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Desde que habían anunciado su relación al público, las críticas y preguntas incómodas no habían parado, sus nombres estaban en boca de todos y los noticieros no tardaron para comenzar a hablar del último chisme del momento. Bueno, de hecho, Shadow se lo esperaba; en más, se atrevía a decir que hubiera sido raro que no se armara un revuelo por la noticia tan repentina.
Sonic era el famoso héroe que salvaba el pueblo de las garras del Dr. Eggman literalmente todos los días, que poco a poco lo hayan visto relacionarse con el erizo de vetas rojas hasta llegaran a anunciar una relación romántica entre ellos... Pues pasaría lo inevitable.
Shadow había sido un enemigo, trabajó junto al Dr. Eggman y formó parte de más de una pelea contra Sonic y sus amigos.
Quizás eso era lo de menos, ya que no era la primera vez que el cobalto se volvía amigo de quien alguna vez fue su enemigo, sin embargo...
El público se enfocaba en criticar al azabache, sobre un tema en particular que, aunque lo negara, en el fondo logró afectarle.
Él no merecía a Sonic.
Sonic era alguien positivo, alegre y justiciero, todos los días lo veías jugar, reír y ser extremadamente amable con todos en general, pasaba mucho tiempo con sus amigos ayudándoles en todo lo que podía, aún si podía ser irritantemente bromista.
Y Shadow simplemente no era así.
El azabache era serio, un amargado que jamás suelta una risa por nada y generalmente era callado, no era el ser más amable y nunca había mostrado arrepentimiento por sus acciones pasadas. Era totalmente solitario y no parecía tener intenciones de cambiar aquello, no le interesaba tener amigos ni mucho menos tener que convivir con otros, vivía por y para él mismo.
Sonic merecía a alguien tan bueno como él, no a un villano.
Él y Sonic llevaban saliendo unos pocos meses, pero se habían comenzado a enamorar mucho antes, sólo que nunca habían oficializado la relación. Al hacerlo, el cobalto respetó la decisión de su novio de esperar un poco antes de contarlo a su grupo de amigos y sobre todo al pueblo. Conocía lo tímido que era Shadow y lo que menos quería era incomodarlo, pero eventualmente luego de un tiempo los primeros en enterarse fueron el team Sonic.
Fue una experiencia inolvidable, mas no agradable.
"Shadow y yo estamos saliendo."
Luego de soltar tal bomba, los amigos del cobalto lo ahogaron en preguntas, agradecía no haber llevado a su pareja al ya imaginaese el rostro irritado e incómodo que hubiera puesto.
— ¡Chicos, chicos esperen! — Los calló de un grito, se alejó unos pasos aturdido. — Cálmense, ¿qué les sucede?
— ¿Cómo puedes preguntar eso? — Habló primero Amy, desconcertada. — ¡Es Shadow! Trato de destruirnos muchas veces, ¡te detesta!
— Sonic, creo que no estás pensando bien, se que últimamente se llevan bien pero... Puede ser una trampa de Shadow, q-quizás está de nuevo con Eggman. — Trató de explicar Tails moviendo sus colas de forma ansiosa.
— Viejo, se que no tengo experiencia en estas cosas pero, ¿estás seguro? Shadow es... Shadow ¡No es tu tipo! — Soltó Knuckles confundido por toda la situación.
— ¡Seguramente te lavo el cerebro! — Acusó Stick totalmente convencida de su teoría.
— ¡Es suficiente! — Comenzó a dar pasos ruidosos hacia ellos, dispuesto a ponerlos en su lugar. — ¡Ustedes no-
El sonido de alguien entrando a la casa interrumpió toda la discusión, finalmente había llegado. Si embargo, la forma de vida definitiva no tuvo la reacción que todos esperaban.
El rostro del azabache era un total misterio, parecia no saber que expresión poner; sus nervios se notaba a kilómetros. Incómodo y serio, terminó por hablar de una vez por todas, con sus brazos cruzados y desviando la mirada a cualquier parte que no sean los rostros ajenos.
Sonic parpadeó un par de veces ante la sorpresa, no se esperaba verlo allí, habían acordado que él le diría como había salido todo y allí decidir si presentarse o no. Imaginarse como se sentía su novio lo hizo sentir muy mal.
