tumbó en la cama abrazando la almohada. Nunca lo admitiría pero era mucho más infantil de lo que mostraba, al ser la hermana mayor y reprimida tuvo que asumir el rol de cuidador para Kenji. No le molestaba, pero a veces solo quería recostarse y ser un poco mimada.
-Hice una nueva amiga- sonrió de lado.
Saltó de la cama buscando su celular para escribir un mensaje de texto para Tenko, le dió la noticia, minutos después se arrepintió pues lo normal es hacer amigos. La respuesta del mayor le sorprendió "Felicidades, es un avance".
Estuvo de buen humor, no tanto como la primera vez que hablo con Ken, pero se le notaba feliz.
Pasó el día haciendo deberes, jugando con Kenji, y platicando con la abuela, una rutina que muchos odiarían pero que ella amaba con todo el corazón.
-Hola Ken- una mueca burlona se pintó en su cara -¿Cómo te fue hoy?-
-Normal, creo que si- su voz era bajita, hasta deprimente.
-No te escuchas bien, si te hace mejor decirlo, puedes hacerlo conmigo- se hizo bolita cubriendo su cuerpo con las sábanas.
-Un amigo está enojado, y nos evita- suspiró nuevamente -¿Qué harías tú si tus amigos se comportan como tus enemigos?.
-Bueno, yo no sé todo el contexto, pero seguramente no los odia- mordió su labio, nunca le salían las palabras correctas -Si realmente es su amigo, las cosas se arreglarán.
-Lo haces sonar tan fácil, pero supongo que tienes razón- soltó una risita -Tu te escuchas más feliz.
Amanda entendió que no quería seguir con el tema, por lo que accedió a cambiar la plática -Conocí a una chica amable, ahora somos amigas.
-Es genial que tengas a personas que se preocupan por ti- dió una bocanada de aire -Sería bueno conocerte.
La respiración de Amanda se detuvo unos instantes y la llamada de pronto termino. Ken colgó y tenía una expresión de vergüenza.
-Pudiste decirlo mejor- se repetía una y otra vez.
Gracias por leer, si ven alguna falta de ortografía háganmelo saber.✨
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