— ¿Ustedes se hacen llamar sus amigos? Porque dan asco. — No pudo evitar ser sincero y por consecuencia todos fruncieron el ceño, pero antes de poder responder algo el erizo volvió a hablar. — Teniendo en cuenta como es Sonic, era obvio que se esperaban a alguien igual de insoportable que él como su pareja. Lo siento, no es así, créanme que intente hacerlo entrar en razón.
— Shadow esto no es necesario. — Sonic dio un paso al frente para acercarse, pero el azabache lo detuvo posicionando una de sus palmas justo en frente suyo, indicando que no siga.
— No espero que me involucren con ustedes, lo respeto, pero... Trato de... — Indeciso apretó su agarre en sus propios brazos y bajó la mirada, se sentía observado fijamente y eso lo hacía querer teletransportarse y desaparecer un par de décadas. — Estar en paz, no lo sé.
El silencio reinaba en la casa de Sonic, el ambiente era incómodo y las miradas atentas y desconfiadas no hacían más que empeorarlo. La última frase dicha había sido soltada con mucho esfuerzo, el cobalto lo sabía bien, su pareja estaba haciendo todo eso por él.
Shadow no era alguien que hablara sobre sus sentimientos con cualquiera y, sin embargo, estaba allí, prácticamente pidiendo consentimiento a la familia de su novio. Se sentía humillado, podría tranquilamente explotar y comenzar a desquitarse con todos ellos por pura rabia y vergüenza, pero se contenía y trataba de mantenerse tranquilo. Tenía que tratar de dar la "mejor impresión". No quería que Sonic tuviera que soportar que sus amigos lo vean mal o decepcionados cada que los vieran juntos, no merecía pasar por eso, así que estaba haciendo un GRAN sacrificio, para que al menos él y sus amigos convivan en paz sin tratar de matarse o involucrarse en un ambiente complicado.
Sonic era su todo, lo menos que podía hacer por él era eso.
— Detesto al idiota de Eggman tanto como ustedes, ¿Es suficiente, no? lo que quiero decir es que-
— ¡¿Cómo sabemos que podemos confiar en ti?! — La tejón dió un pisotón al frente, apuntandolo acusadora. — ¡Seguro estás buscando un momento de debilidad para atacar!
— ¡STICKS!
— Sonic. — Inesperadamente para todos, menos el nombrado, el tono sumamente suave, más como una súplica que una orden. Miró a la chica.— Por algo no me he aparecido por aquí en los últimos meses. — Contestó. — Sé que desconfían de mí, no los culpo por ello. Pero ya no me volveré a involucrar con ustedes ni con nadie del pueblo, si así lo quieren. — Suspiró. — Es todo.
No se atrevió a verles la cara de nuevo, simplemente se dio la vuelta, conectó miradas una última vez con el de pañoleta, sus ojos apenados fueron suficiente mensaje para Sonic. Corrió para desaparecer en segundos a lo lejos.
El rostro de Sonic no tenía expresión, quería tener un momento para apreciar el gesto tan gigantesco que había hecho el erizo más bajo por él, pues como todos los días, encontraba más razones para amar al azabache. Pero, no era el momento. Volteo a ver a los demás, aguanto las ganas de sonreír al verlos con rostros arrepentidos e incómodos.
— Yo no tomo decisiones como estas a la ligera, me hubiera gustado que lo entendieran por ustedes mismos.
— Sonic, nosotros sólo... — Amy trató de explicar.
— Estoy decepcionado. — Interrumpió sin paciencia para escuchar cualquier cosa, la culpa cayó en todos como agua fría ante la mirada tanto afligida como molesta. — ¡Me esperaba algo así del pueblo, de personas que no me conocen! No de mi propia familia. — Se acercó a la puerta. — Me iré con Shads, adiós. — Sabía que este estaba probablemente en algún lugar del bosque desquitandose con lo primero que viera, así que tenía que ir a calmarlo para evitar que destruya todo. — ¿Y qué demonios es eso de "mi tipo"? ¿Ustedes qué saben? — Preguntó indignado antes de salir corriendo dejando una ilera azul.
Lamentablemente el tema no había terminado allí, pero se habían quitado un peso de encima.
[. . .]
Corrió a través de los árboles, mirando hacia todas las direcciones buscando una mínima señal del azabache. Sospechaba que en algún momento comenzó a teletransportarse ya que las pisadas desaparecieron a mitad de camino, en ese momento tuvo que improvisar y recorrer todo el bosque rincón por rincón.
— ¡Shad! ¡Shad! — Dobló en otra dirección, se estaba comenzando a preocupar, no había rastro de su novio y ya habían pasado alrededor de veinte minutos. — ¡Shadow!
Continuo llamando y corriendo sin parar por otro rato más, sin darse cuenta había comenzado a dejar su típico rastro azul siendo inconsciente de la rapidez que estaba utilizando producto del miedo a no encontrar al azabache. La sola imagen de Shadow escondido en alguna cueva o detrás de un árbol, llorando y/o deprimido le daba un revoltijo en el estómago, no quería creer que había reaccionado así, no lo merecía, pero el hecho de que no aparecía por ningún lado le dejaba esa última opción como la más probable. Gruñó frustrado por tercera vez en su búsqueda, apretó los puños dispuesto a volver a acelerar, pero el ruido de un golpe seco a lo detuvo.
Logró frenar arrastrando los zapatos en la tierra, con la brusquedad que lo hizo no habría sido una sorpresa que chocará con un árbol o cayera al suelo. Respirando agitado por la reciente actividad y la propia ansiedad, caminó hacia el ruido de los golpes que en todo ese tiempo no se detuvieron. Uno tras otro sin parar, cuando avanzó lo suficiente escucho los gruñidos furiosos que tanto conocía, solo que está vez eran diferentes. No estaba sólo enfadado o irritado, incluso avergonzado como en otras ocasiones, no, estaba herido. Sonic lo pudo confirmar cuando por fin lo encontró.
Allí, en mitad de la nada totalmente alejado del pueblo y cualquiera que se atreva a buscarlo, dónde nadie podría escucharlo ni interrumpirlo, estaba Shadow. Sus ojos rojos, que juraba brillaban húmedos, estaban clavados fijamente en el árbol que estaba moliendo con sus puños, en segundos caería y tendría el mismo destino que los otros cinco árboles alrededor de él.
— ¡MALDITA SEA!
Un sexto al suelo, ni siquiera esperó que terminara de caer cuando corrió hacia a otro y comenzó de nuevo.
— Te harás daño.
El golpe se detuvo, no se molestó en mirar a Sonic, fueron pocos segundos hasta que continuó como si no hubiera escuchado nada.
Suspiró. — Shadow.
— ¡NO! — Otro golpe. — ¡No quiero escucharte!
— ¿Qué no quieres escuchar? Solo quiero que dejes eso o te lastimaras. — Sonic caminó hasta su pareja.
— No quiero tu lastima, así que deja las idioteces y lárgate.
— Mmh. — Se cruzó de brazos. — Es curioso que me hables así después de todo lo que dijiste allá.
— ¡¿Quieres callarte?!
Obedeció.
Fueron otros tres pobres árboles y veinte minutos más cuando finalmente cayó al suelo de rodillas. Sus manos sostenían el peso de su cuerpo mientras intentaba regular su respiración. Escuchó pasos acercarse pero no reaccionó, se sentó en su lugar dejando caer sus brazos entre sus piernas, totalmente rendido.
— ¿Ya?
— Ya.
— Bien. — Sonic se sentó a su lado, miró el rostro herido de su erizo oscuro. Con un tono suave preguntó. — ¿Quieres hablar?
— No.
— ¿Quieres que hable yo?
— No.
Sonic inflo las mejillas sabiendo que no podría hacer más. Se quedó allí, en silencio, mirando el cielo estrellado. Esa noche las estrellas y las nubes se veían especialmente bonitas, pero no podía darse el lujo de apreciar el cielo como correspondía cuando su novio, su estrella más grande, luchaba contra si mismo para organizar sus destructivos pensamientos.
[. . .]
— Hoy no dormiré en casa.
— ...
Shadow no se movió más que sus orejas, siguió mirando fijamente el suelo incluso cuando se encontraba más tranquilo y su total atención caía en el erizo a su lado.
— Prefiero pasar la noche en otro lugar, no lo sé, tal vez una cueva. — Hizo un puchero aburrido. — Una con simbolos morados en sus paredes, de esas me gustan.
Shadow arrugó el ceño — No tienes que hacer esto, no lo hagas.
— Tú no me dices qué hacer. — Contestó con simpleza.
— Sí, lo hago, así que cállate y lárgate. — Se giró y le dió la espalda, encogiéndose.
Sonic sintió que hablaba con un niño.
El azabache sintió un peso en su espalda y como se acomodaban contra suyo. No reacciono, en cambio, agachó la cabeza en busca de esconderse entre sus rodillas; sabía lo que intentaba Sonic. Y odiaba que funcionase la mayoría de veces.
— Podemos quedarnos aquí toda la noche, tengo un buen aguante.
— Son las nueve y estás bostezando.
— ¡Eso no es- A-Aaww... — Sonic llevo una mano a su boca. — Cierto...
— Ve a tu hogar, Sonic, no perteneces aquí.
— Define aquí.
— Sabes a lo que me refiero. — Shadow miró los anillos de sus muñecas y el reflejo de estas con la luz de la luna. — Sabíamos que esto era mala idea desde el inicio.
— Shadow...
— No vengas a hacerte el héroe conmigo. — Soltó brusco y se alejó, aún así no se atrevió a mirar a la cara a Sonic. — Está idiotez de ser novios fue idea tuya, decírselo a tus estúpidos amigos fue idea tuya, ¡Es culpa tuya todo lo que está pasando! — El silencio lo inquieto, pero no se detuvo. — Si no hubieras aparecido en mi vida... Yo estaría tranquilo sin tener que lidiar con toda esta IDIOTEZ de agradarle a personas IDIOTAS que NO me importan, únicamente para que el IDIOTA que amo este feliz.
— Yo también te amo.
— ¡TE ESTOY HABLANDO EN SERIO!
Sonic cubrió su cabeza cuando un golpe fue directo a ella, dolió, Shadow no lo había golpeado con toda su fuerza pero definitivamente se desahogó ahí. Maldiciendo el tono bajo quitó sus manos y trato de ver al erizo, pero ya no estaba allí. Solo el aire corriendo y el frío de la noche. Sonic se sintió vacío ante la ausencia, no era la primera vez que la forma de vida definitiva ponía distancia por miedo a sentir demasiado.
Sonic se levantó, palmeo el pelaje de sus piernas y suspiró.
— Ve a tu casa.
— ¡CARAJO!
Sonic se alejó de un salto, Shadow seguía ahí.
— Eres muy silencioso ¿Sabías? — Gruñó el cobalto mientras se llevava una mano al pecho. — Mierda...
— Mm, vete a tu casa. — Repitió molesto.
— ¿Y por qué sigues aquí?
— Porque si no me aseguro que te vas apareceras en mi cueva en media hora y será difícil sacarte de ahí.
— Entonces ahorratelo y déjame ir allí contigo. — Soltó con obviedad, una sonrisa torcida apareció en su rostro. — Vamos Shad, no quiero pelear.
— Entonces obedece.
— Obedeceme tu a mi.
Shadow estaba agotando los que le quedaba de paciencia en esa conversación.
— Sonic no estoy de humor para esto ahora, quiero estar solo. — Ante la probabilidad de que todo termine peor, era momento de usar la paz, aún si era en lo que peor le iba. — Por favor.
— Estarás deprimido y molesto toda la noche, no puedo dormir sabiendo eso. — Se cruzó de brazos. — No voy a ceder.
— Tus amigos idiotas vendrán por ti a buscarte.
— Les dije que estaría contigo.
— La cueva es incomoda para ti.
— Tengo la cama portátil que creó Tails. — Sacó de su pañuelo una pequeña capsula. — La tiro al suelo y uala.
— Te hará frío.
— Viene con mantas incluidas.
— Hambre.
— Te como a ti.
— No es gracioso.
— No, no lo es.
Shadow llevo sus manos a su rostro y las arrastró.
— Bien, pudrete, lo que sea. — Shadow pasó a su lado y comenzó a caminar.
— Que bueno es haber llegado a un acuerdo.
Le levanto el dedo del medio y Sonic rió, se apresuró hasta quedar al lado de su novio. Tomó su mano sonriendo ante la sumisión de este ante su toque, sus manos se entrelazaron como de costumbre.
— Todo estará bien.
— ... — No volteó a verlo, Sonic tampoco esperaba que lo hiciera, ambos miraron al frente mientras escuchaban a las olas del mar chocar con la orilla de la playa a lo lejos.
— Te lo prometo, esto terminará siendo un mal recuerdo y nada más.
— ...
— Yo siempre estaré de tu lado. — Eso causo algo, la mano con anillos tembló por un momento. El de pañuelo decidió no decir nada respecto a eso. — ¿Cuchara grande o pequeña?
— Grande.
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